Bruce Springsteen – Born in the U.S.A. (Especial 40º Aniversario)

Ficha técnica

Publicado el 4 de junio de 1984
Discográfica: Columbia Records
 
Componentes:
Bruce Springsteen - Voz, guitarra
Steve Van Zandt - Guitarra, mandolina, coros
Garry Tallent - Bajo, coros
Clarence Clemons - Saxofón, percusión, coros
Max Weinberg - Batería, coros
Danny Federici - Órgano, sintetizadores, piano
Roy Bittan - Sintetizadores, piano
Ruth Davis - Coros
Richie Rosenberg - Coros

Temas

1. Born in the U.S.A. (4:42)
2. Cover Me (3:23)
3. Darlington County (4:51)
4. Working on the Highway (3:15)
5. Downbound Train (3:40)
6. I'm on Fire (2:42)
7. No Surrender (4:03)
8. Bobby Jean (3:50)
9. I'm Goin' Down (3:31)
10. Glory Days (4:20)
11. Dancing in the Dark (4:04)
12. My Hometown (4:32)

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La pasada madrugada, volviendo a contemplar en un canal público de la cada vez menos consumida televisión convencional el largometraje Blinded by the Light (2019) de la cineasta Gurinder Chadha, confirmé que yo también tuve mi etapa de veneración hacia Bruce Springsteen, aunque en menor grado que los dos pakistaníes que protagonizan este crowd pleaser, inspirado en una historia real. Os podría contar diferentes episodios personales relacionadas con cualquiera de los trabajos, publicados durante el período comprendido entre 1973 y 2002, del famoso cantante y compositor de New Jersey. Relatos de pasión, de desamor, de compañerismo, de eterna amistad, de supervivencia (concretamente, en la puta mili), de embriagada diversión, de provechosas enseñanzas o de encantadoras soledades. Por supuesto, asimismo, podría explicaros con justificados argumentos en qué momento, a pesar de que ya había percibido evidentes indicios, dejé de seguirle con incondicional devoción (y que conste que él no tiene gran parte de culpa de mi particular desafecto; sí la mayoría de sus actuales fans o admiradores nada creíbles). Tampoco es cuestión de alardear, porque seguramente mis anécdotas vivenciales estrechamente ligadas con las melodías y las letras del trovador estadounidense son bastante similares, cambiando los datos principales, a las de miles de sus auténticos adeptos. Sin embargo, hoy os narraré una sobre el determinante Born in the U.S.A., con motivo del 40 aniversario de su lanzamiento oficial.

En la víspera del día de los Reyes Magos de 1988, como premio (o paupérrima paga extra) de una estresante temporada de venta navideña en una céntrica tienda de discos de la capital del Vallés Oriental, mi jefa me instó a elegir un producto (una única unidad) sin coste alguno. Como os podéis imaginar, a la hora de cerrar el establecimiento en tan señalada fecha, las opciones de mi agrado o, como mínimo, de cierto interés eran enormemente escasas (por no decir nulas). No obstante, en un estante prácticamente vacío, reposaba tumbada aquella casete que destacaba por su simbólica portada con la imagen de espaldas del artista, con vaqueros, camiseta, cinturón de hebillas y gorra de béisbol en el bolsillo, jugando deliberadamente con los colores de la bandera americana que se intuía en el fondo. El icónico descarte de la prestigiosa fotógrafa de las revistas Vanity Fair y Rolling Stone, Annie Leibovitz, lo tenía sobradamente visto y su correspondiente representación musical muy oída, tres años después de su exitosa aparición en el mercado fonográfico, aunque interiormente sabía que no desentonarían al lado de mis formatos, originales o copiados, de The Wild, the Innocent & the E Street Shuffle, Born to Run, The River, Darkness on the Edge of Town (mi favorito), Tunnel of Love (mi segundo preferido) y de varios mejorables bootlegs. Me quedé la cinta y, pese al considerable cansancio, la estrené aquella noche, conduciendo por carreteras secundarias de la comarca en busca de Sus Majestades de Oriente. Y quizás fue esa mezcla de nocturna euforia juvenil y satisfacción por el deber cumplido la que provocó que acabará ensalzando mi regalo, a la altura de una obra magnífica.

Con el tiempo, he llegado a la conclusión de que el crucial séptimo álbum de estudio de Bruce Springsteen, acompañado por la siempre eficiente E Street Band (aún con el llamativo guitarrista Steven Van Zandt en el, por aquel entonces, insustituible conjunto), es un redondo excepcional, sin temas descaradamente de relleno y todos acertadamente ordenados (desde la potente canción homónima hasta la melancólica balada “My Hometown”), pero lastrado por una producción demasiado limpia (no soporto tantos fade-outs), diseñada a propósito por el mánager Jon Landau. Afortunadamente, esta excesiva pulcritud sería eliminada en el posterior quíntuple vinilo Live/1975-85 (las imponentes versiones de “Cover Me” y “I’m on Fire” dan fe de ello) y en las sucesivas giras del célebremente apodado The Boss.