Kvelertak – Splid

Kvelertak

Nuestra Nota


9 / 10

Ficha técnica

Publicado el 14 de febrero de 2020
Discográfica: Rise Records
 
Componentes:
Ivar Nikolaisen - Voz
Bjarte Lund Rolland - Guitarra
Maciek Ofstad - Guitarra
Vidar Landa - Guitarra
Marvin Nygaard - Bajo
Håvard Takle Ohr - Batería

Temas

1. Rogaland (5:22)
2. Crack of Doom (feat. Troy Sanders) (3:53)
3. Necrosoft (2:59)
4. Discord (feat. Nate Newton) (4:13)
5. Bråtebrann (6:58)
6. Uglas Hegemoni (3:32)
7. Fanden ta Dette Hull! (7:51)
8. Tevling (4:07)
9. Stevnemøte med Satan (4:29)
10. Delirium Tremens (8:10)
11. Ved Bredden av Nihil (6:31)

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Desde su primer álbum, Kvelertak (2010), me parecieron un soplo de aire fresco necesario para una escena saturada de sonidos insípidos, repetitivos, tediosos y ordinarios. Su genuina mezcla de hard rock, rock ‘n’ roll y metal extremo cantado en noruego, implosionó en mi cabeza -de una manera poco ortodoxa- para quedarse. La rabia y calidad contenidas en sus dos primeras obras están al alcance de muy pocos seres vivientes de este nuestro planeta. Para muestra un par de clásicos como “Mjød”, «Sjøhyenar (Havets Herrer)» o “Blodtørst”. Estos cabrones destilaban mugre y mala hostia conjugada con su manera genuina de mezclar estilos, la personalidad y carisma de su vocalista Erlend Hjelvik, con su búho a cuestas, y unos buenísimos instrumentistas.

Todo ello acabó de materializarse, más si cabe, con su segundo álbum, Meir (2013), donde lo mostrado en su primer disco resultó ser un compendio de composiciones corregidas y aumentadas, con temarrales como “Bruane Brenn”, “Nekrokosmos” o “Kavelertak”, que sirvieron para que la todopoderosa Roadrunner Records, se fijara en ellos y los fichara para su siguiente lanzamiento. Ese trabajo, de los más esperados en 2016 por los fanáticos de la banda, fue Nattesferd (2016), y significó un giro estilístico. Composiciones más densas, una producción buscando un sonido a los Black Sabbath iniciales, con ramalazos menos impulsivos y menos enérgicos que hasta la fecha habían sido la seña de identidad de estos seis mugrientos noruegos. La cosa se tornó más calculada, sin perder calidad. “1985” o “Svartemesse” ahí están, y son un claro ejemplo de por donde van los tiros. En mi opinión, un disco de “pretendida” madurez que se queda a medio camino, y que no acabó de convencer a los más acérrimos.

Quizás por eso, o por otros motivos (la verdad es que no lo sé) Erlend Hjelvik (vocalista), decide abandonar el barco. En la vida de una banda perder componentes siempre debe ser duro (no he tenido ninguna banda, pero lo supongo), pero perder al vocalista y máximo exponente escénico debe serlo aún más, y el reto de volver a girar y sacar nuevo material también. Y aquí entra en juego la nueva adquisición del grupo, Ivar Nikolaisen.

Por lo que se ha podido ver en directo antes de la publicación de Splid (2020), Ivar es un frontman muy diferente a Erlend (su puesta en escena, búho mediante), muy punk en su actitud y al borde del colapso nervioso en numerosos momentos de sus actuaciones, y vocalmente un pelín más punkarra y más desgarrado, quizás.

Así que, con este contexto, las ganas de hincarle el diente a Splid son mayúsculas (o mayéstaticas que diría aquél). ¿Kvelertak habrán superado el reto del cambio de vocalista? ¿Habrán recuperado el pulso enérgico y mugriento de sus primeros lanzamientos? ¿Seguirán la senda de Nattesferd? ¿O por el contrario habrán ido a recuperar su mojo más quinqui?

¿Y la banda? La banda, en plena forma. Kvelertak en 2020 es más punk rock que metal, más rápida que densa. Ramalazos que te recordarán a ellos mismos, a los Turbonegro más inspirados, con un par de temas de los más extremos que han hecho nunca. La senda de su anterior trabajo está abandonada, y han cogido el camino del medio. Mugre controlada, energía tintada de madurez y desarrollos instrumentales cercanos al progresivo, pero sin excesos. Las canciones tienen carisma. Para mí, vuelven a recoger el mojo perdido en Nattesferd. En buena medida, la labor de Nikolaisen a la voz tiene mucho que ver en esa recuperación en combinación del trabajo de las guitarras de Vidar Landa, Bjarte Lund y Maciek Ofstad, de lo mejor del disco.

Efectivamente, el disco se abre con “Rogaland” que es una muestra, sin trampa ni cartón, de lo que encontraremos: mucha guitarra punkarrizada, mucha estructura y desarrollos marca de la casa, y un Ivar metido en su papel de chico nuevo en la banda. Esto es: entregándose a tope desde la primera nota. No siempre tienes el privilegio que una superstar de la escena como Troy Sanders de Mastodon participe en un tema nuevo de tu banda, y aquí lo tenemos dando el do de pecho en “Crack of Doom”. Maravilloso.

«Necrosoft”, «Discord» (con la colaboración de Nate Newton de Converge) y «Bråtebrann» componen, en mi opinión, el eje central que muestra adonde quiere dirigirse la banda a partir de ahora. Punk rock vitaminalizado y enérgico, con coros coreables (valga la redundancia) en directo. El corpus central, vaya. “Uglas Hegemoni” es un ramalazo de punk rock casi bailable con la que tus pies no pararán de moverse. La influencia de la oleada hard rockera escandinava de finales de los 90 es muy evidente aquí.

El clasicismo de “Fanden ta Dette Hull!» nos lleva a recordar su anterior trabajo, pero en una línea mucho más inspirada. «Tevling» es un medio tiempo casi bailable, de líneas de bajo ochenteras que acaba en una explosión calculada. El trallazo «Stevnemøte Med Satan» sirve de transición hasta el cierre, con dos temazos con un groove de locura y un trabajo de guitarra absolutamente sobresaliente.

«Delirium Tremens» es el temazo del álbum, que inicia con unos punteos suaves y delicados y Nikolaisen cantando melódicamente, cercano al Patton más delicado, y que va evolucionando poco a poco, progresivamente, en un auténtico trallazo de tomo y lomo que no puede dejarte indiferente. Es un tema que crece paulatinamente hasta sumergirte tortuosamente en tu demencia. Un final colosal, con algún ramalazo math y doom. Sencillamente, el mejor tema del álbum. La cima. Cierra de manera majestuosa, «Ved Bredden av Nihil» con inicio en desarrollo guitarrero, con fases extremas, mucho rock ’n’ roll. Es un tema que se va apagando, poco a poco, como esa llama que dejas encendida y se desvanece por la erosión de tu presencia.

Kvelertak han vuelto. Han firmado lo que será uno de los mejores álbumes del año, e Ivar es un animal. Creo que una futura gira, cuando toda esta mierda planetaria pase, será un must obligatorio

Kvelertak 2020

Joan Calderon
Sobre Joan Calderon 169 Artículos

Sant Boi-Barcelona-Arenys de Mar. Padre y Metalhead. Desbordado por tanta música que escuchar y poco tiempo para disfrutarla. En el Universo solo hay dos cosas claras: In vino veritas y Metallica es la banda más grande de todos los tiempos (quizás solo una sea cierta, y no tenga que ver con la verdad). Death, black, doom, sludge, hardcore, thrash… a menudo: pop, rock, indie, electrónica, hip hop...  en resumen, la música es mi pasión