En septiembre de 2017 me estrené en la emergente web musical Science of Noise (por petición e insistencia de su resuelto impulsor Albert Vila) firmando una crónica sobre la actuación de Interpol en la sala Razzmatazz, con motivo del decimoquinto aniversario (insólita celebración) de la publicación de su elepé de debut. Un concierto al que, por diversas razones, le tenía muchas ganas, pero que no cubrió mis enormes expectativas, dejando en el aire otra futura oportunidad, que mejorara mis impresiones de lo acontecido en aquella velada.
¡Pues sí! Tres días antes de que se cumplieran 20 años del lanzamiento oficial de Antics (2004), el grupo neoyorquino (con dos únicos componentes de la formación primigenia, el cantante y líder Paul Banks y el fundador y guitarrista Daniel Kessler) retornó a la Ciudad Condal, concretamente al renovado local Paral·lel 62, para interpretar íntegra y correlativamente dicho álbum, por encargo de la promotora Primavera Sound. Aunque debo confesar que el inesperado anuncio, hace meses, de este exclusivo recital, no me generó idéntico entusiasmo que en la anterior ocasión, aun cuando considero el mencionado trabajo tan memorable como su predecesor (incluso afirmaría que, en conjunto, me complace un poco más).
Finalmente, los astros se alinearon, y en plena Diada de La Mercè, patrona de Barcelona, tras un inaudito trayecto de ida en coche sin atascos circulatorios y un sorprendente aparcamiento gratuito a tiro de piedra del evento con la consabida taquilla agotada, a las 21:15 crucé las puertas del mítico recinto y me situé en un lateral de la platea, a la espera del inicio del bolo, bastante ilusionado.
Por desgracia, gran parte de lo que expuse, principalmente en el apartado negativo, en mi crítica de aquella pasada cita, se volvió a repetir. El sonido no fue nítido (al menos desde mi posición, justo al lado de la mesa de los técnicos); la actitud del quinteto (completado por el bajista Brad Truax, el teclista Brandon Curtis y el batería Chris Broome, sustituyendo temporalmente al habitual integrante Sam Fogarino), sobria de por sí, me pareció simplemente competente; y los temas fueron cayendo sin apenas variaciones a sus respectivos originales.
En el primer tramo del show, la ejecución de la obra homenajeada duró prácticamente lo mismo que en su versión de estudio, con solo precisos retoques en un par de piezas, «Not Even Jail» y «Public Pervert». En el segundo bloque, a pesar de que picotearon en el resto de su producción (tocaron, con rayana fidelidad, nueve cortes extraídos de Our Love to Admire, El Pintor, Marauder, The Other Side of Make-Believe, el vituperado disco homónimo y, por supuesto, el primordial Turn On the Bright Lights), para mi particular gusto, erraron en un alto porcentaje del repertorio seleccionado (por ejemplo, “Specialist”, “Try It On”, “Go Easy (Palermo)”, “Wrecking Ball” y “Stella Was a Diver and She Was Always Down” hubieran conformado un repóquer de aciertos). Y así, a las 23:00, sin bises en el escenario ni merchandising en el vestíbulo, un servidor y los demás congregados desfilamos hacia la calle.
En resumen, de nuevo, no conecté enteramente con la ceremonia en directo de una banda por la que aún siento una peculiar devoción. ¿Asistiré una tercera vez?
Setlist:
Next Exit
Evil
Narc
Take You on a Cruise
Slow Hands
Not Even Jail
Public Pervert
C’mere
Length of Love
A Time to Be So Small
Pioneer to the Falls
Obstacle 1
My Desire
The Rover
Lights
All the Rage Back Home
No I in Threesome
Into the Night
PDA