Canciones perfectas: «Alleine Zu Zweit» de Lacrimosa

Vivimos unos días en los que el gótico alemán vuelve a emerger con una fuerza inusitada con grupos del nivel de Mono Inc. y The Lord of the Lost. Unas bandas tremendamente atractivas que vuelven a devolver a Alemania a la primera línea del estilo. Ambas bandas han tributado a sus particulares dioses patrios, y cómo no, Tilo Wolff es el gran beneficiado de ello. Ese genio tan particular y peculiar aparece en sus videoclips dando el relevo a la nueva hornada, pero no habrá un grupo más grande en Alemania (y quizá en todo el mundo) que ese dueto formado por Anne Nurmi y Tilo Wolff. Viendo la versión de “Licthgestalt” en inglés realizada por Mono Inc. puedes ver lo enormes que han sido y son Lacrimosa. Hemos hablado muy poco de ellos en Science of Noise, así que toca remediarlo.

Payasos tristes y blanco y negro

La inmersión de Lacrimosa que viví en mi primer Wacken (1999) fue absoluta, y eso que ni tocaron ni se les espera allí. Ellos mandan en el otro gran festival gótico alemán, el M’era Luna. Esa maravillosa música que emanaba de los amplis de los vecinos de acampada arrojaba al aire unas canciones y un estilo que yo nunca había escuchado. Lacrimosa sacaban ese año el Elodia y alcanzaban otro nivel. Número 12 en las listas alemanas (su mejor entrada hasta la fecha) y trabajaban con la sinfónica de Londres. Pasaron del gótico minimalista al heavy metal, siempre cantando en germano y entonces abrazaban lo orquestal. Wolff más que cantar narra y danza con sus ropajes vampíricos y su look maravilloso. Les definí en su día como el gótico por definición, y sigo pensando que así ha sido siempre.

“Preferimos utilizar el blanco y negro porque te da una idea de la música, sobre todo el contraste entre ambos colores. Siempre utilizamos a la misma persona para las portadas, y solemos estar en contacto continuo con él. Al ver la portada te puedes hacer una idea de lo que hay en el disco, y siempre hemos seguido una misma línea a la hora de hacer nuestro artwork.” (Anne Nurmi 2001)

Aquí no hay los tópicos del metal, nada de tronos, elfos, espadas y truenos. Su mismo logo es una obra maestra: un payaso triste que hace malabares. En vez de bolas hay el logo del grupo, siempre en blanco y negro. Ese mismo juego cromático está en sus portadas con el payaso de protagonista. En Elodia hay un disco conceptual sobre el amor y la complejidad de las relaciones humanas. El amor, a veces, da paso a la monotonía y al hartazgo, pero siempre queda esa semilla original que hace que esa persona sea especial o fuera especial en un principio. El disco narra todas las fases en tres actos pasando por la rotura y terminando en el deseo de que todo volviera a ser como el principio. Es más, todo queda resumido en el primer tema, el que nos ocupa: “Alleine Zu Zweit” («Al final del silencio»).

La música y la letra

He aquí un dueto de ocho minutos en el que entramos de forma orquestal a las fases de la ruptura y a la sensación de querer recuperar lo perdido. Anne y Tilo hacen de Pimpinela y expresan sus sentimientos. La misma portada con el payaso llevando en brazos a la chica puertas para adentro simboliza la recuperación, pero ese reflejo en el suelo alude a la dualidad de que puede ir bien o mal. Es un poco eso de que “lo/la quiero, pero a veces la/lo mataría”. Es una obra maestra a todos niveles, desde lo estético, pasando por lo conceptual y terminando en lo musical y las letras. Es imposible escuchar este tema y no quedarte prendado por la carga emocional, y eso que está todo cantado en germano. Yo mismo, que pude asistir a su concierto en Barcelona. Arranqué un poster enorme para colgarlo en mi habitación. Estuvo allí colgado durante años.

Esa entrada ampulosa es siempre aprovechada por Tilo para hacer su danza con las manos en los directos. A partir de Elodia vinieron asiduamente a España a pesar de que no han vuelto desde 2012 debido a problemas con los promotores. Una lástima, pues Tilo es un habitual de la noche barcelonesa y le gusta venir a pinchar en bares de su estilo.

A pesar de la belleza y la tristeza que transmite la letra a mi me pasó algo que nos suele suceder a muchas/os y es el hecho de idolatrar hasta el punto de que vemos cosas y méritos que no existen. Yo imaginé siempre a Tilo como a un cultísimo señor dominador del expresionismo alemán, con amplísimos conocimientos del periodo romántico del siglo XIX e incluso que tomaba sus fuentes del pangermanismo y otros filósofos. Para nada… Tilo Wolff ve películas que le inspiran y hace letras. ¿Eso le quita méritos o es menos genial? Tampoco, es culpa del fan-oyente. Cuando le entrevisté lo vi claro… Anne por lo menos tiene otros referentes:

«No tengo ningún pintor, filósofo o escritor de cabecera, la verdad, pero me fascina Kafka. Nuestra inspiración llega de emociones cotidianas, frustraciones familiares, o cualquier cosa que nos inspire.” (Anne Nurmi 2001)

También tengo que subrayar que este genio del gótico germano es un tipo absolutamente peculiar. He preguntado a otros músicos por él y la verdad es que no terminan de entenderle ni de sentirse cómodos a su lado. Y estoy hablando de gente que ha tocando con él en giras y discos.

Un tipo raro, aunque en el buen sentido. Es muy bizarro, y me gusta. Le conocí el pasado año cuando teloneamos a Aerosmith. Debería volver a escuchar su voz y responderte.” (Tobias Sammet respondiendo a qué le parecería contar con Tilo Wolff para Avantasia)

Entran las acústicas de un modo suave acompañadas de un violín para que narre nuestro hombre:

«Al final de la verdad
Al final de las luces
Al final del amor, ahí estás tú
El corazón se vacía y una parte de mi se va

Nada ha sobrevivido
Hemos callado por muy largo tiempo
Y con cada día de ese “nosotros”
La mentira de nuestro amor creció

Fuimos alejándonos del camino
Y más allá hemos seguido por nuestra propia senda.»

Aquí ya entre Anne Nurmi con su delicada voz implicando a la otra media naranja de la historia. Las voces se entrelazan y se turnan dando especial dramatismo al tema. Entra también la poderosa orquestación, que, al fin y al cabo, es la gran novedad del disco.

«Solos – juntos
Se nos ha olvidado el cómo buscarnos
La costumbre nos nubla
La indolencia nos ahoga
La arrogancia nos hace olvidar
Y la proximidad nos hace huir de nosotros

Baila, mi amor, baila
Baila conmigo de nuevo
En el éxtasis puro del amor desnudo.»

En los tránsitos del estribillo al verso vuelven las acústicas jugando al contraste de la desnudez con el exceso.

«Y si yo lo veo
y si yo lo vivo

Algo nos ha sobrevivido
Y si encuentro fortaleza y esperanza
Yo aún tengo fe en nosotros

Si lo/la pudiera alcanzar de nuevo

Otra vez la/lo tendría
Si regresásemos a la base de nuestro fundamento

Si los dos nos descubriéramos de nuevo
Si sólo él/ella quisiera…
¡Yo sí quiero!

Solos – juntos
Se nos ha olvidado el cómo buscarnos
La costumbre nos nubla
La indolencia nos ahoga
La arrogancia nos hace olvidar
Y la proximidad nos hace huir de nosotros.»

Antes del último estribillo hay la presencia de la guitarra eléctrica recordándonos que estamos ante un grupo que viene del metal gótico y la batería está más que premiada en la producción.

El brillante final deja a Tilo solo a las voces para terminar con un rebuscado y complejo final en el que los sentimientos se desatan. En el fondo es alguien que se come la cabeza y se martiriza con el sentimiento de la pérdida y el estar constantemente pensando es de: ¿cómo estará él/ella y qué pensará? Espectacular final con toda la orquesta en pleno y con Tilo subiendo unos tonos para dar más dramatismo al final. Suena incluso abrupto, como si el final de la historia no fuera bonito precisamente

«Baila, mi amor, baila
Baila conmigo de nuevo
En el éxtasis puro del amor desnudo

Danza… danza.»

Veredicto

Hay decenas de canciones espectaculares en Lacrimosa y lo que más sorprende es que entre ellas hay diferencias estilísticas tremendas. Hay varios mundos de diferencia entre algo como “Schakal” y “Copycat”, y ambas son clásicos y conviven en un mismo disco. “Alleine Zu Zweit” representa a los Lacrimosa que entraban en pleno siglo XXI a lo grande con la orquestación por bandera. Es para muchas y muchos el disco perfecto del grupo, y, de hecho, del que más tocan en directo. Fue tan alto donde llegaron que luego nos supo a poco ese posterior Fassade. Craso error, era muy grande, pero veníamos de la excelencia. A partir de entonces Lacrimosa empieza a reinar en México y en Sudamérica con audiencias enormes y va perdiendo fuelle en el viejo continente. He estado tentado de optar por “Halt Mich” del mismo Elodia, otra canción superior si bien más netamente orquestal y dramática. Por hoy nos paramos en “Alleine Zu Zweit”. “Baila conmigo otra vez mi amor”…

Jordi Tàrrega
Sobre Jordi Tàrrega 1368 Artículos
Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.