Portadas icónicas: Blur – Parklife

Conciso proemio

En el 30º Aniversario de uno de los discos más ovacionados de Blur como es Parklife (1994), hablaremos aquí de su icónica portada con esos perros de rostros entre feroces, concentrados, esforzados y frenéticos; en plena carrera.

Imágenes y títulos barajados

La búsqueda de la cubierta idónea arrancó cuando los encargados de la misma, los diseñadores de Arte Rob O’Connor y Chris Thompson, manejaron distintas posibilidades sobre ello cuando, en unas 100 ocasiones, fueron disparando una cámara polaroid, en diversos sitios de Londres. De este modo, ambos expertos trataron de reflejar una serie de acontecimientos muy representativos de Inglaterra y con perspectivas, luego, de trasladar ésto mismo a un artístico contexto de la música pop-rock.

Así pues, con esas bases visuales, los integrantes de Blur y la gente de su entorno barajaron varias imágenes para el frontal y por añadidura, se propusieron diversos títulos para el LP de aquel año 1994; todo lo cual enumeramos seguidamente:

  1. Un carrito de la compra, lleno de frutas y verduras, retratado en el barrio de Notting Hill, en Londres.
  2. Un tenista de los años 60, como símbolo de la Clase Alta (aunque el vocalista Damon Albarn, finalmente, acabó descartando esta idea porque aquel no era el estrato social en el que dicho músico se hallaba interesado en esa ocasión).
  3. El morro de un Rolls Royce, donde figurarían los vocablos separados, Park Life.
  4. El Palacio de Buckingham con sus característicos soldados desfilando, pudiendo ser Soft Porn el osado, cáustico y provocador rótulo del álbum. También se manejó otra cubierta con dichos militares ahora de juguete y con, efectivamente, ya Parklife (escrito junto) de término principal.
  5. La palabra London también sonó como encabezamiento nominal del disco y teóricamente, se hubiera colocado, tal vez, la fotografía de alguna cabina telefónica de color rojo o de algún recuerdo de viaje de una de esas tiendas para turistas o de alguna otra cosa siempre muy típica de la aludida capital británica.
  6. También Blur consideraron Magic Arrows (significa “Flechas mágicas”), como frase titular de su obra de 1994.
  7. Un escaparate de la casa de apuestas deportivas William Hill, en la misma Londres, con lo que el LP entonces se hubiera denominado Sports.

El modo en que se escogió la portada definitiva

Ésto último derivó en que los chicos de Blur organizaron un cónclave con los citados Rob O’Connor y Chris Thompson y todos ellos acordaron desplazarse hasta este popular local de los envites sobre eventos deportivos. Una vez allí, los propios diseñadores prosiguieron lanzando más instantáneas en dicho emplazamiento, hasta que todos los implicados se fijaron una específica fotografía, amplia y subdividida la misma, donde aparecían refractados varios deportes; aunque al mismo Thompson le pareció que destinar esa misma imagen, toda entera, al LP, hubiera supuesto algo excesivo.

Finalmente, los componentes de Blur se centraron en la impactante, cruda y directa estampa de una competición entre galgos. Dicha instantánea la había tomado, en el año 1988, el fotógrafo deportivo Bob Thomas, en el canódromo Romford Stadium, a unos 22 kilómetros de Londres.

Fue entonces cuando Damon Albarn, Alex James, Graham Coxon, Dave Rowntree y su equipo de diseñadores negociaron con el mismo Thomas para poder utilizar el flash de los canes para la cubierta del tercer LP de Blur, algo que desató la grata incredulidad del propio camera man y éste aceptó, de inmediato, en el asunto de ceder esa misma escena que el mismo Bob Thomas había retratado seis años atrás; como decimos. Según el propio consejero artístico, Rob O’Connor, aquel profesional de la imagen les hubiera pedido más dinero si se hubiera parado a pensarlo.

El motivo de que los miembros de Blur escogieran aquella secuencia determinada fue porque les agradó la agresividad de aquellos animales y es que los cuatro músicos se decantaron por los perros que enseñaban más los dientes, a los que se les veían más trastornados y con la mirada más extraña; siempre según las manifestaciones del guitarrista Graham Coxon. Éste último además opinó que, en cierto modo, la portada de Parklife es todo intelecto y nada de alma pero también es sensacional, gráfica y perfecta.

Agregaremos que tanto el color amarillo de logo del grupo como el blanco del título del álbum pretenden hacer juego con algunas de las tonalidades del propio flash del frontal perruno.

Respecto al título del álbum…

En cuanto al título del álbum, Parklife, éste refleja la “vida ociosa” de los ciudadanos ingleses corrientes (mayormente, desempleados); donde apostar en la casa William Hill o asistir al canódromo son algunas de esas actividades de puro entretenimiento de dichas personas pero será luego cuando expliquemos ésto un poco más.

Dicho término en concreto, según el batería Dave Rowntree, lo podrían haber sacado Blur de un recorte del periódico Evening Standard, el cual portaba un folleto suplementario llamado Flat Buyers Guide ( “Guía de los compradores de pisos”). En la misma venía un anuncio de precios de apartamentos nuevos, cerca del Canal Hertford Union (en Londres), con una pareja de enamorados en la imagen y, debajo, con un rótulo en grande que decía “Parklife”, el cual precedía al texto promocional sobre lo comentado.

Blur en el canódromo

Después de que la banda británica apuntalara los conceptos anteriores, tanto la contraportada del álbum como las imágenes del interior del mismo, donde aparecían los cuatro de Blur, resultaron realizadas por el fotógrafo Paul Postle, en otro canódromo, en aquel 1994; concretamente en el Walthamstow Stadium (el cual, por cierto, hoy día ya no existe porque dicho lugar cerró sus puertas en el año 2008), a unos 15 kilómetros de Londres.

Por lo visto, Damon Albarn era propietario de un perro de los que rivalizaban en aquel circuito y adicionalmente, el 26 de abril, un día después de la publicación del LP Parklife y como idea de presentación oficial del mismo, Blur apadrinó una carrera en dicho estadio; aunque la misma se tuvo que declarada invalidada por unos parones, choques y trifulcas entre los propios canes, una vez iniciada dicha competición. Debido a esos accidentes y la posterior anulación del suceso, no se pudo otorgar al ganador entre los apostadores el premio concretado que consistía en un Compact Disc de regalo, con forro dorado, del propio álbum recién estrenado; además de 90 libras en mano.

Las influencias

En efecto, para toda aquella representación de los dos canódromos de la portada y la contraportada, los diseñadores Rob O’Connor y Chris Thompson se inclinaron, como se sugirió antes, por una de las diversiones más habituales de la clase obrera británica como es asistir a una competición de galgos; insistimos. Aquello mismo provino, también, de que tanto el mismo O’Connor como el propio Damon Albarn se habían inspirado en la satírica novela Campos de Londres, del reputado autor Martin Amis, donde se desarrollan un conjunto de actividades y pasatiempos muy frecuentes en ciertos ambientes de dicha metrópolis inglesa como, por ejemplo y precisamente, una visita al canódromo por parte de Keith Talent, el ficticio protagonista del libro del propio Amis.

Añadiremos que el mismo Rob O’Connor, al frente de su empresa Stylorouge, además de en Parklife también trabajó con Blur para los frontales de Leisure (1991), Modern Life is Rubbish (1993) y The Great Escape (1995). Según el mismo O’Connor, todas las portadas que su factoría diseñó para Blur (incluida la del propio Parklife, recalcamos) capturaron una actitud que parecía adecuada para la época y siempre eran divertidas; en concreto, suponían una observación irónica de la cultura visual británica más que, simplemente, un diseño llamativo. Añadiremos que dicho creador artístico también desempeño su labor en cubiertas al servicio de Morrissey, Pink Floyd, Skunk Anansie, Imelda May, The Corrs, David Bowie o Siouxsie Sioux; entre otros astros de la música.

Pero…¿hubo algún factor más a la hora de seleccionar aquella carátula canina? Únicamente, expresaremos acerca de la banda punk de Manchester, Dub Sex, que en la portada de su EP de cuatro canciones, titulado Tripwire, del año 1987, aparece una imagen, en este caso en blanco y negro, muy semejante a la de Parklife; es decir, también, un primer plano de dos galgos, con el semblante enfurecido y corriendo en un canódromo. Así que, ¿fueron Damon Albarn, Alex James, Graham Coxon y Dave Rowntree influenciados visualmente (o incluso en la sonoridad de la palabra que concede título al LP) por este otro grupo británico que comentamos o, sin embargo, fue todo una coincidencia; sencillamente? Es un incógnita que queda suspendida en el aire.

Trascendencia filatélica

También comentaremos que, en el año 2010, el Servicio Postal Inglés imprimió una serie de 10 colecciones de sellos con frontales de míticos álbumes de insignes músicos británicos como, por ejemplo, The Division Bell, de Pink Floyd; Let It Bleed de The Rolling Stones; London Calling, de The Clash; Tubular Bells, de Mike Oldfield; IV, de Led Zeppelin; Screamadelica, de Primal Scream; Power, Corruption and Lies, de New Order o The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars, de David Bowie y también, finalmente, el mismísimo Parklife, de Blur tuvo el honor de ser uno de la decena de elegidos en esta importante, oficial y selecta iniciativa filatélica.

Ya solamente con este pequeño gran detalle nos hacemos una idea de la monumental trascendencia de esta portada de Blur, de 1994.

Avatar
Sobre Txus Iglesias 46 Artículos
Albergo una inquebrantable fe en ese sacro, inmenso, lumínico e intemporal motor bautizado como “rock and roll”.