Crónica y fotos del concierto de Rhapsody of Fire + Thornbridge + Aquelarre - Sala Boveda (Barcelona), 21 de febrero de 2019

Rhapsody demuestra en Bóveda que están “On Fire”

Datos del Concierto

Bandas:
Rhapsody of Fire + Thornbridge + Aquelarre
 
Fecha: 21 de febrero de 2019
Lugar: Sala Boveda (Barcelona)
Promotora: Madness Live
Asistencia aproximada: 300 personas

Fotos

Fotos por Gerard Brull

Después de que Rhapsody quedara partido en dos y el cisma entre Staropoli y Turilli continúe había serias dudas sobre si la agrupación de el teclista estaba a la altura de poder competir con la otra facción, que para más inri, se quedado con Fabio Lione en sus filas. Pues bien, los Rhapsody of Fire cumplen las expectativas sobradamente, tanto en disco como en directo. La formación que compaña a Alex demostró en un abarrotado Bóveda que pueden seguir conquistando a sus fieles a base de clásicos y nuevo material. Empezaban gira ese jueves y estaban encantados con la reacción del público. No escatimaron en elogios constantes hacia la gente por la entrega. Quien crea que Rhapsody han quedado relegados al olvido se dio de bruces con la realidad. Pocas bandas de power metal de los 90 siguen con la tirada de gente.

Pero el concierto dio para mucho, con dos bandas invitadas que curiosamente intercambiaron su orden para sorpresa de todos.

Thornbridge suenan a banda de “Italia 90”

Diez años de trayectoria con tres discos interesantes que te hacen recordar a las grandes bandas de power metal de los 90. En disco suenan más sinfónicos, pero en directo recuerdan a las bandas italianas de la década de Cobi, y eso implica pros y contras. Público algo apagado excepto por unos bulliciosos pogos de dos espontáneos que lo dieron todo desde el inicio con “Theatrical Masterpiece”. Técnicamente completos y con un cantante calvo con ratas traseras dotado de muy buena voz. Doble bombo con espada y brujería en “Keeper of the Royal treasure”, tirando de melodías y tópicos. Pero en general el grupo estuvo frío y no nos llegaron en cortes como “Ember in the Winter Grove”.

La mecha no llegó a prender entre la gente pero nos llevamos a casa una buena ración de épica y doble bombo con Patrick Rogalski de maestro de ceremonias. Alabó a los presentes en su primera visita hispana y dijo que allí estaban las mujeres más guapas del mundo, a la vez que se disculpaba por el cambio en el running order. Terminaron con “Demon in Your Heart” y “Set the Sails” perteneciente al último trabajo que presentaban. Interesante propuesta, aunque tópica a más no poder…

Aquelarre sale a hombros de la sala Bóveda

Desde Vigo y con las pilas más que cargadas venían Aquelarre, que salieron a hombros de la sala. Gran show de heavy metal clásico en castellano. Muy buenas maneras, y mejores temas, para un grupo que funcionaría perfectamente en un Leyendas del Rock. Cantante con faldas y altos agudos. y el resto de riguroso negro, con una torre de teclados y un gigantón de bajista. Abrieron con “Sangre y sudor” y técnicamente perfectos en canciones que calaron como “Jakobsland”. Destacó su guitarrista sentado, que iba con muletas, pero no fue impedimento para transmitir fuerza y pasión en “Arcilla y mármol”.

Hay muchos tópicos en un heavy metal clásico que bebe del power pero en el que no se cortan a la hora de meter guturales ni de darle capas de metal más moderno. Solemne presentación de “Romasanta”, el primer hombre lobo diagnosticado de la historia, pero me convencieron más en “Guardián” y “El mismo pecado”. El grupo hizo disfrutar muchísimo a la gente con un feedback constante que llegó al culmen en “Suevia”, precisamente el nombre del disco que presentaban. La sonrisa les durará hasta que lleguen a Vigo. De verdad que les valió mucho la pena hacer el largo viaje.

Rhapsody en posición de disputar la Espada Esmeralda a la formación de Turilli

El grupo sonó realmente bien a pesar de que la movilidad quedaba reducida por el inmenso set de un preciso Manu Lotter, siempre espectacular con el doble bombo. Las luces murieron para dar paso a la intro, uno de esos elementos solemnes que pueblan los discos de los itálicos. Llevaba por nombre “In Principio” y dio paso a “Distant Sky”. Staropoli huye de protagonismos, en el flanco derecho, y la banda empieza hasta que le toca cantar a Giacomo Voli, que hizo su entrada a golpe de agudo. Estuvo espectacular. No abusaron de pregrabados y cuando se funden guitarra y teclados la cosa suena épica y grandilocuente. “The Legend Goes On” inauguró el nuevo material al que, por cierto, dieron mucha cancha. Se echaron de menos algunos clásicos, pero siempre es bueno dar protagonismo al lo nuevo. Dice mucho del presente y futuro de un combo. Y disfrutamos de lo que esperábamos: grandes estribillos a doble bombo.

Staropoli parece rejuvenecido y mucho más activo que en sus viejos tiempos mientras que Roby De Micheli permanece estático, pero cuando le das el micro y le dejas, es todo un animador. Impresionante a las seis cuerdas y encandilando en el primer clásico como fue “Dargor, Shadoword of the Black Mountain”, con esa entrada entre medieval y clásica. Rugió la sala con ganas. Voli hace que uno no eche de menos a todo un Lione, lo cual es admirable. Saludaron al respetable mientras atacaban “The Courage to Forgive”, otro tema muy clásico, pero novedoso, demostrando que Voli va sobrado de agudos e incluso se adorna por momentos. No falló un tono. Mas material de nuevo cuño en “March Against the Tyrant” con arrebatos clásicos y jugando a los cumbres y valles en este extenso y bello tema.

Pero la audiencia demandaba clásicos y “March of the Swordmaster” amenizó la velada con muy buenas maneras. Tema templado, inspirado en una canción tradicional francesa a la que llevaron a la perfección. Fue uno de los momentos de la noche. Incluso Alex parece que le da a las teclas con renovada energía tras tantos años de estaticismo y hieratismo facial. Palabras mayores con un “Dawn of Victory” que provocó pogos constantes entre el gentío más cercano. Recordemos que hubo tiempos en los que Staropoli no hacía los solos de teclado y acompañaba a estos que sonaban enlatados. Este cambio de chip le sienta de maravilla. Tas dejarse la gente las gargantas tocó la bonita “Wind Rain Moon”, una balada con mucho sentimiento en la que iniciaron solos teclista y cantante. Dejaron patente el por qué “Rain of Fury” es el nuevo single y dudo que haya fans desencantados con el nuevo disco. Todos los elementos que siempre les han caracterizado puestos en fila y tirando de fórmula con un Manu a la batería impecable y un sonido que les hizo lucir enormemente.

Para “Warrior Heart” Giacomo nos recordó que la flauta había sido grabada por el hermano de Alex, Manuel Staropoli. Nos contó que la letra versa los sentimientos encontrados de dos combatientes en una guerra, al verse cara a cara, y entender que es una lucha entre iguales. Es otro tema nuevo e interesante, pero en esos momentos la demanda de clásicos ya era una realidad y “Holy Thunderforce” colmó las expectativas de los presentes con otro derroche de sudor y entrega, y con un Voli a un nivel excelso. Hubo la primera tanda de bises y el señor De Micheli empezó un poco su show, incluyendo un paseo entre la gente. Contrastó con el sonriente y eficaz bajista Alessandro Sala. A estas alturas “Reign of Terror” ya es bienvenida como un clásico y es uno de los mejores temas de sus últimos dos lustros de trayectoria. Pero quienes disfrutamos de ellos desde sus inicios recibimos con los brazos abiertos “Flames of Revenge”. Cuántos años sin escuchar este tema en directo… Pero obviamente venían a presentarnos un nuevo álbum y “Master of Peace” fue, de largo, uno de los temas más contundentes y rápidos de su concierto.

En la última tanda de bises Giacomo presentó a todos sus compañeros y luego Roby presentó al cantante, quien se llevó el aplauso de la noche junto a un Alex emocionado y expresivo. Qué mejor que encarar un “Land of the Inmortals” cuando ya superas ampliamente la hora y media de show. Una de las grandes joyas de esa primera obra, aunque la gente esperaba el clásico entre clásicos: “Emerald Sword”. Aquí los fans lo dieron todo, tanto física como vocalmente, para despedir a un grupo que se fue con música de fondo y esa voz de Christopher Lee de fondo, uno de los iconos y grandes logros del grupo. Excelente concierto por parte de unos Rhapsody que demuestran estar a la altura de la otra facción. Todos los honores para un Staropoli capaz de mantener vivo el legado y de demostrar a que opta al trono y a la espada esmeralda.

Jordi Tàrrega
Sobre Jordi Tàrrega 1367 Artículos
Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.