Insomnium – Heart Like a Grave

Nuestra Nota


9.25 / 10

Ficha técnica

Publicado el 4 de octubre de 2019
Discográfica: Century Media Records
 
Componentes:
Niilo Sevänen - Voz, bajo
Ville Friman - Guitarra
Markus Vanhala - Guitarra
Jani Liimatainen - Guitarra
Markus Hirvonen - Batería

Temas

1. Wail of the North (3:07)
2. Valediction (5:06)
3. Neverlast (4:47)
4. Pale Morning Star (8:58)
5. And Bells They Toll (6:02)
6. The Offering (5:00)
7. Mute Is My Sorrow (6:02)
8. Twilight Trails (7:06)
9. Heart Like a Grave (7:05)
10. Karelia (7:50)
11. The True Morning Star (3:06)
12. Karelia 2049 (6:43)

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Los finlandeses Insomnium están de vuelta con A Heart Like a Grave, y eso, sin duda, es una excelente noticia. Los reyes del death metal melódico más denso y melancólico vuelven con una nueva y excelente dosis de… ehem… death metal melódico denso y melancólico que hará las delicias de todos los fans del estilo a pesar de que, probablemente, no sea capaz de despertar demasiados suspiros de sorpresa entre el personal. A mí, de buenas a primeras, no me sorprendió en absoluto, y si bien es verdad que se trata de un disco que gana con las escuchas hasta el punto de tenerme ahora enganchado por completo a su emotividad y su fuerza, difícilmente nos atreveríamos a decir que los de Niilo Sëvanen y Ville Friman han inventado nada demasiado novedoso con este nuevo trabajo que nos traen bajo el brazo.

Aunque es la dicotomía de siempre: ¿es posible inventar algo en cada nuevo disco? Si lo que haces lo haces tan bien, y es lo que los fans desean y esperan de ti, ¿qué necesidad hay de darle vueltas innecesarias a tu fórmula? Aunque yo soy un sucker del death metal melódico (y aquí lo demuestro de nuevo), no me duelen prendas al decir que, muchas veces, las fórmulas inherentes en él se repiten con demasiado descaro. Por ello, y hasta que me metí en él con más detalle y me fulminó por completo, mi primera e instintiva impresión ante Heart Like a Grave fue que aunque no haya nada que esté realmente mal (al contrario, ya os lo digo), es difícil encontrar algo que sorprenda, que excite o que llegue a emocionar más allá de ese placer sordo y conocido que se siente al escuchar un álbum que sabes impecable y un estilo que te entra especialmente.

Con Insomnium, además, siempre me ha ocurrido algo curioso: aunque sobre el papel tienen y han tenido todo para ser una banda que me flipe, nunca he sido capaz de conectar con ellos con la facilidad que lo he hecho con compatriotas y contemporáneos suyos como Omnium GatherumGhost BrigadeSwallow the Sun o los múltiples y fascinantes proyectos de Tuomas Saukkonen. De hecho, y aunque inevitablemente a lo largo de los años he ido disfrutando de sus discos y de sus canciones, no fue hasta el anterior Winter’s Gate que los abracé finalmente con todas mis fuerzas. Y con toda probabilidad, la razón es que Winter’s Gate fue un verdadero soplo de aire fresco dentro de un estilo a veces demasiado repetitivo al aventurarse con una historia conceptual de 40 minutos que, personalmente, me parece poco menos que una obra maestra.

Pero claro, no creo que ni la industria ni los propios nervios de los componentes de la banda estén por la labor de ponerse a hacer discos conceptuales de un solo tema como churros, así que ahora lo que toca es volver al redil y lanzarse a por otro trabajo convencional, con sus canciones de minutaje moderado una tras otra. Y lo que al principio me parecía una correcta pero insulsa colección de buenos temas de death metal melódico finlandés se ha acabado convirtiendo en un catálogo de temazos que insisten en todos los trazos característicos que nos han hecho amar la música de estos finlandeses y, en extensión, la de todo el género que abanderan: densidad, potencia, dureza, melancolía, épica, melodía y esa cálida frialdad tan especial que sólo las bandas de estas latitudes saben reflejar.

En este trabajo Insomnium apuestan por un sonido más crudo, más agresivo y más gélido de lo que nos tienen acostumbrados, acercándose incluso al concepto de «winter metal» que acuñaron sus compatriotas Wolfheart para expresar esa dureza hostil y ventosa, siempre teñida de preciosa melancolía, que se percibe en cada canción y en cada surco de este disco. Con una hora pelada de duración, Heart Like a Grave pelea con Shadows of the Dying Sun para ser el álbum más largo de la carrera de la banda, pero lo cierto es que, una vez metido en él, no se hace pesado para nada. De hecho, los finlandeses consiguen sonar grandiosos, majestuosos, densos, universales y épicos, haciendo que (casi) cada uno de los minutos cuente y te aporte un matiz distinto a la imponente obra global que es este disco.

«Wail of the North» es, para empezar, todo un pepinazo. Pesada, poderosa, solemne y emotiva, este grito del norte es como una pared de granito que te atiza con toda su fuerza después de que el bonito piano inicial te hiciera bajar los brazos con sus suaves caricias. Viendo su breve duración (tan solo tres minutos, casi la mitad que cualquier otro tema del disco), uno podría tener la sensación que se trata de una especie de intro, y supongo que un poco así es, pero aún así empaqueta y contiene una buena cantidad de elementos, ritmos, líricas y pasajes distintos que la ponen a la altura de cualquier otra canción del disco.

Cuando la escuché por primera vez, «Valediction» me pareció un adelanto algo genérico y aburrido. Pero fíjate por donde, y al igual que me ha ocurrido con el resto del disco, cuanto más la he venido escuchando más me convence. Se trata de un tema muy directo y muy Insomnium con un estribillo y una serie de melodías verdaderamente épicas que supongo que resultó ser una elección bastante obvia como single. La luminosa y más o menos alegre «Neverlast», por su parte, también ahonda en esta vertiente más rápida, concisa y cañera de la música de la banda mediante preciosos desarrollos melódicos y una energía que te urge a mover la cabeza imparablemente. De hecho, se trata de un tema muy resultón que tampoco habría desentonado para nada de haber sido escogido como single.

Aunque lo que hemos visto hasta ahora ha resultado ser de notable para arriba, gracias a «Pale Morning Star» es cuando hacen que me levante de verdad de la silla por primera vez. Con casi 9 minutos de duración, es el tema más extenso de todo el disco y tiene ese inconfundible aire a viaje épico y sorprendentemente visual que tan bien funcionó con Winter’s Gate. Desde la densidad descomunal de sus pasajes más pesados a la fuerza titánica de sus ritmos más poderosos, con blast beats, melodías evocadoras, punteos emotivos y un final absolutamente apoteósico, se trata de todo un temarraco que, de una forma u otra, comprime el espíritu de su trabajo anterior en menos de diez minutos y consigue que, a día de hoy, se sitúe probablemente como mi corte favorito de todo el disco.

En medio de los elevados niveles de brillantez que la rodea, la dulce, lánguida, pesada y llorona «And Bells They Toll», sin dejar de ser un buen tema ni mucho menos, es un poco más anodina de lo que me gustaría. Por suerte, rápidamente recuperamos el ritmo con dos cortes potentes, dinámicos y expansivos como son «The Offering» y «Mute is My Sorrow», dos canciones (sobretodo la segunda) excelentes con todo el potencial para convertirse en futuros clásicos de la banda. Ambas siguen estructuras más o menos sencillas e incluso previsibles, pero dan pasmosamente el pego gracias a lo pegadizo de sus líneas vocales y lo motivante de sus emotivas melodías. La preciosa y muy melódica «Mute is My Sorrow», en particular, me ha gustado una barbaridad, e intuitivamente incluso la coloco justo al lado de «Pale Morning Star» como gran candidata a temarral definitivo del disco.

La épica más severa y guerrera está de vuelta con «Twilight Trails», un tema que incluye incluso algunos coros y recursos cercanos al folk y al viking metal. Es un corte pesadísimo, afilado, solemne y violento con unas cuantas guitarras dobladas excepcionales y algunas de las voces más agresivas que Niilo se ha sacado nunca de la garganta. Por si aún no estáis más que convencidos que estamos ante un discazo totalmente excepcional, os invito a darle un tiento al magnífico tema título, que ya habíamos podido escuchar como adelanto pero que, una vez más, brilla con mucha más fuerza dentro del contexto del disco que lo que lo hace por sí sólo. Se trata de un tema melancólico y delicioso con (de nuevo) múltiples toques folk e influencias del Lejano Oriente que transcurre con total suavidad sin dejar de permitirse un pequeño y acertado engorilamiento cerca de la parte final.

Incluso los metaleros menos duchos en geografía habrán oído hablar de Karelia, un territorio que a día de hoy está dividido entre Finlandia (poco) y Rusia (la mayoría) y cuyo istmo ya fue protagonista del primer disco de los también finlandeses Amorphis. Karelia es también la tierra natal de Insomnium (proceden concretamente de la ciudad de Joensuu), y un lugar de especial significado para los habitantes del país nórdico. Como homenaje, le han dedicado un bello tema instrumental que sirve para cerrar el disco con ciertos aires folk y una buena retirada, precisamente, a esos viejos Amorphis de los mil lagos. No sé si estamos ante una especie de reivindicación territorial (me sorprendería que se me metieran en tales fregados, la verdad) pero sí que sirve como pequeño detalle de exaltación patriótica, algo a lo que las bandas de este país están muy dadas normalmente. Y ojo, porque parece que la edición definitiva del disco viene con un remix synthwave de esta canción que tengo muchas ganas de oír.

En resumen, Heart Like a Grave me ha acabado pareciendo un auténtico discarral que amo cada día más, y creedme que soy el primero en sorprenderme después de que, tras las primeras escuchas, pensara que estábamos ante un simple y repetitivo nuevo tratado de estándares del death metal melódico finlandés. Y bueno, quizás lo estamos, porque ya os digo que tampoco es que encontremos nada realmente nuevo o inventivo aquí. Pero joder, es que las canciones son brutales, el sonido es espectacular y lo que son capaces de transmitir tema tras tema me parece al alcance de bien pocos en este mundillo. No voy a atreverme a decir que alcanza el nivel de Winter’s Gate, porque la obra conceptual de los finlandeses me parece algo realmente brillante, pero tampoco os creáis que se queda tan lejos. Puñetazo en la mesa de unos Insomnium que siguen creciendo disco tras disco y que demuestran quiénes siguen siendo los reyes indiscutibles del género.

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Sobre Albert Vila 952 Artículos
Siempre me ha encantado escribir y siempre me ha encantado el rock, el metal y muchos más estilos. De hecho, me gustan tantos estilos y tantas bandas que he llegado a pensar que he perdido completamente el criterio, pero es que hay tanta buena música ahí fuera que es imposible no seguirse sorprendiendo día a día. Tengo una verborrea incontenible y me gusta inventarme palabras. Si habéis llegado hasta aquí, seguro que ya os habéis dado cuenta.