The Dresden Dolls: el añorado cabaret punk de porcelana

Sí, podríamos decir que The Dresden Dolls son una gran piñata musical.” (Brian Viglione, 2011)

El inicio del nuevo milenio coincidió con el nacimiento de una de las bandas más frescas e imaginativas de esa década: The Dresden Dolls. Una agrupación de Boston formada por sólo dos únicos componentes: Amanda Palmer y Brian Viglione. Ambos se conocieron en una fiesta de Halloween en casa de la vocalista y pianista. Ella empezó a improvisar con su piano y Viglione vio la luz: había que formar una banda con esa chica. Ni corto ni perezoso, Brian la convenció y así nacieron las muñecas de Dresden. Él, un amante del punk y el metal, y ella, una apasionada del pop. La combinación fue perfecta y su nombre es una bonita alegoría a las preciosas muñecas que se facturaban en la ciudad de Dresden, todas de porcelana. La delicadeza de esas piezas de coleccionistas contrasta con la brutalidad de los bombardeos acaecidos por las tropas aliadas y las enormes pérdidas de vidas humanas. Se auto-bautizaron como “cabaret punk brechtiano”, y la verdad es que es una etiqueta perfecta para poderlos definir. Su música suena desnuda pues sólo hay la voz de Amanda, su piano y la batería o guitarra de Viglione; pero no nos engañemos, con dos instrumentos y una voz eran capaces de generar mil sensaciones, atmósferas y dotan a sus directos de una gran espectacularidad, pues suelen contar con unas trabajadas performances que parecen sacadas de una casa de muñecas. Son el perfecto ejemplo de que hoy en día la originalidad es el bien más preciado.

Trayectoria

Su homónimo disco aparece en 2004 a pesar de que estaba concebido ya en 2001. Sus dos singles son rotundos e invirtieron certeramente en unos videoclips efectistas y trabajados. “Girl Anachronism” es un perfecto ejemplo de la potencia y alma punk del grupo, mientras que “Coin Operated Boy” es una maravilla salida de la imaginería de alguien que todavía vive en plena infancia, un sueño precioso y una tonada que les catapultó hacia el gran público y que les permitió girar por todo el mundo. Afortunadamente, ese disco no se limita a esas dos composiciones y hay material suficiente para convencer de que un gran grupo estaba preparando la plataforma de despegue. Los mismos Nine Inch Nails les invitaron a girar con ellos por medio mundo, e incluso Brian, ha llegado a tocar con ellos en vivo.

La estética del dúo va en consonancia con su concepto y Viglione es un actor de cine mudo a pesar de que es más fácil conectarlo como un mimo. A él no le encanta precisamente que le emparentemos con la creación de Marcel Marceau, así que reivindica siempre que su personaje es un tributo a los años del cine mudo. Amanda es una mezcla entre muñeca porcelana y estética punk rock, vistiendo leotardos e incluso apareciendo en vivo con ropa interior. Algo así como una muñeca de porcelana degradada por la mala vida. Para su DVD del 2005 contaron con Michael Pope en la producción y la realización, y con The Brigade, una agrupación teatral que llevó a la vida a todo un elenco de muñecos. De hecho, el representante español en Eurovisión en 2010, David Gides (“Algo Pequeñito”), pudo haber inspirado el concepto y la producción del tema en los Dresden Dolls.

El nombre de la banda refleja perfectamente la yuxtaposición de la luz y la oscuridad, la violencia y la suavidad. El nombre hace referencia a el bombardeo que padeció la ciudad alemana de Dresden durante la Segunda Guerra Mundial y a la delicadeza de sus muñecas de porcelana que se construían en ella. Nos inspiramos de la era Weimar en Alemania, así que el nombre era capaz de ligarlo todo.” (Brian Viglione, 2011)

Ese mismo 2005 aparece su siguiente paso discográfico, Yes, Virginia, otra buena obra si bien no alcanza el nivel de perfección de su ópera prima. En 2006 salen otra vez de gira e incluso llegan a tocar en España. Ese mismo año el grupo realiza una gira con Cindy Lauper y Erasure y su fama va creciendo. Desgraciadamente el éxito suele tener beneficios, pero también comporta ciertos problemillas. Amanda y Brian decidieron tomarse un descanso y eso disparó los rumores de ruptura. Cada uno realizó diferentes trabajos y colaborado con otras bandas. Amanda sacó el disco Who Killed Amanda Palmer?, un título que hace referencia a la serie de los 90, Twin Peaks, en la que se investigaba el de Laura Palmer. Por su lado, Brian Viglione, participó con Humanwine y participó en un disco con Face the Sun, demostrando su vertiente más metalera y próxima a unos Nine Inch Nails. También se ha atrevió a hacer labores de producción.

Coincidimos ambos en el gusto por la oscuridad y lo evocativo de las composiciones de Nick Cave, Swans, Diamanda Galas, Einsturzende Neubauten, los Doors y Tom Waits. Pero a la vez teníamos gustos dispares. Amanda estaba muy influenciada por el pop, la música experimental, la música teatral… Yo tengo unas influencias mucho más heavies, punks y del jazz.” (Brian Viglione, 2011)

En 2007 aparece el videoclip de The Dresden Dolls “Shores of California”, sin Viglione. En 2008 aparecen las caras B e ideas desechadas de Yes, Virginia bajo el título de No, Virginia y el grupo sigue manteniendo un buen nivel. Desgraciadamente el grupo se rompe y Viglione confirma una gira europea en 2011 que Palmer desmintió luego. La excepcional vocalista tenía otros proyectos y sorprende al mundo anunciando su compromiso con el que a partir de entonces es su marido: Neil Gaiman. Gaiman es un auténtico genio (creador de The Sandman) y uno de los autores-escritores más importantes de la actualidad. Cine, cómics, novela escrita y proyectos con lo más granado del género fantástico, desde Terry Pratchett, pasando por Alan Moore o apareciendo en Los Simpson haciendo de él mismo. Una mujer genial como Amanda Palmer estaba claro que terminaría buscando una media naranja a su altura.

La chica sacó discos en solitario, versiones de Radiohead con ukelele, cine, ha estado en el dueto Evelyn Evelyn, un disco con su padre, ha escrito libros y tiene una importante banda llamada Amanda Palmer & The Grand Theft Orchestra. De sus tres discos fue Theater Is Evil de 2012 su éxito más sonado, llegando al número 10 en las listas americanas. A pesar del parón con The Dresden Dolls Amanda sabe que consiguió algo muy especial con Brian y evidentemente nunca ha cerrado la puerta al proyecto. A lo largo de esta pasada década se han ido reuniendo para shows puntuales en Australia o Londres. En 2018 la capital británica fue agraciada con tres conciertos. Hacía 12 años que Dresden Dolls no tocaban en Europa. Viglione ha estado tocando en un disco de Amanda y la misma ya avisó que este 2020 las muñequitas de Dresden graban disco. Cuidado porque ahora que tienen los medios irán con todo.

El grupo empezó en fiestas particulares y en casas en las que estábamos rodeados de actuaciones de otros artistas, así que esa era la evolución natural, ya no sólo de invitarles a tocar (a The Brigade) cuando empezamos con el circuito de clubs, también de invitar a la audiencia a participar de manera que la interacción entre todos fuera de lo más positiva.” (Brian Viglione, 2011)

Su directo

A pesar de que en un principio la cosa puede parecer sumamente estática debido a que batería y teclados necesitan de estar sentado, sus shows eran realmente dinámicos y ambos músicos desprendían una gran energía. Golpeaban teclas y parches con mucha energía e incluso Brian hacía coros. La forma de tocar de ambos era muy física y las pinturas de mimo y muñeca de porcelana eran su característica más evidente. Brian lucía también un bonito bombín y tocaba con el torso desnudo. Las coletas de Amanda la asemejaban a una tierna niña de edad escolar, pero sus medias rotas y su voz desgarrada la acercaban más a una adolescente tentada por la mala vida. Un magnífico contraste. Su colaboración con The Brigade hizo que las apariciones de invitados en escena fueran un degoteo continuado. Bailarinas con aires burlesque, malabaristas, trapecistas que bajaban del techo y mimos y bailarines danzando al son de los temas. Puro entretenimiento sacado del salón de juegos de un niño, un Toy Story con juguetes de época hecho carne.

Jordi Tàrrega
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Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.