Crónica y fotos del concierto de Greta Van Fleet + Yola - Sant Jordi Club (Barcelona), 26 de noviembre de 2019

Greta Van Fleet van más allá de ser unos Led Zeppelin para millennials

Datos del Concierto

Bandas:
Greta Van Fleet + Yola
 
Fecha: 26 de noviembre de 2019
Lugar: Sant Jordi Club (Barcelona)
Promotora: Doctor Music
Asistencia aproximada: 5000 personas

Fotos

Fotos por Willy

¡Al fin! Después de dos cancelaciones Catalunya pudo tener su ración del nuevo fenómeno mundial en el planeta rock: Greta Van Fleet. Asquerosamente jóvenes (que dirían Amset) y que con un EP y un único disco editado han revolucionado toda la escena a base de calcar patrones, riffs e imaginería propia de Led Zeppelin. Críticos, curiosos y fans no se perdieron la oportunidad en un extraño sold out en el Sant Jordi Club, y digo extraño puesto que había espacio en la parte trasera y hubo entradas disponibles en reventa a buen precio. El público asistente no era ni por asomo el habitual de los conciertos de rock de este estilo hecho por el cual queda patente que el fenómeno ha llegado posiblemente a gente que ni a escuchado a Led Zeppelin en su vida y que desconoce que hay todo un movimiento llamado retro rockque bebe de las mismas fuentes que Greta Van Fleet. Hubo luces y sombras durante el breve concierto de los nuevos divos del momento, pero también quedó demostrado que hay una calidad abrumadora en esta agrupación musical.

Teloneros de peso: Yola, alma sureña con voz soul

Pero antes estuvo la tremenda Yola (coros para Massive Attack y Chemical Brothers) en escena con una grandísima banda que nos hizo pasear por un country sureño con voz negrísima cercana al soul. Seis músicos, con un guitarrista muy parecido a Juanjo Puigcorbé y dos teclistas muy activos y presentes. Sonidos cálidos en “Faraway Look” con Yola de estrella total cantando como los ángeles y disfrutando de un sonido colosal. En “Ride Out in the Country” la cantante se arma de una acústica mientras que el mencionado guitarrista se sienta y tira de slide consiguiendo una mezcla curiosa de rock sureño con country popero. Fue un concierto muy de Azkena. En “Walk Through Fire” nos contó la vocalista de color que una vez se quemó y se sintió bien, por lo que compuso esta canción. Es una propuesta accesible que se disfruta en concierto pero que personalmente no escucharía en mi casa, pero son sólo gustos personales. Un show ideal para la plaza de la Virgen Blanca en Vitoria.

“Still Gone” fue pura positividad countrybañada con focos amarillos sobre un fondo lila. Un juego de contraste cromático muy bello. “Love Ain’t Easier” fue dedicada a todos los amantes, a todos los que se quieren. Con esa inmensa voz consiguió el grupo unos rotundos aplausos a unas composiciones cortas y efectivas. En “Love All Night (Work All Day)” nos dijo que nos íbamos a poner algo sucios, continuando la temática amorosa. Un sonido exquisito para que luego Yola presentara a los otros cinco miembros de la banda, algunos de ellos ataviados con sombreros. Para despedirse tiró de una versión tirando hacia el funkyde “Spanish Harlem”. Curiosamente, fue lo menos llamativo de la velada a pesar de ser un tema muy conocido. Los que se preguntaban qué pintaba esta señora con Greta Van Fleet lo entenderán cuando lean qué pasó en los bises de los jóvenes americanos.

Más Greta Van Fleet que Greta Van Zepp

Hay un grupazo en ciernes, de eso no tengáis duda alguna, pero siempre pesan las expectativas y el hecho de que hace nada Amon Amarth nos abriesen las puertas del Valhalla en el mismo recinto. Se respaldan en su música y unos plafones verticales de bombillas. Estéticamente hay ropa 70’s, unos blancos, otros de negro y lo único de cara a la galería fue que Josh repartió flores a las primeras filas al saltar a escena. Luces azules para “Highway Tune” y unos agudos sobrados hasta decir basta, insultantes. Josh Kiszka se adorna, va tres pueblos más allá y vuelve. El grupo suena rodado y su hermano Jake a la guitarra se iría soltando para el disfrute de un público, que cantó la primera, pero también “Edge of Darkness”. Curiosamente me sonaron los temas menos a Led Zeppelin, lo cual es algo muy bueno, y agradecimos esas luces de colores fríos con fogonazos blancos.

Por otro lado, gustan de alargar los temas con jams 70’s, que siguen los pasos de sus referentes a esa década, sólo que aquellos referentes, a parte de las jams, tocaban el doble de tiempo que los de Michigan. El directo fue de más a menos y en parte lo fue por los devaneos musicales, a veces innecesarios. Los riffs de “Black Smoke Rising” pusieron a bailar a un participativo público que adoraba tanto a la banda como a sus móviles, levantándolos una y otra vez para grabar unos videos que luego ni verán. En “The Music Is You”, versión de John Denver, ya tuvimos la primera excursión jamera con un Jake que tocó solos con la guitarra en la nuca. La clave de su sonido es la batería de Danny Wagner, pero sobre todo es la presencia de Sam al bajo, que lo combina con el teclado, como en la melódica y preciosista “You’re the One”. Con acústica por parte de un Jake que daba espectáculo a la concurrencia.

Hasta ese momento había habido excelentes temas, ahora tocaba la magia con “Age of Man”. Con Sam al teclado (un bajo sonando, por cierto) y con Josh demostrando que está tocado por los dioses a pesar de que no sería necesario adornar tanto y subir por subir. Solemnidad y belleza en la que es para algunos la mejor canción de esta gente. “Esta la conocéis”, nos había avisado ya en el inicio con una introducción generosa de teclados. Otra dosis de larga intro para deleitarnos con “Black Flag Exposition”, una pieza de nuevo cuño que parece que va para clásico: orgía de guitarra. Podemos hablar abiertamente de magia por vez segunda a pesar de la sobredosis de agudos con la que nos volvió a obsequiar su inmenso y joven vocalista en algún tramo de la misma. Avanzamos a velocidad de crucero con “Watching Over” (puro feeling) y “The Cold Wind” pero la cosa, en general, había ido decayendo hasta que hicieron sonar “When the Curtain Falls”, con su espectacular riff y su mejor estribillo. Aquí fue cuando su frontman empezó a correr y a darlo todo para luego decirnos eso de que, hasta aquí, este es el fin y quedan sólo los bises.

El primero de ellos fue sonado, justificando la participación de Yola como telonera. Salió armada de seis cuerdas para apoyar al grupo en las voces. Espectacular la combinación entre ambos vocalistas. Aquí en la subida se necesitaron tres voces y Jake, descamisado, se unió a la fiesta. Pero fueron contumaces a la hora de alargar los tramos instrumentales. Luego vino la celebración del amor con los plafones de luz escupiendo flashes blancos y con la gente acompañando con sus palmas. Mucha movilidad por parte del grupo y un “otra más sería lo adecuado, ¿no?”. La irrupción de “Safari Song” y ese agudo de inicio nos devolvió a demostrar que estamos ante algo más de que un grupo. Y para quedarse con toda la gente terminaron con un solo de batería por parte de Danny Wagner. Tan inusual como innecesario, pero está muy bien que sean capaces de sorprenderte. Sí nadie lo hace… es por algo.

¿Son el futuro del rock?

Despegamos a medias… pues no creo que fuera una noche colosal y considero que lo mejor de este grupo está todavía por venir. Poseen un estilo que se disfruta en sala pequeña pero ya están en el nivel de medianos aforos (y llenos), e aquí uno de los grandes problemas: Se ha elevado a los altares a unos jóvenes músicos que destilan ilusión y música en mayúsculas y por momentos la cosa les queda grande. Lo bueno es que han acercado el rock a las masas y eso es siempre muy bueno, pero una sala tan grande y llena hizo que sin pantallas la visibilidad fuera bastante nula.

Yo para el siguiente paso tiraría de disco en directo estirando el chicle actual, giraría con una banda de estadios y, mientras me curto, prepararía un disco de estudio sin mácula, echando tierra de por medio a las influencias de Led Zeppelin. Recordemos los casos de Jet, Kingdom Come o The Darkness… sus discos posteriores a sus debuts eran tan buenos como el primero, pero el mundo se olvidó de ellos. Pero si me preguntáis si creo que GVF llegará muy alto, la respuesta es sí. Esto acaba de empezar.

Jordi Tàrrega
Sobre Jordi Tàrrega 1367 Artículos
Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.