Kraftwerk: Bicicletas, robots y autopistas

«Es ridículo pensar que el hombre está dominado por la máquina. Existe una interacción entre ambos, la máquina ayuda al hombre y este se siente agradecido. Nosotros tenemos nuestros aparatos, tenemos con ellos una relación… erótica. Está naciendo el hombre-máquina. Y no hay motivos para sentirse asustado por esta nueva sociedad.» (Florian Schneider, 1978)

Lo que siempre me ha fascinado de Kraftwerk, y de un grupo de música electrónica en concreto, es el hecho de que estos alemanes tuvieron la brillante idea de intentar realizar una gira con sus robots y sin ningún miembro del grupo en el escenario. Esta alucinante y arriesgada idea nunca llegaría a buen puerto, pero es una sensacional continuación de las máquinas Intonarumori del futurista italiano Luigi Russolo a principios del siglo XX, del que ya hemos hablado alguna vez en estas páginas. También me parece excepcional el hecho de buscar un perfil y el huir del protagonismo y la fama partiendo de la base de que lo suyo era el perfil del obrero, haciendo jornadas maratonianas en su taller en el que adelantaron la música electrónica a pasos agigantados. Luego Daft Punk tomaron la idea y ocultaron sus identidades, pero en gran parte la idea nace en Kraftwerk. Otra cosa absolutamente curiosa es su amor incondicional por las bicicletas. Son los padres de la música electrónica y su experimentación a principios de los 70 supuso un absoluto avance tecnológico. No son rock ni nunca pretendieron serlo, pero fueron copiados y sampleados ayudando involuntariamente a llevar al estrellato a incontables grupos.

Trayectoria

“Kraftwerk” es en alemán “central energética”, y es un nombre que va como anillo al dedo para esta formación visionaria. Se forman en 1970 y debutan discográficamente siendo una suma rareza en la época gracias al uso de sintetizadores. El núcleo lo forman Florian Schneider y Ralf Hütter, siempre en contacto con la escena vanguardista alemana, la misma que hizo acercarse a Iggy Pop y a David Bowie para impregnarse del sonido kraut-rock de bandas como Cano Neu! A pesar de entrar en las listas alemanas con los discos Kraftwerk, Kraftwerk II y Ralf und Florian, el pelotazo lo dan con Autobahn en 1974, ya con Karl Bartos y Wolfgang Flür. La pieza “Autobahn” ahonda en terrenos electro-pop y utiliza ruidos como los cláxons de los coches y el motor unidos a las melodías del sintetizador, los teclados y unas voces distorsionadas que le dan ese sello tan característico al grupo. Rendir homenaje al Volkswagen Escarabajo y a la autopista mantiene las características evidentes del futurismo italiano: la exaltación de los avances tecnológicos y el patriotismo. Posiblemente nunca quisieron hacerlo de modo intencionado, pero el “escarabajo” no deja de ser uno de los símbolos del auge tecnológico alemán por mucho que ellos siempre se consideraron apolíticos a pesar de que su estética sugiera otras cosas.

En sus conciertos las imágenes proyectadas en las pantallas traseras destacaban ese coche precisamente. Flür y Bartos entran en esa gira tocando pads electrónicos a modo de percusión. Radio-Activity aparece en 1975, y a pesar de que no alcanzan las cotas de éxito de Autobahn, su consolidación les permite girar por Europa y Estados Unidos; así como invertir en material mucho más profesional y avanzado. El grupo juega con las tecnologías y realiza videos musicales para promocionarse. La banda había entrado de lleno en el pop electrónico del que serían padres y mentores. En el tema “Radioactivity” el grupo juega con el código Morse y el electro-pop de forma magistral.

En 1976 el grupo coincide con un Bowie muy interesado en el trabajo de la banda. La colaboración y posible gira sería rechazada por Kraftwerk. Para Trans-Europe Express el grupo hace una rueda de prensa en un tren en marcha por Francia. Otro homenaje digno para y hacia los futuristas italianos. La canción que da título al disco contenía un ritmo maquinal que sería utilizado para uno de los primeros discos de hip hop de la historia. En los Estados Unidos se iba cociendo todo un nuevo mundo de estilos musicales.

En The Man-Machine la banda se basa en la iconografía y estilo del artista ruso El Lissitzky y aparecen en la icónica portada vistiendo de negro, rojo y con sus elegantes corbatas y perfectos cortes de pelo. Ese disco contenía uno de sus temas de referencia: la aclamada “The Model”, que llegó hasta el número 1 en Inglaterra. Posiblemente el primer tema techno-pop de la historia. Su estética haría nacer las críticas absurdas y el grupo sería acusado de pro-nazi. Algo con lo que siempre tienen que batallar las bandas alemanas… “Computer Wolrld” es considerado, juntamente al anterior disco del grupo como el máximo momento creativo de la banda. Es una oda a los ordenadores. Con los 80 aparece la técnica del sampler, que abre nuevos horizontes creativos. Pero esos horizontes toman en base el trabajo de Kraftwerk, y sus melodías y bases son tomadas y sableadas en pos de la evolución. El grupo sufre un expolio en toda regla, pero finalmente se rinden ante el avasallante uso masificado de sus creaciones por parte de otras bandas.

«A veces era una locura: sin cajas de ritmo, sin secuenciador, sin sincronización, teníamos que hacerlo todo nosotros. Cuando vimos lo que la caja de ritmo podía hacer, nos inspiró para ir más allá e intentar nuevas ideas. Nada era demasiado loco para nosotros. Llegamos a desarrollar tantas cosas que algunas no las hemos usado nunca en el escenario.» (Ralf Fluter para la revista Future Music)

Otra de sus célebres actitudes a contracorriente fue la de, a diferencia de las rockstarsde la época, no caer en los excesos de las drogas y la bebida. Pero Kraftwerk podía ir más allá, y si los Beach Boys exaltaban al surf, ellos lo hicieron del ciclismo, y más concretamente en el histórico Tour de Francia. Ralf estaba absolutamente enganchado al ciclismo, de modo obsesivo. En 1983 aparece el single “Tour de France”, pero habría muchas complicaciones a la hora de conseguir sacar a la luz el disco. ¡Una de ellas fue precisamente un accidente de bicicleta de Ralf! Electric Café a parecería en 1986, tres años más tarde que el single. Definitivamente las críticas y la aceptación no fueron las esperadas y la obra supuso un duro revés para el grupo. De pioneros habían quedado anticuados ante unos aprendices y devotos que se adaptaban mejor a los nuevos tiempos como Depeche Mode o Pet Shop Boys. En 1991 el grupo saca The Mix, un disco de grandes éxitos que intenta ahondar precisamente en las muchas versiones “pirata” que había de sus temas. Era una actualización del sonido para demostrar a las nuevas generaciones que ellos estaban antes y eran padres y abuelos de todo lo popular a principios de los 90. Bartos decidió abandonar la nave ya harto de esperas y experimentos. Los 90 serían una década sabática para el grupo. Sólo conciertos puntuales y algún que otro single esporádico.

El siguiente decenio empezaría con polémica al ser Kraftwerk la banda que grabaría el himno para la Exposición Universal de Hannover 2000. 40000 Marcos alemanes eran vistos por la ciudadanía como un abuso en toda regla. En 2003 aparecería el disco Tour de France Soundtrack, con una nueva versión del clásico y varios temas que componían una obra conceptual sobre el cuerpo humano. Volvían a ofrecer su cara más minimalista, pero el disco no era nada fácil, y más tras tantos años de silencio y poco protagonismo. Eso sí, consiguieron el número 1 en las listas de su Alemania natal. Eran ya una institución y algo más que un grupo musical. Su gira mundial es editada en un DVD que toca lo futurista pero que tiene guiños a sus inicios. La innovación en la que han trabajado en la década de los 2000 han sido las proyecciones en 3D. También el grupo aceptó, en 2009, abrir para Radiohead en su gira sudamericana, siendo la primera vez en su historia que aceptaban ser teloneros de alguien. En la formación actual el grupo sólo está Ralf Hütter de los cuatro miembros de la formación clásica. Su particular amor incondicional por el ciclismo llega al punto álgido cuando el grupo toca en directo en Manchester mientras el equipo ciclista inglés, ganador en los Juegos Olímpicos de Pekín, corre por la pista de velocidad mientras la banda toca. Consiguieron un efecto espectacular.

Su directo

El grupo siempre aparecía en escena ante cuatro teclados, siempre con su vestimenta elegante y sencilla, bien peinados y con micros de pinganillo. La banda ideó para la gira de “Computer World” unos robots que eran réplicas de ellos mismos. Éstos se sincronizaban con la música y cobraban movimiento mientras se proyectaban imágenes en una pantalla gigante que había atrás. Esos autómatas eran sus alter egos y llegaron a ser portada incluso de sus discos. Al igual que los avances tecnológicos les iban permitiendo cierta despreocupación de las percusiones y acompañamientos, los robots también llegaron a ser una opción a tener en cuenta para facilitarles el trabajo. Aunque parezca increíble el grupo llegó a pensar en la posibilidad de realizar una gira mundial con los robots y los técnicos girando por todo el mundo. Ellos se quedarían tranquilitos en casa, pero finalmente no fue viable. El mantenimiento de los autómatas era realmente costoso, así que la banda tuvo que abortar esa misión.

«Kraftwerk me impresionaron en su momento. Ahora los veo como artesanos, encerrados en su taller.» (David Bowie, 1978)

Todos estos avances e innovaciones eran llevadas a cabo en el estudio-laboratorio de grabación llamado Kling Klang. En él se llegaron a crear auténticas máquinas futuristas y se abrieron caminos como introducir el láser en la música y el uso de receptores fotosensibles. Siguen girando en la actualidad con un técnico de video como miembro fijo

La actualidad les ha llevado a ser nominados para entrar en el Hall of Fame de este fatídico año 2020. Y el día 6 de mayo ha muerto Florian Schneider debido al cáncer. Sirvan estas líneas de homenaje desde una web de heavy metal. Descansa en paz, siempre te recordaremos como miembro fundador de Kraftwerk en 1970 en Düsseldorf.

Jordi Tàrrega
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Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.