Fuego, cenizas y oscuridad. 15 años de la visita de Dissection

Si hace unas cuantas semanas la nostalgia se apoderó de mí y no pude quedarme sin escribir sobre los 20 años del impresionante bolazo que hubo en la añorada sala Garatge con las actuaciones de In Flames, Dark Tranquility, Children of Bodom y Arch Enemy, hoy tocar rememorar una fecha que seguro tocará el corazón de muchos, tanto de los que pudimos asistir como los que no, así como los que eráis unos críos y ni tan siquiera sabíais que existía un grupo tan genial como Dissection.

Hoy, día 26 de noviembre, se cumplen exactamente 15 años desde esa visita que pocos podían pensar que sería la última ya que su líder Jon Nödtveidt se suicidó el 13 de agosto de 2006, poco tiempo después de salir su último disco Reinkaos. Estuvo siete años preso por cometer un asesinato y al salir retomó la actividad del grupo.

La noticia de una gira por parte de los suecos fue muy bien acogida por la comunidad metalera y no dudamos en reventar la poco duradera sala Déjà Vu situada en la calle Sancho de Avila, en el famoso barrio de Marina, justo enfrente de Dixie 724. Para abrir la gira se trajeron a sus compatriotas Watain que habían sacado su segundo disco Casus Luciferi (2003) y eran la nueva sensación del black metal y bien, tras más de 20 años de carrera aún siguen pateando culos y dejándolo todo lleno de cenizas.

Al final del reportaje os dejaré los vídeos que alguien grabó y subió a Youtube de ambas actuaciones para que podáis revivir las mismas sensaciones tal y como hicimos hace tres lustros.

Watain

Todavía no los tenía muy controlados pero su primer disco me gustó bastante, era esa época en la que intentaba escuchar todo lo que fuese metal extremo sin hacer ascos a casi nada. La propuesta de Watain no dista mucho de lo que nos ofrecían Dissection, quizá con algo más de modernidad en su sonido y algo más extremos pero siendo mucho más blasfemos, oscuros y amantes del caos sonoro.

En esa época ya llevaban bastante atrezzo con cruces, fuego, incienso y un sinfín de porquería repartida por sus cuerpos, pinturas, ropas viejas, rotas y muchas más cosas. Ahora ya es bastante típico y no impresiona tanto pero hace 15 años los presupuestos en este tipo de eventos acostumbraba a ser algo más humildes y tal despliegue de medios nos sorprendió a más de uno.

A toda pastilla empezaron con «Walls of Life Ruptured» de su primer y afamado disco Rabid Death’s Curse (2000).  Un torbellino de brutalidad se apoderó de la sala y quedamos todos hipnotizados con la maestría de esa joven formación. Rabiosa y brutal, oscura y deliciosa fue «The Limb Crucifix» en un festival de destrucción. Intensidad y mucha mala leche desprendían a cada instante. Creo recordar que el backstage no estaba situado detrás del escenario como acostumbra a ser y los músicos debían pasar entre el público para acceder a las tablas creando una bonita estampa.

Maravillosa fue «I Am the Earth» con ese regusto a grupos como Necrophobic, Marduk o Mayhem, un black metal especial que solo hacía que ir in crescendo, mamma mia. La fiesta continuó a lo grande con trallazos como «The Golden Horns of Darash» o «Black Salvation». A partir de ese momento dejaron de lado su último disco para ofrecernos un par de canciones de su opera prima y una versión del grupo Malign, un grupo sueco de black metal de culto total, dejando un fuerte olor a queroseno a su paso mientras con sus pintas demoníacas se dirigían hacia su lugar de descanso.

Setlist Watain:

Walls of Life Ruptured
The Limb Crucifix
I Am the Earth
The Golden Horns of Darash
Black Salvation
Rabid Death’s Curse
Fireborn (Malign cover)
On Horns Impaled

Dissection

Tras este impactante concierto en la sala se respiraba una emoción desmedida para poder ver a los grandes Dissection que nos brindaron un maravilloso repaso a toda su carrera además de presentar alguna canción nueva del disco que vería la luz al año siguiente. La formación con la que nos visitaron fue esta: Jon Nödtveidt a la guitarra y voz principal, Tomas Asklund a la batería, Set Teitan a la guitarra y Brice Leclercq al bajo.

Se apagaron las luces y empezaron a sonar las primeras notas de «At the Fathomless Depths» y vamos, lo pelos como escarpias se me pusieron, a mí y a todos los allí reunidos. Aunque todos pensábamos que la siguiente iba a ser «Night’s Blood» no fue así y dejaron caer «Black Horizons» con un sonido aplastante y muy fiel al original, la batería con su justa reverb para hacernos viajar casi 10 años atrás. Aún lo recuerdo como si fuese ayer, experiencias que marcan.

Siguieron repasando su disco The Somberlain (1993) con «Frozen» con la gente botando, desatando la locura y el desenfreno. Aunque fue con «Night’s Blood» que el ambiente se caldeó del todo y nos llevó en volandas. Con una actitud brutal y una fuerza inusitada Nödtveidt se puso al público en el bolsillo sin apenas esfuerzo y aunque la canción nueva que tocaron seguidamente no hizo mucha gracia al personal era igual, a disfrutar. Y bueno, es que «Maha Kali» se acercaba más a unos In Flames algo demacrados pero aún con gracia. Y claro, eso a la gente pues la dejó algo descolocada.

«Soulreaper» nos hizo olvidar rápidamente ese desliz de los suecos con su brutal rabia, su alta velocidad y de nuevo esa oscuridad perenne que se fue apoderando de todos los rincones de la sala. Un poco de descanso con el interludio de piano «No Dreams Breed in Breathless Sleep» para seguir con la grandiosa «Where Dead Angels Lie», canción perfecta donde las haya. Dulces guitarras acústicas donde las notas se aman y retozan para despertar de golpe en una realidad angustiosa. No han envejecido nada mal estas canciones y siguen sonando como un cañón.

Y por si no fuese poco llegó el momento de la gran «Retribution – Storm of the Light’s Bane» con una batería de auténtica locura, genial que el sonido fuera tan fiel a la original. No hay mucho que decir sobre esta maravillosa canción y si además la siguió «Unhallowed», para mí una de las mejores canciones que compusieron en toda su carrera, pues una fiesta sin fin.

Pero aún quedaba la traca final con «Thorns of Crimson Death», otra obra maestra de los suecos (bueno, todo el disco Storm of the Light’s Bane lo es) que es puro sentimiento, una pieza clave para entender el black y el death de los 90 y su posterior evolución. Tras esta nos regalaron una versión del grupo húngaro Tormentor de su famosa canción «Elisabeth Bathory» y para cerrar su repertorio y una fantástica velada que mejor que «The Somberlain» con esas características melodías tan inspiradoras y sugerentes.

Con el paso del tiempo, y debido a los posteriores acontecimientos, guardo el recuerdo de esa noche como un tesoro y contento de haber podido ser partícipe de algo tan especial. Una fecha para marcar a fuego y no olvidar jamás.

Setlist Dissection:

At the Fathomless Depths
Black Horizons
Frozen
Night’s Blood
Maha Kali
Soulreaper
No Dreams Breed in Breathless Sleep
Where Dead Angels Lie
Retribution – Storm of the Light’s Bane
Unhallowed
Thorns of Crimson Death
Elizabeth Bathory (Tormentor cover)
The Somberlain

Tal como he comentado antes aquí os dejo los enlaces de los conciertos íntegros de esa noche:

Robert Garcia
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Death, thrash, djent, dark, progresivo, doom, black, experimental, jazz, clásica, electrónica... La música me mantiene vivo, es una droga que da sentido a este extraño sueño llamado vida. Músico autodidacta, guitarrista, cantante y enfermo de escuchar y escuchar música sin parar.