Savatage – The Wake of Magellan: 25 años de una obra monumental

Ficha técnica

Publicado el 15 de septiembre de 1997
Discográfica: Lava Records / Atlantic Records / Concrete Records / Edel Music
 
Componentes:
Zachary Stevens - Voz
Jon Oliva - Voz, teclados
Chris Caffery - Guitarra
Al Pitrelli - Guitarra
Johnny Lee Middleton - Bajo
Jeff Plate - Batería

Temas

1. The Ocean (1:34)
2. Welcome (2:12)
3. Turns To Me (6:01)
4. Morning Sun (5:49)
5. Another Way (4:36)
6. Blackjack Guillotine (4:34)
7. Paragons of Innocence (5:34)
8. Complaint in the System (Veronica Guerin) (2:37)
9. Underture (3:52)
10. The Wake of Magellan (6:10)
11. Anymore (5:17)
12. The Storm (3:45)
13. The Hourglass (8:06)

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Una auténtica barbaridad… Lo de Savatage con este The Wake of Magellan fue colosal a pesar de que Savatage ya eran la Trans-Siberian Orchestra y el grupo iba a desaparecer puesto que, en el fondo, los Savatage de los 90 eran el embrión de esta banda de enormes pabellones a las que casi un millón de personas les vieron en 2019 (y eso sin salir de Estados Unidos).

O’Neill, Oliva y Kinkel llevaban años trabajando en pasar a la comercialidad rotunda, pero para ello se iba a sacrificar su banda de toda la vida. Veníamos de otra barbaridad como era el disco conceptual Dead Winter Dead con una historia maravillosa y con grandísimas canciones, pero aquí dejaron los villancicos y la música clásica para la orquesta transiberiana, que ya marchaba, y volvieron sobre sus pasos metálicos, pero con las nuevas influencias.

La historia que mueve esta obra es el viaje de la expedición a lo desconocido por parte del portugués Magallanes bajo bandera española. Un viaje que no llegó a conseguir completar, aunque sí lo podría hacer Elcano. Descubrió el marino el paso que lleva su nombre, El estrecho de Magallanes, y murió a manos de unos nativos. Esta idealización de la lucha y de ir más allá de los límites humanos se relaciona con la lucha de Veronica Guerin en Irlanda y el incidente Maesk Dubai en el que los oficiales del barco lanzaron al mar Atlántico a tres polizones rumanos. El contramaestre de barco Rodolfo Miguel se enfrentó a los oficiales para salvar a un cuarto polizón de la muerte.

El disco

Aquí los Savatage van con todo y la conceptualidad la llevan hasta la última de las consecuencias siendo el piano, el instrumento clave que llevó Savatage al primer plano en el metal, el que abre la triste “The Ocean”, acunada por el rumor del oleaje, para luego dar paso a esa primera maravilla que es “Welcome” al más puro estilo The Who. Una bienvenida positivista en la que brilla absolutamente Zak Stevens. La musicalidad y la originalidad de los pasajes de esta composición han sido copiados por otras bandas. Rough Silk hicieron suyo ese fragmento tan bello y ampuloso. Hay momentos orquestados y… un disco no se puede abrir de una forma mejor.

“Turns to Me” es otra pieza impresionante que discurre de cumbres a valles (expresión acunada por los propios Savatage). Hay la fuerza del disco A Handful of Rain combinada con pasajes de balada y las inigualables guitarras de Al Pitrelli y Chris Caffery. Esas guitarras herederas del gran Chris Oliva seguían siendo el santo y seña del grupo. En lo musical el tema es de una riqueza enorme tirando casi a musical de Broadway y Stevens está tocado por una varita… Puede que sea su disco más perfecto. Recordemos que este tema también lo recuperaron para el show de reunión en Wacken.

Y la genialidad sigue impregnando el disco con otra joya marina del tamaño de “Morning Sun” con los juegos de volúmenes, sutiles orquestaciones de cuerda y la potencia dada por Jeff Plate a la batería y Johnny Lee Middleton, un bajista tan elegante como preciso. Alternan fuerza y pegada con sutileza logrando un equilibrio muy perfecto y pocas veces visto. Y a pesar de que Queen siempre fueron la base del grupo, en los 90, viraron hacia Kansas en inspiración aun manteniendo toda su categoría y cosecha propia. Esto suena a Savatage por los cuatro lados.

Jon Oliva toma el protagonismo vocal en dos temas, y diremos que no son los más estelares, pero está claro que hay que tenerle presente más allá de su piano. Su raspada voz invita a temas más duros y oscuros y ese es el momento para “Another Way”, que es muy melódica aun siendo un medio tiempo potente. Los juegos de contramelodías es lo mejor que han hecho Savatage y lo que les hace superiores al resto. Puedes escuchar la melodía principal, pero si te paras a escuchar las otras melodías que sobreponen a las canciones… pues directamente alucinas. Pero si llegas a considerar que esta pieza un tema menor, recuerda que en el show de reunión de 2015 la tocaron también.

El trabajo en los solos es absolutamente estelar con fragmentos doblados y esos cambios sorpresivos de estructura que no esperas para nada. Qué facilidad tenían en integrarlo todo en una misma canción. “Blackjack Guillotine” es de lo más metálico de la obra y un poco marca territorio a base de fuerza de riffs. En su día fue de lo más aplaudido del disco pues el tramo instrumental está realmente logrado. Casi que puedes imaginarte a las ocho vocalistas de la Trans-Siberian Orchestra hacer el baile sobre ese generoso tramo metálico e instrumental, con algún guiño a Thin Lizzy por lo de doblar guitarras.

En “Paragons of Innocence” vuelve Jon a tomar la rienda vocal en una pieza cercana a lo que fue esa maravilla titulada Streets. Bajo y tonos graves para darle juego a ese divo del metal. Atención a casi todas las líneas de bajo, pues era algo que Savatage cuidaba con especial mimo, y luego, a una especie de rapeado que se marca Jon Oliva para terminar de descuadrarte del todo (¡!!!!). Otro de los lujos es marcarse el “Complaint in the System (Veronica Guerin)”, la heroína irlandesa que luchó dando su vida contra el tráfico de drogas. Es de lo más extraño que grabaron nunca Savatage, pero les vuelve a funcionar. Realmente la gracia del todo es integrar estos homenajes a personajes célebres en una historia marina.

Luego hay los temas instrumentales que combinan pasajes de las canciones del disco con una clase extraordinaria como en “Underture”, que a la vez te anticipa lo que está por venir. Son los primeros nubarrones y gotas de la tormenta que terminará con la vida de Magallanes, protagonista del disco, yendo a su muerte épica y (casi) vikinga. Hacia el final del disco hay “The Storm”, que es todavía mejor, siendo un perfecto ejemplo de música descriptiva y siendo otro paso más de la Trans-Siberian. Experimentaban aquí con grandes resultados.

Y hablando de Magallanes, llegamos al punto culminante del disco y en uno de los más grandes de la historia de Savatage: “The Wake of Magellan”. Ya estamos tardando en hacerle un homenaje en los reportajes de la canción perfecta, pues esto es absolutamente memorable. Podemos decir que es el “Bohemian Rhapsody” deSavatage. La canción es tan compleja en lo vocal que juraría que nunca se han atrevido a tocarla (completa) ni como Savatage ni como TSO. En la gira de ese año llegaban hasta el punto en el que hay el canon polifónico a ocho voces. El día que se atrevan a hacerlo, saltarán lágrimas.

Esto es puramente Savatage, es la pequeña nave de Magallanes en medio de la tormenta, con una letra excelsa y una música mejor, y todo explota en el célebre canon que te deja patidifuso. Retomaron lo conseguido en “Chance” y triplicaron la apuesta. Por cosas como estas hay un grafiti de tres metros en relieve con el logo de Savatage en 3 dimensiones en el comedor de mi casa. Y si vamos a la letra estaríamos escribiendo durante horas. Lo único que no me gusta de la canción es que… termina.

Después del éxtasis hay “Anymore”, balada en la pura tradición del grupo y de ambiente marino conseguido, al estilo “Believe”, “If I Go Away” o “Sleep”. La cantidad de baladas memorables que tiene el combo de Tampa es enorme, y esta es otra más. Atención al final enlazando con otros temas ya expuestos en el disco.

Y para el final guardan otra bala certera y ejemplificatoria de lo que eran los Savatage de los 90, a punto de dar el salto definitivo hacia las grandes audiencias con otro nombre. Otra virguería en la que sobresale el omnipresente Zak Stevens en una canción tan compleja como lo es “The Wake of Magellan”: “The Hourglass”. Imposible marcarse un final tan grande como este. Atención al otro giro de guion con canon polifónico para que nuestro protagonista termine pereciendo en su empresa. Cambiante es la estructura como movido es el estrecho de Magallanes. Hay en esta canción momentos sublimes, parones, arreones y sorpresas, como el mar en esas latitudes. Savatage en la enésima potencia.

Veredicto

Hablando de Savatage poco os puede servir mi sesgada opinión, pero os diré que es el disco musicalmente más rico y ambicioso que nunca llegaron a hacer, y eso es decir mucho de los de Florida. Me parece una barbaridad en lo compositivo, en lo conceptual y tenemos a una formación de ensueño que no pudo repetir en la siguiente obra, que para nada llegaría a las cotas de ambición de esta maravilla.

El problema fue cuando la Trans-Siberian Orchestra empezó a vestir de oro y platino y Savatage quedaría como un estorbo. En Alemania el disco llegó al puesto 11 en ventas, lo cual es otra barbaridad, pero los recursos y el dinero fueron hacia otra dirección. Savatage llegó al nivel de grupo de culto y cada año que pasa se suman más fanáticos hacia los chicos de un Jon Oliva del que espero que se vaya recuperando.

Sigo soñando con que algún día Savatage aproveche toda la orquesta transiberiana y venga a Europa encabezando los grandes carteles de los mayores festivales… Ese día entenderéis el porqué amo este grupo hasta unas cotas enfermizas.

Jordi Tàrrega
Sobre Jordi Tàrrega 1356 Artículos
Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.