Rhapsody – Zero Gravity (Rebirth and Evolution)

Nuestra Nota


7 / 10

Ficha técnica

Publicado el 5 de julio de 2019
Discográfica: Nuclear Blast Records
 
Componentes:
Fabio Lione - Voz
Luca Turilli - Guitarra
Dominique Leuerquin - Guitarra
Patrice Guers - Bajo
Alex Holzwarth - Batería

Temas

1. Phoenix Rising (6:15)
2. D.N.A. (Demon And Angel) (feat. Elize Ryd) (4:20)
3. Zero Gravity (5:54)
4. Fast Radio Burst (5:08)
5. Decoding The Multiverse (6:19)
6. Origins (2:27)
7. Multidimensional (4:43)
8. Amata Immortale (5:05)
9. I Am (feat. Mark Basile) (7:15)
10. Arcanum (Da Vinci’s Enigma) (6:25)

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Cuando Ronnie James Dio atravesó ese desierto para el rock que fue la década de los 90 llegó a decir, en la presentación de Angry Machines, que ya no tenía sentido hablar sobre dragones. En 2002 tituló su nuevo disco Killing the Dragon… Pues bien, ahora Rhapsody, la facción de Turilli y Lione, reniega de parte de su pasado y nos dice que ya no habrá más espadas y unicornios en sus letras. Estamos hablando de una gente que tiene una “credibilidad altísima”, pues hace un año se despidieron como banda tras una intensa gira. ¿De verdad a estas alturas nos la pueden colar? Luca Turilli abraza sonoridades modernas y tecnológicas, la ciencia, y se centra en óperas y una música clásica menos pomposa y barroca, o si más no, le deja más protagonismo al sampler. Se nota el valiente giro, pero su indagación por el progresivo de fondo (que no el power metal) no creo que convenza a muchos de sus seguidores. Su show en Rock Fest presentando por vez primera los temas tampoco ayudó especialmente a confiar en esta nueva encarnación.

Estamos cerca de grupos como DGM o Time Machine (también itálicos) pero innegablemente canciones como la inicial “Phoenix Rising” tienen todos los elementos que les han hecho grandes. La primera composición que firman posee todos esos coros y las líneas vocales que esperas, en un single perfecto, pero ya en “D.N.A. (Demon and Angel)” hay mucho teclado y sampler futurista. Las canciones suenan quizá más oscuras, pero el nivel técnico y la valentía es encomiable, incluyendo ese dueto con voz femenina, gentileza de toda una Elize Ryd (Amaranthe). Recordemos que el grupo ha optado por no tener teclista, todo un mensaje directo a Alex Staropoli. En “Zero Gravity” optan por un corte oscuro, aunque muy orquestado. Una de las presencias que sobrevuela todo el disco es la de Queen. La influencia de “la reina” va asomando y eso le da un toque muy teatral al disco.

“Radio Fast Burst” está más cerca de los primeros Labÿrinth con Lione, y eso fue antes que Rhapsody, por lo que hablar de modernidad no sería tampoco lo más adecuado. En muchos aspectos el resultado es cercano a lo que hicieron los transalpinos Cydonia a principios de siglo. Banda de la que ya nos hemos olvidado, pero en su primer disco se avanzaron 15 años a muchas cosas que estaban por venir. La excelsa producción eleva las composiciones, ya lejos del epic-symphonic-Hollywood-metal. ¡Madre mía! La de cosas sonrojantes que ha cometido este grupo a lo largo de los años… “Decoding the Universe” tiene mucha carga épica combinando valles a piano y cumbres con doble bombo y violines. Se acerca a lo que uno espera del grupo y contiene un pasaje Queen que le sienta de fábula. El pasaje operístico “Gravity” da color cumpliendo como interludio.

“Multidimiensional” cumple, pero muestra todos los cambios que han poblado el disco hasta su ecuador. Reconoces a Rhapsody, pero notas la evolución. En “Amata Immortale” cantan en su idioma y nos recuerdan que grabaron con todo un Christopher Lee. Barroca, teatral y con voces femeninas, y de tenor, apoyando a un Lione que en lo vocal está en uno de los mejores momentos de su carrera. Los temas son extensos en general y “I Am” vuelve a jugar con las partes más juguetonas de Queen, incluyendo los coros en el acercamiento, también al fenomenal vocalista Mark Basile apoyando a Fabio. Junto al inicio, de lo mejor de la obra. El final lo pone la pomposidad de “Aranum (Da Vinci’s Enigma)” en otro extenso tema recargado de todo lo habitual en Rhapsody pero con espacio para que se luzca el bajo de Guers con unos detalles muy notables. El ataque frontal de samplers, música clásica pura y dura y coros también es lo esperable, y más en un final de álbum.

Todo disco de Rhapsody siempre tiene un trabajo enorme en cuanto a composición, ejecución y producción. Zero Gravity no es excepción y en cada escucha vas descubriendo matices y ves los muchos méritos que atesora, pero hay un giro de guion consciente. Esa coletilla de “Rebirth and Evolution” (renacimiento y evolución) quiere subrayar que estamos ante un punto de inflexión. Veremos cómo les va, pero en el fondo la gente quiere escuchar en directo los clásicos de Rhapsody. Dudo mucho que esta encarnación pueda llegar a hacernos olvidar su tremenda irrupción a finales de los 90. Siempre asociaremos a Rhapsody a una espada esmeralda, nunca a un transbordador espacial como ahora intentan.

Jordi Tàrrega
Sobre Jordi Tàrrega 1368 Artículos
Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.