Crónica y fotos del concierto de Sólstafir + Myrkur + Árstíðir - Sala Razzmatazz 2 (Barcelona), 25 de noviembre de 2017

Sólstafir despliega las emocionales atmósferas de su rock ‘n’ roll islandés en Barcelona

Datos del Concierto

Bandas:
Sólstafir + Myrkur + Árstíðir
 
Fecha: 25 de noviembre de 2017
Lugar: Sala Razzmatazz 2 (Barcelona)
Promotora: Route Resurrection
Asistencia aproximada: 300 personas

Fotos

Fotos por Tamara Cisneros

Desde el helado norte europeo, tres bandas trajeron consigo hace unos días el gélido frío que ha venido a quedarse, anticipando el invierno. Una gira con bandas de primer nivel, una puerta que se abrió desde el Ártico.

Árstíðir

Inauguraron la velada los islandeses Árstíðir, banda acústica procedente de Reikiavik cuya música conjuga influencias de estilos como la música clásica, el rock progresivo y el folk de su tierra de origen. Empezaron con dos temas de su tercer trabajo de estudio Hvel (2015) «Himinhvel» y «Things You Said», para presentar después «Mute», un tema de su próximo álbum Sing To Season que verá la luz esta primavera. También incluyeron en su repertorio -de unos 40 minutos- «Heyr Himna Smiður» de su último LP Verloren Verleden (2016), un disco en el que han colaborado con Anneke van Giersbergen. Con este tema, un himno islandés del siglo XIII, saltaron a la fama a través de un vídeo de YouTube cuando en 2013 la improvisaron a capella en la estación de tren de Bürger Bahnhof en Wuppertal, Alemania. La siguieron «Someone Who Cares» y «Systir», para finalizar su repertorio con «Shades» de su segundo álbum Svefns Og Vöku Skil (2011). Dos guitarras y un teclado, una voz en una encuadre íntimo, con voces entonadas, pautas calculadas y bien ejecutadas. Se mostraron agradecidos de ser partícipes de esta gira, presentado con calidez una propuesta que quizá dejó un tanto frío a buena parte de los asistentes de la sala.

Myrkur

La expectación por ver a la danesa Amalie Bruun, aka Myrkur, se palpaba en el ambiente en los momentos previos a su puesta en escena: repetía en la Ciudad Condal tras su paso previo hace dos años junto a Deafheaven en la sala Apolo. Su último LP ha generado amor y odio a partes iguales, una realidad constatada que persigue a muchas propuestas singulares que no son de fácil digestión.

Presentaba su nuevo trabajo, Mareridt, bajo el cálido manto de una discográfica de la talla de Relapse Records. La multi instrumentalista artista desgranó con maestría una propuesta cuidada al detalle, en perfecta conjunción de sonido y una imagen cuidada -y estudiada- al milímetro. Compartió con una sala expectante su intimista mundo onírico que bascula entre la luz y la oscuridad, explorando su particular y ecléctica visión musical en las que hay cabida para conjugar black metal y folk escandinavo. Con su claro sentido de aislamiento nórdico, las composiciones de Bruun son a la vez delicadas y salvajes, rotas con desgarradora voz desesperada.

Camisón blanco que dejaba entrever su sensual puesta en escena, juego de luces frías, azules y rosáceas, semblante angelical, melena dorada al viento. Y la dicotomía que legitima su propuesta: micrófonos combinados, unos para sus voces más inmaculadas y otro para las guturales en un fastuoso tronco como pie de micro. De su nuevo trabajo extrajo la mitad del repertorio: «Mareridt», «The Serpent», «Ulvinde», «Måneblôt» y «Elleskudt». Y de su anterior trabajo como Myrkur, M, los temas más cañeros de la noche: «Onde Børn», «Jeg Er Guden, I Er Tjenerne» y «Skaði».

Sólstafir

Cerraban y encabezaban el cartel los islandeses Sólstafir. Escucharles es trasladarse a la tierra de hielo y fuego, a soñar con la magnética, inhóspita e implacable belleza de las tierras islandesas. Es difícil desligar el contenido emocional de un grupo al escribir estas líneas, cuando te han acompañado como banda sonora dibujado la orografía de esos quilómetros de ensueño en las diversas incursiones que he podido hacer a esa inigualable tierra mágica…

Sólstafir daban a conocer su último trabajo, Berdreyminn haciendo gala de su auto-denominada conjunción de “Pink Floyd metal” y rock n’ roll atmosférico. Aunque en Islandia son toda una institución nacional, aquí están cosechado una fama que crece a buen ritmo, que se consolida y acrecienta año tras año: su carismático vocalista y guitarra Aðalbjörn Tryggvason “Addi” recordó que la última vez que estuvieron en Barcelona como cabezas de cartel lo hicieron en la sala contigua, Razzmatazz 3, frente a menos de la mitad de fans que esa noche estaban llenando la segunda sala.

Dos sorpresas muy gratas, pequeñas joyas de sus primeros discos: comenzaron entregados con «Náttfari», el tema que finaliza su segundo trabajo Masterpiece of Bitterness (2005). Y cerraron con la inmensa «Goddess of the Ages», el broche del magnífico Köld (2009). Se suma un setlist de lujo para los seguidores de la banda, que como ya viene siendo habitual, se mostró compacta y entregada a su público: «Silfur-Refur», «Ísafold» (de la que nos explicaron su significado: el nihilista porvenir de una sociedad de vicios, depresiones y enfermedades mentales…), «Hula» y «Bláfjall» de su último trabajo; «Ótta» y «Lágnætti» del anterior, y la genial «Fjara» de su cuarto LP, Svartir Sandar. Addi recordó una vez más lo arropado que se siente en Catalunya y prometió volver pronto. En la recta final del concierto, bajó del escenario para seguir saludando subido desde una de las barras laterales de la sala. Al final, e igual que hace dos años, conocedor de la situación política catalana, volvió a ondear la estelada al final del concierto.

A la salida sonrisas entre el público y… el merchandising en la calle. Y es que la sala les exigía un 20% de todo lo vendido en su puesto de ventas, una práctica por lo visto muy extendida en Estados Unidos. Ese mismo día la banda anunció que para no tener que subir los precios de las camisetas y otros objetos del merch, la solución pasaba por salir a la puerta del local.

Para muchos pasará, sin duda, a engrosar la lista de conciertos imborrables que nos deja este prolífico año.

Tamara Cisneros
Sobre Tamara Cisneros 10 Artículos
Periodista de formación, asidua al festival de cine de Sitges y al Roadburn Festival, la encontraréis en algún bolo de metal, perdida entre montañas o colgada de alguna pared. Libros y fotografía, viajes y tocar la batería, y música, mucha música siempre.