Queen – The Works: 40º Aniversario del enésimo golpe de timón en la carrera de la banda

Ficha técnica

Publicado el 27 de febrero de 1984
Discográfica: EMI Records / Capitol Records
 
Componentes:
Freddy Mercury – Voz, piano, teclados
Brian May – Guitarra, teclados
John Deacon – Bajo, teclados
Roger Taylor – Batería

Temas

1. Radio Ga Ga (5:50)
2. Tear It Up (3:24)
3. It’s a Hard Life (4:10)
4. Man of the Prowl (3:26)
5. Machines (or “Back to Humans”) (5:11)
6. I Want to Break Free (4:19)
7. Keep Passing the Open Windows (5:22)
8. Hammer to Fall (4:25)
9. Is This the World We Created? (2:11)

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Si tenemos en cuenta que la carrera musical de Queen se iniciaba a principios de los años 70 de una manera muy intensiva, a razón de un lanzamiento nuevo cada año aproximadamente, intercalando giras entre ellos, nos podemos hacer una idea del nivel de cansancio y fricción que acumulaba la banda hacia principios de los 80, tras la publicación de 10 álbumes de estudio (entre 1973 y 1982) y habiendo recorrido el planeta en mastodónticas giras por lugares como Europa, Estados Unidos, Sudamérica o Japón por nombrar algunos de los más importantes. Hot Space (1982), disco anterior al que nos ocupa y que no consiguió excesivo éxito en comparación a trabajos anteriores, fue el detonante, entre otros, que la banda decidiera tomarse un año sabático para tomar algo de aire, momento que aprovecharon algunos de sus miembros para realizar sus incursiones en solitario con ánimo de explorar en profundidad sus facetas más personales. Roger Taylor no era nuevo en ello, ya contaba con un primer disco propio y esas vacaciones le brindaron la posibilidad de componer un segundo llamado Strange Frontier, que finalmente vería la luz en 1984. Brian May, por su lado, se juntó con personalidades como el mismísimo Eddie Van Halen (junto a Alan Gratzer, Phil Chen y Fred Mandel) para grabar un mini álbum de tan solo tres pistas bajo el nombre de Star Fleet Project que le reportó un muy buen resultado en listas. Freddie, por su parte, se embarcó en la composición de la banda sonora de la reedición del film de culto Metrópolis además de grabar tres pistas con Michael Jackson a modo de duetos que sufrieron destinos diversos e intrincados. El motivo: distanciamiento entre ambos artistas debido al éxito sin precedentes de Thriller (1982), mismo año en que Hot Space quedó bastante más por debajo en listas. Una de dichas pistas, ”There Must Be More Life than This”, que ya era un descarte de Hot Space, fue incluida en el primer disco en solitario de Freddie que se empezó a cocer en aquella época, Mr. Bad Guy (1985) sin la voz de Michael Jackson debido a ese desencuentro entre ellos. Años más tarde, tras la muerte de éste, Queen conseguiría hacerse con los derechos del tema y lanzaría una versión, esta vez sí, en formato dúo en su álbum recopilatorio Queen Forever (2014).

Para acabar de hacernos una idea de lo convulso que fue este hiato temporal entre Hot Space (1982) y The Works (1984), añadir que durante él se produjo un hecho relevante en la biografía de Queen, un cambio de discográfica, dejando atrás a Elektra para fichar por Capitol Records. El río estaba revuelto, y tras este parón forzoso para calmar las aguas, Queen se juntó de nuevo en agosto de 1983 para abordar un nuevo trabajo. Brian May y Roger Taylor querían recuperar la senda más rockera de los inicios, mientras que John Deacon y Freddie estaban más por la labor de continuar incorporando elementos modernos funk, pop y electrónicos como ya habían hecho en sus discos predecesores más recientes. Lo cierto es que el resultado final de The Works consiguió aglutinar todos estos distintos aspectos creativos de cada uno de los miembros de la banda, dando como resultado un trabajo que acabó funcionando en cuanto a listas, especialmente en Europa, Asia y Sudamérica, no tanto en Estados Unidos por motivos que venían de lejos y que se vieron incrementados por la polémica en torno al vídeo del tema “I Want to Break Free”. The Works contiene ciertamente algunos de los temas más famosos de la historia de Queen, himnos algunos de ellos que darían para escribir páginas enteras por su relevancia cultural a nivel mundial.

The Works fue gestado a caballo entre los estudios Record Plant de Los Ángeles y los Musicland Studios de Múnich, durante un período de seis meses. Su lanzamiento tuvo lugar el 27 de febrero en Europa, un día más tarde en los Estados Unidos. Un mes antes, aproximadamente, se dio a conocer el que sería su primer sencillo y tema de apertura de The Works: “Radio Ga Ga”, que fue elevado a la categoría de himno de manera inmediata, alcanzando la posición número 2 de Reino Unido. Compuesta por Roger Taylor, éste nos muestra una cara compositiva no tan usual en él, pues el foco de atención principal es el sintetizador, dando como resultado un tema de sonido moderno bastante alejado del estilo más rockero por el que en principio abogaba. Es curioso constatar las relaciones simbióticas que se producían en el seno de Queen, es quizás esa capacidad de no cerrarse en banda y anexionar las ideas de los otros por muy distintas que sean a las propias las que dieron como resultado temas tan excelsos como los que fueron capaces de crear. Buen ejemplo es este tema en concreto, que, aunque atribuible a Taylor como creador primigenio (en realidad la había compuesto para su disco en solitario), fue desarrollado en profundidad por Freddie y Deacon, quienes le vieron un gran potencial y no dejaron pasar la oportunidad de que formara parte de The Works. Para dar con el sonido deseado de sintetizador, no dudaron en recurrir a un experto en la materia de nombre Fred Mandel, quien se encargó asimismo de la programación y participó en otros temas del álbum. Y ya que hablamos del aprovechamiento de ideas, ¿recordáis que unos meses antes Freddie se embarcaba en la composición de la banda sonora de la película Metrópolis? Pues para el vídeo se rescataron imágenes de ésta, consiguiendo mostrar ese contraste lleno de melancolía entre lo antiguo y lo moderno, tal y como relata “Radio Ga Ga”. Ni que decir tiene que este tema se convirtió en un fijo en los directos, pues permite una interactuación / comunión con el público fuera de toda duda. No hay más que ver las imágenes del concierto que la banda ofreció en Live Aid (1985) para hacerse una idea de su grandeza. Freddie consiguió hacer palmear y cantar el estribillo al unísono por parte de toda la multitud que abarrotaba el estado de Wembley, hecho por el cual, entre otros, fue considerada la mejor actuación de Queen de todos los tiempos.

Aunque podríamos contar mil cosas más sobre “Radio Ga Ga”, vale la pena seguir avanzando en el repaso de The Works e irnos a saborear su siguiente pista, “Tear It Up”, acreditada a Brian May. Esta vez May consiguió imponer su voluntad y regresar a las sonoridades más heavies de sus inicios con un riff demoledor de su guitarra y un estribillo muy potente, que contrasta con unas estrofas mucho más calmadas. Deudora de “We Will Rock You” a nivel rítmico, con este tema Queen nos dejó claro que su pasado seguía estando presente en este nuevo trabajo, para deleite de aquellos seguidores que no acababan de encajar la deriva más discotequera de los últimos trabajos de la banda. No se hace esperar la excelencia en forma de balada con “It’s a Hard Life”, donde es fácil identificar las señas identitarias usuales de la formación. El tema se inicia de una forma muy operística (a imagen y semejanza del aria “Vesti la giubba” de Pagliacci), con un Freddie lamentándose por su corazón roto, acompañado por unos grandilocuentes coros y un melancólico piano, que seguirá aportando toques maravillosos durante toda su duración. Brian haciendo lo que mejor sabe hacer con su sonido característico de guitarra presente en todo momento en la justa medida, nos brinda uno de esos solos marca de la casa, John Deacon borda una preciosa línea melódica con su bajo, Freddie es puro sentimiento, y lo de los coros aquí, son ya de otro planeta, consiguiendo emotividad máxima en sus momentos álgidos. No deja de sorprender que tras tanta intensidad entre “Man on the Prowl” en una tesitura opuesta a la anterior (curiosamente ambos compuestos por Freddie). Este rockabilly que destila diversión y buenrollismo por todos lados, nos muestra a unos Queen desacomplejados que se atreven con cualquier estilo que les apetezca, dejando el listón bien alto en todos ellos.

Le toca el turno al combo compositivo May/Taylor para traernos el tema más experimental del disco, “Machines (or Back to Humans)”. Recordemos que ambos perseguían el volver a las raíces estilísticas más potentes, pero es evidente que aquí se les fue de las manos y acabaron mezclando toques duros con electrónica, voces robóticas, estructuras caóticas… Lo dicho, un batiburrillo extraño que yo personalmente podría llegar a imaginar ubicado de nuevo en el contexto del film Metrópolis (un poco en la línea de las reflexiones de “Radio Ga Ga” sobre las amenazas que representan el presente sobre el pasado…). Ojito que este tema ya estaba profetizando algo de rabiosa actualidad en sus letras: “When the machines take over, it ain’t no place for rock ‘n’ roll“. Cruzado el ecuador del disco damos de lleno con la joya de la corona de la reina y esa es nada más ni nada menos que “I Want to Break Free”, segundo sencillo del álbum y obra de John Deacon. Pocos temas son de la autoría del discreto bajista de la banda, pero se ha de reconocer que cuando se aplicaba, conseguía la excelencia. Y si bien este tema está entre los más populares de Queen, podríamos afirmar que su vídeo es el más emblemático sin lugar a duda. En él, los miembros de la banda se vestían como mujeres emulando los personajes y una escena del serial británico de la época Coronation Street. Fue ese travestismo el que tan mal sentó en los Estados Unidos y su vídeo fue censurado durante mucho tiempo, no siendo posible verlo con normalidad hasta el año 1991. Me parece increíble que algo así llegara a suceder no hace tanto tiempo. Para cuando este vídeo fue lanzado contaba yo con 10 años de vida y lo recuerdo con gran simpatía, que era en realidad lo que pretendía la banda, poner un toque de humor a su música. Y sí, el mensaje no deja lugar a dudas, habla de liberarnos de relaciones sentimentales tóxicas, pero como himno que acabó siendo, cada uno interpretó el tema de la liberación a su manera… Está claro que el mercado americano no comulgaba con el estilo de vida desenfrenado que llevaban por aquel entonces algunos miembros de Queen, y si ya las sospechas sobre la orientación sexual de su frontman albergaban pocas dudas, solo faltó un vídeo de estas características para colmar el vaso, por inocente que lo podamos ver y sentir ahora… Y ya puestos a hablar del vídeo, ¿os habéis preguntado alguna vez por qué Freddie aparece sin bigote durante la coreografía de danza junto al Royal Ballet de Londres (emulando al bailarín Vaslav Nijinsky), pero no cuando va vestido de mujer? ¿Nos estaba intentando trasmitir con ello que él era el jefe y hacía lo que realmente le venía en gana?

Y si el vídeo tiene su miga, lo de su música ya son palabras mayores. Fred Mandel vuelve a aparecer en escena brindándonos una intro de sintetizadores mítica, así como un solo en su parte intermedia de un gusto sublime. Se nota que Deacon es el compositor, pues el bajo, junto a los sintetizadores, pasan a ser los instrumentos dominantes en todo momento, secundados por una juguetona guitarra de May y un ritmo constante sin grandes estridencias de Taylor. No estamos ante un tema al uso en cuanto a estructura, y tanto escuchamos I Want to Break Free en sus estrofas como en su supuesto estribillo (que no lo hay como tal), y eso lo hace aún más interesante. Menudo derroche de inspiración… Seguimos encontrando otra perlita en “Keep Passing the Open Windows”, otra de las piezas atribuibles a Freddie. Comentábamos esa tendencia a aprovechar ideas del pasado… y ésta es una de ellas. Cuando los miembros de Queen se juntaron de nuevo en 1983, lo hicieron para participar en la banda sonora de la película The Hotel New Hampshire, proyecto que abandonaron por ocuparles demasiado tiempo en favor del disco que nos ocupa. De esas sesiones tan solo rescataron este tema, el cual se inicia de forma similar al “It’s a Hard Life”, tirando de epicidad vocal y piano, aunque esta vez su desarrollo es mucho más animoso, pues su mensaje es del todo positivista. Es ese juego de contrastes entre la épica y la rítmica lo que hacen que el tema funcione y nos dé la sensación de que hemos escuchado algo grandilocuente. Encaramos la recta final con la segunda de las composiciones atribuibles a May, “Hammer to Fall”, rescatando esa potencia y fuerza del hard rock buscada que ya hemos ido comentando. Como cualquiera de los temas considerados más sencillos —que en absoluto lo son, siempre están cargados de detalles de calidad— en la discografía de Queen, el verdadero poder está en su gancho, en conectar con su público y que éste sea capaz de hacérselo suyo, ya sea canturreando en casa o en un multitudinario concierto. Hicieron bien en escogerlo como cuarto y último sencillo del disco, incluyéndolo asimismo en sus directos y consiguiendo de esta manera una respuesta satisfactoria unánime al mismo. Nos toca despedir The Works y para tal cometido May y Freddie nos obsequian con una corta y punzante balada acústica que nos invita a la reflexión: “Is this the World We Created?”. Sin más instrumentación que la acústica de May, Freddie nos regala unos versos llenos de emotividad en los que nos habla sobre las injusticias que hemos permitido dominen este nuestro mundo.

Llegados al final de la audición de The Works, vale la pena intentar sacar algunas conclusiones sobre lo que éste significó en la carrera de Queen. Hemos hecho mucho hincapié en la autoría de las canciones, pues éstas reflejan el momento vital (musical) en el que se encontraba cada uno de ellos, en qué estaban interesados en realidad individualmente y cómo hicieron por integrar al resto de la banda para aportar su magia y mejorar sus ideas. Queen quiso recuperar su esencia estilística, pero sin darle la espalda a la modernidad, y en busca de este equilibrio perfecto consiguieron gestar un álbum que contiene altas dosis de lo que mejor venían haciendo en el pasado, pero con un plus de actualidad, abrazando lo bueno y mejor de ambas épocas. Si nos fijamos en los cuatro sencillos del disco (“Radio Ga Ga”, “It’s a Hard Life”, “I Want to Break Free”, “Hammer to Fall”) y les buscamos una posible palabra que los defina (aquí las mías: modernidad, pomposidad, emotividad, contundencia), entenderemos perfectamente la esencia de lo que representó su música en aquel entonces y el mensaje que quisieron transmitir con ello: somos los de siempre, pero en constante evolución al son que marcan los tiempos.

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Sobre Susana Masanés 138 Artículos
Aficionada a la música y los viajes, aunque no sabría decidir en qué orden. Cuando los combino, ¡lo más! Amante de aprender cosas de allá donde vaya, soy un poco la suma de los lugares que he visitado y las experiencias vividas. Daría la vuelta al mundo de concierto en concierto si de mi dependiera, pero las limitaciones terrenales me mantienen aquí y ahora, así que, ¡a sacarle el máximo partido!