The Offspring – Americana: 20º Aniversario del disco que hizo que el punk fuera accesible para todos

Ficha técnica

Publicado el 17 de noviembre de 1998
Discográfica: Columbia Records
 
Componentes:
Dexter Holland - Voz, guitarra
Noodles - Guitarra, coros
Greg K - Bajo
Ron Welty - Batería

Temas

1. Welcome (0:09)
2. Have You Ever (3:56)
3. Staring at the Sun (2:13)
4. Pretty Fly (For a White Guy) (3:08)
5. The Kids Aren’t Alright (3:00)
6. Feelings (Morris Albert cover) (2:51)
7. She’s Got Issues (3:48)
8. Walla Walla (2:57)
9. The End of the Line (3:02)
10. No Brakes (2:04)
11. Why Don’t You Get a Job (2:52)
12. Americana (3:15)
13. Pay the Man (8:06)

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Si por algo este álbum es especial para mí, es porque, hasta donde recuerdo, fue el primer disco que me compré por voluntad propia. Hasta ese momento todo habían sido cassettes grabados o discos prestados entre colegas, pero este, recuerdo elegirlo y llevármelo para casa con olor a nuevo. Lo había escuchado alguna vez porque lo tenía un primo mayor mío, y recuerdo que siempre que iba a esa casa lo ponía, así que no pude evitar tener mi propia copia.

Posiblemente, los fans más puristas de los californianos se llevaron una desilusión, ya que Americana (1998) es, sin duda, el disco más comercial de la banda, pero para un chavalín de unos 10 años sin un ápice de espíritu crítico, era una maravilla. Y es verdad que las críticas no fueron las mejores, sobre todo a nivel de alcance, pero 10 millones de copias vendidas en todo el mundo hablan por sí solas, sobre todo después del bajón de ventas que supuso Ixnay on the Hombre (1997), su disco predecesor, y del listón tan alto que habían puesto años atrás con Smash (1994), la pieza insignia de The Offspring.

Por aquel entonces en Canarias, a pesar de todo el panorama musical que se vivía con el boom del nu metal, el cual me cogió de lleno, entre mi círculo de amistades no se escuchaba mucho rock, por lo que a nivel musical todo me llegaba por el entorno de mi hermana mayor y sus amigos, e incluso del entorno de mi padre. Pues bien, no digo que esto haga mejor al disco en sí, pero Americana (1998) hizo que por primera vez pudiera hablar con gente de mi entorno de una música que me molaba. ¿Cuánta gente habrá cantado ese “uno dos tres cuatro cinco cinco seis” sin ni si quiera saber de qué banda se trataba? ¿O coreado el pegadizo ritmillo de “Why don’t you Get a Job”? Este fue el disco que hizo a The Offspring accesible para todos los públicos, para bien o para mal. Pero a mí me encantaba poder ponerlo en los recreos sin que me llamaran satánico haha! Tampoco puedo olvidar la aparición de la banda en la descerebrada comedia Idle Hands (1999) protagonizada por Devon Sawa, en la que tocan “Beheaded” y un cover de “I Wanna Be Sedated” de Ramones, y (spoiler alert!) finalmente Dexter era asesinado en pleno concierto. Esto no hace más que demostrar el estatus que había alcanzado la banda a nivel mundial tras la salida de Americana.

Tras una intro sin música de 10 segundos en la que nunca supe qué decía, el disco arranca con un trallazo bastante punketa que nada tiene que envidiar a las grandes pistas de Smash, y este es “Have You Ever”. Uno de mis temas preferidos de la banda, que hacia la segunda mitad da un cambio totalmente inesperado que sólo hace que mejorarlo, introducido por una línea de bajo brutal por el señor Greg K, sobre la que entran las guitarras de Dexter y Noodles para finalizar este gran tema. Y tras este buen comienzo, se da paso a “Staring at the Sun”, uno de los temas de corte más hardcore de todo el disco. Dos intensos minutos de punk macarrilla para volverse loco.

El tercer corte fue el primer single del disco, y es posiblemente la canción más mainstream de la banda de todos los tiempos; “Pretty Fly (for a White Guy)”. No sé cuántas veces habré escuchado esta canción, tanto en mi radiocasette, en la MTV con su cachondo videoclip, e incluso cantada por colegas míos que no habían escuchado rock en su vida. Un tema divertido y bailable, con toques hasta de rap durante los verse, con coros de mujer de fondo en el pre-estribillo (sobre los que mi madre me decía que qué coño estaba escuchando) y un estribillo con un sonido The Offspring a más no poder.

“The Kids Aren’t Alright” es el segundo sencillo, otro de los temas conocidos por todo el mundo, y fue mi canción favorita durante varios años. El riff de la intro es muy bueno, el estribillo súper pegadizo, y la letra muy profunda hablando de la realidad que viven algunos niños en América, donde no todo es como nos lo pintan en las pelis. Sobre esto Holland llegó a decir:

«Aunque puede parecer que Estados Unidos es como un episodio de Happy Days, en realidad se asemeja más a Twin Peaks. La realidad es que los jóvenes no quieren ir a la universidad, porque saben que una vez culminen sus estudios, difícilmente podrán conseguir empleo.»

Reconozco que cuando escuchaba este álbum, desconocía por completo que “Feelings” era una versión, cosa que descubrí años más tarde. Pero, ¿por qué no convertir en punk un tema de 1975 de Morris Albert? Pues dicho y hecho. Trayazo punkarra de esta joya, para continuar con “She’s Got Issues” y “Walla Walla”, para mí los temas más flojos del disco. En el primero se pierde un poco la electricidad de los temas anteriores, y se vuelven un poco más pop, recordando más a un tema de Sugar Ray que de The Offspring. Pero en el segundo, se vuelve a recuperar esa velocidad y ese toque punk gamberro que tanto representa el sonido de este disco, más bailable y vacilón que los anteriores.

En “The End of the Line” y “No Brakes” vuelven los tempos acelerados, estribillos de “oh oh oh’s” al más puro estilo Bad Religion, y guitarras cañeras cargadas de distorsión, para dejarnos los dos temas (sobre todo el segundo) más hardcore del disco.

El corte número 11 fue su segundo sencillo y es otro de los temas mainstream donde los haya de Dexter, Noodles y compañía. “Why Don’t You Get a Job” ha sido cantado y coreado por todo el mundo, conozca o no a la banda. La velocidad es un poco más lenta e interviene por primera vez una guitarra acústica en el disco, dándole un toque un poco country a esta divertida y universal pieza. El siguiente corte es el que da nombre al disco. “Americana” empieza de manera muy sugerente y progresiva, con bombo y timbales de Ron Welty sobre los que entran las guitarras, luego unos coros para seguir ascendiendo, hasta que entra el primer verse acapella de Dexter y luego revienta con el sonido punk al que la banda nos tiene acostumbrados.

Para finalizar este álbum la elegida es “Pay the Man”. El tema más raro del disco, con un tempo muy lento y sonido experimental, con melodías de guitarra un poco árabes, recordando al final del Smash, en el que suena una versión más lenta de “Come Out and Play” con un riff prácticamente calcado. Hacia la segunda mitad el tema rompe dejando el sonido más metalero del disco para dejarnos esta obra maestra de ocho minutos de duración.

Y como no podía faltar, una de las múltiples idas de olla de los californianos con un reprise de un minuto de duración de “Pretty Fly” en versión mariachi para cerrar esta obra que, puede que a muchos no les acabara de gustar, por su alcance, ya que la banda se volvió mainstream y llegó a públicos alejados del punk y del rock, pero que a nivel musical está casi al mismo nivel que Smash, con temazos que fueron, son y serán parte de la banda sonora de mi vida.

Pau Rosell
Sobre Pau Rosell 43 Artículos
Como rockero nacido en Canarias y en los 90 (¡El Nu Metal mola!), me pasé la infancia luchando en todos los recreos para poner mis discos; “…And Justice For All” siempre era uno de ellos. En esto del rock desde que escuché por casualidad Deep Purple, a lo que siguió Led Zeppelin y ya no hubo vuelta atrás. Pasión por la música desde niño, prácticamente todos los estilos que derivan del rock, aunque un poco hater con el Glam. Guitarrista amateur, batería frustrado, y con ganas de adentrarme en este mundo como algo más que un hobby.