5 momentos que voy a perderme en el Rock Imperium 2023 según… Susana Masanés

Entramos ya en la cuenta atrás para que Rock Imperium tenga lugar en Cartagena los próximos días 23, 24 y 25 de junio. En su estreno y primera edición del año pasado, como muchos recordaréis, los cabezas de cartel de la segunda jornada, Whitesnake, anunciaron su baja el mismo día de su actuación, dejándonos a todos los asistentes con un palmo de narices y un mosqueo considerable, pues era nuestra última oportunidad de ver a David Coverdale y cía. antes de su disolución definitiva. Madness Live!, muy profesionales ellos, prometieron de alguna manera compensarnos por semejante desaguisado y su forma de concretarlo fue mediante un descuento directo en el abono para la edición de este año 2023. Dicho y hecho, una vez puesto a disposición, no dudé en cogerlo al vuelo, casi sin pensarlo, aun sin tener excesivamente claro si iba a poder acercarme al festival de nuevo. En principio, las fechas volvían a ser atractivas, coincidentes con San Juan, festivo en mi comunidad autónoma, y eso ya era garantía de que al menos, ese aspecto no iba a ser un impedimento. En otro acto de atrevimiento, antes de abandonar el albergue donde me alojé el año pasado (a la vuelta de la esquina, literal, de donde se ubica Rock Imperium), volví a dejar reservada acertadamente habitación. Segundo escollo superado, que no es poco. Faltaba ligar el tema del transporte, odisea que relataré más adelante al final de este Top 5.

Poco a poco se ha ido desvelando el cartel íntegro de este fantástico festival, así como horarios definitivos, tras lo cual y después de haberle dado un estudio exhaustivo, he confeccionado un Top 5 de momentos que seguro que me voy a perder. Para hacerlo un tanto ameno, incidiré tanto en los atribuibles a la casuística del cartel y sus horarios, como en otros de carácter voluntario con los que seguro más de un@ empatizará (¡o todo lo contrario!). Ahí van…

 

El tercer escenario existe y es viable visitarlo

Una de las quejas principales que suscitó el año pasado el festival fue el hecho de tener que desplazarse un buen trecho fuera del recinto oficial para acceder al tercer escenario. Si bien este año dicho escenario ha podido ser reubicado y ya no hará falta ni salir del recinto ni caminar tanto, me temo que soy incapaz de encontrar apenas huecos para escaparme e ir a escuchar esas propuestas más alternativas y menos mainstream a las que suelen dar cabida. El cartel de los dos escenarios principales me parece lo suficientemente interesante y de calidad como para renunciar a él, hay un buen equilibrio entre bandas clásicas y de cuño más reciente, e incluso el primer día con presencia importante de bandas nacionales de renombre. El único pequeño resquicio que he encontrado para escaparme e ir a escuchar al tercer escenario una banda que ya he visto en directo y me encantaron, Secret Sphere, es gracias a un solape del que hablo a continuación y que se va a convertir en el segundo de los momentos que me voy a perder.


Blind Guardian no es mi prototipo de banda festivalera

Sí, tal cual lo digo, Blind Guardian en un festival, me aburren, no les encuentro el punto (tampoco me apasionan en disco, aunque tengo alguno, las cosas como sean). Hansi Kürsch es un frontman sosaino y aunque ya sabemos que proviene de tierras frías, no hay manera que se le contagie algo del duende de la nuestra, por muchas veces que la pise. Intento escucharlos con cariño cada vez que aparecen, que no son pocas, pero me acabo desconectando (igual el cansancio acumulado también ayuda ya que suelen programarlos entrada ya la noche). Los he visto en Rock Fest Barcelona y en Leyendas del Rock, y claro, no hay dos sin tres. Faltaba que nos visitaran bajo el paraguas de Madness Live! y aquí los tenemos de nuevo en otro festival peninsular y en un más que buen horario (las 20:00). Puede que les dé una oportunidad más, ni que sea de 40 minutos, los que van a tardar en aparecer sobre el tercer escenario Secret Sphere, que no quiero perdérmelos de ninguna de las maneras. Allí estaremos, ni que sea para poder opinar sobre el susodicho tercer escenario con conocimiento de causa. Que me perdonen los fans de Blind Guardian, que deben ser muchos y a quienes seguro le suena a herejía este comentario, pero a gustos, colores.


Solapes dolorosos

No hay festival que se precie en el que no se produzca algún solape de esos que hacen pupa. El mío esta vez tiene que ver con el dilema de escoger entre una banda de toda la vida abanderada del NWOBHM que nunca he escuchado en directo (Tygers of Pan Tang) y una banda de toda la vida que diría no me he perdido nunca en sus diversas visitas y a la que estoy totalmente enganchada (Helloween). Como los enganches, vicios, adicciones o como le quieras llamar suelen pesar más que la curiosidad, me temo que me voy a quedar con las ganas de descubrir cómo suenan en directo los veteranos Tygers of Pan Tang. A ver si se prodigan un poquito más por nuestros escenarios y algún día me puedo resarcir, que también se me escaparon en Rock Fest Barcelona y ya irán dos veces…


Europe de nuevo, ¿en serio?

A ver, que a mí Europe no me parece un mal grupo en absoluto y su directo siempre es de indiscutible calidad (dejemos entrecomillado el “estado vocal” de Joey Tempest), pero ¿seguro que no hay otra alternativa mejor que esta para la tan deseada hora nocturna que van a ocupar en la segunda jornada (20:00)? ¡Es que prácticamente han calcado la posición en el cartel a la del año pasado! ¿Vienen a presentar disco nuevo? No. Entonces, ¿qué sentido tiene traerlos de nuevo habiendo mil grupos de tirada similar por ahí deseosos de darlo todo que seguro nos colmarían de felicidad también? Lo de repetir grupos en festis ya sabemos que es algo a lo que acaban recurriendo todos los promotores, pero ¿dos años seguidos? ¿Y si dejamos al menos uno en medio y no se nota tanto? ¿O si los ponemos más entrada la madrugada, para los que se vayan a dormir no tengan tanto cargo de conciencia por abandonar el festival antes de su cierre? Mi idea no es tanto perdérmelos, como oírlos de lejos mientras doy buena cuenta de los suculentos manjares que seguro acabo encontrando en el recinto…


La última jornada cae en domingo

Concluyo con el momento más doloroso de todos para mi persona: la casi pérdida total de la jornada del domingo día 25 de junio. Para los que venimos de fuera la comunidad de Murcia, quedarnos a ver el cartel del domingo implica hacer noche, y no siempre es fácil poder ausentarse del trabajo al día siguiente (laboral). En mi caso, en la empresa donde trabajo pedir un día personal enganchado a un puente es considerado pecado mortal, con penas que van desde la crucifixión al destierro del paraíso terrenal, por lo que ni por asomo se me ha ocurrido ni tan siquiera intentarlo. Llegar a Cartagena desde un pueblo cercano a Barcelona no es misión fácil, tampoco lo es volver, por lo que, aunque esta vez he optado por la solución más rápida y menos cansada, el avión, una vez descartado el viaje en tren que tantos problemas me dio el año pasado. Aun así, se necesitan bastantes horas para completar el trayecto carretera-avión-carretera. Que sí, que mi avión de vuelta sale entrada la noche, pero no dispongo de jet privado en Cartagena como os podéis imaginar y al final me las tengo que ingeniar para llegar a Alicante en tiempo récord… Resumiendo, me da máximo para ver dos o tres bandas a lo sumo. Y muy a mi pesar, me voy a perder canela fina, que el cartel del tercer día está muy bien parido. Leeré atentamente la crónica de mi intrépido compañero en Science of Noise, que seguro dará buena cuenta de él y no se pierde ni un detalle.

¡Nos vemos allí!

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Sobre Susana Masanés 138 Artículos
Aficionada a la música y los viajes, aunque no sabría decidir en qué orden. Cuando los combino, ¡lo más! Amante de aprender cosas de allá donde vaya, soy un poco la suma de los lugares que he visitado y las experiencias vividas. Daría la vuelta al mundo de concierto en concierto si de mi dependiera, pero las limitaciones terrenales me mantienen aquí y ahora, así que, ¡a sacarle el máximo partido!