Crónica y fotos del concierto de The Liza Colby Sound + The Damn Truth - Sala Razzmatazz 3 (Barcelona), 6 de abril de 2019

The Liza Colby Sound y The Damn Truth arrasan una Sala Razzmatazz 3 rendida a su poderío y encantos

Datos del Concierto

Bandas:
The Liza Colby Sound + The Damn Truth
 
Fecha: 6 de abril de 2019
Lugar: Sala Razzmatazz 3 (Barcelona)
Promotora: Zwaardis Music
Asistencia aproximada: 230 personas

Fotos

Fotos por Jose Antonio Serrano Sabaté

¡Qué pasada de noche la que nos han regalado The Liza Colby Sound y The Damn Truth!

Dos bandas con muchos, muchos puntos en común que, aunque su música tenga claras y notables diferencias, basan su éxito en su principal potencial, la indiscutible y arrolladora personalidad de sus dos líderes, las irresistibles Liza Colby y LeeLa Baum. Pero vamos por orden, vamos a analizar sus respectivas actuaciones porque creo que las dos formaciones se lo merecen y mucho.

Muy al contrario de cómo nos pensábamos, su intensa y particular promoción del evento así parecía anticiparlo, la primera formación en saltar al escenario fueron los neoyorkinos The Liza Colby Sound. Y con ellos llegó la sensualidad, la irreverencia y el éxtasis. Con una muy sugerente Liza Colby siempre dando la cara y, cómo no, al frente de una excelente banda que con su música complementa a la perfección el protagonismo de su líder, la joven formación estadounidense en todo momento se mostró contundente y cohesionada.

Su canciones, llenas tanto de momentos exultantes de potencia como de otros en los que importan casi más los silencios que las melodías interpretadas, no te dan tregua, pareciendo prácticamente imposible quitar la vista de encima a sus protagonistas.

Contoneos lascivos, escenas de una insultante sumisión (el señor Mario Olmos sabe perfectamente de lo que hablo) y constantes provocaciones al público, esta vez sí mayoritariamente masculino, se combinan con otros muchos momentos donde el único y verdadero protagonismo lo tiene la música, con esos instantes donde la intensidad parece prevalecer por encima de todo y esos otros, mucho más sutiles, donde lo realmente importante son los ambientes creados para envolver de psicodelia y ambigüedad al encandilado asistente.

No cabe duda de la atracción, carisma y fuerza que esgrime Liza sobre un escenario, pero creo que no sería muy inteligente dejar de valorar como se merece la aportación de los músicos que le acompañan en esta exitosa aventura: el polifacético Jay Shepard a la guitarra, Alec Morton (ex Raging Slab) al bajo y el curtido en mil batallas Charles P. Roth a la batería.

Temas de sus tres EP’s y algún avance a su próximo Object to Impossible, larga duración de inminente aparición, fueron todas las canciones que ocuparon el corto, tan sólo 40 minutos, pero intenso show de The Liza Colby Sound.

Tendremos que esperar a la publicación de ese ansiado disco y a que vuelvan por los escenarios de España para disfrutar de ellos en mejores condiciones (las luces, o mejor dicho la ausencia de éstas en muchas zonas del escenario, deslucieron un tanto la noche) y con un espectáculo de mayor formato.

Después del normal descanso, aprovechado para sustituir algún que otro instrumento y acondicionar el escenario, le tocaba el turno a The Damn Truth.
Los canadienses, con una LeeLa Baum pletórica al frente, se mostraron musicalmente muy distantes con respecto al sonido exhibido por sus predecesores, sus canciones son mucho más directas e incisivas y carecen de esa amplitud de registros que parecen dominar los de New York.

Su actitud, salvaje e insolente, no cabe duda de que es uno de los mayores valores de la banda, pero su temario, contagioso e implacable, que no da un segundo de respiro al respetable, también es uno de los factores para que la carrera de la banda sea claramente ascendente desde su aparición.
Sonidos que recuerdan la música de los 60 y los 70’s pero sabiamente aderezados con otros que te traen a la memoria los mejores nombres del Indie son la base de sus composiciones pero, está claro, que Tom Shemer a la guitarra, PY Letellier al bajo y Dave Traina a la batería son algo más que un grupo de moda, si perseveran en lo que ya están haciendo el futuro que les auguro pienso que puede ser mucho más que brillante.

Su show también, como el de Liza Colby, fue a mi entender extremadamente corto, apenas una hora sobre las tablas, pero si tenemos en cuenta su potencia e intensidad, no creo que decepcionase a nadie aunque a mí personalmente me supo a poco.

Pero ya sabemos, lo bueno, si breve, dos veces bueno. ¡Dos auténticas apisonadoras!