Dogma – Dogma

Nuestra Nota


9 / 10

Ficha técnica

Publicado el 17 de noviembre de 2023
Discográfica: MNRK Music Group / MNRK Heavy
 
Componentes:
Lilith – Voz
Lamia – Guitarra
Nixe – Bajo
Abrahel – Batería

Temas

1. Forbidden Zone (4:49)
2. Feel the Zeal (3:58)
3. My First Peak (3:57)
4. Made Her Mine (3:04)
5. Carnal Liberation (3:53)
6. Free Yourself (2:56)
7. Bare to the Bones (4:40)
8. Make Us Proud (4:21)
9. Pleasure From Pain (5:30)
10. Father I Have Sinned (3:45)
11. The Dark Messiah (4:40)

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Empezaremos esta reseña advirtiendo que la propuesta de Dogma a nivel conceptual en este su disco de debut homónimo no os va a dejar indiferentes. Dogma son cuatro mujeres que no tienen la necesidad de presentarse como seres individuales (y por ello ocultan sus nombres reales adoptando otros basados en la mitología y llenos de simbolismo e incluso tiran del corpsepaint como si de una banda de black metal se tratara para no ser identificadas), sino como una colectividad que comparte unos valores comunes, basados en el anti-dogma, concepto en el que iremos profundizando a lo largo de esta reseña. Por mucho que resten importancia al protagonismo individual, es indudable que tras Dogma se esconden cuatro personajes que debemos presentar para ponernos en situación: Lilith a las voces, Lamia a la guitarra, Nixe al bajo y Abrahel a la batería.

Si algo nos viene a la cabeza cuando hablamos de dogma es la religiosidad, y por ello es en ese ambiente en el que se desarrolla este primer trabajo. A modo de resumen, la idea es hacer reflexionar al oyente mediante la provocación, presentado una serie de temas que nos muestran la evolución del personaje principal y vocalista de la banda, Lilith, dentro de un convento, y su transición desde el conformismo inicial a la liberación de todo dogma, valiéndose de la desinhibición sexual como vehículo para romper con las normas establecidas. Valga decir que este escenario es tan solo simbólico, pues la filosofía de Dogma apunta más alto, y va en la línea de defender que el ser humano es libre de actuar como quiera a todos los niveles y en todos los ámbitos de la vida —sexualidad incluida— desde el respeto y siempre y cuando no se dañe a nadie. Es necesario liberarse de las convenciones sociales irracionales que nos constriñen si queremos vivir en plena libertad. Somos nuestro propio Dios, por lo que tan solo debemos rendir cuentas ante nosotros mismos.

Es momento de averiguar cómo Dogma plasma todas estas ideas a nivel musical por lo que pasamos a adentrarnos en este su prometedor disco de debut y lo hacemos de la mejor de las maneras posibles, con un tema que nos va a enganchar de buenas a primeras y nos va a hacer conectar de golpe con la idea de transgresión que la banda reivindica, “Forbidden Zone”. La voz angelical de Lilith nos relata su vida ejemplar como monja en un convento en una intro lenta y oscura, que pronto pasa a coger temperatura —conceptual y musical— cuando empieza a verse tentada por una imagen que le obsesiona hasta el punto de meterse en sus sueños y conducirla a descubrir su zona corporal prohibida. Empiezan fuerte las muchachas… Es inevitable si nos centramos tan solo en la música que ésta nos recuerde a la fórmula que tan bien le ha funcionado a Ghost, las melodías son infalibles y los coros no hacen más que reforzar esa comercialidad tan agradable que hace que este tema se te instale en el cerebro a la primera de cambio. Probablemente sea el mejor tema del disco en mi opinión en cuanto a gancho se refiere, por lo que creo que han acertado colocándolo al inicio ya que nos anima a continuar averiguando cómo se desarrolla esta historia llena de pecados de Lilith en el convento. Dogma, como iremos viendo, es un disco conceptual que cuida mucho la idea de continuidad y es gracias a diversos elementos comunes y reiterativos que van apareciendo aquí y allá que nos damos cuenta de que cada tema, aun siendo capítulos independientes, pertenecen a un todo y nos ayudan a no perder la perspectiva global. Un claro ejemplo de continuidad o linealidad es cómo enlazan el primer con el segundo tema mediante el sonido de los muelles de una cama, los cuales despiden “Forbidden Zone” y dan la bienvenida al siguiente “Feal the Zeal” de una manera mucho más rítmica (¿quién ha dicho que no se pueda hacer música con algo tan sorprendente como unos muelles?). A esta base rítmica tan original pronto se le añade un elemento que no entendemos cómo han pasado por alto a la hora de integrarlo como quinto miembro al combo, los teclados. Imposible entender la música propuesta en Dogma si no es parando la debida atención a este instrumento. Recordemos que la historia de este álbum se desarrolla en un convento y, por lo tanto, las sonoridades de órgano eclesiástico están ahí en multitud de ocasiones para ubicarnos correctamente, así como muchísimo sintetizador que nos transmite la sensación de comercialidad al máximo.

De ambos va sobrado “Feel the Zeal”, que a mí personalmente me trae de vuelta música de finales de los 80 como la ejecutada por Vixen en aquel entonces o lo que sería su equivalente más actual, Chez Kane. Similares sensaciones en torno al AOR más ochentero desprende la siguiente “My First Peak”, aun siendo un tema más relajado que los anteriores. Los ganchos melódicos siguen ahí flotando y no es de extrañar que haya sido escogido como uno de los sencillos de presentación de Dogma, al igual que ese primer tema inicial tan conseguido. Saltamos a un nuevo sencillo con “Made Her Mine”, un giro a favor de la potencia, pues endurecen su estilo a un heavy metal mucho más contundente que contiene elementos power y sinfónicos muy interesantes en la línea de los que podríamos encontrar en bandas como Angra o Rhapsody. A nivel narrativo, Lilith continua con la exploración de su sexualidad, y si bien en un principio todo pasa por el autodescubrimiento, vamos observando como poco a poco se van integrando nuevos personajes a la ecuación hasta llegar a este casi ecuador del disco con “Carnal Liberation”, donde nos encontramos ya a nuestra protagonista totalmente desbocada. A tal efecto, la música que acompaña a esta sinfonía desenfadada de los sentidos vuelve a endurecerse, y entra a matar con una intro brutal de batería y riff de guitarra que copia fórmula al “Painkiller” de Judas Priest y que resulta efectiva al máximo en contraste con los elementos eclesiásticos que podrás escuchar aquí, como son un órgano y unos coros que persiguen sermonear, pero no consiguen evitar que esto acabe en una gran bacanal. Solo estamos a mitad de Dogma y ya vemos el cariz que está tomando la historia, así que a nuestra Lilith completamente desinhibida tan solo le falta pedir al resto de los mortales que nos unamos a su causa y nos liberemos como ha hecho ella y eso es precisamente lo que predica un conciso “Free Yourself”. De nuevo contrastes duales nos conducen a lo largo de este tema, unos tramos oscuros de letras inquietantes que hablan sobre la represión del dogma, contra una invitación a la libertad en unos estribillos muy hímnicos que nos propone Lilith. Una de las perlitas musicales de este trabajo aparece justo en medio de este tema, un tramo de jazz espectacular que consigue unir con maestría esas dos atmósferas contrarias. Si al principio de la audición comentaba que su primer tema me parecía el mejor en cuanto a gancho, no me cabe la menor duda que éste último lo es en calidad.

“Bare to the Bones” es quizás más flojillo que sus anteriores, aun iniciándose muy al estilo Ghost y teniendo unos estribillos muy comerciales (potenciados de nuevo por los teclados). La musicalidad de las estrofas no me acaba de encajar y encuentro que su estructura es bastante común, aunque cabe resaltar que han sido capaces de salvar el tema y darle su razón de ser con la inserción de un tramo progresivo que esconde melodías de otras canciones del álbum, fomentando ese nexo de unión conceptual que en todo momento persiguen. Nos toca invocar a todo unos Helloween al escuchar el inicio del siguiente “Make Us Proud”, que nos recuerda sobremanera al halo misterioso de su tema insigne Helloween. Campanas, órganos eclesiásticos, y una voz masculina como novedad, son los elementos utilizados en busca de una oscuridad que nos muestra otra faceta de la música de esta banda. El último minuto y medio con el que concluye el tema es de lo más emotivo que podremos escuchar, unos preciosos coros femeninos angelicales que se entremezclan con el solo de guitarra, la potente voz masculina conductora del estribillo que hemos mencionado antes y un final en clave acústica, que conforman sin duda, la segunda joyita musical del álbum en mi opinión. “Pleasure from Pain” continúa con la sensación de oscuridad de su anterior con una lenta intro en la que no falta repicar de campanas y cantos corales, pero que al poco se torna en una contundencia pesada más cercana a unos Black Sabbath o incluso unos Judas Priest. Guitarra y bajo galopantes, y un aire cinemático propiciado por una instrumentación de cuerda y unos poderosos sintetizadores nos conducen por este trepidante tema de alma oscura en el que también podremos encontrar un excelso solo de teclado y guitarra estratégicamente colocados que vuelven a recuperar melodías de otros temas, recurso que ya hemos escuchado con anterioridad.

Toca ahora ahondar en el tema escogido hace más de año y medio como presentación de la banda, su primer sencillo llamado “Father I Have Sinned”, y como el primero de la lista, lo tiene todo para triunfar. Es accesible, comercial y con un estribillo ideal para ser cantado en todo momento. La melodía del estribillo ejecutada por la guitarra eléctrica aparece tan solo empezar el tema, así que para cuando llegamos a ese recurrente estribillo ya no nos es desconocido y nos podemos unir a él sin problema. Así su estructura no presenta demasiadas novedades, estrofas y estribillos que se van repitiendo tan solo rotos con un puente algo más original y un final en el que una Lilith un tanto cabreada se pasa al gutural por unos breves instantes. Vale la pena ahondar sobre la dureza de este final pues no es fortuita y enlaza con una de las cuestiones que obsesionan a Dogma, que es la hipocresía de ciertos colectivos. Lilith, tras este viaje de descubrimiento sexual, regresa al convento en busca de confesión de sus pecados, tentando al mismísimo párroco, quien es incapaz de resistirse, poniendo en evidencia que oculto tras tanto sermón tan solo se encuentra la debilidad de la carne y no la firmeza de valores que tanto se promulga desde ciertos estamentos. Un final inevitable y consecuente al desarrollo de los acontecimientos es el que recoge “The Dark Messiah”. La oscuridad se cierne sobre el convento ante el anuncio del embarazo de Lilith, fruto de su escarceo con el padre. ¡Toma ya!

Lo dejamos aquí con unas conclusiones que tan solo hablan cosas buenas de lo escuchado en este Dogma. Cuanto más lo escucho más me engancha, pues hay multitud de cuidados detalles que tan solo aparecen tras escuchas reiterativas. Hemos nombrado muchísimos grupos que nos evoca la música de esta formación y que pertenecen a estilos tan variados como el glam, el AOR, el heavy metal, el power o el sinfónico, sin olvidar el guiño tan especial al jazz que aparece en ”Free Yourself”, tema que por cierto, resume a la perfección la propuesta conceptual de Dogma. ¡Libérate de todos tus prejuicios y a disfrutar se ha dicho!

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Sobre Susana Masanés 138 Artículos
Aficionada a la música y los viajes, aunque no sabría decidir en qué orden. Cuando los combino, ¡lo más! Amante de aprender cosas de allá donde vaya, soy un poco la suma de los lugares que he visitado y las experiencias vividas. Daría la vuelta al mundo de concierto en concierto si de mi dependiera, pero las limitaciones terrenales me mantienen aquí y ahora, así que, ¡a sacarle el máximo partido!