Canciones perfectas: «Spirit Crusher» de Death

Sería a principios de 1999 cuando escuché por vez primera esta canción. En esos días yo andaba metido en estilos mucho más melódicos y el metal extremo me interesaba lo justo. Pero hay momentos en los que una canción puede hacerte abrir los ojos y es justo lo que me pasó con la maravillosa “Spirit Crusher”. Ese tema entró en mi vida pues tenía una novia que en su casa tenía televisión por cable y me grababa programas metaleros como Friday Rock Show de Tony Vance y uno de la cadena alemana Viva. Joyas que debo tener en VHS en algún rincón, y sí, apareció en ese programa germano un video del festival veraniego de Eindhoven en el que habían actuado Death. Tocaban “Spirit Cusher”.

La canción fue el primer single del útlimo disco de Death titulado The Sound of Perseverance. A pesar de que esta obra es quizá de lo más “accesible” de la banda de Chuck Schuldiner es debido más por la situación personal de su líder, que andaba ya con el proyecto Control Denied entre manos, mucho más melódico. Siempre ha habido el debate si los temas de The Sound of Perseverance eran en su mayoría ideas y conceptos de Control Denied y luego fueron adaptados por Chuck para que funcionaran como Death. Si fue así o no, tanto da, porque el resultado es impresionante.

La prueba de que Schuldiner iba atemperando su metal extremo es la versión del “Painkiller” de Judas Priest. Lo que consiguen en ella es otro logro absoluto. No solo se atreven con una de las canciones definitivas y una de las composiciones más difíciles de tocar o de llevar al directo, es que lo hacen con pasmosa facilidad. En esos tiempos había bandas emergentes que intentaban tocar el “Painkiller” y los desastres eran más que habituales sobre los escenarios. Ellos no solo la tocaban, sino que la adaptaban a su estilo, le daban su personalidad y técnicamente era como un juego para ellos. The Sound of Perseverance demostraba que Death estaban más vigentes que nunca a pesar de que el gran Chuck tenía otras cosas en mente. Pero al igual que The Night Flight Orchestra fue una inmensa influencia para Soilwork, Control Denied lo fue para Death. Lástima que este fuera su canto de cisne.

La canción

Yo hasta ese momento no había escuchado nada semejante. Era metal extremo por las voces guturales-rasgadas y la agresividad inherente de la canción, pero… allí había un mundo más de cosas diferentes. Jazz, riffs impresionantes que se van sucediendo, cambios de tempos inesperados, diabluras de juegos en los platos de Richard Christy y la sensación de dominio absoluto y de coherencia omnipresente en una especie de caos sonoro, que es justo lo que vas a percibir la primera vez que escuchas esta magna composición. Si es que hay momentos en los que parece que algunos inetrumentos cambien de tiempo, pero no la voz o que haya instrumentos que se persigan a otros, como en una fuga clásica. Todo es absolutamente hechizante y poderoso.

Transmite la composición un aire lúgubre y agresivo, muy oscuro todo, algo que contrata con la velocidad a la que va el grupo y todo queda coronado por la línea vocal que va en guturales y rasgados. Pero ya desde el inicio percibes que hay algo especial en el tema por esa entrada de bajo, casi desnudo, a cargo de Scott Clendenin. El sonido de bajo es realmente agudo y profundo. Hay los versos en los que Chuck rasga la voz y las afiladas guitarras ponen una especie de puente para que llegue otro puente vocal, acelerado hacia el estribillo. Para separar y volver a conectar y dar otra vuelta a la estructura hay una especie de parte instrumental en la que la batería de Richard Christy se lleva la palma. Hay sonidos atonales y contratiempos que sorprenden en el apartado percusivo de lo más intrincado. Eso da paso al riff base que queda solo con Chuck y Shannon Hamm para que en la segunda estrofa entren todos los instrumentos luego.

Y después vuelven las sorpresas con otro riff extraordinario que rompe otra vez una canción, ya de por si cambiante, que dará paso al solo de su líder. Un solo rápido, estridente que se combina con el de Hamm. Los momentos instrumentales son rotundos y os puedo asegurar que de aquí Iced Earth sacó muchas ideas, pues son otros célebres vecinos y personajes de Florida, una escena increíble y con mucho respeto hacia las grandes bandas que surgieron antes. Hay más repetición de las partes con cierto orden y un final abrupto que sorprende, y es que esta canción es una especie de dejarte con la boca abierta: puro death metal progresivo.

La letra

 El concepto de la canción es el “triturador de espíritus” y un poco se inspira en lo que es el Painkiller de Judas Priest, siendo una especie de bestia que acecha en las sombras, que podría llegar a robar el sol y la luna y a la que es mejor no dejar entrar a tu casa o que se te acerque. Una especie de gran bestia bíblica que siembra el terror sin compasión alguna. Nos dice que posee forma humana pero que su corazón es de monstruo e informa de que se alimenta de la sangre de las personas. Realmente el punto más débil de la canción es la letra pues es una sucesión de tópicos ya mil veces vista, pero la gracia es que conjuga perfectamente con lo que es la canción, y todo unido, crea algo especial y certero. Un tema así necesitaba de una letra así.

«It comes from the depths
Of a place unknown to the
Keeper of dreams
If it could then it would steal
The sun and the moon from the sky
Beware

Human at sight, monster at heart
Don’t let it inside it could
Tear you right apart

No guilt, it feeds in plain sight
Spirit Crusher
Stay strong and hold on tight
Spirit Crusher

Speaking in killing words

The vicious kind that crush and kill
No mercy, it’s pleasure to taste
The blood that it bled

When it’s time to feed to fulfill
The need to consume a breath
Some will rise standing tall
Breathing out all the breath from
The voice of a soul

Human at sight, monster at heart
Don’t let it inside it could
Tear you right apart

No guilt, it feeds in plain sight
Spirit Crusher
Stay strong and hold on tight
Spirit Crusher»

The vicious kind that crush and kill
No mercy, it’s pleasure to taste
The blood that it bled”

Veredicto

Podemos definirlo con una frase que alguien hizo en YouTube y que define perfectamente lo que es esta composición: “Esta canción es lo que puede suceder cuando le dedicas toda tu vida a la música.” Cuando sonaba la canción las audiencias se volvían locas y pogo e invasión de escenario iban parejas. Hay videos del grupo tocando el himno y la gente se vuelve absolutamente loca. La lástima es que no pudiera tocarla mucho más pues el último concierto de Death fue el 13 de diciembre de 1998. Hasta 33 veces llegó a sonar en directo la que hubiera quedado como canción imprescindible como “Pull the Pug” o “Zombie Ritual”. Tras tantos años escuchándola sigo enganchado a ella como al primer día.

Jordi Tàrrega
Sobre Jordi Tàrrega 1369 Artículos
Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.