Entrevista a Mirai Kawashima, líder de Sigh: ‘Cuando Euronymous me dijo que había tomado fotos del suicidio de Dead, creí que era una broma’

Surgió la posibilidad de entrevistar a los black metaleros nipones Sigh y tuve clarísimo que había que hacer esta entrevista. Ya la había pedido cuando editaron el espectacular disco Shiki, pero es que ahora, de esta misma gira, tienen preparado un discazo en directo llamado Live – Eastern Forces of Evil 2022. Empezaron con un black metal muy puro influenciado por el thrash metal diabólico de Venom, Bathory o Celtic Frost y ahora tienen algo único, algo que sólo puede salir de Japón.

Mirai Kawashima no decepciona y es un personaje capaz de tocar decenas de instrumentos (a pesar de que desistió con el violín) y que en cada disco avanza todo hacia un progresivo vanguardista. Sigh estuvo en los principios del black metal e incluso tuvo conexiones con Euronymous y Dead de Mayhem como podréis leer en esta entrevista. Educado, muy japonés y bastante hablador se nos muestra un Kawashima que nos habla de fuego y muerte a pesar de que no se quemó una iglesia…

A nivel personal tengo que contaros que el hecho de que haya insistido tanto en Sigh es por cómo les conocí… Quedé atrapado con unos amigos en un embotellamiento masivo a la hora de entrar a Wacken 2007, Duró siete horas (¡!!!) y había comprado una Metal Hammer alemana con un CD, por lo que escuchamos el mismo disco durante siete putas horas. La canción que más nos gustó a todos fue una de Sigh, así que me tocaba cerrar un círculo y contarles que estuvieron en ese infierno de asfalto, barro y aburrimiento.

Hola, Mirai, en primer lugar, gracias por tu tiempo, estamos aquí para hablar sobre vuestro nuevo disco en directo Live – Eastern Forces of Evil 2022 que se publicará este mes de junio. ¿Por qué ahora un álbum en vivo?

La verdad es que había varias razones para ello… Para nosotros el pasado año fue el final de la pandemia y eso implicó hacer varios cambios en la formación. Habíamos sacado el disco Shiki y durante la grabación tuve que echar al guitarrista, y ahora tenemos con nosotros a Nozumu Wakai. El año pasado se suponía que teníamos que tocar en el festival Nuclear Assault en la República Checa, un festival muy grande. Y yo pensaba que probablemente no era la mejor idea lo de hacer un show en un escenario tan grande sin haber tenido suficientes ensayos o sin haber tenido bolos previos más pequeños.

Especialmente por Nozumu… Me parecía una buena idea el haber podido tener antes conciertos más pequeños, pero es que, en Japón, en 2022, seguíamos teniendo restricciones por la pandemia para probarnos. Pero no hubo opción alguna a pesar de que tuvimos la posibilidad de hacer un concierto en streaming en una sala vacía en agosto. Esa fue la primera razón: hacer un concierto en streaming y grabarnos, pero sin nadie en el público. Y curiosamente pillé el Covid antes del concierto en streaming por lo que nos tocó retrasarlo hasta finales de agosto.

En fin, que teníamos un ensayo en Tokio y al final hicimos un concierto, y luego tuvimos que tocar en el Brutal Assault sin ensayo alguno debido al Covid. Hicimos ese concierto en streaming con muchas cámaras y la intención primera era hacerlo para publicar en YouTube o en algún sitio similar, algo gratuito. Pero luego nos dimos cuenta de que había quedado mucho mejor de lo que podíamos esperar. Eso nos dio la idea de editarlo como DVD o Blu-ray en directo. Hablamos con la discográfica Peaceville y con nuestro sello japonés World Records y estuvieron de acuerdo en editarlo en DVD y Blu-ray y así lo hicimos.

El nombre del disco hace una referencia a vuestro primer álbum en directo de 1997 llamado The Eastern Force of Evil. ¿No es así?

Sí, y fue porque este año se cumplen 30 de nuestro primer disco Scorn Defeat. Así que en los próximos conciertos vamos a celebrarlo tocando Scorn Defeat entero. Por lo que me pareció buena idea lo de empezar el directo con el tema que abre ese disco “A Victory of Dakini”. Eran 30 años desde el debut…

He mirado y sé que tenéis dos festivales programados en Europa. ¿Sólo haréis dos fechas?

Van a haber más fechas y las vamos a anunciar en breve.

¿Ninguna en España? (risas)

No lo sé, pero puedo decirte que habrá una gira europea, así que veremos qué puede salir.

Quiero hablar sobre vuestro alucinante último álbum llamado Shiki en el que tenemos una combinación muy original de black metal, música japonesa, metal sinfónico, progresivo… Entonces: ¿Es Shiki el disco más importante de la historia de Sigh?

Yo creo que sí, pero… Esque para mí es un disco perfecto. Es que, a nivel técnico… digamos que en los otros discos no todos los miembros del grupo podían tocar al nivel que yo tenía en mente. Pero esta vez estaba a la batería Heller de Raven y de Fear Factory y estaba Frédéric Leclercq de Kreator a la guitarra, por lo que no había limitaciones técnicas. Ellos podían tocar lo que les pidieras y en eso funcionó perfectamente el disco. Así que sólo por eso te diría que es el mejor disco que ha hecho Sigh, y de lejos. Y eso que llevamos 30 años de carrera…

Canciones como “Kuroi Kage» me resultan geniales. Parece que empezasteis a tocar black metal, pero hoy en día tenemos que hablar de un estilo musical más vanguardista en Sigh. ¿Cómo se puede definir el estilo musical de Sigh en 2023? ¿Black metal sinfónico avant-garde?

Personalmente considero que no podemos llamarnos a nosotros mismos avant-garde, o no del todo… El avant-garde implicaría en su definición ser algo totalmente nuevo. Y creo que en los pasados 50 años siempre hubo cosas rompedoras que merecen esa calificación. Al vanguardismo yo le daría su punto de partida después de la Segunda Guerra Mundial o en la década que va de los 40 a los 50, y ahora estamos viviendo en 2023. Nada de lo que hacemos en Sigh puede tener esta calificación.

De lo que nosotros hacemos no hay nada nuevo. Obviamente hay cosas que no son nada típicas en la música heavy metal, pero si tú miras a los Beatles, puedes ver allí muchas cosas vanguardistas, especialmente en los años 60. 50 años después, lo que nosotros hacemos yo lo veo bastante conservador. Así que no lo somos y considero que la etiqueta del black metal sería la mejor para nosotros. Y es que el black metal lo abarca todo, desde Blasphemy a Beherit hasta grupos como Alcest o Deaf Heaven.

También ellos son categorizados como black metal. Bajo el paraguas del black metal hay muchos estilos de música diferentes. Puedes mezclar el black con cualquier tipo de música, desde la clásica, con el jazz o el techno. Así que sigue siendo la mejor etiqueta para describir a Sigh. En el fondo el black metal fue una resurrección del thrash metal satánico y diabólico de los 80 (y también de los 90). Yo crecí en los 80 y escuchaba a esas bandas de sonido sucio y descuidado, y ese sonido es el corazón y esencia de lo que son Sigh. Así que el black metal sería lo que mejor nos describe.

Mi primera experiencia con Sigh fue en 2007 cuando estaba tratando de llegar a Wacken y había un embotellamiento gigantesco. Pasé siete horas en el coche y sólo tenía un CD de la revista alemana Metal Hammer comprado en el aeropuerto. Escuché el CD varias veces en siete horas y mi canción favorita fue «Salvation in Flame / Confutatis» del álbum Hangman’s Hymn. ¿Por qué está esa canción en ese álbum?

Esa canción es muy especial. En el año 2006 o 2007 a mi vecino se le quemo su casa en medio de un gran fuego y mi hogar quedó en parte quemado también. Tengo ese recuerdo de estar en mi casa y de ver ese fuego tan grande delante de mí. En ese momento pensé que mi casa iba a ser pasto de las llamas también. Afortunadamente no sucedió y los bomberos lo apagaron rápido.

Sin embargo, la casa de mi vecino estaba toda quemada hasta los cimientos. La canción «Salvation in Flame / Confutatis» fue compuesta al día siguiente estando todavía en shock por ese fuego. Es el fuego que lo purifica todo y cómo que un gran fuego podría quemar todo el mundo y limpiarlo, pero también contaba la letra mi experiencia con el fuego del vecino. La canción consigue recrear esa atmósfera que viví y ese fuego tan grande.

Scorm Defeat es vuestro disco de black metal más clásico de toda vuestra discografía y fue publicado por Deathlike Silence Records propiedad de Euronymous. ¿Cómo contactó Euronymous con una banda underground de black metal japonés?

La historia es que yo mandé aquella demo a todas las discográficas que conocía. Eso sería por 1992 y eran malos tiempos, porque literalmente todos esos sellos estaban sólo interesados en el death metal o el grind core. Nadie estaba interesado en el thrash metal, y menos en el thrash metal al estilo de los primeros 80s. Te hablo de un thrash al estilo de Sodom, Bathory o Hellhammer. A nadie le importaban esas bandas de thrash diabólico.

Y yo envié la cinta a Dead, no a Euronymous. Pero fue justo cuando le mandé la demo a Dead que se suicidó. Y obtuve una respuesta de Euronymous que decía: “Le has enviado tu demo a Dead pero desafortunadamente se ha quitado la vida. Así que la primera cosa que hice fue salir y comprar una cámara de usar y tirar e hice unas fotos del cuerpo sin vida de Dead”. Esa carta la escribió Euronymous, pero yo creía que estaba bromeando: que era todo una broma. Piensa que todo esto sucede antes de la explosión de Internet y no tenía modo alguno de saber si lo que escribía era verdad.

Pensé que era un truco para parecer más heavies, pero claro, años más tardes pude saber que todo eso había pasado de verdad. Ese fue mi primer contacto con Euronymous y tengo que decir que él fue el único interesado en lo que nosotros estábamos haciendo. Y le gustamos porque a él sí le gustaba el thrash metal diabólico de principios de los 80. Estaba muy interesado en fichar a Sigh. Obviamente le dijimos que sí porque era la única oferta que teníamos. A nadie más le llegamos a importar lo más mínimo en esos tiempos. Así que tuvimos que decirle sí a Euronymous… Y así empezó nuestro contacto con él.

Interesante historia, que a su vez es historia del black metal… Así que me toca preguntarte: ¿Cómo fue eso de tocar black metal en el Japón de los 90?

Sólo había dos bandas aparte de nosotros que tocaran black metal en aquel entonces. Una era Sabbat, que empezaron tocando thrash metal, thrash metal diabólico estilo ochentero. Y luego estaban Abigail. Sabbath, Abigail y nosotros. Nadie más. En los 90 sólo hubo estas tres bandas del estilo en Japón.

Sigh comenzó a cantar en inglés, pero luego la banda empezó a cambiar por el japonés. ¿Por qué cambiaste el idioma?

Cambié porque me sentía algo oprimido a la hora de intentar expresar de una forma más directa mis sentimientos acerca de mi miedo hacia la muerte. Así que tuve que pasarme a mi idioma materno. Si utilizas otros idiomas que no son el tuyo es imposible expresarte de una forma descarnada y directa como quieres. Esa fue mi forma por la que pude expresar mejor el miedo que le tengo a la muerte. Sé que tengo que morir algún día, así que mejor hacerlo y expresarlo en mi idioma…

¿Es cierto que aprendiste a tocar la flauta hace años para Heir for Despair?

Así es.

¿Y fue muy difícil? ¿Por qué cuántos instrumentos puedes llegar a tocar?

La flauta es de los instrumentos más fáciles que hay a la hora de aprender. Intenté aprender a tocar el violín, pero lo dejé. Me rendí porque es muy difícil. La flauta es de los instrumentos más fáciles a la hora de empezar a tocar. Una cosa es empezar y la otra es ser un virtuoso del instrumento. Si quieres ser un experto va a ser muy difícil, pero para empezar, la flauta, es un instrumento muy agradecido

He leído que apareciste en la película Global Metal. Me la miraré más tarde pues hace años que no miro este DVD. ¿Cómo fue esa experiencia?

La verdad es que fue una muy grata experiencia. Hice una entrevista para el disco de extras que se publicaba junto con el contenido del documental. Creo que antes el director grabó otro documental previo. Juraría que Global Metal es el segundo que hacía. Se llamaba Sam Dunn. Y ya hice alguna entrevista para la edición japonesa de su primer DVD. Vino a Japón para hacer Global Metal y fue una bonita experiencia. Mucha gente de Estados Unidos y de Europa conocieron a Sigh por primera vez gracias a esta película.

Una vez visité Japón y quedé maravillado con vuestra tierra. Creo que es absolutamente diferente de Europa. Así que me toca preguntar si desde tu punto de vista ves a Europa tan diferente como yo veo a Japón…

Diría que sí, y un poco, el heavy metal es algo muy de la cultura occidental, de Estados unidos y de Europa. Y no es por la cultura japonesa, pero son sitios que son muy diferentes a lo que es nuestra civilización. El heavy metal es como una importación de fuera. Son territorios diferentes, de eso no hay duda.

¿Fue la escena del black metal noruego la mayor influencia para Sigh o lo fueron las bandas de thrash de los 80?

Lo fueron las bandas de thrash de los 80, pero también de la música clásica. Mi madre era profesora de piano clásico y yo empecé a tocar el piano a los cuatro años de edad. Así que la música clásica es una de mis influencias más potentes que llevo. Luego, ya de quinceañero, empecé a escuchar heavy metal y me fui metiendo más y más en el thrash metal. Por lo que te diría que la música clásica y el thrash metal de los 80 son mis puntos de partida.

La verdad es que la influencia de la música clásica en Sigh es palpable…

Sí.

¿Cuál es el primer disco que compraste con tu propio dinero?

El primer disco que me compré fue el The Number of the Beast de Iron Maiden. Pero antes de eso aquí teníamos las tiendas de alquiler de discos. No hacía falta comprar el disco, lo alquilabas en vinilo por unos tres dólares y te lo grababas en una cinta de casete en tu casa. Yo era un adolescente y no tenía mucho dinero, por lo que prefería ir a la tienda de alquiler en vez de comprarme vinilos. Pero sí recuerdo que el primero que me compré fue el The Number of the Beast de Iron Maiden.

Una buena elección.

Sin duda…

¿Habéis llegado a tocar en España?

No, desafortunadamente no. Pero estuve en España con la banda de death metal Necrophagia. Tocaba los teclados con ellos. Pero con Sigh no hemos llegado a tocar allí.

¿Cuál es el truco que siempre quisiste hacer en el escenario, pero nunca has llegado a hacer?

Pues no te sabría decir… También te diré que no soy muy fantasioso a la hora de pensar en un set de directo. Es una pregunta realmente difícil…

Vale, pero háblame de cómo es un concierto de Sigh actualmente. Lleváis pinturas de black metal, hay fuego…

Sí lo usamos, pero dependes de que te den el permiso para usar el fuego. Tocaremos un concierto en Tokio en julio en el que vamos a usar muchísimo fuego y no van a ser precisamente los fuegos habituales. Serían más en una onda a lo que hacían Mercyful Fate y King Diamond hace años. Prefiero hacer este tipo de fuego y no los típicos chorros que se hacen ahora. Es demasiado convencional actualmente.

Por favor, dime cuál es tu película de terror favorita y una película de terror actual que te encanta.

Con el tema del terror me pasa lo mismo que con el thrash metal… yo crecí con las películas de terror de los 70 y 80, y la verdad es que no estoy especialmente puesto en lo que sale nuevo. Quizá con el tiempo las vea… Pero es que de todo lo posterior a los 90 poco conozco. Me siguen gustando todas aquellas películas italianas como las de Dario Argento o Lucio Fulci. Me gustan especialmente At the Gates of Hell y The Beyond. También la película española La noche del terror ciego. Me encantaban las películas de terror antes de los efectos digitales.

Si te pregunto cuál es la mejor banda japonesa de la historia: Ezo, X-Japan, Loudness, Dir En Grey…

Esta es una pregunta muy difícil… se me hace imposible escoger sólo una banda de entre todas estas. Te nombraría algunas bandas que quizá no son tan conocidas en España como pueden ser Abigail o Sabbat, que ambas son muy buenas. Y también Boris, que son muy buenos. En mi opinión estas son las tres bandas más buenas que han salido de Japón.

Pues luego les echo una escucha… Gracias por tu tiempo, Mirai. Espero poderos ver algún día en Barcelona, creo que vuestro último disco merece una gran gira.

Esperamos tocar algún día en España.

Jordi Tàrrega
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Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.