Pantera – The Great Southern Trendkill: 25 años del álbum más infravalorado de la banda

Ficha técnica

Publicado el 7 de mayo de 1996
Discográfica: East West Records
 
Componentes:
Philip Anselmo - Voz
Dimebag Darrell - Guitarra
Rex Brown - Bajo
Vinnie Paul - Batería

Temas

1. The Great Southern Trendkill (3:47)
2. War Nerve (4:53)
3. Drag the Waters (4:56)
4. 10's (4:50)
5. 13 Steps to Nowhere (3:38)
6. Suicide Note Pt. I (4:45)
7. Suicide Note Pt. II (4:20)
8. Living Through Me (Hell's Wrath) (4:50)
9. Floods (7:00)
10. The Underground In America (4:34)
11. (Reprise) Sandblasted Skin (5:40)

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Volver a poner en contexto a una banda como Pantera en una revista de rock es algo tan necesario como redundante a estas alturas de la película. Que los texanos fueron (y serán) una de las bandas de metal más grandes de la historia es una verdad tan impepinable que no admite discusión alguna, y abrir un debate sobre su trilogía clásica (todos sabemos cuál es) también algo absurdo por la unanimidad que presentaría. Quizá por ello, y porque el disco que nos compete es una de mis debilidades personales como podréis ir viendo más adelante, me hace especial ilusión recordar, re-escuchar y dignificar el álbum más diferente y personal de la banda.

Antes de entrar en materia convendría situarnos en 1995. El cuarteto se encuentra en el punto más álgido de su carrera, recogiendo los frutos de Far Beyond Driven (1994) por Sudamérica y formando parte del imponente Monsters of Rock, pero como suele suceder en estos casos la resaca del éxito tampoco tarda en dejar las primeras tensiones internas. Phil Anselmo se refugia en las drogas debido a sus problemas crónicos de espalda, algo que junto a unas polémicas declaraciones racistas (que posteriormente acabaría achacando al alcohol) fue deteriorando su relación con los hermanos Abbott. Sus adicciones llegaron al punto de sufrir una sobredosis de heroína el año siguiente en pleno camerino del Starplex Arena de Dallas declarando al frontman clínicamente muerto durante unos minutos tras entrar en parada cardiorrespiratoria. Los múltiples proyectos paralelos en los que siempre andaba involucrado tampoco ayudaron a que la relación fuese óptima, desviando buena parte de su atención al debut de Down en septiembre de 1995.

Tal era el deterioro interno que la grabación de The Great Southern Trendkill se llevó a cabo en dos estudios diferentes. Mientras la banda grababa sus partes en Texas, Phil hacía lo propio en New York junto a Trent Reznor de Nine Inch Nails. Sobre el papel, a nadie le hubiera extrañado ver un trabajo poco inspirado y a una banda rota, desmembrada. Nada más lejos de la realidad. Lo que encontramos aquí es un álbum a la altura de su impresionante legado (por mucho que algunos lo tilden de disco menor) y que, lejos de amilanarse, nos ofrece la cara más colérica, intensa y por momentos anti-comercial (si es que algún día la tuvieron) de la banda.

Lejos de ser un simple eufemismo, el gran asesino sureño de tendencias arrasa contra la industria musical y toda corriente que aparece a su paso en temas como el inicial «The Great Southern Trendkill», cercano al death metal y de actitud realmente punk, un percusivo y tintineante «13 Steps to Nowhere», «The Underground In America» y su fina ironía sobre la escena postiza de los States o «(Reprise) Sandblasted Skin», un corte que podría desafiar la agresividad de Far Beyond Driven. Pero si algo caracteriza a este álbum y lo hace verdaderamente especial son sus contrastes. Las dos partes de «Suicide Note», dedicadas abiertamente por Anselmo a su adicción a la heroína y donde pasa de una faceta inédita de crooner a la locura más absoluta, seguramente sean el ejemplo más claro. Sin embargo, siempre caí rendido a esos temas en los que banda lo apuesta todo a su carta más densa y pantanosa. «10’s» es la primera joya que nos dejan este sentido, con una atmósfera deprimente y un punteo espectacular que culmina en los siete minutos de «Floods». Para extraer todo su (venenoso) jugo necesitaríamos otro especial o incluirlo directamente en un canciones perfectas, y es que el pasaje semi-acústico con el que la van construyendo y uno de los mejores solos de la carrera de Dimebag bien lo merecerían. Nada de virtuosismo o técnica (que también), sino oscuridad y puro sentimiento. Todos estos «experimentos» tampoco se opusieron a que el cuarteto siguiera ofreciéndonos su dosis habitual de groove, personificado sobre todo en «War Nerve» y «Drag the Waters», otro de los temazos incontestables y primer sencillo del álbum.

Mojarme con la discografía de Pantera es algo que nunca he sido capaz de hacer. Y de muy pocas bandas puedo decir lo mismo. Algunos días me quedaría con la energía y autenticidad del Cowboys From Hell (1990), muchos otros con la perfección que lleva por nombre Vulgar Display of Power (1992) y otros tantos con el grado de violencia sonora alcanzado en Far Beyond Driven. Pero si los datos hablaran, estoy seguro que The Great Southern Trendkill sería el disco al que más he recurrido en los últimos años y mayor recorrido me ha ofrecido desde que viera la luz.

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Sobre Jorge Azcona 4 Artículos
Melómano, coleccionista y superviviente de las garras de Spotify. Para cuando me quise dar cuenta ya estaba uniendo mis dos grandes pasiones, el rock y escribir sobre él