Haggard – Awaking the Centuries: 20 años desde que la peste arrasó Europa

Ficha técnica

Publicado el 7 de febrero de 2000
Discográfica: Drakkar Entertainment
 
Componentes:
Asis Nasseri – Voz gutural, guitarras, timbales
Luz Marsen – Batería, percusión
Andi Nad – Bajo
Danny Klupp – Guitarra
Karin Bodenmüller – Soprano
Hans Wolf – Gran piano, piano, órgano de iglesia, teclados
Kathrin Pechlof – Arpa de concierto
Fiffi Fuhrmann – Tenor
Christian – Tenor
Thomas Rosato – Bajo
Christoph Zastrow – Flauta
Florian Bartl – Oboe
Robert Müller – Clarinete
Andrea Sterr – Violín
Michael Stapf – Violín
Steffi Hertz – Viola
Kathrin Hertz – Violoncello
Georg Uttenthaler – Doble bajo
Florian Schnellinger – Percusión
Peter Prysch – Cuerno francés

Temas

1. Intro - «Rachmaninov: Choir» (0:38)
2. Intro - «Pestilencia» (1:54)
3. Chapter I - «Heavenly Damnation» (2:59)
4. Chapter II - «The Final Victory» (3:35)
5. Chapter II - «Saltorella La Manuelina» (0:57)
6. Chapter III - «Awaking the Centuries» (9:34)
7. Chapter III - «Statement zur Lage der Musica» (1:19)
8. Chapter IV - «In a Fullmoon Procession» (5:18)
9. Chapter IV - «Menuett» (1:19)
10. Chapter V - «Prophecy Fulfilled / And the Dark Night Entered» (6:23)
11. Chapter V - «Courante» (1:10)
12. Chapter V - «Rachmaninov: Choir» (2:34)

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Hay grupos y discos que, más allá de la fama que tengan, y si llenan estadios o no llegan a media entrada de salas pequeñas, trascienden la música. Y si lo hacen, normalmente, es porque logran ir más allá de la música. Sí, puede sonar a cacofonía o repetición, pero yo me entiendo. Estos grupos, discos o canciones son pura poesía, versos tocados con instrumentos y caricias con notas musicales. No hay tantos discos así, que sean algo más que música, pero sin duda Haggard y su Awaking the Centuries (2000), que hoy cumple 20 añazos, es uno de ellos. Uno de los que más, aunque los puristas me tiren piedras.

Bien, empecemos. ¿Qué hace Haggard? La pregunta no tiene fácil respuesta, o al menos yo no se la encuentro. En dos o tres reviews que he leído aparece el concepto “música clásica” por doquier, pero yo no lo tengo tan claro. A mí me suena más a música medieval, de esa que en las pelis y series se baila de forma ridícula, que a lo que comúnmente se denomina como “clásica”. Dicho de otro modo, me suenan más a juglares y trovadores que a Mozart o Bach. Y todo ello, por supuesto, bien mezclado con metal. Si es death, heavy  o cualquier otro subestilo, en este caso, me da totalmente igual. El resultado es tan sublime que sobra cualquier etiqueta. Por aquí unos coros angelicales, por allá una voz gutural, un oboe y una batería a doble bombo, y todo con sentido y sin ningún ápice de superficialidad. Escuchar este disco puede suponer que tus grupos preferidos, aunque lo sean, queden a la altura del betún, así de magnífico es. No es una música fácil de escuchar, no suena cada mes en mi reproductor, pero siempre que lo hace consigue ponerme los pelos de punta y que haga las paces con el extremo.

No sería el primer álbum del grupo, tampoco el último, pero sí el mejor. Como otros de Haggard, está basado en Nostradamus, en esta ocasión relatándonos como la peste negra asoló Europa (c’est la peste, sauvez qui peut gritan en una de las muchas intros e interludios que contiene). 3,5/4 en Rate Your Music, 5/5 estrellas en Discogs, 4/5 estrellas en Prog Archives o 4.6/5 en Amazon deberían ser suficiente carta de presentación. Por si no lo es, yo le pongo un 10/10.

Todo gira en torno a la figura de Asis Nasseri, alemán de origen afgano, cabeza pensante del proyecto, además de voz (gutural), guitarra y una de las baterías y tambores. El disco cuenta con la participación de nada más y nada menos que 37 músicos, entre la propia banda, artistas invitados, voces invitadas en “Pestilence” y el coro Moscow Radio. Todo ello para dar forma a cinco canciones como tales y un sinfín de interludios, coros y intros y outros. Menos de 40 minutos de absoluto placer, técnica abismal y arreglos cuidados hasta el milímetro.

Más allá de lo que he dicho, es muy difícil definir lo que hacen los alemanes. Barroco, metal, clásico… este disco es una experiencia a ser vivida, más que etiquetas absurdas que sólo lograrían confundir. También es difícil destripar los temas, ya que además de ser un disco conceptual (y, por lo tanto, cada una de las notas importan), la mitad de los temas del disco no llega a los tres minutos, pero se hace necesario resaltar el homónimo. ”Awaking the Centuries”, de casi 10 minutos de duración, lo tiene todo. Desde un comienzo absolutamente suave y clásico en el que te ves con mallas verdes y un laúd, a una batería tremenda, guturales y cantos de soprano, todo aderezado con mil cambios de ritmo (de hecho, con cambios absolutos dentro del mismo tema), guitarreo compacto y suavidad musical que culminan en una melodía que no te quitarás de la cabeza. Alemán, inglés y francés, como en el resto del disco, se fusionan (hay hasta latín en el álbum).

La gira posterior les llevó por medio, y en esa mitad estaba México, país en el que por alguna razón gozan de una popularidad que en otros no tienen, y que sirvió para grabar el majestuoso Awaking the Gods (2001), un cd/dvd en directo que evidencian la clase que tienen pudiendo llevar a un escenario todo lo que esta pequeña joya guarda.

Seguro que conoces el álbum. Si es que no, el XX aniversario es la mejor de las excusas para cuidarte escuchándolo y dejando que el medievo más metalero inunde tu ser.

Xavi Prat
Sobre Xavi Prat 383 Artículos
Llevo en esto del heavy más de media vida. Helloween y Rhapsody dieron paso a Whitesnake y Eclipse, pero Kiske sigue siendo Dios. Como no sólo de música vive el hombre, la literatura, Juego de Tronos y los tatuajes cierran el círculo. Algunas personas dicen que soy el puto amo, pero habrá que preguntarles por qué.