Deafheaven – Infinite Granite

Era cuestión de tiempo visualizar este cambio de rumbo que ha sacudido los cimientos del metal extremo. Y no es para menos, Deafheaven son los abanderados del blackgaze. Abanderados por ser los que definieron el género y por ser la banda con más potencial y calidad atesorada en tres LP’s descomunales.

Y como buena banda innovadora acostumbrada a trabajar fuera de la zona de confort, era evidente que acabarían saltando al vacío sin red. Esta es una banda que sabe arriesgar, una banda que sabe gestionar la fama sin caer en la tentación de la fama. Una banda que se ha ganado a pulso el derecho de hacer lo que le plazca sin tener en cuenta muchas opiniones ajenas a ellos. Gustará más o menos, pero el resultado siempre es espectacular.

Porqué Deafheaven está formada por unos músicos que supuran calidad. Y encabezada por un cantante que tan bien sabe sembrar el caos con sus trascendentales berridos como siembra la paz con su cálida interpretación limpia. George Clarke es Deafheaven. A su lado, un elenco de músicos superlativos encabezados por uno de los guitarristas más insaciables del siglo XXI, Kerry McCoy.

¿Qué podemos esperar de este nuevo disco titulado Infinite Granite? Calidad a raudales. Belleza intrínseca del shoegaze. Pasajes de ensueño del dream pop. Lo que no vas a encontrar, al menos en cantidad, es black. Ni siquiera la esencia del black metal. Sin tu mente abierta, este disco no va a gustarte. Si eres como Deafheaven, adicto a las innovaciones, vas a encontrar a él uno de los mejores aliados para encarar este final de verano.

Podemos resumir Infinite Granite en una de sus piezas. “Mombasa”, la canción que echa el cierre con sus más de ocho minutos de duración es posiblemente la obra perfecta de Deafheaven. Se trata de una canción que recoge lo mejor de la banda y lo representa en todo su esplendor en una envolvente sonora mágica. Una obra colosal in crescendo de puro dream pop que evoluciona a shoegaze para acabar explosionando en una interpretación brutal de blackgaze. Todas las piezas juntadas en un puzzle asombroso, una pieza de orfebrería genial.

Las demás pistas del disco, sin desmerecer ni un segundo de todas ellas, son igual de representativas pero eso si, de esta nueva faceta de la banda. Siendo su primer anticipo titulado “Great Mass of Color” la canción más potente de todas ellas. No por potencia sino más bien por trascendencia. La espiral sonora que la banda de San Francisco ha cuajado en este disco es tan envolvente que sin darte cuenta te sumerges en ella sin pestañear. La belleza que fluye por cada pista conecta directamente con su subconsciente.

Entre Slowdive o Beach House y Mayhem hay un mundo, o una constelación, o un universo. Pero Deafheaven logran interceder entre estos polos tan opuestos para juntarlos en Infinite Granite. Estamos frente a un disco excelente que, si bien no logra el impacto de Sunbather o New Bermuda, no deja a nadie indiferente. Hay quien se ha enamorado a primera vista y hay quien ha pasado directamente a la fase de odio. Tras muchas escuchas, siento que Deafheaven han vuelto a gestar un disco inmaculado.

Beto Lagarda

Rock en todas sus extensiones