Los 5 álbumes que influyeron más decisivamente en Terry Butler (Obituary)

Cuando uno piensa en un mastodonte del death metal como Terry Butler, famoso por haber formado parte de bandas clave del género como Death, Massacre, Six Feet Under o, actualmente, Obituary, lo más fácil de imaginar es que sus influencias más claras estén en bandas de thrash y proto death metal oscuro de finales de los noventa o principios de los ochenta. Para nuestra sorpresa, cuando aprovechamos la entrevista que pudimos hacerle hace un par de meses para preguntarle qué cinco álbumes le habían tocado más durante su vida, nos soltó cinco clásicos como cinco soles. Sin ningún orden en concreto, son estos:

1. Thin Lizzy – Johnny the Fox (1976)

Supongo que este disco de los de Phil Lynott es una elección curiosa, siendo como es el disco que sucede a grandísimo éxito Jailbreak (1976), con lo que la recepción en su momento no fue del todo entusiasta. La canción más conocida de este séptimo álbum de los irlandeses es, probablemente, «Massacre», titulada precisamente como la primera gran banda en la que participó Terry. Sea como fuere, Thin Lizzy son una banda con una influencia máxima en el desarrollo del heavy metal a finales de los setenta, aunque muchas veces la gente se olvide, injustamente, de ponerla en las listas de los más grandes.

2. Mercyful Fate – Melissa (1983)
El disco de debut de los daneses Mercyful Fate es, prácticamente, lo más oscuro que podemos encontrar en la lista de Terry, demostrando la pasión del actual bajista de Obituary por el heavy metal más clásico. Aún así, al poco de la que la banda de King Diamond publicara este Melissa en 1983, Terry se enfrascó en su trabajo en Massacre y en Death junto a Chuck Schuldiner. Podemos imaginar como la teatralidad y el dramatismo del vocalista danés y su banda tuvo un fácil impacto en alguien interesado en la caña y la oscuridad.
3. Dio – Holy Diver (1983)
Supongo que cualquiera al que le guste el heavy metal puede considerar que Holy Diver es un disco absolutamente pivotal en la historia del género. Después de una exitosa carrera en Elf, Rainbow y Black Sabbath, Ronnie James Dio se embarcó en una aventura en solitario que no pudo empezar mejor, aportando temas tan eternos e inmortales al imaginario metalero colectivo como «Stand Up And Shout», «Rainbow In The Dark» o el propio tema título. Es cierto que el bueno de Dio no llevaba un grupo precisamente mediocre en este proyecto, ya que le acompañaban ni más ni menos que Vivian Campbell (Def Leppard) a la guitarra, Jimmy Bain (Rainbow) y Vinnie Appice (Black Sabbath), viejos conocidos que le ayudaron a conformar un disco casi perfecto.
4. Black Sabbath – Mob Rules (1981)
Continuando con la devoción por Ronnie James Dio, es curioso que el disco escogido por Terry de la basta carrera de Black Sabbath sea precisamente este Mob Rules. No tan solo no es uno de los discos oscuros que hicieron con Ozzy durante los setenta, sino que ni tan siquiera es su gran obra con Dio a las voces. No diremos que no sea un «discazo», por supuesto, porque lo es aunque no haya pasado a la historia con tantas alabanzas como su anterior Heaven And Hell (1980).
5. Judas Priest – Sin After Sin (1977)
Por último, otro incunable del heavy metal más clásico. Sin After Sin es probablemente el primer disco que empezó a definir el sonido de los Judas Priest más grandes y, en última instancia, de la NWOBHM y del heavy metal de principios de los años 80. Dispuestos a comerse el mundo, los chicos de Rob Halford, Glen Tipton y KK Downing nos dejaron una obra imperecedera con clásicos como «Dissident Aggressor» (versionada por Slayer años después) o su propia versión del «Diamonds And Rust» de la cantautora neoyorquina Joan Baez
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Sobre Albert Vila 952 Artículos
Siempre me ha encantado escribir y siempre me ha encantado el rock, el metal y muchos más estilos. De hecho, me gustan tantos estilos y tantas bandas que he llegado a pensar que he perdido completamente el criterio, pero es que hay tanta buena música ahí fuera que es imposible no seguirse sorprendiendo día a día. Tengo una verborrea incontenible y me gusta inventarme palabras. Si habéis llegado hasta aquí, seguro que ya os habéis dado cuenta.