Alestorm – Seventh Rum of a Seventh Rum

Nuestra Nota


7.75 / 10

Ficha técnica

Publicado el 24 de junio de 2022
Discográfica: Napalm Records
 
Componentes:
Christopher Bowes - Voz, teclados
Máté Bodor - Guitarra
Gareth Murdock - Bajo
Peter Alcorn - Batería
Elliot Vernon - Teclados

Temas

1. Magellan's Expedition (4:38)
2. The Battle of Cape Fear River (3:06)
3. Cannonball (3:57)
4. P.A.R.T.Y. (3:23)
5. Under Blackened Banners (4:39)
6. Magyarorszag (3:58)
7. Seventh Rum of a Seventh Rum (3:21)
8. Bite the Hook Hand That Feeds (4:09)
9. Return to Tortuga (3:54)
10. Come to Brazil (2:09)
11. Wooden Leg (Part III) (5:44)

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¡Los piratas vuelven a la carga! Tras solo dos años desde su último trabajo de estudio, Alestorm regresan con otro. Los de Christopher Bowes han crecido como la espuma durante los últimos años, y los de pandemia no han sido una excepción. Lejos de pararse, parece que han dedicado mucho tiempo a preparar su ya séptimo álbum.

Precisamente, lleva por nombre Seventh Rum of a Seven Rum, con la clara alusión a unos tal Iron Maiden. Es habitual en una banda tan de la coña encontrar guiños, chistes y este tipo de referencias en su arte y letras. A estas alturas, ya se les conoce como una banda extremadamente cliché, aunque de vez en cuando encontremos alguna que otra sorpresa en su música. En Curse of the Crystal Coconut (2020) se atrevían con elementos más modernillos, pero ya se atisbaban algunas redundancias con obras anteriores de su discografía.

Antes que nada, mencionar lo currada que está la portada, con esas 7 botellas repartidas por la imagen representando cada uno de sus discos de estudio. Pero, ¿qué hay detrás? ¿Más de lo mismo, algún tipo de innovación? ¿Habrán conseguido Alestorm reinventarse con el séptimo ron? Vamos a verlo.

Ya pudimos escuchar la primera pista, «Magellan’s Expedition», cuando salió como avance hace un par de meses. Y vaya si es un temazo. Su sonido nos recuerda a las raíces de la banda, a esos primeros trabajos que sacudieron al mundo del metal, pero con todas las habilidades que la banda ha adquirido a estas alturas. La letra también es más seria que en muchas de sus canciones más modernas, de acorde a una instrumentación más épica. Como habréis podido adivinar, trata sobre la gran expedición de Fernando de Magallanes para descubrir una nueva ruta hacia las Indias, que se convirtió también en la primera circunnavegación de la tierra. Inmejorable inicio, con un estribillo de esos que motivan.

Seguimos con «The Battle of Cape Fear River» y la historia de la última batalla del pirata Barbanegra, con un poco de fantasía añadida. Musicalmente, esta se parece más a lo que vienen haciendo en su última etapa, con un estribillo más simple y tontorrón, pero que seguro que en directo les funciona. Como no, viene con un videoclip acorde, con fantasmas y todo. La ejecución de los músicos es impecable, como es habitual. Los riffs y solos de Máté Bodor son limpísimos, la batería de Peter Alcorn aplastante, el bajo de Gareth Murdock preciso y potente, y los teclados de Bowes y Elliot Vernon añaden el toque festivo y divertido a la mezcla. Vernon también usa su voz más gutural en las partes más intensas o para acentuar ciertos coros, y a cada disco suena más espectacular.

Al escuchar la melodía de «Cannonball», tengo la sensación de déjà vu, y es que con un estilo más o menos limitado como el que ellos tocan, es cuestión de tiempo que empiecen a repetirse ideas, o al menos que se parezcan. La canción es buena, pero no aporta nada nuevo. «P.A.R.T.Y.» si que tiene un toque más original. Tiene el feeling de una canción popera interpretada por un grupo de animación para niños, con ese estribillo tan pegadizo y el videoclip de dibujos animados que le queda como anillo al dedo. Hit festivalero total, aunque la letra carezca completamente de contenido. Eso sí, otro solazo de Bodor.

Una intro maquinera nos lleva a «Under Blackened Banners», muy melódica y con un aire a power metal moderno, con un estribillo muy coreable. El single más nuevo llega con la canción que nombra al disco. Un videoclip setentero lleno de coñas acompaña un corte más serio y épico. Con Alestorm nunca sabes si el siguiente tema va a ser una coñeta o una solemne historia. A veces es una mezcla, como en «Bite the Hook Hand That Feeds», que llega con el doble bombo a toda pastilla y una historia que enseguida deriva en lo de siempre: «Set Sail! Drink Rum!» y todos los tópicos de los que llevan años tirando.

Parece que tras años de girar por el mundo, la banda le ha cogido cariño a ciertos países, hasta el punto de dedicarles canciones. Anteriormente ya hicieron «Mexico», y en este álbum tenemos «Magyarorszag», sobre Hungría y «Come to Brazil». La primera es muy fiestera y seguro que lo petaría en directo. ¡Esos acordeones harán que el público no deje de bailar! La segunda, es bastante más cañera, da para dos minutos de mosh intensísimo. Seguro que los fans brasileños la disfrutarán.

Repetimos también temática con «Return to Tortuga», otra pista con un buen estribillo, pero que inevitablemente reitera muchas cosas. Cierran con otra secuela, la tercera parte de «Wooden Leg». En su anterior trabajo venían con la segunda, que casi era una ópera rock contando una historia muy divertida. La primera, que estaba en Sunset on the Golden Age (2014) era uno de los mejores cortes de ese disco. En esta ocasión me han dejado un poco frío, porque realmente no aporta nada nuevo, ni musical, ni líricamente. Es como una versión menos buena que la segunda parte, que por si sola sería un buen tema, pero en el contexto flojea un poco. También tiene unas palabras en castellano y en japonés, siguiendo la temática de la trilogía.

Pues nada, hasta aquí el séptimo trabajo de los corsarios escoceses. ¿Veredicto? Pues las canciones son buenas y la ejecución cuidada y meticulosa, pero efectivamente, es más de lo mismo. En mi opinión es una banda tan única, que se han ganado el derecho a hacer lo mismo una y otra vez, pero quizás a Christopher Bowes no le sentaría mal un poco más de inspiración en algunas de las letras. Aquí dentro hay temazos, canciones normalillas para los altos estándares de Alestorm, y algún que otro elemento prescindible. Sin embargo, la habilidad de la tripulación en sus instrumentos y en la composición de hits festivaleros es inapelable. Es un gusto escuchar esas instrumentaciones, esos guitarreos, los cánticos marineros a coro… aunque lo hagamos por séptima vez seguida.

Aleix Besolí
Sobre Aleix Besolí 336 Artículos
Hey, has llegado al final del artículo, ¡gracias! Me metí en esto del metal a los 14 años, y de concierto en concierto he ido descubriendo las bandas nacionales e internacionales que forman parte de este mundillo. Ahora aporto mi grano de arena a Science of Noise contando lo que pasa en los eventos de la zona y algunas novedades discográficas. También toco la guitarra y el bajo en algunos grupos de la escena local. Tengo los huevos pelaos de tocar en el Ceferino.