Dog Eat Dog – Free Radicals

Nuestra Nota


8.25 / 10

Ficha técnica

Publicado el 20 de octubre de 2023
Discográfica: Metalville Records
 
Componentes:
John Connor – Voz
Roger Haemmerli – Guitarra
Dave Neabore – Bajo, coros
Brandon Finley – Batería

Temas

1. Lit Up (3:45)
2. Kin (3:10)
3. Never Give In (4:04)
4. Time Won’t Wait (2:08)
5. 1 Thing (3:56)
6. Mean Str (3:28)
7. Energy Rock (2:28)
8. @Joe's (3:43)
9. Blvk Clvd (1:21)
10. Bar Down (3:28)
11. Man’s Best Friend (3:25)
12. E1on1 (3:08)
13. Looking Back (2:47)
14. Zamboni (3:01)

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Dog Eat Dog, la icónica banda que revolucionó la escena musical en los años 90 con su fusión única de hardcore punk y rap, ha vuelto a la palestra con su nuevo álbum Free Radicals (2023), un trabajo, el quinto en su carrera, que es una prueba contundente de que la banda no solo no ha perdido su toque, sino que también ha evolucionado y se ha reinventado, ofreciendo a sus fans una versión fresca y energética de su tan característico estilo.

Después de su álbum Amped de 1999, su producción se ralentizó y, aunque la banda todavía realizaba giras (algun@s tuvimos la suerte de verles no hace demasiado en Razz 3) y lanzaba música de manera intermitente, no había lanzado un álbum completo en 17 años. Pero ahora, esa larga espera ha terminado con Free Radicals, que nos muestra que la banda está de vuelta y lista para mostrar al mundo cómo se hace, al estilo de Dog Eat Dog.

Free Radicals es una perfecta banda sonora para una fiesta, llena de energía y con la esencia característica de la banda. La banda suena revitalizada, con el estilo vocal y las habilidades de John Connor aún en su punto, especialmente cuando se añaden a la música de la banda. Teniendo enfrente a unos de los pioneros del crossover, siempre es interesante ver hacia dónde se inclinan.

«Lit Up» comienza de manera desenfadada y veraniega, toda una tormenta con unas guitarras finales que nos sitúan de patitas en los años 90 en la época de All Boro Kings (1994). Le sigue «Kin» con su potente riff, un tema que convence, al igual que la canción que lleva eso de ‘himno’ grabado a fuego en todos sus versos, «Never Give In». ¡Madre mía cómo ha de sonar esto en los pogos!

«Time Won’t Wait» pasa a toda velocidad en dos minutos, antes de que el reggae haga acto de presencia en «1 Thing», ofreciéndonos unos más que merecidos minutos de descanso. A continuación, «Mean Str» nos trae un genial groove en el que, según parece, ha colaborado Rudeboy Remington de los geniales Urban Dance Squad. «Energy Rock», la número siete, es precisamente eso: pura adrenalina rockera. Genial pieza.

Con «@Joe’s», al oyente no le queda otra más que mover todas sus articulaciones, lo que me dice que también va a funcionar muy bien en directo. La verdad es que las fiestas que monta el bueno de Joe son siempre las mejores. La breve dosis de punk, un must en cualquier álbum de la banda, viene de la mano de «Blvk Clvd». No llega a ser una suerte de «Rocky», pero sí es un píldora de menos de un minuto y medio de duración con la que no te atragantarás, incluso pasa sin agua.

«Bar Down» explora nuevos caminos que llevan al cuarteto a recorrer una senda mucho más pop que me ha dejado algo descolocado. Pero, a pesar de ello, creo que incluso podría convertirse en un éxito. En «Man’s Best Friend» suenan a ellos mismos, pues nadie mejor que ellos mismos para sonar a Dog Eat Dog. ¿La mejor canción de este trabajo? Es posible y creo que incluso podría competir con algunos de sus éxitos de principios de los años 90; ese estribillo…♥. Yo soy más de michis, sí, pero aún así me ha llegado. La que sí que no lo ha hecho, pero nada, es la número 12, «E1on1».

El rock nostálgico con guiños cómplices de «Looking Back» y la intencionalmente ñoña y cursi «Zamboni», cierran un álbum más que convincente que no tiene nada que envidiar a los mejores discos de la banda. La producción es impecable, la variedad de sonidos es notable y la composición de las canciones encaja a la perfección. La larga espera ha valido la pena.

En resumen, Dog Eat Dog ha demostrado que quien tuvo, retuvo, y con Free Radicals, nos ofrecen una versión fresca y energética de sí mismos, demostrando que siguen siendo una fuerza a tener en cuenta en la escena musical alternativa, incluso tres décadas después de ponerla patas arriba.

Rubén de Haro
Sobre Rubén de Haro 533 Artículos
Tipo peculiar y entrañable criado a medio camino entre Seattle, Sunset Boulevard y las zonas más húmedas de Louisiana. Si coges un mapa, y si cuentas con ciertos conocimientos matemáticos, verás que el resultado es una zona indeterminada entre los estados de Wyoming, South Dakota y Nebraska. Una zona que, por cierto, no he visitado jamás en la vida. No soy nada de fiar y, aunque me gusta “casi todo lo rock/metal”, prefiero las Vans antes que las J'hayber.