Crónica y fotos del Rock Imperium Festival 2023 - Parque El Batel (Cartagena), 24 de junio de 2023

Exceso de hard rock en la segunda jornada de un Rock Imperium en el que triunfan Deep Purple y The Night Flight Orchestra

Datos del Concierto

Rock Imperium Festival 2023

Bandas:
Soen + The Night Flight Orchestra + Deep Purple + Chez Kane + Metalite + The Big Deal + Crisix + HEAT
 
Fecha: 24 de junio de 2023
Lugar: Parque El Batel (Cartagena)
Promotora: Madness Live!
Asistencia aproximada: 25.000 personas

Fotos

Fotos por Manu Damea

Mucha más gente para un sábado en el que el hard rock iba a ser el absoluto protagonista de la jornada. Para los que nos centramos en los dos escenarios principales un poco de empacho estilístico hubo… especialmente de bandas italianas, muchas de la escudería Frontiers. De verdad que un poco más de caña y de variedad estilística se hubiera agradecido, pero continuamos siendo felices, bajo un sol de justicia, eso sí, pero sin colas y refrescándonos una y otra vez en las fuentes. Pude ver alguna insolación, y también remarcaré el excelente trato que recibimos por parte de todo el staff del festival: desde profesionales de la limpieza a la gente de barras.

The Big Deal hace un buen negocio en Cartago

Quinteto de hard rock de la escudería Frontiers con dos bellas damas con voces fabulosas. Practicaban un hard rock de época, una armada con un keytar y con la presencia solemne de uno de los grandes capos de la escudería itálica: don Alessandro Dell Veccio a la guitarra. Este grupo ha estado en uno de los Kiss Cruise, por lo que no se les hizo pequeño el escenario. Canciones como “Never Say Never” o “Intuition” lucen de verdad y la combinación de sus dos vocalistas es realmente potente. Nada nuevo, pero gran inicio de jornada…

Chez Kane ha nacido para ser estrella

Esta vocalista va para estrella y defiende con clase esas canciones que compone Danny Rexon de Crazy Lixx, el auténtico valor del grupo, junto a la morena vocalista que es toda pasión y ganas. Había muchos fans y estuvo encantadora desde “I Just Want You”. El quinteto tira de backtracks y coros enlatados, pero son pequeñeces puesto que material tan efectivo como “Too Late for Love” e himnos como “All of It” hacen que revivas la era dorada del hard rock de época.

Ella es coqueta, le gusta su ropa de directo y no se corta a la hora de decirlo: es auténtica. También son sexys temas como “Nationwide” o “Better tan Love”, equilibrando bien en el repertotio su material de los dos discos. Lleva una banda muy competente, con un joven bajista de imagen muy icónica. Mandó un recuerdo para Rexon y se marcó una intensa “Better than Love”. En ese momento te das cuenta que la mayoría de canciones hay la palabra “love” en el título, pues caerían luego “(The Things We Do) When We’re Young in Love” y “Love Gone Wild”. Una variedad similar a la estilística de esa jornada en los dos escenarios principales…

Se puso gafas de sol, se quitó la chupa de cuero y atacó un “Ball and Chain” con un regusto Bon Joviabsoluto. Si te gusta el hard rock, es imposible que no ames a esta gran dama del estilo. La festiva “Get It On” puso a sus músicos a saltar y tras “Powerzone” su himno por antonomasia: “Rocket on the Radio”, totalmente inspirada por Kiss. Destacar la labor de James a la guitarra y ese “te amo” final para despedirse. Quedó claro que con Chez Kane hay una estrella y que la cosa irá para arriba seguro. Muy buen show de festival.

Metalite: tan buenos como previsibles

Desconocía totalmente a Metalite, suecos practicantes de un heavy metal más rasposo con ingredientes tecnológicos y con mucha profesionalidad, con una vocalista muy buena que gritaba muchísimo al hablar. Sonido y calor no estaban de su parte, pero disfrutamos de cortes como “Cloud Connected” o “Peacekeepers”. Es un poco más de lo mismo, pero hecho con mucha garra y muy buenas ideas a pesar de que es su vocalista quien acapara miradas y objetivos de fotógrafos. Hubo momentos que me recordaron a Crystal Viper, pero en una versión más actual y en un show algo plano. Terminaron con buenas sensaciones con ese gran tema que es “We Bring You the Stars”.

The Night Flight Orchestra hace que el festival despegue

Y llegó luego uno de los grandes shows del festival, una banda que arrasa con todo y que es ideal para todo festival: The Night Flight Orchestra. La gran duda es si el grupo va a poder mantener el nivel tras la muerte de David Andersson, pero Bjorn estuvo a un nivel impresionante, junto a esas dos coristas vestidas de azafatas que ponían coros a maravillas 70 u 80 como “Midnight Flyer” o “Sometimes the World Ain’t Enough”. Ocho músicos vestidos de blanco y negro con “Speed” luciendo una capa y gafas de sol. Brindaron estribillos dorados a la vez que las azafatas hacían lo propio con copas de cava. Son una aerolínea de altos vuelos y su clase arrasa allá por donde van.

Cuando suena “Divinyls” ya ves que todo está ganado y que lo que consiguen es de un nivel asombroso. Las nuevas propuestas vinieron de la mano de “Satellite” y “The Sensation”. Hubo ese momento mágico en que la gente empezó a cantar el riff de teclado de “Divinyls”, pero, como hay pregrabados para empezar la siguiente canción, la cosa avanza y pierdes un momento mágico de directo en el que la gente canta tu música. Eso habrá que revisarlo… “Burn for Me” saluda a Asia y a Toto con una clase extraordinaria y Bjorn no escatimó en agudos. Su nueva obra es rotunda, y “Burn for Me” es el mejor ejemplo de ello.

Hubo ese momento de recuerdo a David Andersson como “mejor músico y persona que he conocido nunca”, pero como la gente no entendía ni papa de inglés el vocalista se quedó solo antes de tocar “Something Mysterious”, que venía después de la tremenda “Gemini”. “Paralyzed” y los ritmos funkies continuaron una fiesta sin igual que culminó en mi favorita “White Jeans”. ¿El mejor tema del grupo? En mi humilde opinión: SÍ. “Stiletto” no faltó en ese fin de fiesta que cristalizó en forma de “West Ruth Ave” en la que las coristas tuvieron ese momento de lucimiento en el que dejan a la altura del betún a toda banda de hard rock que lo intentó esa jornada… Incluso se formó una conga espontánea. Grupo que debería llenar estadios.

Europe siguen convenciendo en su segunda participación en el Imperium

Está clarinete que los suecos se ganaron repetir cuando salvaron la papeleta a la organización en la espantada de Whitesnake del pasado año. Los suecos son una banda francamente ya muy vista, pero siempre mantienen un alto nivel y juegan a incluir canciones más oscuras. Gran inicio con “Walk the Earth” y con la extraordinaria “Seven Doors Hotel”. Temazo de su primera obra y una sus grandes joyas ocultas. Tempest, como siempre, luce una sonrisa de anuncio y hace girar su pie de micro. Añadiría que el tiempo pasa y que cada vez se va pareciendo más a Raphael… “Rock the Night” fue de los más bien recibido, pero un servidor prefiere escuchar la contundencia de “Scream of Anger”. La etapa pre Final Countdown es mi favorita (y de largo).

Preludio orquestal para anticipar “Last Look at Eden” y coreo masivo en “Sign of the Times”. Se agradece que le den mucha cancha al Out of this World. Gran sonido, actitud muy correcta y un “Firebox” que representa lo mejor de su etapa más actual que empezó con Start from the Dark, disco que ha desaparecido de sus set-lists… El baladón “Carrie” hizo que la gente sacara sus móviles para inmortalizar el momento cumbre. Me emocionó bastante que el combo recuperase un corte como “Love Is not the Enemy”, ya que es lo mejor del disco Secret Society, otro de esos trabajos que quedan en el olvido. Un gran Ian Haughland despachaba clase y contundencia, y es que la clave del grupo es que se mantengan todos los miembros clásicos.

Este tramo que incluyó “War of Kings” (con esos cuernos vikingos sonando) hizo desconectar a bastante gente, pero todo remontó con algo tan grande como “Stormwind”. Esta sí que es una de sus piezas que emocionan de verdad. Acústicas en mano de John Norum para lucirse en una de las mejores baladas jamás escritas: “Open Yuur Heart”, con un gran Mic Michaeli orquestando desde su teclado. Fue entonces cuando Joey confesó que Deep Purple era una de las bandas que más les había influenciado en sus inicios y que les vieron en la gira de Perfect Strangers en el palacio de hielo de su ciudad.

Quedaba lo mejor y eso vino en forma de “Let the Good Times Roll”, “Ready or Not” y “Superstitious”, un trío del Out of this World ciertamente imbatible. Justo en el último tema el grupo juega a hacer tributo a algunas canciones míticas, conectando con U2, Whitesnake y el “No Woman No Cry”, luego hay espacio para el solo. Para el bis un “Cherokee” que siempre funciona y la eterna “The Final Countdown”, una de las más grandes canciones de la década de los 80. El gentío se volvió loco y fue una inmejorable despedida. Siempre están bien en directo, pero casi que vienen más que Saxon. Por favor, no serían necesarios para una tercera edición aunque nos encanten.

Deep Purple le sacan brillo al set list y a su nuevo guitarrista

Lujazo absoluto tener a los Purple en directo en pleno 2023 y en la calurosa Cartagena. Una intro de música clásica precedió al “Highway Star” con un Ian Gillan tembloroso de voz y de mano, que hacía que lo llegásemos a pasar algo mal. Pero los Purple son una máquina instrumental rotunda y el fichaje de Simon McBride ha vuelto a elevar el tono del grupo. Míticos solos inspirados en la música clásica con un Don Aireyque estuvo de cine. Casi se me escapa una lagrimita con la brillante “Pictures of Home” (menudo tema) y luego “No Need to Shout” representando el nuevo trabajo de los Purple.

Hay mucho músculo instrumental en el que Gillan coje su pandereta y se queda en segunda línea mientras en la pantalla vemos el videoclip para luego presentar otra de las que no se suele ver: “Into the Fire”. Y es que el fondo de armario del grupo es impresionante… Hubo solos de teclado, guitarra y bajo para dar respiro a unos dinosaurios que siguen luciendo y que se atreven con material reciente como “Uncommon Man”, con mucha pompa y teclados, y que convive junto a piezas de la talla de “Lazy” (el vocalista se atrevió con la armónica). A esas alturas ya estabas metido dentro del concierto y no era tan evidente la merma física de un Ian que se atrevió con la preciosa balada “When a Blind Man Cries”. Obviamente no llega a altos agudos, pero hay muchísima clase y nivel.

Otra sorpresa fue “Anya”, corte del The Battle Rages On y de corazón gitano, y el ameno solo de Airey que incluyó el “Mr Crowley” de Ozzy y que le sirvieran una copa de vino. “Perfect Strangers” vino precedida por el riff solemne y es una de las imprescindibles. En “Lazy” hubo mucha cancha instrumental y Gillan les devolvió los piropos a Europe desde el escenario para luego empalmar “Space Truckin’” y la inmortal “Smoke on the Water”. Cartagena vivió un momento mágico con miles de móviles grabando y con un excepcional McBride. Salieron en las pantallas detalles que cuentan la mítica historia del lago suizo y el equipo de Frank Zappa.

Los bises vinieron de la mano del “Hush”, muy alargada con los solos y luego se le dio espacio al enorme bajista Roger Glover, que al igual que con Ian Paice, parece que los años no pasen para ellos. El punto final fue el “Black Night”, con ese riff coreable tan maravilloso y también con momento jam. Y a pesar de que sobre el papel ponía que estuvieran dos horas tocando, estuvieron hora y media. Purple no toca dos horas desde los 70. Huelga decir que fue el mejor concierto que he visto de Deep Purple en años, y lo fue por set y por Simon McBride.

Soen brillan en piloto automático

Eso de cerrar los conciertos con bandas progresivas es una delicatessen que degustamos especialmente los fanáticos del estilo. Soen empezaron cinco minutos antes de la hora prevista y terminaron muy pronto, algo que me cabreó especialmente pues había tiempo para que siguieran ofreciendo material de primera como anticiparon ya con las iniciales “Monarch” y “Deceiver”. Un extraordinario Martín López (ex Opeth) a la batería y un gran Joel Ekelöf a las voces imprimieron sentimiento en piezas tan atractivas como “Lunacy”. En esta Lars Enok dejó la guitarra de lado para dedicarse a coros y teclado.

Pero avanzaba el concierto y daba la sensación de que iban a cumplir expediente y poco más. Poseen un prog muy melódico con retazos progresivos potentes, pero comedidos, como ofrecieron en la más eléctrica “Martyrs”. Era curioso escuchar hablar a su cantante con esa voz tan profunda, pues contrastaba con su melódica voz al cantar. Chorros de humo puntuales y una gran “Modesty”. Debo decir que me gustaron más en este festival que en su show en sala, pero otros opinan diferente… Su elegancia les permitió que la gente se animase a cantar en “Antagnist”, lo cual tiene mucho mérito.

Y tras “Illusion”, “Lascivious” y la esperada “Lotus” (con esos dejes a lo Pink Floyd), todo terminó abruptamente. Justo esperaba un par de versiones de la banda anteriormente mencionada, un colofón que hubiera sido exquisito, pero aun habiendo tiempo, el grupo prefirió retirarse por mucho que podían haber continuado sin problema alguno. Me sigue pareciendo un gran concierto y mi filia hacia Soen se ha vuelto a acentuar en una gran jornada de hard rock.