Entrevista a Jeff Waters, líder de Annihilator: ‘Dave Lombardo, Stu Block y yo estamos pensando muy en serio grabar un disco de Annihilator’

Poder entrevistar a Jeff Waters es hacerlo a una de las grandes personalidades del thrash metal. Annihilator nunca llegaron a subir los peldaños que merecieron y han tenido épocas muy duras, pero quizá las cosas les mejoren ya que llevan una racha positiva que incluye una nueva discográfica sumamente implicada y un nuevo posible line-up de cine: Stu Block y Dave Lombardo.

Waters habla como toca la guitarra: a toda velocidad y con suma precisión. Estuvimos una hora entera hablando de toda su carrera, desde los inicios, pasando por los discos, los cantantes y las épocas más bajas en las que casi abandonó el negocio. Fue una de esas entrevistas soñadas y la excusa es la regrabación del disco Metal, rebautizado ahora como Metal II.

A la primera llamada Waters no contesta, y no lo hace porque se lía a hablar con otro periodista… Mientras espero mi entrevista con Jeff me lío a hablar con su manager, que vestía una sudadera de una de mis bandas favoritas: In Extremo. Así fue todo…

Hola, me encanta tu camiseta de In Extremo… ¡Gran banda!

Manager: Yo he sido Tour Manager de In Extremo durante cuatro años. Me encanta que me digas esto.

Aparece Jeff Waters y está de muy buen humor: ¡Hola chicos! Ya sé por qué no hemos contactado con Jordi a la hora que tocaba… ¡Estaba en el pub de birras!

¿A las 16:00 en un bar yo? me parece algo pronto… (risas)

Manager: Ostras tienes un cartel de Wacken, Jordi. ¿Lo robaste o lo compraste de una forma oficial?

Lo compré, los vendían en la tienda porque la gente los robaba…

Jeff Waters: Pues yo también tengo la señal de tráfico del pueblo de Wacken pero en pequeño y en una especie de urna, en amarillo y negro, como tú. Por cierto, ¿sabes que he tocado muchas veces en Barcelona y también he ido muchas veces de vacaciones por allí?

No lo sabía, pero ya que me lo dices, si hay tiempo, hablemos de mi ciudad (risas). Bueno, antes que nada… quiero preguntarte dónde vives ahora porque sé que vivías en Vancouver, luego en Ottawa y el último lugar que sé que estuviste fue Durham, cerca de Newcastle… ¿Estás viviendo allí?

Sí, estoy viviendo en Inglaterra y tengo los papeles de residencia arreglados por lo menos estos próximos cuatro años que vienen. Mis planes vitales cambiaron, yo no tenía ninguna intención de abandonar Canadá. Pero es la típica historia de estos casos: Conocí a una chica (risas). Y poco más a añadir, ya sabes como va esto: conoces a una chica y luego te casas con ella. Ella vive aquí así que soy yo el que se muda a vivir aquí. Pero ella no vive en este estudio desde el que te hablo, este lo he creado yo mismo (risas).

Bonita historia de amor… Vale, los fans de Annihilator disfrutarán en febrero de una nueva versión del disco Metal de 2007 bajo el nombre de Metal II. ¿Por qué decidiste grabar el disco Metal con nuevos músicos y por qué ahora?

Ufff… es una larga historia, pero intentaré ser conciso. Si yo miro atrás, a mi modesta carrera, digamos que todo empezó en los 80. Yo escribí “Alison Hell” en 1984 y han pasado ya 37 años de eso. Estamos hablando de una larga trayectoria con 17 discos de estudio. A mí me duele que muchos de estos discos no estén disponibles en Spotify o en iTUNES, o incluso que no estén en las tiendas de discos. Eso se debe a que hubo diferentes acuerdos con diferentes compañías discográficas a lo algo de los años. Y en 2019, de repente, el Covid nos golpeó. Yo he tenido este virus, mi mujer lo ha tenido y mis hijos también. De verdad que yo me puse muy enfermo. Y esa situación me hizo pensar mucho en que, a estas alturas, el tiempo pasa muy rápido. Pensé mucho en toda mi carrera bajo el nombre de Annihilator, y deseé tener todos estos discos en una sola compañía discográfica para que pudiesen estar disponibles para todo el mundo. Todo lo que hemos hecho… incluso en vinilo, en CD o en plataformas digitales. El tema era venderlo todo a una única compañía, dejar el pasado atrás y mirar hacia un futuro. Me siento muy afortunado de haberme encontrado con la compañía alemana Edel. Entendieron al momento lo que yo quería hacer. Ellos saben y entienden que Annihilator no es una banda muy grande, pero sí saben que tenemos a muchos fans en todas las partes del mundo. Lo que yo quiero es que, si alguien quiere escuchar mi música, le sea accesible, y de eso se trata lo que negocié con Edel. Estoy encantado con ello. Si mañana tengo un accidente de tráfico y muero, mis discos estarán disponibles para aquellos que quieran escucharlos.

Los primeros tres discos salieron con el sello Roadrunner, que ahora pertenece a Warner. Y la gente de Edelestá en negociaciones con ellos para poder relanzar Alice in Hell, Never Neverland y Set the World on Fire. El hecho de tener todos los discos en un único sello es para mí una bendición. Si mañana muero me iré en paz, con este caso cerrado (risas). Mis discos serán suyos, no míos, les pertenecen y yo soy feliz por ello. También lo soy por el hecho de que me han pagado mucho dinero por ello. Pero claro… una vez hecho este trato me vinieron y me dijeron: “Oye, ¿nos puedes ayudar a venderlos más en estos próximos dos años?”. Y son 20 trabajos editados entre directos, recopilatorios y discos. Y claro, yo les dije: “Evidentemente que os ayudo, pues la promoción también me ayuda a mí”. Así que estoy de ronda de entrevistas y lo que nos ocupa ahora es Metal II, una especie de versión rehecha del disco. Me preguntaron que qué podía hacer para vender un poco más el fondo de catálogo, y era en plan: “Vale, no podemos girar, no puedo hacer que las antiguas formaciones vuelvan para una gira…” Poco tenía que ofrecerles. Pero un día me levanté pensando en que hay un disco en el que me hubiese gustado volver a retocar… y ese disco era Metal de 2007.

Y lo digo a pesar de los tres tipos que fuimos la base del disco: Dave Padden a la voz, Mike Mangini a la batería y yo mismo. Yo considero que ese disco no se hizo bien porque fuimos con muchas prisas. Todo fue demasiado rápido. La mezcla fue con muchas prisas, luego había muchos invitados y yo metí la pata en algunas cosas. Padden tuvo problemas familiares en ese entonces. Dave cantaba no estaba al 100% con la mente metida en el disco. Cantó los tonos correctos y dijo las palabras que componían las letras, pero no estaba con la mente presente. Luego estaba Mike Mangini, que es uno de los mejores baterías del mundo, pero estaba metido en muchos otros discos de un nivel superior al que estábamos Annihilator. Y el tío es tan bueno que lo grabó todo en un fin de semana, fue impresionante. Y lo hizo de fábula, pero fue poco creativo. Un poco se limitó a tocar lo que yo había realizado en la batería programada, y te hablo de la versión Demo. Fue un poco la tormenta perfecta acaecida para los tres integrantes. Yo de verdad que sentía que todo aquello no había sido una buena grabación-translación de lo que yo tenía en mente.

Siempre había tenido en mente lo de volverlo a hacer todo porque había allí una plantilla de invitados tremenda y lo habían hecho todo realmente bien. Había grandes nombres y amigos allí tocando solos alucinantes y cantando muy bien. Obviamente yo estaba muy orgulloso del resultado, pero también me quejé muchísimo a la discográfica porque hubo cero promoción, y la gente no llegó a escuchar ese disco. Eran la gente de SPV. Y un poco ahora, lo veo en perspectiva, y creo que la culpa no fue de la discográfica, fue la tormenta perfecta de malas situaciones que nos golpeó fuerte. Tenían el disco y estaban encantados con todas esas participaciones. Alexi Laiho de Children of Bodom haciendo shredding, “Lips” de Anvil, William Adler de Lamb of God… Todo era muy potente para promocionarlo. Eran todos muy buenos ganchos publicitarios, pero todo se va a la mierda si lo instrumental no es lo suficientemente bueno. Y las canciones son muy buenas, pero no lo suficiente desde mi punto de vista.

A mi me encanta por ejemplo Back in Black porque Brian Johnson hace un trabajo que está a la altura de Bon Scott, y piensas: “¡Joder, es Brian Johnson!”, pero es que la música acompaña y está a la altura. Y yo creo que como banda ese disco lo podríamos haber hecho mucho mejor. No fue culpa de SPV, y mira que se disculparon por ello hace años… Así que yo pensé: “¿Y si lo volvemos a regrabar con uno de mis cantantes favoritos y con uno de mis bateristas favoritos? En plan… lo regrabamos, pero sólo para pasarlo bien. Una pura diversión en tiempos de pandemia. Me preguntaron que qué cantante quería. Yo fui claro: “Me encantaría Stu Block de Iced Earth como cantante de Annihilator”, es el tío que siempre soñé que estuviera en mi banda. A él le gusta mi grupo, así que podríamos preguntarle a ver… Y me preguntaron: “¿Qué batería te gusta?”. Y yo les dije que Neil Peart era el mejor, pero que claro, había fallecido. “¿Qué tal Alex Van Halen?” Pero obviamente no podía hacerlo tampoco… Así que les dije que Dave Lombardo. Slayer y Van Halen son mis bandas favoritas de toda la vida. Así que pensé… “Dave Lombardo, voy a llamarle”. Dave aceptó y Stutambién, así que soy el tío más motivado del mundo a día de hoy. Me puse muy contento, y así ha sido todo.

El tema es que yo les dije que esto era un disco ya editado, por lo que íbamos a hacer tres tomas de cada canción en batería y voz y que seleccionábamos la mejor. Stu estaba en plan que no tenía ni idea de que voz probar pues tiene varios registros. Yo le dije que hiciera lo que le apeteciese, y salió todo de una forma muy natural, todo muy rápido. Dave Lombardo necesitó cuatro días… Y este es el quid de la cuestión, no se suponía que iba a ser un disco de estudio. Ha pasado a ser un cruce entre un disco de estudio y una jam(risas). Así nos ha quedado el disco Metal II, así que la gente puede comparar y opinar. No tiene por qué gustarles más el nuevo disco, pero seguro que mucha gente va a decir eso de: “¡Ostras, Dave Lombardo y Jeff Waters juntos tocando en un disco!”. Para mí es un honor y es muy cool para todo fan de heavy metal.

Y Stu es uno de los mejores cantantes que hay en la actualidad. Yo creo que tiene que reivindicarse haciendo más cosas de las que hace. Ha tenido un gran inicio en el negocio. Y hay muy buenas sensaciones con él. Es casi seguro que saldrá de gira con Annihilator. Yo decidí hace poco que ya no iba a cantar más. Estoy bien para ir de gira, pero no soy un cantante brillante. Podría seguir cantando estas canciones tan buenas, pero para esto están los cantantes, y me dijo que perfecto, que se apuntaba.

¿Y por qué cambiaste la lista de canciones y el orden de las canciones respecto al disco original?

Siempre que haces un disco, esa obra es como tu bebé. Siempre piensas que es genial, pues es tú bebé, pero a veces sucede que no es tan bueno como piensas… Es bueno para ti porque eres tú el que lo hace. Algunos de los peores discos que he escuchado, y que son realmente malos… para sus autores eran grandes discos. Y a mí me sucede lo mismo. Y a Steve Harris de Maiden le sucederá lo mismo, a Glenn Tipton… y a todos esos grandísimos músicos. Cuando tú creas algo, te encanta, pero algunas veces haces algo que no es lo suficientemente bueno (y te gusta lo que has hecho), pero lo sabes (risas).

Yo cuando hice el track list del disco pensaba que esa era el mejor orden para los temas, con las mejores canciones al principio. Con el paso de los años, vas tocando las canciones, hablas con los fans y te encuentras con que ya han pasado 15 años. Y miras y piensas: estas canciones son las que a la gente le gustan más, las que hicimos con Alexi Laiho de Children of Bodom (“Downright Dominate”). Yo recuerdo a muchos fans que me decían que la mejor canción era esta. Otros tiempos… cuando estaba vivo Alexi. Me encantó lo que hizo en esa canción: puro shredding (risas). Y creí que era el tema que debería abrir el disco en vez de “Clown Parade” (con Jeff Loomis, entonces en Nevermore). Y lo decidí porque mucha gente me hablaba de ese gran solo de guitarra.

Yo en el disco toco muchos solos, dejo que entren los otros guitarras y luego vuelvo a ser protagonista, pero él hacía ese solazo al final de la canción, uno de esos que te deja sin palabras. Todo el final es suyo. Cuando murió se me hizo muy extraño eso de escucharle. Aquí en el estudio que tengo detrás, están grabadas sus partes, y ufff, puedo escucharme a mí con él charlando de fondo, antes de que empezara a trabajar en el solo. Algo muy loco…

Otra de las cosas muy cool del disco es que mucha gente sigue mi Facebook y saben que mi guitarrista favorito es Eddie Van Halen e hice una versión de “Romeo Delight”. Y un poco es como si nadie pudiese hacer versiones de Van Halen, o no todo el mundo puede hacerlo lo suficientemente bien. Nosotros lo probamos, y vale, no es una pasada, pero la hicimos porque somos fans, yo especialmente. Tenía que hacerla, sin importarme lo que pudieran decir de mí luego. Disfruté mucho tocándola. Y tiempo después Eddie muere como murió Alexi y… creo que tenía todo el sentido del mundo lo de poner la versión de Van Halen en el disco y dedicarles el disco a los dos pues ambos tuvieron un profundo impacto en mí.

Eddie lo era todo, pero Alexi tenía algo especial y yo amaba todo lo que había hecho… él tenía todas esas influencias de Randy Rhodes, Eddie Van Halen, Marty Friedman y… lo que más me gusta: ¡Jeff Waters! Él pillaba toda esa influencia old school de la guitarra solista, y cuando ya estaba instalado el nuevo metal de los 90 y con su guitarra y estilo destruyó al resto de guitarristas. Especialmente hablando de solos. Y enseñó a toda esa nueva hornada de gente joven como Corey Beaulieu de Trivium, y al resto, les demostró que esa parte más clásica se podía añadir al metal contemporáneo de esos tiempos. Ellos lo aprendieron de Alexi Laiho y de sus canciones. Y con él fueron para atrás y descubrieron luego a Randy Rhoads, a Eddie Van Halen, a Marty Friedman. Y eso que Alexi estaba en el underground de la guitarra. Él fue uno de los causantes de que los nuevos guitarristas de los 90 y los posteriores se fijaran en nosotros, los viejos solistas del heavy metal. Chicos como Eddie Van Halen, Randy Rhodes, Akira Takasaki, Matthias Jabs… todos ellos.

Alexi fue alguien muy importante para todos aquellos que tocamos metal, y la gran mayoría no se han dado cuenta todavía de ello. Piensan de Children of Bodom que era una buena banda, con buenos riffs y con buenas canciones y rápidos solos de teclado y guitarra. Fue muy influente a muchos niveles. Me gusta decir que mantuvo el fuego encendido, que recogió el testigo. En fin, que este disco era un homenaje para Alexi y para Eddie, y ya está hecho. Y me parece una idea jodidamente genial (risas). Ahora tampoco tengo mucho que hacer, incluso las mezclas me las hace un amigo por mí, que es Mike Fraser. En fin: Dave Lombardohizo un gran trabajo, Stu Block también. En una reunión que tuvimos después los tres me dijeron ambos: “Jeff, ¿No podríamos hacer un disco de Annihilator los tres desde cero?” Así que nos lo estamos pensando en serio de hacerlo…

Al haber entrado “Romeo Delight” de Van Halen creo que ha quedado fuera un tema del disco original: “Operation Annihilation”. ¿Ha sido así?

Claro… Una de las razones es que teníamos que homenajear a Eddie Van Halen, pero la otra es que necesitaba un tema más, porque con el paso de los años he estado en muchos estudios diferentes: en Ottawa, en Vancouver, en Dunrobin (Inglaterra), en Durham, otro en Maple Ridge (Canadá)… Ahora con este estudio que ves voy sobrado, ya no necesito más. De un estudio al otro pasaba las copias digitales, otras analógicas y vas teniendo diferentes ordenadores. Pasas las viejas grabaciones del antiguo ordenador a uno más nuevo, y esta operación la vas repitiendo muchas veces, pues toca actualizarte con los años. Me di cuenta que tras 14 años pasando todas las canciones de un ordenador a otro, que una de ellas se había perdido, y esa es “Operation Annihilation”. En algún momento del proceso no clickeé en ese tema. Una canción de la que se perdieron los masters originales hace 14 años. Pero lo bueno de todo es que la tenemos grabada en el disco Metal original.

Otra versión que aquí aparece es «Heavy Metal Maniac» de Exciter. ¿Por qué elegiste esta canción? Se trata de otra banda canadiense de thrash metal

Cuando yo iba a la escuela, en el High School, que va de los 9 a los 12 o 13 años había un chaval que se llamaba Dan Bieler, ese tío era el cantante y baterista de Exciter, y estaba acabando la High School. Él es mayor que yo, pero yo tendría entonces unos 14 años entonces, y el tío llevaba un chaleco con el nombre de Judas Priest, época British Steel. Y claro, yo les preguntaba a los otros chicos que quién era ese tío mayor. Ellos me decían: “Ese es Dan Bieler de Exciter”. Y yo en plan: “Oh, ¡Dios mío!”. Antes de que Excitersacaran su primer single, un amigo me llevó en coche un fin de semana hasta el lugar donde ellos ensayaban, porque sabía dónde ensayaban. Pillamos tabaco y cervezas y fuimos allí. Nos pusimos con la oreja pegada a su sala de ensayos. Hubo un momento en el que su guitarrista, John Ritchie, abrió la puerta y nosotros teníamos la oreja pegada allí. Y nos dijo: “Mocosos, ¿qué coño estáis haciendo aquí?”. Le respondimos casi temblando “Escuchábamos vuestra música, ¡es una pasada!”. Años más tarde yo empecé con mi banda en una ciudad diferente: Vancouver. Y años más tarde volvimos a encontrarnos. Sería en 2004, creo… Y fue en plan: “Tengo que encontrarlo y hablar con él”. Nos encontramos y pasamos a ser los mejores amigos. Él pudo escuchar todos los temas no grabados de Annihilator que teníamos a medias en esos tiempos. Exciter,Razor y Rush eran mis bandas favoritas de Canadá. Añadiría a Anvil también como grandes influencias para Annihilator.

Yo siempre he tenido la sensación de que Annihilator llega tarde, que aparece en un momento que ya no es ese momento ideal. La escena ha cambiado, pero si aparecéis cuatro años antes las cosas pienso que hubieran sido mucho mejores para el grupo.

Sí… llegamos tarde, pero más en el sentido de que me costó mucho el sacar el grupo a flote. Fueron cuatro años y medio desde que yo había compuesto ya “Alice in Hell”. No había manera de encontrar músicos en la zona en la que yo vivía. No me había dado cuenta hasta ese momento de que tenía que cambiar de lugar de residencia. Perdí tres o cuatro años hasta que decidí irme a una ciudad mayor: Vancouver. Fue mudarme, encontrar a músicos y conseguir sello discográfico. Desde muy pequeño que no me di cuenta de que tenía que emigrar de mi ciudad para conseguir lo que quería. Fue llegar a Vancouver y conseguirlo.

Sí que tienes razón… llegué un poco tarde. En los 90 lo de Pantera fue una auténtica revolución, y luego llegaron Sepultura, Biohazard… y todo ese material más agresivo y duro tuvo mucho éxito. Así que después de 1991 ya no tenía oportunidad alguna de hacerme más grande en América del Norte tocando lo que tocaba. Tocábamos esa mezcla de estilos, no buscábamos sonar a lo que estaba de moda o repetíamos la fórmula. Buscaba lo mejor de mí y probé muchas cosas.

Otra de las cosas negativas que nos ocurrieron a la hora de buscar un éxito mucho más grande, o como lo que quieras llamar, fue una cosa obvia: los músicos pueden ir cambiando, y en eso no hay grandes problemas, pero cuando cambias el cantante sí que hay un problema enorme. Yo tuve a Randy Rampage en el primer disco, pero se largó en medio de la gira que estábamos haciendo con Testament. El motivo fue porque tenía que volver a su puesto de trabajo. No nos había contado que tenía un trabajo y que tenía que largarse. Yo sólo era un crío, pero ya ese primer disco fue muy grande. Alice in Hell vendió muy bien. ¿Y de repente el cantante lo deja en medio de una gira con Testament por Estados Unidos? Para mí fue un auténtico bajón.

Era en plan: “esto se ha terminado…”. Nuestro manager y el sello discográfico nos dijeron: “Vale, vamos a encontrar otro cantante de una forma muy rápida. Lo ficháis y grabamos un disco nuevo”. Y lo jodidamente divertido de Annihilator, y que no lo tiene ninguna otra banda del mundo, es que en nuestros cuatro primeros discos hay cuatro cantantes distintos. Somos muy raros… En fin, que volvimos de la gira, el sello nos encuentra un nuevo cantante, un tal Coburn Pharr. Procedía del grupo Omen. Yo había abandonado un tour presentando un gran disco y tuve que volver a casa en el autobús de la gira y me encuentro con el tal Coburn como mi nuevo cantante. Nunca lo había visto antes ni le había escuchado.

Pero el caso es que aceptamos y tiramos adelante. Yo ya tenía compuestas varias canciones. Yo había grabado muchas de las letras, así que di el Ok. Vamos al estudio y hagamos otro disco. La gente de Roadrunner y mi manager nos dieron otra oportunidad. Así que vamos a ver si podemos hacer otro disco con otro cantante. Y Never Neverland fue mucho más grande que Alice in Hell. Vendimos casi todas las copias y todo se disparó la cosa. Pero bueno, la situación no fue buena, pues siempre las cosas pueden cambiar para mal.

Para el siguiente disco esperábamos que Coburn continuara, pero se largó. Y necesitamos a otro vocalista para Set the World on Fire. Ese disco fue muy grande en Japón y en algunos países europeos. También en algunos Estados de Norte América, pero ya estamos hablando de tres discos con tres cantantes diferentes. Vamos al cuarto disco… Salimos de Roadrunner y entramos en un nuevo sello con un nuevo cantante que se llama King of the Kill, que soy yo mismo…

Nos dijeron en el sello: “Ah, ya tenéis cantante, pues adelante, eso es perfecto”. Total, que estamos hablando de cuatro discos de reconocimiento mundial y grandes ventas pero con cuatro cantantes diferentes. King of the Kill no vendió en Estados Unidos ni en Canadá, pero en todas las otras partes del mundo vendió mucho. Fue número 2 en Japón, solo superado por Bon Jovi. ¿Recuerdas el “Bed of Roses”?

Y así me encuentro yo: me han echado de la discográfica, tengo cuatro discos editados con cuatro cantantes diferentes y cuatro discos que habían sido un éxito. Esto nunca se ha hecho, o por lo menos nunca ha ocurrido en el mundo del heavy metal.

Yo resumo la historia de Annihilator, que es la historia de Jeff Waters, como la búsqueda de un cantante que nunca tuviste… O uno que cantase en dos discos seguidos si más no.

¡Es que me harté! Me harté de todo aquello… Ya ves que no paro de hablar porque estoy lleno de energía y eso me viene de que a mí me encanta la música, todos los tipos de música posibles. Me encanta formar parte del mundillo musical, adoro estar en el estudio y tener el mío propio. Eso es alucinante. Me permite entrar y concentrarme plenamente, estar tranquilo, sentir la calma… ¡Y crear música! En mi día a día soy un tío tal como me ves, alocado y no paro quieto (risas). Por lo que me va bien pasar tiempo en el estudio: me relaja.

¿Y qué me puedes contar sobre Joe Comeau? Un cantante sorprendente que encajaba a la perfección con tu estilo, y además, es una gran persona.

A Joe le conocí justo en el tour en el que me viste por primera vez: con Overkill. Él era su guitarrista y compartíamos autobús. Hacia el final de la gira tuve que despedir a Randy Rampage porque estaba totalmente fuera de control. Bobby Blitz de Overkill me iba diciendo: “A ver Waters… lo que tienes que hacer es probar a Joe Comeau como cantante”. Y yo respondía: “¿Para qué? ¿Es que sabe acaso cantar?” Probamos y fue en plan: “¡Joder, si parece Bruce Dickinson!”. Él podía llegar a agudos y registros de Brucesi quería. Ok, vamos a decirlo de una forma correcta: Nadie puede cantar como Bruce Dickinson, pero Joe Comeau se acercaba bastante.

Todo el mundo sabe que sólo ha habido un Bruce Dickinson. Geoff Tate de Queensrÿche lo sabía bien, porque si escuchas su primer EP y esos primeros discos, especialmente en la canción “The Queen of the Reich”, hay una influencia absoluta de Dickinson en su voz. De Joe diré que tenía una única voz y que, en esa voz, puramente metal 80’s, era perfecto, a lo DickinsonHalford. No es como Stu Block que tiene unas 10 voces. Compusimos muchas canciones juntos, como las del Carnaval Diablos y Wake the Fury.

Vamos a Dave Padden: Era muy bueno y podía cantar todas las canciones de tu amplio catálogo. ¡Y estuvo 11 años en Annihilator, lo cual no es muy común!

Sí, hablando de Annihilator eso es mucho tiempo. Dave era muy grande ya que también tocaba muy bien la guitarra, y como rítmica es alucinante. Eso de ser cuatro tíos en la banda en vez de cinco ya fue algo muy bueno (risas). Eso implica para los promotores pagar menos billetes de avión. El tema es que Dave era muy novato a la hora de cantar, pero tenía mucha naturalidad y una gran voz. Y su forma de tocar la guitarra era muy buena. Se adaptaba a las canciones, los volúmenes, los tempos… y era un gran cantante. Para mí su mejor disco fue el Schizo Deluxe de 2005. Eso fue su cima. Pero a partir de entonces empezó a perder el interés por el grupo y no le apetecía mucho lo de tocar con Annihilator. Y un poco me tocó mantenerlo: “Por favor quédate. Quédate un disco más… te voy a pagar más”.

Y eso fue un disco tras otro… y lo hizo. Es un tío genial. Pero que aquí había un problema: Tu cantante tiene que ser el más entregado del grupo. Fíjate en Sebastian Bach, Rob Halford, David Lee Roth, Brian Johnson, Bon Scott… Esos tíos eran bestiales porque estaban al 100% con la música y las letras que hacían. Pero cuando el cantante pierde ese interés en el grupo, pues todo se refleja en la actitud del cantante. Un poco Dave Padden nos hizo bajar bastante el nivel en Annihilator, pero también le agradezco el hecho de que nos salvara durante muchos años. Y Schizo Deluxe es un excepcional trabajo. Eso siempre lo voy a decir.

Yo te añadiría que el disco Feast, que tiene unos singles espectaculares como “No Way Out” o «Smear Campaign».

Sí, hizo un gran trabajo. Pero fue duro para mí lo de conseguir que Dave se implicara en la composición de canciones y piensa que a mí me tocó el tener que escribir muchas de las letras. Al final grabé mi voz en las demos, se las pasé y le dije: “Canta esto”. Conseguí que participara en algunas canciones, y las que él escribió fueron las mejores del álbum. Y eso es porque el cantante transmitía lo que había compuesto y escrito. Pero no pude conseguir que trabajase en más, y se lo dije desde el principio: “Quiero que tú escribas todos los temas”. Y él me miraba en plan: “¿Estás loco? ¿Todas? Ni de coña voy a hacerlo” (risas). Pero era muy bueno. Podría haber sido un grandísimo compositor y un gran cantante si se hubiese implicado más.

En 2002 giraste con Savatage por Europa y te vi un par de veces, en Moncofa y en Wacken. Menudos conciertos hizo Savatage en esa gira… ¿Cómo fue eso de formar parte de Savatage?

Eso fue jodidamente grande. Yo estaba la mar de bien a pesar de que era la primera vez que tocaba con otra banda. Alguien de Savatage me dijo: “Hey, ¿quieres tocar con nosotros durante todo este verano por Europa?”. Pues bien, les dije que OK y me aprendí muchas canciones, pero… no todas. No tuve tiempo de trabajarlo bien, pero hice lo suficiente. Y de repente me encontré con una situación que nunca había vivido: “Oye, no tengo que preocuparme por nada, no tengo que liderar nada, no soy manager, no soy el líder del grupo, no tengo que preocuparme por las luces o el sonido o por el resto de chicos… es genial”.

Lo que me tocaba hacer era pillar mi guitarra y tocar las canciones. Eso fue lo mejor para mí. Savatage eran una banda mucho más melódica de lo que era Annihilator. Pero era muy divertido, y ,de hecho, era mucho más fácil para mí a la hora de tocar. Y me gustaban particularmente esos momentos en los que hacíamos tempos más pausados y éramos más melódicos. Allí me di cuenta de lo poderosos que eran esos momentos (y de que eran algo muy simple), y a la vez que eran capaces de transmitir mucho, y que a la gente le encantaban. Tocaba canciones como “The Hall of the Mountain King” y otras de las que yo recordaba de ver en la tele cuando era un niño. Tocar con alguien como Jon Oliva fue maravilloso. Fue una pasada y recuerdo ese concierto. Fue genial.

¿Cuál es el primer álbum que compraste con tu propio dinero?

¿Cualquier disco o un disco de heavy metal? Porque me compré tres la vez. Uno fue el Glass Houses de Billy Joel, luego el Desolation Boulevard de The Sweet, y te digo que me parece uno de los mejores discos jamás escritos y una de las mejores bandas de la historia. Su forma de cantar, las harmonías vocales que hacían, esas técnicas de guitarra que hacían, ese batería y el sonido… Y lo mejor: Chinn y Chapmann componiendo en la cara A del disco y The Sweet en la cara B. Me parece uno de los discos mas infravalorados de la historia. Y podría ser el mejor… Y la gente no lo sabe. Y el tercero fue el Saturday Night’s alright for Fightingde Elton John. Era un grandes éxitos. Los Nickelback hicieron una buena versión del tema título años más tarde. Pero si hablamos de heavy metal fue el Kiss Alive II a pesar de que mi favorito de siempre ha sido el Love Gun.

Para finalizar… ¿Veremos a Annihilator con Stu Block en directo?

Ahora mismo te diría que en un 95% que sí. Sé que todos sus amigos le están diciendo que ahora le toca estar en Annihilator (risas).

Jordi Tàrrega
Sobre Jordi Tàrrega 1368 Artículos
Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.