The Offspring – Smash: 25 años de un disco imprescindible

Ficha técnica

Publicado el 8 de abril de 1994
Discográfica: Epitaph Records
 
Componentes:
Dexter Holland - Voz, guitarra
Noodles - Guitarra
Greg K. - Bajo
Ron Welty - Batería

Temas

1. Time to Relax (0:25)
2. Nitro (Youth Energy) (2:27)
3. Bad Habit4(3:53)
4. Gotta Get Away (3:52)
5. Genocide (3:33)
6. Something to Believe In (3:17)
7. Come Out and Play (3:17)
8. Self Esteem (4:17)
9. It'll Be a Long Time (4:31)
10. Killboy Powerhead (2:02)
11. What Happened to You? (2:12)
12. So Alone (1:17)
13. Not the One (2:54)
14. Smash (10:42)

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Hay álbumes que crean tendencias, unos que marcan a una generación, otros que no entienden de estilos musicales y luego están los excepcionales, los únicos, los que aúnan todos estos puntos. 1994, año espectacular en el mundo del rock y del metal. Si en marzo comentamos cuatro trabajos brutalísimos de ese año, abril lo abrimos con un LP que reúne todo lo antes comentado. ¿Creó tendencia? Sí. ¿Marcó una generación? Evidentemente. ¿Atrajo a seguidores de estilos musicales diferentes? También. Smash (1994) fue un álbum que gustaba a heavys, punkis, alternativos, raperos, seguidores del ska e incluso a maquineros (al menos, en mi panda había de todo y a todos nos flipó), pero es que este Smash se llevó la palma.

Este álbum fue un torbellino para el mundo entero, incluso para The Offspring. El proyecto que crearon Dexter Holland y Greg Kriesel como diversión, que a la postre se les uniría Noodles, el carismático guitarra solista con sus gafas tan características, y el batería Ron Welty, pasó a ser algo más serio. Sacaron su primer trabajo de nombre homónimo, The Offspring (1989), con una discográfica que tiraba más hacia bandas de estilo punk. Dicho álbum no tuvo una recepción espectacular pero sí hizo que aumentara su radio de influencia y les dio a conocer. Para su siguiente trabajo -con el que sí comenzaron a labrarse un nombre- Ignition (1992), ficharon por Epitaph Records, cosa que les cambiaría la vida para siempre.

Epitaph Records era una discográfica, totalmente independiente, creada a mediados de los ochenta por Brett Gurewitz, caracterizada por distribuir discos de grupos de punk rock (el primero fue con Bad Religion,), y que contaba con grupos ya con cierto calibre, como pueden ser NOFX o Rancid. De hecho, 1994 se considera el mejor año de la discográfica, pues sacaron Let’s Go de Rancid, Punk in Drublik de NOFX y Unknown Road de Pennywise; casi nada. Y si encima le añadimos que unos jóvenes semi desconocidos se presentan con Smash y petan el mercado vendiendo 17 millones de copias, provocando que sea el álbum de una discográfica independiente con más ventas de la historia…

De la noche a la mañana, The Offspring se convierten en el grupo de moda, y todo el mundo habla de ellos y quiere ser como ellos. The Offspring, junto con todos los grupos que he ido comentado y Green Day, quienes también sacaron su famosísimo Dookie en 1994, fueron los encargados del resurgimiento del punk en los 90, en este caso con un formato actualizado como era el punk rock o el skate punk. No quiero entrar en los posteriores álbumes de los de California y que no llegaron a superar la obra maestra que hoy recordamos, aunque sí que quiero hacer hincapié en el excelente Ixnay on the Hombre (1997), bastante en la línea del anterior, y Americana (1998), donde la cosa comenzó a desmadrarse con un pop punk bastante desenfadado pero de muchísima calidad y, encima, pegadizo. Aunque como sabemos, aquí ya se habían pasado a una multinacional, Columbia Records, y los que en su momento avisaron que este cambio haría cambiar el sonido de los americanos, el tiempo les dio la razón.

En mi caso, este Smash lo descubrí en 1997. Un vecino mío que vivíamos puerta con puerta, que era un año más grande que yo y tiraba más al punk, me lo recomendó ya que me dijo que no era punk al uso, sino que tenía esencia de varios estilos más como el rock alternativo, heavy metal, ska, incluso el grunge. Total, que dijo que me gustaría… ¡y joder si me gustó! Han pasado 25 años y es un álbum que, todavía hoy en día, aún me pongo de vez en cuando. Y qué recuerdos me trae de mis épocas de local con mis amigos. De entre una gran infinidad de grupos, recuerdo que de este disco poníamos casi la mitad de sus temas. O cuando las pedíamos en según qué afters de aire más alternativos. Y no decir los vicios, justo entrado el 2000, que me hacía con el Crazy Taxi de la Dreamcast con las canciones de fondo de Bad Religion y The Offspring (con temas del Ixnay on the Hombre, eso sí). Por cierto, el colega que me hizo descubrirlos, cuando me dejó el álbum, fue de los que me dijo que, al haber cambiado de discográfica, sería el fin de ellos como grupo punky… toda la razón.

Vamos a pasar a recordar este Smash, que sinceramente no haría falta porque creo que el 95% de la gente que lea este artículo, se conoce cada canción al dedillo. Recordemos, eso sí, la portada con ese mítico esqueleto un poco difuminado, el cual hace referencia al contenido de las letras de los temas: muerte, codicia, adicción, violencia y cosas por el estilo.

Empezamos con “Time to Relax”, mítica intro que te dice que es hora de relajarse, sentarse en el sofá y poner este compact disc en el estéreo de tu casa (millenials abstenerse), mientras descansas y te quitas los zapatos… Entonces el disco comienza en serio con “Nitro (Youth Energy)” y su redoble de batería y buen punk melódico cañero con un toque hardcore. Curiosamente, Dexter Holland fundó una discográfica con el nombre de Nitro, curiosidades de la vida. El bajo hace acto de presencia en la introducción de “Bad Habit”, de comienzo lento y misterioso para pasar a un corte agresivo y bastante más punk.

Con “Gotta Get Away” tenemos la presencia, otra vez, del bajo acompañado de una batería a ritmo constante. En esta ocasión la canción tiene un ritmo más lento, con unos riffs melódicos y afilados. Canción con esencia grunge y uno de los hits de este Smash. “Genocide”, canción que se siempre me ha encantado, es rápida, trotera, cañera y con unos estribillos súper pegadizos; es una de mis preferidas. Y el riff constante de Noodles, genial. Al acabar el tema, vuelve a salir el del principio, en esta ocasión preguntándose qué será lo siguiente. Pues lo siguiente es “Something to Believe In”, tema también rápido y bastante melódico; el cambio lento a mitad de canción le da un momento de respiro, para continuar con un ritmo contagioso constante.

Ahora llega una grande, “Come Out and Play”, con ese riff oriental de corte oriental de Noodles. El ritmo general de la canción es hipnótico y posee unos estribillos de esos que se te quedan en la cabeza. Canción original que llegó a lo más alto. Continuamos con otro himno mundial, “Self Esteem”, con ese comienzo de coro ebrio que sería recordado para la posteridad. Su estilo grunge acabó de hacer el empaque perfecto. La de veces que la he bailado abrazado a los colegas… La siguiente ,“It’ll Be a Long Time”, es otro tema de punk rock anfetamínico. Directo a la yugular y sin escrúpulos.

“Killboy Powerhead” continúa con la tónica de la anterior canción. En esta ocasión es una cover de un grupo llamado The Didjits. “What Happened to You” es un tema diferente. De golpe y porrazo, The Offspring te meten una de ska. Continúa teniendo ese puntillo macarrilla, pero es puro ska. Mientras estoy escribiendo esto y escuchando el disco me están viniendo lagrimillas recordando momentazos con estas canciones. Joder, es que es bueno de cojones este Smash.

“So Alone” sigue la senda rápida, con una esencia más hardcore, y cortísima; minuto escaso de duración. “Not the One” tiene una parte más punk rock, con un ritmo constante y trepidante. Y terminamos con “Smash”, que es guitarreo puro. Muy buenos riffs. Ah, y con easter egg al final de todo.

En resumen, un cuarto de siglo para, probablemente, el disco insignia de los 90 en cuanto a punk rock. Lo cambió todo y posteriormente generó una nueva ola -en el 2000- de nuevos grupos, como por ejemplo Sum 41, entre muchísimos otros. Aunque se tiene que decir que este género actualmente no está muerto (pero casi), como le sucediera al grunge en su momento, fueron lo más de lo más y ahora mismo, ya no es que esté de moda, sino que cuesta encontrar grupos que toquen este género. Pero bueno, no nos tenemos que quedar con esto, sino que podemos decir (al menos en mi caso) que pude disfrutar, “en vivo y en directo”, de uno de los mejores discos de la época dorada del rock en todas sus vertientes. Y es que de esa década salieron tantos estilos nuevos… Me ha entrado un poco de melancolía y creo que voy a desempolvar la Dreamcast para echarme unos vicios al Crazy Taxi.

PD: ya que hemos comentado el grunge, género del cual bebe un poco este Smash, debo recordaros que tres días antes que saliera este álbum, Kurt Kobain fallecía. Sí, también hace 25 años de esto…

Dídac Olivé
Sobre Dídac Olivé 176 Artículos
Soy de esa generación que la “post-pubertad” lo pilló entre el metal primigenio (lo que llamamos ahora old school) y la nueva ola que fue el Nu metal, es decir, pasado mediados de los 90. Me encantan muchos estilos pero sobretodo el rock clásico y evidentemente el metal, este último es una forma de vida y encima me gusta desgranar y reconocer la riqueza de todos sus subgéneros. Uno ya tiene su edad (los mechones blancos en la barba no están por que sí) pero no me cierro para nada a grupos nuevos, eso sí, mientras haya fuerza y calidad, aunque hoy en día hay mucha. Como nacido justo entrados los ochenta también se incluye que soy un friki de cuidado (rol, videojuegos, Star Wars, pelis Gore, literatura fantástica y un largo etc.) vaya que toco de todo un poco. En resumen, espero contagiaros mi pasión metalhead a la vez que disfrutáis de mis aberrantes destripes.