Avalanch – El Secreto

Nuestra Nota


8.5 / 10

Ficha técnica

Publicado el 22 de febrero de 2019
Discográfica: Ataque!
 
Componentes:
Israel Ramos - Voz
Alberto Rionda - Guitarra
Jorge Salán - Guitarra
Manuel Ramil - Teclados
Dirk Schächter - Bajo
Mike Terrana - Batería

Temas

1. El Oráculo (4:57)
2. Demiurgus (5:09)
3. El Caduceo (6:51)
4. Katarsis (5:00)
5. El Peregrino (3:55)
6. Alma Vieja (5:16)
7. La Flor en el Hielo (5:42)
8. El Alquimista (4:35)
9. Decepción (3:55)
10. Luna Nueva (5:55)

Multimedia


Escucha y compra

Este disco en Amazon: Avalanch – El Secreto
Todos los discos de Avalanch en Amazon


Nunca he sido mucho de Avalanch, no sé por qué. Sí, en plena efervescencia power, La Llama Eterna (1997) supuso un “por fin algo así patrio”, lo mismo que con sus hermanos siguientes, Llanto de un Héroe (1999) y El Ángel Caído (2001). Éste último, por supuesto, a un nivel mucho mayor que los otros dos, pero tampoco me enganchó demasiado, más allá de “Xaná” y, especialmente, “Las Ruinas del Edén”, que aún hoy podría recuperar. A partir de ahí, “Lucero” y nada más. Tampoco me llamaron la atención ninguno de sus spin offs, Warcry y Alquimia. No sé, no tengo una explicación lógica ni coherente. Su música no es mala (la de Avalanch), y han tenido una evolución más que correcta, ganando ¿madurez? (me gusta poco este término si hablamos de música) pero sin perder la esencia, pero por alguna razón nunca me han acompañado en la vida.

Quizá, por ese desconocimiento, los ojos se me abrieron como platos cuando, hará un par de años, vi que Rionda quería regrabar su ópera magna, el ya mencionado El Ángel Caído, con un line up de auténtico lujo. Pues no va y se junta con Jorge Salán, formando así una de las duplas de guitarra más tremendas que hay hoy por hoy, con Mike Terrana a la batería, Magnus Rosen al bajo y Manuel Ramil a los teclados. A la voz, el también ex Alquimia Israel Ramos. Casi nada… Y por si no fuera poco, para este nuevo trabajo, el primero desde 2011, Rosen ha sido sustituido por el Gamma Ray Dirck Schlächter. Le damos al play a ver qué pasa.

¿Y qué pasa? Pues que nos encontramos con un discazo como la copa de un pino. Antes de meternos con cada tema, hagamos algunos apuntes. El sonido es absolutamente magnífico. La labor de Rionda y Roland Grapow (ex Helloween, Masterplan) en la producción y mezcla es tremenda. Suena compacto, duro, melódico, frágil, sutil… ¡Chapeau! La base rítmica, como no podía ser de otra forma con esos dos monstruos, es atronadora. Sin demasiada floritura para el nivel que tienen el americano y el alemán, suena compacta y poderosa. Los teclados de Ramil son la guinda del pastel, las especias que hacen que el cous cous esté de muerte, la sombra de ojos que embellece más un rostro… en fin, ya me pilláis. Las guitarras… bueno, pocas palabras hay. Con decir quiénes son, como ya he hecho, debería bastar. El equipo Rionda Salán no tiene nada que envidiar a nadie. Y cuando digo nadie, es nadie. Los riffs, los solos, las armonías, las melodías… de auténtico lujo. E Isra, sin ser ningún fuera de serie, cumple perfectamente. Tiene ese deje roto que han tenido (casi) todos los cantantes del grupo. No, su timbre no tiene nada que ver con el de Víctror o el de Lange, y sin embargo tiene cosas suyas aún sin perder personalidad.

Este El Secreto (2019) está compuesto por 10 temas embalados en 51 minutos. Tiene un poco de todo, cosas más power, cosas más sutiles, más rápidas o más tranquilas, pero siempre con la etiqueta de la elegancia por bandera. La música es, a partes iguales, directa y con matices escondidos. Haciendo una escucha en diagonal de toda su discografía, podríamos decir que este nuevo trabajo tiene un poco de cada época, y no creo que eso sea fácil de conseguir. Además, y aún sin haber profundizado en las letras, parece que nos cuenta una historia (vamos, que es un disco conceptual), e incluso pica, en ese sentido, de sus trabajos anteriores.

Pero vayamos a las canciones, que supongo que es lo que hará que el disco sea bueno o no y lo que más os puede interesar. La cosa empieza con “El Oráculo”, primer sencillo del disco. Sin ofrecer ninguna sorpresa o innovación, el tema tiene todo lo que debe tener un single de este estilo: melodías pegadizas, puente y estribillo coreable, fácil digestión, etc. Puede servir, también, como ejemplo de todo lo que es el disco (quizá quitando la “simpleza”). “Demiurgus” es, quizá, de lo más power del disco. Tras unos teclados muy bien conseguidos, tenemos un tema en el que destaca la batería (tampoco es difícil de imaginar), cambios de ritmo y un estribillo a lo caballería que queda muy resultón. “El Caduceo” quiere ser algo más experimental y progresivo. Incluso tiene cosillas de “Bohemian Rhapsody” (sí, no me he vuelto loco) la intro. Hace falta escucharlo varias veces para pillarle el punto, pero cuando se le pilla…

“Katarsis” me recuerda a “Lucero”, aunque no se parece en nada. Son canciones que podrían ir en el mismo álbum, por así decirlo. El tono más melódico que tiene todo el tema le da alas a Isra, que utiliza unos registros variopintos. “El Peregrino”, en cambio, tiene cierto deje hard rockero en su estructura, muy bien camuflado por los arreglos y un estribillo ultra melódico. Y con “Alma Vieja” llegamos a uno de los puntos y aparte. Es la balada del disco, sí, pero esa intro del Concierto de Aranjuez pone los pelos de punta. Sutil, delicada, para escuchar con luz tenue, sólo esa intro me gusta más que casi todo lo que había escuchado del grupo. El resto de la canción, sin duda, está a la altura.

Y sin quererlo llegamos a la que, quizá, es la mejor canción del disco. “Flor en Hielo” es magistral. Desde los teclados de la intro, pasando por la poderosa base rítmica (sí, también las guitarras), los solos y armonías hasta la propia concepción del tema, está destinada a ser de las preferidas del público.

Con “El Alquimista” volvemos al sonido más prog-power. Personalmente me gustan las canciones más rápidas, pero el tema está muy bien pensado y mejor ejecutado. “Decepción” no es, en absoluto, lo que su nombre indica. Sí que es lo más sorprendente y comercial, pero aún así no desentona en absoluto con el global de El Secreto. El riff principal me recuerda a algo, pero no sé descifrar a qué. Y llegamos al final con “Luna Nueva”, otro de los temas destacados. También inicia con unas guitarras acústicas deliciosas, el tema es rabioso y poderoso. De nuevo, el trabajo de Terrana es soberbio, y los diferentes pasajes de la canción hacen de ella esplendida composición.

Avalanch se ha tomado su regreso muy en serio. El Secreto está muy bien diseñado (sí, diseñado), muy pensando en todos los ámbitos. Muy bien producido y ejecutado, mimado con todos los detalles posibles y, sin ser ningún experto, me atrevo a decir, va a top de la banda. Y seguramente a top de discos nacionales de este 2019.

Xavi Prat
Sobre Xavi Prat 384 Artículos
Llevo en esto del heavy más de media vida. Helloween y Rhapsody dieron paso a Whitesnake y Eclipse, pero Kiske sigue siendo Dios. Como no sólo de música vive el hombre, la literatura, Juego de Tronos y los tatuajes cierran el círculo. Algunas personas dicen que soy el puto amo, pero habrá que preguntarles por qué.