La reseña improbable: Ángeles del Infierno – Pacto con el Diablo

Ficha técnica

Publicado el Octubre de 1984
Discográfica: WEA Music
 
Componentes:
Juan Gallardo - Voz
Robert Álvarez - Guitarra
Manu García - Guitarra
Santi Rubio - Bajo
Iñaki Munita - Batería

Temas

1. Maldito sea tu nombre (3:45)
2. Rocker (2:54)
3. Unidos por el rock (3:49)
4. Esclavos de la noche (3:15)
5. Sombras en la oscuridad (5:12)
6. El principio del fin (3:55)
7. Condenados a vivir (3:06)
8. Sangre (3:39)
9. No juegues con fuego (4:17)
10. Es un pacto con el Diablo (3:19)

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Vaya con mi “amigo” Abel Marín… qué regalito más guay que me ha dejado. Esta vez dejaré de lado mi carácter políticamente correcto y no me andaré con retóricas ablandadas. Recordad lectores que esta es una reseña de un disco, que no haría nunca, y que es en plan broma, por lo que aquí nos podemos dejar ir y contar salvajadas. O sea que tranquilos fans del heavy y del hard rock, no os enfadéis, igual que yo no me enfadaría si hicieran lo mismo con mis queridos Pantera.

Los que me conocen bien saben que no me gusta el heavy metal. De hecho, solo hay dos grupos de este género que en toda mi vida me hayan flipado, y uno no cuenta. El primero es el grupo heavy por excelencia, Iron Maiden. Este es el que no cuenta. Básicamente porque es con esta banda donde el 90% de la población joven empieza en el mundillo metalero. La segunda banda en cuestión es Manowar, y me quedo con su energía a partir del 88, cuando su estilo ya era tirando a power y su ambientación medievo-fantástica. Aunque aquí entraría más el factor de mi juventud rolera y friki con lo cual este grupo ayudaba a que me gustara, y mucho.

Mis inicios metaleros se remontan a mediados de los 90, y yo rápidamente me identifiqué con el groove que se había gestado en esos años. Por lo que odiaba que la gente me llamara heavy. Los heavies eran tíos con sus mallas o pantalones elásticos, sus chalecos llenos -llenos se queda corto- de parches y su larga cabellera, sin olvidarnos de sus flequillos. Encima ser heavy iba intrínseco, en líneas generales, con llevar cosas de cuero, tachuelas, motos (este más hard rock) y “mujeres objeto”, por nombrarlo de alguna manera. Todo esto para mí no entraba. Del alcohol, drogas y sexo con mujeres, sí, aunque con matices. Yo era thrasher, ya que la palabra al uso, groovie, para nosotros aún no existía. La vestimenta era diferente, y mi forma de ver la música y la vida también. El heavy era un género que tenía dos décadas, por lo que ya en esos años lo encontraba ñoño y caduco.

Debo concretar que había grupos y grupos, claro está. Y decir que aunque no me gustase el heavy al uso, podía encontrar temas que podía escuchar sin que me pasase nada psíquico, incluso otros que sí me gustan y de los cuales me sé la letra de memoria. También debo decir que de música nacional escuchaba muy poco, ya que la inmensa mayoría de grupos españoles, ¿de qué eran? Bingo. Era lo que más abundaba en ese momento, y no engañaría a nadie si digo que hoy en día las bandas de aire retro son las que más venden aún.

No quiero desmerecer a Barón Rojo, Obús, y toda esta generación, pero sinceramente, esto está más que caduco. Es decir: son buenos, claro. Igual que tienen temazos, no lo negaré. Pero joder, que hay vida más allá que la música de hace 30 o 40 años. Qué ni de coña ya no son lo más. Pero el problema no son ellos, claro, sino la gente que se ha quedado anclada en esa música de su juventud, y encima van diciendo memeces: «Qué si esto si es caña»… bah. «Que si la música actual es una mierda»bla bla bla. Ya, claro, pero verdad que, por poner un ejemplo, igual que viven el fútbol actual, gritando, disfrutando o insultando, a chavales que podrían ser sus hijos, pues musicalmente podrían hacer lo mismo. Lo de insultar no, ya me entendéis. Que yo sepa, nadie vive anclado en el pasado y solo visualiza partidos de fútbol de los 80 o 90, ¿verdad? ¿Pues por qué con la música, sea el estilo que sea, sí? Esto es un eterno dilema que me planteo siempre y que no entenderé nunca.

Al principio he puesto como ejemplo a Pantera, grupo que sé perfectamente que aunque fuera un referente e inventara un género nuevo, tengo más que claro que son una banda, me duela más o menos, también caduca y pasada de moda. Voy con sus camisetas, sí, pero no dejo de escuchar cosas más antiguas como pueden ser The Doors o Janis Joplin, y cosas modernas, como The Black Dahlia Murder o Igorrr. También me revienta los que van de “diferentes” y te saltan: ¡Oye! Ponme algo de Motörhead o Metallica Y no se refieren a ponerlos en plan revival, no. Lo quieren por que se piensan que es lo más cool, y que así van de modernos y transgresores.

Bueno, no me voy más por las ramas, pero creo que habéis pillado el por qué no me gusta el heavy en su aspecto como estilo musical, ¿verdad? Y no lo he dicho, pero tampoco me gusta como cantan, a mi me gustan las voces rudas, me gustan lo growls y me gustan los shriek. Pero como sabemos todo es cuestión de gustos y cada uno hace lo que quiere con su vida, yo solo os he especificado lo que opino de todo esto.

Vayamos pues al trabajito en cuestión que me han enchufado. Antes me pongo un poco en situación y busco un poco por las RRSS. Ángeles del Infierno, grupo fundado en Lasarte, Guipúzcoa en el año 1978. Con un prestigio nacional brutal y también a nivel internacional. Veo que el disco que me hará sangrar las orejas es su primer trabajo editado, el cual fue un éxito de ventas y una de las joyas de la corona del metal español. Bueno, de momento vamos bien, así que podemos empezar por su portada…

Pacto con el Diablo (1984). Miro la portada y se me caen los huevos al suelo. ¿Pero qué mierda es esta? A ver, de acuerdo, esto hace casi 40 años podía molar, ¿¿pero ahora?? Yo veo una chica disfrazada de demonio… ¿POR QUÉ SIEMPRE ELLAS SON EL DEMONIO? Primera pregunta. ¿POR QUÉ CON LOS PECHOS FUERA? Segunda pregunta. A ver, digo yo, el diablo es una chica “buena” desnuda, y sus cinco ángeles son unos tíos que llevan cuero y con cara de empotradores… esto es heavy metal, señores. Yo me quedo con cosas más extremas, del black o el death, portadas con bichos aberrantes, salidos del mismísimo Averno, o con figuras abominables con las que incluso Lovecraft tendría terribles pesadillas. Os digo sinceramente lo que veo: una pobre chica que no sabe qué hace allí, con una cara que tampoco es que se la vea muy contenta y cinco tíos detrás preparados para practicar un bukkake o un gang bang. Quizá es mi mente, seguramente, pero es lo que ven mis ojos, qué queréis que os diga. Portada horrorosa, bochornosa e incluso perturbadora. Vale, con el primer paso ya han hecho que me sangren los ojos, hasta tal punto que estoy pensando en arrancármelos con ese artilugio para hacer bolas de helado, que así será todo más rápido.

Ahora ya sí, definitivamente me pongo el disco… tres escuchas, no puedo con más de tres escuchas. Creo que es suficiente para rajar un poco y lo justo para que mi ya mermado cerebro no sufra más. Empezamos con “Maldito Sea Tu Nombre” y debo reconocer que el inicio me gusta, me gusta ese riff en stereo, a principios de los 80 se debía de flipar lo suyo con esos cambios de escucha orejil, y encima la cosa tira a un aire inglés a lo Iron Maiden. Pero ya está, hacen el cambio y ya escucho una música que no me entra, no diré que está mal, no me pitufa este sonido, lo siento, y el tema en sí, tiene su punto. Pero la voz con los huevos demasiado apretados por las mallas, pues no.

Rocker”… uuff, un hard rock de lo más nuevo… y lo mejor, cuando cantan “Rrrocker” por Darrell es horroroso, y lo mejor cuando te salen con el “Sexo, drogas y rock ‘n’ roll, es el lema en tu generación”… sin comentarios. Por cosas así aún ven a los metalheads como, drogadictos, proxenetas y ladrones. Gente sana y de buena vida…. Seguimos con “Unidos por el Rock”, mis oídos dicen basta, pero debo seguir. Al menos calidad tienen y en concreto destaca el nivel técnico de Robert Álvarez, a los solos. Los coros, horrorosos, casi me hacen vomitar la cena.

“Esclavos de la noche”, canción con su ritmo, pero nada nuevo. “Sombras en la Oscuridad”, como dice la canción, tiene un tono más oscuro, por sus riffs más pesados, pero joder, pero que son esos gritos. “El principio el fin” es el siguiente tema, encima hace honor a como estaba mi lóbulo temporal en ese momento, nula, a punto de implosionar. Aún tengo pesadillas con jinetes negros, entre otras cosas, sembrando miedo, muerte y terror. Sangre en la tierra, Fuego en el cielo, es el principio del fin. Aquí debo reconocer que me pilla esta canción habiendo nacido una década antes, y me flipo, no lo niego. Pero la voz sigue sin entrarme, que mola, seguro, pero a mí, no.

“Condenados a Vivir”, empieza un ritmo que no está mal, trillado, sí, pero efectivo, y supongo que es ponerse mentalmente en esos años. Esta no esta mal, supongo que su ritmo y su riff se ajusta más a lo que me puede gustar. Con “Sangre”, me esperaba alguna balada, como no… ”Uuuhh los heavies hacen las mejores baladas”. Si querían hacer una balada, es una mierda. Y si querían marcarse una a lo Black Sabbath… no, Dídac no, no digas sandeces… La siguiente “No Juegues con Fuego”, otra not bad, pero la jodida voz lo mata todo. Suerte que se va acabando con “Es un pacto con el diablo”, otra de las canciones que tienen un sonido que me puede recordar a pedazos de decenas de grupos, por no decir centenares.

Yeah! La penúltima canción, “Heavy Rock”, la podemos olvidar. Y terminamos con “Ángel del Infierno”, con un riff que no había escuchado nunca, igual que el timbre de la voz y el ritmo general. Esto es lo más, si! Por fin se ha acabado mi sufrimiento, me siento agotado. Evidentemente prefiero escuchar esto antes que el reggaeton o el trap, pero que quieres que te diga, me vienen a la mente infinidad de estilos o grupos que disfrutaría más. Sí, incluso con un buen techno me lo pasaría mejor. Lo siento, seguramente no soy tan trve como debería, pero que le vamos a hacer, soy así, y sí, lo reconozco, no soy lo suficientemente trve, pero me la suda.

Bueno, nuestro buen compañero Abel Marín, se ha quedado a gusto con este trabajo que sabía perfectamente que no lo podría aguantar. Ahora me toca elegir… y creo que el Dark Light (2005) del grupo HIM, es ideal para Robert Garcia, se lo pasará en grande con tanta tralla… jajaja.

Dídac Olivé
Sobre Dídac Olivé 176 Artículos
Soy de esa generación que la “post-pubertad” lo pilló entre el metal primigenio (lo que llamamos ahora old school) y la nueva ola que fue el Nu metal, es decir, pasado mediados de los 90. Me encantan muchos estilos pero sobretodo el rock clásico y evidentemente el metal, este último es una forma de vida y encima me gusta desgranar y reconocer la riqueza de todos sus subgéneros. Uno ya tiene su edad (los mechones blancos en la barba no están por que sí) pero no me cierro para nada a grupos nuevos, eso sí, mientras haya fuerza y calidad, aunque hoy en día hay mucha. Como nacido justo entrados los ochenta también se incluye que soy un friki de cuidado (rol, videojuegos, Star Wars, pelis Gore, literatura fantástica y un largo etc.) vaya que toco de todo un poco. En resumen, espero contagiaros mi pasión metalhead a la vez que disfrutáis de mis aberrantes destripes.