Entrevista a Steve Vai: ‘Si pudiera elegir un miembro para salir de gira con Joe Satriani y su G3, elegiría a Brian May’

Fotografía: Manu Damea

Fue un lujo el poder charlar 45 minutos largos con el gran Dios de la guitarra: Steve Vai. Un tipo afable, divertido y humilde que es todo sinceridad. La verdad es que sus dotes comunicativas son totales y sigue viviendo con toda la pasión del mundo, y con un punto de pedagogo, el mundo de la guitarra. A sus 60 años sigue mostrándote su última guitarra como si fuera su nuevo juguete. Gracias a las nuevas tecnologías Vai se conectó desde su estudio casero y pude ver todas sus guitarras y su sancta sanctorum.

El motivo de la charla es su nuevo disco “Inviolate” tras cinco años de silencio discográfico en solitario. Vai ha vuelto a rizar el rizo y estando operado con un cabestrillo no pudo estarse quieto y terminó componiendo y grabando una canción para una sola mano que lleva el nombre del médico que lo operó: “Knappsack”. Otro logro más de un tipo que sigue dejándote con la boca abierta. Obviamente repasamos sus años en Berklee, su etapa con Zappa y el famoso duelo en la película Crossroads (1986).

 

Hola, Steve. En primer lugar, gracias por tu tiempo y enhorabuena por tu nuevo disco Inviolate. La primera pregunta que tengo que hacerte es sobre el nombre del disco: ¿Por qué Inviolate esta vez?

Bien… “Inviolate” es una palabra que significa estar libre de daños, de ser intocable. Es una palabra que yo suelo usar para referirme al espíritu humano, es la creatividad de la naturaleza… Básicamente tengo la idea de que cada humano es, por naturaleza, creativo. Es lo que somos realmente. Y todos esos impulsos creativos que recibimos son muy buenos para nosotros. Yo los relaciono con el concepto “Inviolate” y con eso de que nadie nos puede tocar (risas).

Y en este disco sentí que, a veces, ganar años y envejecer puede ser genial. Cuando vas sumando años también vas ganando en sabiduría y aprendes mucho del pasado. Y una de las cosas que he aprendido con el paso del tiempo es que no hay nada más satisfactorio que hacer mi propia música con todo lo que conlleva para mí. Y con este disco, posiblemente, me he sentido más libre que antes, o si más no, sí si lo comparo con otros discos que he hecho antes. Y creo también que esto es algo que les sucede a muchos otros artistas… y a la gente corriente, pues no hace falta ser artista para sentirlo.

Actualmente la situación mundial ha mejorado respecto al virus, pero supongo que, esta vez, grabar un nuevo disco ha sido una experiencia diferente debido al confinamiento vivido. ¿Tuviste muchos problemas con el confinamiento o tuviste mucho tiempo y cero-presión a la hora de escribir tu música?

Yo me considero uno de esos afortunados a los que vivir el confinamiento no les supuso una tragedia. A mí me gusta pasar muchas horas en el estudio. También me gusta el ir de gira, pero para eso no había posibilidad real. Y sí, empleé bien ese tiempo para mejorar las cosas. Había cositas con las que quería experimentar. Te hablo de algunas técnicas y de algún material que me rondaba por la cabeza desde hacía muchos años atrás y sabía que debía dedicarle mucho tiempo. Y el confinamiento me dio esa posibilidad y mucho tiempo extra. Es entonces cuando me puse a trabajar con canciones como “Candlepower”, “Knappsack” o el “Teeth of the Hydra”.

En el disco puedo ver grandes nombres colaborando como los de Vinnie Colaiuta, Jeremy Colson, Henrik Linder, Billy Sheehan… ¿Por qué estos excelentes músicos esta vez?

Bien, durante el confinamiento cambió totalmente la forma de hacer música. Especialmente en lo de estar todos en un mismo estudió, fue un cambio radical. Se empezaron a mandar las canciones para que la gente que participaba grabase su parte y… a mí me tocó hacerlo también. El caso es que esa forma nueva de grabar me dio la oportunidad de dar cabida a músicos con los que siempre quise trabajar. Gente con la que no había trabajado y gente con la que sí había trabajado con anterioridad. Algunos no habían podido participar en mis discos en solitario.

Por ejemplo… estaba trabajando con “Candlepower” durante el confinamiento, y claro, era una demo, por lo que puse una batería pregrabada. Y luego pensé en los fans y les enseñé lo que había hecho. La reacción fue espectacular. Entonces pensé que esa canción, junto con “Knappsack” tenían que estar en el disco. Dejarlas fuera era dejarlas huérfanas un poco… pero no iba a grabarlas y a ponerlas en el álbum con una batería pregrabada. Pensé sobre qué baterista encajaría para esta canción y lo tuve muy claro de repente: Terry Bozzio. Es alucinante lo que hizo en esta canción. Él es puro arte y un tipo brillante.

Bozzio es mucho más que un simple baterista, es un músico completo y todo un compositor. Cuando estaba trabajando con “Apollo in Color” tuve que tirar de primeras con baterías pregrabadas. Así se empiezan los temas… Y me dije a mí mismo: “Si tuviera que encontrar a alguien perfecto para esta canción…” porque, claro, tienes que escucharla bien… y la canción misma te dice qué músicos tienen que tocarla. Esa canción me pedía que fuese Vinnie Colaiuta el que tenía que estar tras los parches. Y siempre me he sentido fascinado por lo que ha hecho Henrik Linder al bajo. Es una pasada. Él posee el poso de una cultura underground. Hablamos de músicos esquizoides (hablando musicalmente) que están componiendo a otro nivel musical y él es uno de ellos.

Yo estoy fascinado con todo lo que él hace. Ya cuando aceptó mi invitación yo mismo me dije a mí mismo: “gran trabajo”. Y claro, luego está Billy Sheehan, que un poco es como un hermano para mí. Hemos tocado tanto en directo y grabado juntos tantas veces que su tema “Avalancha” que… ¡Por cierto! ‘Avalancha’ es el nombre de un caballo de mi mujer (risas). El caso es que no había nadie más perfecto para ese tema que Billy.

Me parece muy interesante que me digas que son las canciones las que realmente te indican qué músico debe tocarlas…

Sí… ese es el sentimiento que desprenden. ¿Tú eres músico?

Bueno… no soy músico, yo hice lo que podía con la batería.

¿Baterista? Vale… cuando tú tocas la batería estoy seguro que piensas en que hay canciones que son para ti y que vas a tocarlas… pero luego, hay otros temas en los que sientes que no son para ti… Pues vale, esa es la razón por la que yo escojo a un batería y no a otro. La composición te lo pide. Te dice que esa canción no es para ese tío, que es para ese otro.

Piensas que X músico no lo va a poder hacer o que no es el tío perfecto para este tema. No hagamos que alguien haga cosas que puede hacerlas mejor otra persona. Vale… obviamente en el círculo que me muevo todos pueden hacerlo… pero hay canciones más orientadas para unos que para los otros. Es algo de lo que me doy cuenta de una forma automática.

Tu primera canción exitosa fue «The Attitude Song». ¿Qué importancia tuvo esta canción en tu carrera?

Fue todo un hito para mí por lo que es imposible cuantificar lo que significó esa canción. Cuando grabé “The Attitude Song” la hice en una sola noche, y, de hecho, el nombre de la misma era “The Night Before” (la noche anterior). Yo era un chaval muy joven y había escuchado por allí que Alice Cooper andaba buscando guitarrista para el grupo. Me encantaba Alice Cooper y me moría de ganas de entrar en su grupo.

Las audiciones eran para dentro de dos días por lo que había que enviarle algo grabado, así que me tocaba grabar algo que mostrase mi loco estilo de tocar, por lo que empecé con esa canción. No conseguí el puesto… pero había conseguido grabar esa canción: “The Attitude Song” (risas). Luego, cuando ya tuve la oportunidad de grabarla en un estudio más profesional pude sacarle todo el potencial. Piensa que la canción la había grabado originalmente en la habitación de mi apartamento: calle Fairfax en Hollywood.

Después de eso pude construir un pequeño estudio casero y ya la pude grabar de una forma un poco más profesional. En “The Attitude Song”, si escuchas mi primer disco Flex-Able (mi primer álbum en solitario) verás que todo es muy peculiar y un poco modesto, te diría que incluso idiota en muchas cosas, pero también es muy musical. Un poco muestra todas las cosas que a mí me interesan. La verdad es que nunca me hubiera imaginado que yo hubiese podido grabar un disco en solitario, además, creía que una vez grabado nadie lo iba a escuchar. Era un disco muy malo.

Pero en “The Attitude Song” hay algunas de esas cosas que focalicé y practiqué mucho. Hay cosas allí muy bonitas, salvajes, divertidas y con técnicas todavía no pulidas. Había mucho juego allí. Yo era un chaval y no me imaginaba para nada el impacto que iba a conseguir cuando fue publicado en la revista Guitar Player Magazine. Era un floppy, un disco pequeñito y de plástico. Eso fue todo: que el disco se llegase a publicar con la revista. Y eso me llevó a muchísimas cosas posteriormente. Me dio, por ejemplo, el papel para la película “Cruce de caminos”. Así que es muy difícil calcular o incluso cuantificar lo que supuso ese tema en mi carrera.

Otra canción que es una de las piezas más famosas de tu dilatada carrera es “For the Love of God”. Creo que esta canción es pura magia y también fue la primera que yo escuché de Steve Vai. Si tuvieses que elegir una canción que defina quién es Steve Vai… ¿Crees que “For the Love of God” sería la canción?

Bien, yo creo que esta canción representa una cara de quién es Steve Vai. Definitivamente representa perfectamente mi amor hacia la guitarra y por mi estilo al tocarla y… la melodía. Para mí esa canción es pura melodía con algo de shredding.

Es el sentimiento que transmite la canción. En ese momento vital fue muy poderosa para mí. Hubo allí muchas convergencias cuando compuse esa canción, pero sólo representaría una cara particular de mí mismo.

Si me pides una canción que me represente como compositor y mi capacidad de tocar la guitarra pues habría canciones como pueden ser “Love Secrets” del disco Passion and Warfare. Esta canción representa más mi material habitual, en el que me hubiese gustado más meterme de lleno en él y del que tenía planeado trabajar en ello en el futuro. Y la razón es porque no hay detrás de la canción algo muy pensado. Es lo instantáneo, el reconocimiento de una idea y el poderla llevar a cabo.

Fue un poco como lo que se conoce como escribir de forma automática. Eso de que te sientas y escribes sin saber lo que estás escribiendo. Esa canción surgió de esta forma, y eso para mí es algo muy bonito. Esa es lo que me definiría más, pero creo que, si tomas todo el catálogo entero de un artista y lo escuchas, obtienes una esencia de lo que supone su creatividad. Así que no creo que una sola canción pueda representar a alguien.

Entiendo que Frank Zappa fue uno de tus primeros y mayores héroes. Llegaste a tocar con su banda. ¿Cómo fue trabajar con un genio como Zappa? ¿Fue fácil?

Hubo cosas fáciles y otras que no lo fueron tanto y que suponían retos para mí. Entre las cosas fáciles de hacer con Frank estaba la música… y eso que no era nada fácil de tocar ese material. Pero yo me sabía capaz de hacerlo. Yo podía hacer todo lo que Frank me pedía porque él nunca te pedía que hicieras algo que pudieras hacer. Sabía hasta donde podía llegar el potencial de las personas. Eso era lo más genial de Zappa. Te iba empujando hacia donde quería que llegases y te daban ganas de querer llegar hasta allí. Y a la vez, te preguntaba también si lo podías hacer.

Era algo muy interesante y cool. Él creía en ti y nunca te proponía cosas que sabía de antemano que no podrías hacer. Y eso era genial pues él era un libre pensador. No tenía líneas rojas o límites. Si quería hacer algo… simplemente lo hacía. Eso también lo aprendí de él, y es lo más importante: Si hay algo que me gusta compartir con los jóvenes guitarristas y músicos es justo esto: El simplemente, hazlo. Justo en el momento que empiezas a hacer algo que parece imposible ya no tiene que volver a parecértelo nunca más.

Él era completamente diferente a todos los músicos que había y que hay…

Ahá… (risas).

Un momento maravilloso en tu carrera fue cuando apareciste en la película Crossroads (Cruce de caminos) tocando en un duelo de guitarras contra Ralph Macchio. Ayer volví a ver el duelo en Youtube me sigue pareciendo fascinante. ¿Fue esa película uno de tus grandes logros en tu carrera?

A medida que mi carrera iba avanzando iban haciendo cosas, pero por aquel entonces sólo tenía grabada “The Attitude Song” y bueno… lo de esa película es algo que no puedes comprar con publicidad. Tú puedes grabar un disco que sea un éxito, pero para nada puede compararse a lo que es una película exitosa. Lo del cine es diferente. ¡La gente me reconocía por la calle! Y eso pasó durante años. Lo que se me hacía extraño, porque fue sólo por una película. Fue una maravillosa experiencia.

Trabajé con Ry Cooder, con Walter Hill, con Arlen Roth y con Ralph Macchio. Me tocaba actuar y tocar mi parte en la película. Fue algo extraño porque cuando el director me dijo de participar yo, de entrada, le dije que no: “Gracias, pero no soy actor, no quiero participar en esto. Me encantan los grandes actores, pero cada vez que tengo que actuar me siento un competo idiota” (risas). Pero volvió a insistir, leí el argumento y pensé que, bueno… puedo hacer de tío malo. Y así fue cómo sucedió.

Si miras la película… lo que hace Ralph Macchio con los dedos… la verdad es que intenta tocar la digitación correcta respecto a lo que suena. No sé si es guitarrista, pero si no lo era me parece una pasada lo que hizo.

Es un gran actor. Ralph trabajó muy duro en la película. Intentó que pareciera que él estaba tocando e hizo un trabajo excepcional. Y Arlen Roth le ayudaba en todo el apartado instrumental. Hizo que pudiera hacer todo lo que hizo. Yo iba quedando con Ralph durante el rodaje y le decía: “Haz esto y esto”, y él era fantástico, podía hacerlo. Si miras “Crossroads” todo lo que aparece en el duelo lo compuse yo, mi parte y la suya. Todo excepto la parte que se toca en slide que eso ya fue cosa de Ry Cooder.

Algo que me parece genial son las giras del G3 en las que hay tres guitarristas increíbles sobre el escenario. Si pudieras elegir la siguiente formación para el G3… ¿Qué otros dos guitarristas elegirías?

A cualquiera, yo elegiría a cualquier guitarrista. Obviamente que hay unos ciertos requisitos para estar allí y ser invitado en una gira del G3. Lo primero es que es una decisión de Joe Satriani. El G3 es algo que ha creado Joe, y yo me siento muy afortunado de haber sido invitado a tocar en varias de estas giras. Siempre que puedo, y que me invita, estoy encantado de participar. Pero el G3 tiene una especie de universo que orbita alrededor de Joe. Cuando yo estaba participando con él hablábamos sobre quién estaba disponible y sobre quién queríamos invitar.

Pero bueno, era siempre suya la decisión final. Todos esos amigos, todos esos maravillosos guitarristas con los que he tocado en el G3, eran absolutamente apropiados para estar allí. Y es que todos los guitarristas que participan suelen ser músicos que han hecho una contribución sustancial e importante al mundo de la guitarra. Allí han estado John Petrucci, Yngwie Malmsteen… Todos son muy grandes.

Hay muchos con los que he disfrutado mucho tocando. ¿Pero me pides que escoja a dos personas que no hayan formado parte del G3?, ¿no? Vale, pero voy a escoger uno porque no sería realista lo de dejar a Joe Satriani fuera. Elijo uno (risas). Vale… me encantaría salir a tocar con Brian May. También con Billy Gibbons… O alguien tan genial como los guitarras de Periphery, o Tosin Abasi, Plini… Hay muchos, es que no quiero dejarme a nadie fuera en esto.

Uno de mis favoritos es Al Di Meola.

Oh, madre mía, ¡el padre Al! Eso sí que sería muy grande.

He viajado muchos veranos por Europa asistiendo a muchos festivales de rock y heavy metal pero nunca está Steve Vai en el cartel. Entrevisté recientemente a Yngwie Malmsteen y me dijo que él odia tocar en festivales de verano y al aire libre. ¿Y tú? ¿A ti te gusta participar en los festivales de verano?

Oh, sí, me encanta participar en ellos. Hay un gran ambiente allí, grandes multitudes y gente muy receptiva. Saludas a la gente con un “Hey” y la respuesta es masiva (risas). Me gusta mucho participar en ellos, pero el caso es que Steve Vai es un tipo raro para mucha gente. Mi música a veces suena a heavy metal, ¿pero realmente lo es? ¿Tú crees que encaja al lado de Iron Maiden y de estas bandas? Yo creo que no.

Puede que sí, vale, pero es de esas cosas que no terminan de encajar. En el pasado, cuando hacía estos festivales, y te hablo de festivales de heavy metal, sencillamente basaba el set en mi material más heavy y me funcionaba. Pero no deja de ser diferente, o si más no, muy diferente a lo que verás en el resto de grupos que salgan al escenario. Pero bueno, todo el mundo es diferente respecto a los otros grupos.

Pues yo creo que tú puedes encajar en todo tipo de festivales…

La verdad es que no. Puede que sí, pero… no me invitan. Vale… te digo esto, pero vamos a esperar qué sucede en el próximo verano. Ya hay lo que está cerrado, si bien también sé que el verano en Europa es terreno de festivales metaleros y… me encantaría formar parte de ellos.

Vamos terminando, venga: Dime el primer disco que te compraste con tu dinero.

El primer disco que me compré con mi dinero… Te podría contar mejor el primer disco que robé… (risas) Fue con mis propias manos pues no me lo podía permitir. Vale, va… te hablo primero del primer disco que recibí y no tengo ni idea de cómo llegó a mis manos. Fue uno del Oso Yogui y sus amigos… Yo contaba solo con tres años de edad. Pero el primer disco que me compré fue uno de Zappa: el Freak Out. Yo era un crío, estaba en la tienda y vi esa portada tan cool… Pensé: “Cómo tiene que sonar eso”. Luego empecé a escucharlo y me quedé maravillado. Ese fue el primer disco que me compré por mí mismo. Un buen disco, ¿no? (risas)

Un gran disco, no hay discusión posible…

¿Dónde estás tú ahora?

En Barcelona, en España.

Pues creo recordar que mi última gira por allí fue en la gira de Passion and Warfare. Girar por España es algo fantástico. Creo recordar que hice como 14 conciertos por España y la gente era increíble. Me encantaría volver allí. Muero de ganas de ir allí a tocar.

Déjame si puedo hacer una más… He visto que tienes entradas VIP a la venta. Estoy seguro de que a mucha gente le encantará pagar por tener la experiencia de quedarse contigo por un rato, especialmente para aquellos que tocan la guitarra. ¿Qué obtengo si pago una entrada VIP? ¿Haya posibilidad de hablar contigo un rato? La prueba de sonido, ¿fotos? Supongo que es una experiencia realmente hermosa.

¡Oh! Mil gracias por preguntar por esto… Esto es algo que empezamos a montar hace ya muchísimos años atrás. Y es que a mí lo que me gusta es hablar con los fans y me gusta mostrarme totalmente accesible a ellos porque sé lo que significa para muchos de ellos. Así que pensé en que ese encuentro tenía que ser una toda experiencia, y claro, el modo de llegar a ella es comprando una especie de pase del que hay tres o cuatro tipos. Uno de ellos, que no es muy caro, es uno que incluye el ticket del concierto y la posibilidad de ver la prueba de sonido.

Otro incluye lo mencionado, pero te permite subirte al escenario durante la prueba de sonido y poder ver todo el material que llevamos y ver todos mis pedales. Luego ya hay un pack más completo en el que se incluye una bolsa de regalos con un set de cosas muy especiales para los que lo seleccionan. Y finalmente hay otro que incluye una guitarra Jem Junior que yo mismo firmo… Pero lo que de verdad más me gusta de todo esto es lo de sentarme una hora larga con los fans. Es un pequeño grupo de personas, normalmente lo cerramos con un máximo de 50. Si es mucho más grande ya la comunicación es mucho más complicada. Y la verdad es que funciona muy bien.

En algunas ocasiones ocurre que no hay mucha gente que viene, pues eso depende un poco de donde estoy tocando. Es de esas cosas en las que, si estás interesado en Steve Vai y en estar cerca del artista, hablar con él y comunicarte… esa es la mejor forma de hacerlo.

Más que nada porque yo veo que muchos de estos tickets VIP son para sacarle más dinero a los fans, pero en tu caso yo creo que sí está justificado el pagar por ello. Tiene todo el sentido…

¡Ya te digo que estoy una hora entera con la gente que viene a esta experiencia y la gente de mi equipo tiene que llevárseme de allí! Hay dos chicos que van apareciendo por allí y me van avisando: “cinco minutos Steve y nos vamos”… Y yo llevo ya una hora completa y suelo decirles eso de: “Ok, ok, ahora termino, dame un poco más de tiempo…”. 10 minutos más tarde vuelven a insistir: “Steve, que tenemos que irnos”, así que entran los dos y se me llevan (risas). ¡Hablo demasiado!

Jordi Tàrrega
Sobre Jordi Tàrrega 1367 Artículos
Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.