Entrevista a Eloi Boucherie, vocalista y guitarrista de Vidres a la Sang: ‘Fragments de l’esdevenir es el trabajo más incómodo de Vidres a la Sang hasta la fecha’

Tengo cierta predilección, debilidad y fetiche por los catalanes Vidres a la Sang, no lo voy a negar. Me une una gran amistad, cercanía y respeto por los de Terrassa. Son de esas bandas que he podido seguir desde sus pretéritos inicios allá en el lejano 2004 cuando irrumpían y sorprendían a propios y extraños en la comunidad extrema nacional con ese furioso y épico black/death metal cantando en catalán. Su evolución e intachable carrera ha dado como resultado cinco excelentes álbumes, cuyo último elepé (Fragments de l’esdevenir) acaba de recién salir al mercado. Esta nueva obra supone un punto de inflexión en su carrera, tanto estilísticamente como a nivel de sonido/producción, con una propuesta más personal, intimista y por que no decirlo, arriesgada.

Son muchas las cuestiones e inquietudes que me suscitó este elepé, por lo que, sin pestañear, ideamos este cuestionario con Eloi Boucherie, su alma mater. En ella, nuestro invitado figuradamente se desnuda y se sincera, dando como resultado esta agradable conversación, más que entrevista al uso. Pasen, acomódense y disfruten de la lectura

Arratsalde on Eloi. Fragments de l’esdevenir vio la luz el ya pasado día 1 de julio, por lo que, para ir entrando en terreno, he de preguntarte, ¿qué sensaciones recorren tu cuerpo tras la publicación de un nuevo álbum como este? ¿Éxtasis? ¿Satisfacción? ¿Calma? ¿Serenidad?

¡Hola, Jonathan! Si te soy sincero no te lo sabría resumir de un modo concreto o en una sola palabra. Lo que sí que tiene de especial esta obra respecto a sus predecesores es que fue concebido durante la pandemia hará ya dos años. En realidad, estaba terminado este álbum, pero bueno por diversos motivos, se ha demorado. Ya sabes, cuando tratas con sellos, los tiempos se demoran, y más en las circunstancias actuales en la que todo proceso es un poco más difícil sacarlo adelante. Más si hablamos de editar también en formato vinilo, pues aún se atrasa más todo.

Y sí, fue un poco peculiar porque yo después de haber publicado Set de sang (2018) tampoco tenía una intención específica de seguir con Vidres a la Sang, simplemente no me planteé nada en el horizonte respecto al futuro, simplemente vivir el presente. Y este fue suficientemente inspirador como para realizar un nuevo álbum. Fue el que nos tocó vivir a raíz de la pandemia y a raíz de eso, pues surgieron estos cinco temas que conforman Fragments de l’esdevenir.

Ahora que ha salido el pasado el 1 de julio claro que tengo una cierta emoción como cualquier de los discos que hayamos sacado, pero al mismo tiempo también tengo sensaciones encontradas. Porque ha sido un trabajo gestado en una situación diferente, con un aura un poco distinta de los demás álbumes. Un poco más oscura, canalizando un poco más de energía negativa a excepción del último tema, por ejemplo. Pero sí que la sensación es que lo compuse cabreado. Se han dado circunstancias también un poco difíciles dentro del grupo, como la salida de Marcos que llevaba toda la vida en el grupo y que no voy a entrar en detalles sobre eso, pero he de decir que fue un proceso doloroso. Todo este enjambre de aspectos ha hecho de Fragments de l’esdevenir sea un trabajo que no estoy disfrutando como un trabajo cualquiera porque tiene una circunstancia en un momento de mi vida particular muy especial y que además contiene partes autobiográficas. Momentos muy íntimos de mi vida, por lo que es un disco que emocionalmente me remueve por dentro. Por ello, me encuentro contento, por un lado, porque claro, finalmente hemos podido sacarlo, pero ya te digo, también me remueve aspectos que no necesariamente son sentimientos vinculadas a la luz o de tono celebrativo.

Creo que existe la suficiente confianza y respeto para, hablándote desde el corazón, confesarte que el álbum no me ha atrapado como otras obras. Es evidente que, en vuestra carrera entre unos y otros, siempre ha habido cierta progresión y coherencia entre los mismos. ¿Crees que podemos decir que es el álbum más arriesgado hasta la fecha de Vidres a la Sang? ¿O el que más recelo pueda suscitar? Ya sabes, hay inclusión de partes más sosegadas, y hasta progies si me apuras («Ara és demà»), el nuevo enfoque de la producción, más orgánica, etc. ¿Qué opinas de todo esto?

Sin duda alguna se trata de un elepé arriesgado para Vidres a la Sang. Es curioso porque esto que comentas me parece muy normal y es algo que también en cierto modo me esperaba y seguramente en mayor proporción. Lo que ocurre es que seguramente tú hayas sido más valiente a la hora de decir lo que piensas cuando otros medios, es probable por quedar bien ante nuestra ya trayectoria y por el respeto que nos hemos ganado, pues no quieren entrar en debates o polémicas. A lo mejor no se ha juzgado con la suficiente honestidad nuestro trabajo, pero bueno, eso es algo que ha ocurrido siempre en el mundo de la música. Ya sabes, las comiditas de pollas de entre unos y los otros, que no digo esto para no ofender, que dicen esto o lo otro, etc.

Yo soy muy consciente que Vidres a la Sang no ha hecho el disco que se supone que debería haber hecho para contentar a nuestros digamos fans. Veníamos además de hacer un Set de sang en el que además todo nos soplaba a favor (NDR – “Els vents bufen a favor”) porque hacía diez años que no dábamos señales de vida, ni se nos esperaba y en ese sentido, fue una sorpresa, un regalo para nuestro público. Fue muy bien avenido, muy abrumador y bonito ver que la gente respondía tan bien. Además, en él, se introdujo una serie de líneas vocales limpias, que también le daban un cierto gancho a la música y que fueron muy bien recibidos.

Por lo tanto, dentro de un contexto previsible hubiera sido que, en el siguiente disco, se evolucionaran más estas líneas vocales limpias para ir dejando de lado cada vez más los guturales. Seguir con una fórmula con estribillos pegadizos que se te quedaran marcados a fuego, añadir ciertas partes musicales marca de la casa, o esa épica y brutalidad a partes iguales. Pero no, no se ha engendrado una grabación así. Se ha gestado una traducción de una situación concreta de mi vida. Un momento oscuro en el cual, me ha tocado vivir una pandemia como mucha otra gente con una serie de pensamientos que han quedado reflejados en la música de la manera que he necesitado hacer. Cuando escribo música no pienso en hacerla para contentar a los demás. Pienso primero en ser honrado conmigo mismo, en traducir con la mayor exactitud posible la emoción que me está dominando en ese momento. Fragments de l’esdevenir es un disco incómodo en ese sentido porque la gente intuyo que ya está un poco harto de mensajes negativos, apocalípticos y de que alguna manera el fin del mundo está a la vuelta a la esquina. La gente ya sabe que este mundo va a acabar por implosionar en un momento u otro, así que es probable que a estos les moleste o no le apetezca simplemente que esto ocurra, y digan: “ole ahí tú con tu paja mental, ¿no?” Y si a eso le sumamos que en la parte musical no han sido añadidas voces limpias, una estructuración un poco de rara o no convencional, y comienzas con un tema (“Mort de paraula”) así como a medio tiempo, que tiene una evolución (NDR – in crescendo) particular de espera, espera y más espera y ya sabes, la gente no está por esperar. El segundo tema OK, contiene tralla, pero claro, a continuación, un interludio y claro el oyente dice: “ostia, eran pocos temas, 5 ¿y me pones un interludio?” Te plantas en el cuarto y a continuación el quinto y en él, nos ponemos ahí un poco sentimentaloides y se da por finalizado el disco. Pues eso es lo que hay, ¡es lo que me ha salido del alma!

Particularmente voy a utilizar el tópico que utilizamos los músicos respecto a su último trabajo. Creo que es nuestro mejor elepé, pero creo que es una grabación que necesita ser digerida, masticada y tener un estado de ánimo particular para escucharlo. Porque como toda obra específica que haya sido alimentada en base a la emoción, se necesita estar de un modo concreto. Por ejemplo, puedo tener ciertas bandas y obras favoritas que me hayan marcado, pero que necesito «mi momento» para escucharlos. Necesito estar en un estado emocional particular como cuando me pongo una película que he visto ya algunas veces y quiero revisionarla. Hay algunas películas que figuran entre mis favoritas y que es probable que no las vuelva a ver en mi vida, porque tal vez no quiera acercarme más a eso, pero figuran ahí como un recuerdo, ¿no? Pues un poco pasa lo mismo con esta con este trabajo. Es el trabajo más incómodo de Vidres a la Sang. No creo tampoco que sea difícil, porque al fin y al cabo Vidres a la Sang creo que tiene una cierta dinámica y facilidad de escucha en sus temas. Pero sí que es incómodo teniendo en cuenta lo que veníamos acostumbrados a dar a la gente que nos ha seguido durante desde nuestros inicios como tú, por ejemplo, y que puedes evidentemente juzgar con conocimiento de causa toda nuestra evolución. Y es por ello, que con total libertad puedes decir: “pues mira pues oye, no me ha acabado de convencer”. Pues claro que sí, es que no se puede gustar a todo el mundo. Es lo que hay, y me parece muy bien. A lo mejor dentro de unos años, quién sabe, cambias de opinión y los discos a lo mejor que te gustan de nosotros ya no te gustan tanto y este a lo mejor lo acabas valorando más.

Pasa con otros grupos, y con otros discos. Yo, por ejemplo, me estoy acordando ahora del Mardraum – Beyond the Within de Enslaved. Cuando me lo compré en su día dije: “¿qué he hecho? ¿qué es esto? Bah, lo voy a guardar en la estantería. Y ahí quedó por años, hasta que lo redescubrí y lo entendí X años más tarde. El clásico álbum puente entre una etapa (la vieja) y la progresiva (nueva).

Exacto. Mira, Enslaved es el caso perfecto de grupo que muchas veces siempre que escucho un CD nuevo a la primera no termina de entrarme y luego me acaba convenciendo, ¿sabes? Porque hay CD’s que siempre necesito un tiempo para ir digeriendo y luego acabas por valorarlo y disfrutarlo un montón más adelante. Pues espero que así sea en el futuro y a lo mejor pues te acaba entrando más adelante, con nuestro Fragments de l’esdevenir. Y si no ocurre eso, tampoco va a pasar nada, hehe.

¿Qué día te hizo click en la cabeza para decidir dejar a un lado una configuración a nivel de sonido propiamente «metal» (Mesa Boogie+Ibanez) y optar por Stratocaster? ¿Te has imaginado como serían estos temas en dicha clave?

En eso te voy a confesar que la influencia de Martín Méndez (Opeth) ha sido clave en ese sentido. No siento que Martín Méndez me haya influido en el lado artístico porque evidentemente, aunque quisiera imitarlo no podría porque claramente existe una un abismo entre nuestras técnicas. Pero sí que me ha influenciado en el en el territorio sonoro donde me descubrió el mundo/universo de las Stratocaster. Aparte del bajo, también toca muy bien la guitarra y e incluso me regaló una, la cual al final la utilicé para esta nueva grabación.

Sí que es verdad que hay un enfoque distinto notorio en cuanto al sonido, pero discrepo en el en el hecho de que sea tan digamos fuera de lo que se supone que debería ser el sonido de un álbum metal. Para mí el sonido es claramente metal, lo que pasa es que se sale un poco los estándares de la industria. Hoy en día se espera de un disco de metal una ultra compresión brutal, una distorsión que amuralla y apantalla el sonido de una manera muy característica. A mi entender, le resta la vitalidad a la misma música. El metal, ya es de por sí, es un género muy «ruidoso» y al ser muy ruidoso considero, que también deberíamos reeducar nuestros oídos para trasladar ese ruido y entenderlo como que hay que esforzarse para conseguir ese ruido. No me gusta la idea de pensar que solo con acariciar la guitarra, esta me empiece a rugir como un monstruo porque la he enchufado y he puesto el potenciómetro al 10 en mi Mesa Boogie. Prefiero pensar en un canal naranja (NDR – canal de salida crunch, esto es limpio con un poco de overdrive de los amplificadores Mesa Boogie) bien saturado y que tenga que pelear y sudar la cuerda. Porque el metal tiene que ser esfuerzo, tiene que ser cansancio, tiene que ser derroche de energía, en el que después de una canción te quedas vacío y te quedas ahí como exhausto. Como que lo has dado todo.

Como un futbolista que lo ha dado todo durante los 90 minutos o un jugador de basket que aprovecha su momento para entregarlo todo en la cancha. Una canción de metal tiene que ser eso. Tiene que pelearse. Cuando tocas la batería no puede ser que un trigger te lo salve todo. Tienes que tocar y cuando digo darle fuerte, no me refiero a darle fuerte sin técnica o reventar el instrumento, me refiero a dar esa expresividad a la música. Me gusta tener esa sensación de que estoy peleando los temas y que el sonido traduce este esfuerzo. Traduce también mis ganas de demostrar, cuán sufrida es esa música. Si el sonido en sí ya lo revienta todo, ya tengo la sensación como que no nos estamos esforzando para encontrar lo que es la esencia del metal en sí mismo. Para mí es eso, es música extrema. El metal, es el único estilo que recoge y absorbe todos los estilos musicales del mundo. No verás otros estilos absorbiendo con la misma capacidad como lo hace el metal, pero al mismo tiempo creo que el metal debe ser un género que se reinvente a sí mismo y que no se ancle en ciertos clichés. No podemos anclarnos siempre a un tipo de pastillas, de ecualizaciones de este tipo… Al final lo que hacemos todos es expresión artística, y dentro de esta creo ha de facturarse con el alma, con el corazón y con tu sello propio de identidad.

Yo tengo unos determinados recursos en mi estudio, y podría ceñirme a lo que mandan los estándares y sería seguramente el camino más cómodo, pero si me guiara por hacer el camino más fácil en mi música, ya no existiría ni Vidres a la Sang, haría otro tipo de música y canciones. Mi lucha permanente con la música es esta, encontrar un poco mi propio sello y universo, aun sabiendo que está todo inventado, aunque sin tampoco pretender ahí demostrar nada, porque también soy consciente de mis limitaciones.

Me fascinaron las voces limpias en ciertos temas de vuestro anterior elepé Set de sang. ¿Por qué no continuaste agregando dicho recurso en este disco? ¿Simplemente no encajaban? ¿Exigencia física/técnica? Cuéntame…

Es curiosa esta pregunta, porque hasta incluso Albert se preguntaba el porqué de no incluir este tipo de voces. No me encajaban en el plano artístico. No eran una traducción de ese momento personal que te comentaba unas líneas atrás. Las voces limpias incorporadas en Set de sang funcionaban a modo de contraste. Set de sang fue compuesto en un momento en el que yo sentía una crisis personal, la de los 40. Estaba muy enfadado con el mundo, pero tampoco por una razón específica, por lo que utilicé la banda como la válvula de escape para salir adelante de este pequeño túnel. Esas voces limpias simbolizaban un poco mi lado de esperanza para contrastar con la parte oscura de mí, los guturales. Algo así como un juego, como un diálogo entre las voces. Cuando salen las voces limpias es el Eloi que quiere salir un poco del túnel y que quiere guiarse hacia la luz.

Fragments de l’esdevenir es una obra cuya dirección es ir hacia la luz, hacia el interior de uno mismo, hacia una introspección y un momento en el cual experimento una serie de vivencias personales, un hastío, un hasta aquí hemos llegado, pero tampoco sin querer culpar al mundo de ello. Simplemente como un basta y en ese sentido pues no siento que la voz me invite a cantar con notas, me invita a la voz a recitar, a seguir así con unos guturales oscuros, pero también en un tono muy narrativo. Si te fijas en el disco es una parte que también puede incomodar porque hay poca rítmica en la voz, es todo muy narrativo, explicativo, es como ir escupiendo sensaciones y situaciones que me pasan por la cabeza. Se trata de una cuestión de honradez musical. Muchas veces siempre me enfrento a ideas/sensaciones cuando estoy en un proceso de composición. Siempre tengo las tentaciones de que tendría que hacer esto o aquello porque es lo que se supone que se espera de mí, y si así fuera estaría traicionándome a mí mismo. Si yo empiezo a direccionar o proyectar mis composiciones hacia lo que les gustaría a los demás, ya notaría que estaría perdiendo mi música. Es así, que lo único que hice fue escuchar mi propia voz interior y dejarme guiar por lo que necesitaba mi cuerpo hacer. Dije voy a hacer estos cinco temas, los voy a escupir a mi manera y cantados con desprecio.

En el último tema, «Ara és demà» hago la excepción dejando la puerta abierta a un poco de esperanza, porque sin esperanza no se puede vivir. Y quizás la puerta abierta como tú muy bien indicas en tu reseña a también un tipo composición muy diferentes en el futuro que guíe el futuro composicional de Vidres a la Sang. No puede ser más acertado ese diagnóstico porque precisamente «Ara és demà», puedo decir y afirmar desde mi punto de vista; otros opinarán muy distinto, que es nuestra mejor composición de largo en toda nuestra discografía. Resume todo lo que siempre he deseado en nuestra música, pero que nunca habíamos conseguido aunar de alguna manera. Tampoco conscientemente lo buscábamos, pero sí que reúne: dinámica, groove, épica, experimentación y sobre todo muchos sentimientos. Es por ese motivo por el que estoy muy orgulloso de como concluir esta grabación. Deja de algún modo las puertas abiertas, a que a que la gente pueda entender que de Vidres a la Sang se puede esperar cualquier cosa.

Es evidente la clara inclusión de «Ventres de llum» a modo de corte/interludio puente entre los 2 primeros y últimos temas. ¿Cómo ideaste en tu cabeza semejante corte? Me encanta el tono narrativo, interpretativo y tétrico a nivel vocal que hiciste en su conjunto.

Ventres de llum nace de una experiencia personal. Narra los sucesos que vivimos mi mujer y yo durante una época de nuestra vida en la que bueno tuvimos que enfrentarnos, sobre todo ella, a varios abortos naturales en el proceso de búsqueda para tener un hijo/hija. Tuvo incluso un embarazo ectópico que fue realmente algo muy jodido. Fue un momento que nos marcó profundamente antes de tener un final feliz que fue con el nacimiento de nuestra hija hace ahora ya diez meses.

Pero de algún modo sentía en mi cuerpo que necesitaba recordar cada uno de esos procesos de abortos que tuvo mi mujer como proyectos de vida que no fructificaron por alguna razón. Puede que la razón de consciencia que tenían esas pequeñas criaturitas antes de formarse y de intuir, que lo que les esperaba fuera, era un mundo suficientemente hostil como para no querer salir. Fue una manera de darle sentido poético a todo esto y pensar en todos ellos como la suma de almas que han hecho al final que naciera nuestra hija. Ese proceso nos ha acompañado hasta la consecución del nacimiento de mi hija, un evento que tanto deseábamos y que tanto hemos peleado por conseguir.

Supone además un tema un poco tabú, porque es un hecho que no se habla. Hay muchas lecciones de feminismo y de apoyo a las mujeres. Aunque en la práctica tampoco lo veo tanto porque este es un tema muy tabú, el de los abortos naturales de las mujeres. Parece que las mujeres también tienen un poco de vergüenza de hablar de los abortos naturales, porque los médicos esgrimen que hay una estadística con muchísimos casos, pero es un tema que avergüenza a las mujeres, porque les hace sentir menos mujeres. Las mujeres que no son madres parecen ser que viven con ese estigma con una clara señalización a nivel social: “¿tú no vas a ser madre? ¿qué te pasa? ¿cuál es tu disfunción?” Es un tema que no se habla, por lo que de ese modo quería que con ese interludio hacer mi particular homenaje a todo lo que sé que ha vivido mi mujer antes de ser de madre y todo lo que hemos vivido y luchado como pareja.

Por dicho motivo, es una canción muy especial, muy profunda para mí. Al mismo tiempo, llevado al territorio artístico, ya separándonos de lo que es el concepto, quería hacer un interludio que separase y partiera al disco en dos. Musicalmente me inspiré mucho por Lingua Ignota ya que cuando la descubrí, se me voló bastante la cabeza. Me gustó ese concepto de arte desesperado. Un salto al vacío del que con pocos elementos se pudiera expresar una angustia y un sentimiento realmente profundo y de dolor. Y eso es lo que procuré expresar a la hora de cantar mientras expreso el dolor y la angustia que vivimos. De un modo como si fuera también los propios proyectos de nacimientos, pero narrándolos en primera persona.

No he tenido ocasión de leer las letras esta vez, pero auguro que vendrán una vez más acompañados de la fuerte influencia que siempre ha ejercido sobre ti Martí i Pol. Vuestras líricas siempre han tenido un enfoque muy poético (nunca mejor dicho), dramático y fatalista, aunque también albergando hueco para la esperanza. La humanidad como tal ha pasado por una etapa histórica y momentos muy duros, por lo que intuyo que habrá una fuerte influencia de dichos acontecimientos en estas letras. Cuéntame sobre ello, por favor.

Martí i Pol sigue siendo el buque insignia lírico de la banda, del cual nos permitimos el lujo de hacerlo nuestro, porque al fin y al cabo fue su obra la responsable de que Vidres a la Sang se constituyera de este modo. No hubiera sido la misma banda sin la lírica de Miquel Martí i Pol. Con el tiempo cada vez hemos utilizado más nuestra propia lírica, pero jamás hemos querido renunciar a no rendir a homenaje mediante el uso de alguno de sus poemas. La razón sencilla, él es el motivo por el cual nos atrevimos a expresarnos en catalán en su día, ya que era una apuesta arriesgada. Hoy en día, no lo es tanto porque hay infinidad de grupos que cantan en catalán, pero en su día sí que creo que lo era y pensamos en una autoridad poética como es Miquel Martí i Pol. Además, sus poemas se manifestaron en muchas vivencias personales mías, como fue la muerte de mi padre cuyo detonante fue el uso que dimos de un poema suyo que hablaba acerca de la muerte y el cual me pareció muy revelador y ayudó a superar mis propios traumas en esta vida.

Seguimos con su poesía, por ejemplo, en “Salveu-me els ulls”. Un poema precioso en el que Martí i Pol habla de la mirada como el último bien a preservar antes de morir. Hace ese particular homenaje a los ojos, a la mirada como un bien, un bien casi inmortal. Habla de sí mismo como decir: “cuando venga la muerte a recogerme que me lo quite todo menos mis ojos, para poder seguir viendo porque es a través de los ojos, a través de esa mirada que mi vida cobra sentido. Puedo vivir, puedo sentir la lluvia, puedo ver una puesta de sol, una muchacha bonita, cualquier cosa a través de la mirada cobra significado”. Pensamos que era un excelente poema y decimos musicarlo. “Ara és demà” es un poema también muy bonito que de algún modo es un canto a la esperanza. Un himno en el cual dejamos esa puerta abierta después de hacer un recorrido de oscuridad durante todo el disco a una invitación a vivir con esperanza y algo de luz para para proyectar nuestro mañana con una sonrisa.

¿Cómo ha sido el desarrollo de ser además de compositor principal en Vidres a la Sang, a ahora además agregar el rol de productor al 100% en tus Farm Studios? Ya sabes, en Set de sang te encargaste de la producción únicamente, cediendo las labores de mezcla y masterización a Javi Félez (Moontower Studios) y ahora íntegramente te encargas de todo el proceso creativo.

Básicamente ya me sentía preparado para hacerlo y porque no sentía ningún agobio en lo que a presión de tiempo respecto a la hora de tener el trabajo listo con Fragments. Me he tomado las cosas con mucha calma y sin ninguna proyección, en el sentido de tener una fecha concreta como ocurrió con Set de sang. Ahí ocurrió lo contrario, fue una elaboración de una manera en tiempo récord. Se hizo así porque me petaba la cabeza de una manera que necesitaba tenerlo todo muy muy rápido. Componiendo tema tras tema, esto ahora, lo otro después, graba tú ya mismo, ahora graba el otro, etc. Cuando lo tuve terminado (grabado) quería que me lo mezclase alguien que no tuviera nada que ver conmigo, porque le añadiría un punto de frescura. Necesitaba tenerlo mezclado cuanto antes, para comenzar la búsqueda de un diseñador para la portada, etc.

Yo tenía muchas ganas de abarcar todo el proyecto. Quería sentir con mis propias carnes que en caso de que algún aspecto de la grabación o producción no estuviera en su lugar, saber que simplemente era a causa de mí. No quería excusas dentro de mis trabajos. Sentía poseer la madurez, el tiempo y las ganas suficientes como para cargar con todo el proceso sin que nada escapara de mi control. Lo he vivido de una manera muy personal. No quería que nadie pusiera las manos a este trabajo porque lo he sentido muy mío, muy muy introspectivo. Estuve componiendo en momentos en los que en los que no veía a nadie, estaba encerrado en mi ratonera, y por dicho motivo he querido abarcar todo el proceso hasta el final. Puede gustar más, o menos, pero lo que más me importa es mi propia opinión. Estoy muy satisfecho, contento y orgulloso con el resultado final, pero ya sabes, “para gustos, colores”.

Me entristeció sumamente la departida de Marcos, con quién personalmente mantenía una fuerte amistad y vínculo. Desde la lejanía, uno de los aspectos que más admiro de vosotros es esa fuerte conexión y unidad que transmitís entre vosotros. No vamos a entrar en detalles ni voy a preguntarte por los motivos, pero ¿cómo has vivido a nivel personal la salida del que prácticamente se podría considerar un «hermano» dentro del seno de la banda? ¿Fue fácil y rápido adaptar al objetivo que buscabais en la grabación con Martín (Méndez)?

Del mismo modo que ha sido increíblemente difícil superar lo que ha significado la salida de Marcos, fue increíblemente fácil que Martín Méndez hiciera su trabajo. En ese aspecto sí que no hubo ningún problema. Aunque, a decir verdad, han sido dos asuntos muy distintos, porque como tú muy bien has relatado, en Vidres a la Sang siempre ha existido una hermandad de algún modo. Sí, ha sido muy doloroso. Lo que sucedió evidentemente no vamos a entrar en detalles. Fue una situación que terminó mal. A veces, las amistades se tuercen y cada uno, comete sus errores. Yo he cometido los míos indiscutiblemente, de eso no tengo ninguna duda, así como Marcos cometió los suyos seguramente. No hemos sabido gestionarlo mejor, la amistad se rompió y siéndote franco, lo hemos pasado muy mal. Sigo pasándolo mal respecto a ese tema, porque no terminó bien y es algo de lo que no podemos estar jamás contentos ni orgullosos. Ojalá el tiempo cure las heridas y pueda restablecerse lo que nunca debería haberse roto.

A partir de dicha ruptura y tras hacer de tripas corazón, tenía muy claro que quería lo mejor para mi trabajo. Tenía a Martín Méndez a la vuelta de la esquina. Hemos compartido proyecto en White Stones, nos conocemos perfectamente, así que fue pedírselo y ponerse manos a la obra. Lo trabajamos lo suficiente y lo tuvimos resuelto en un lapso corto de tiempo, porque además Martín en esta grabación tampoco necesitaba hacer alarde de un particular ejercicio de técnica. Es decir, a esta grabación le da más glamour el nombre de Martín Méndez que el trabajo en sí, que, dicho sea de paso, a mí me parecen excelentes dichas líneas de bajo. Le han dado un cuerpo y una calidad tremenda, aunque tampoco en Vidres a la Sang se necesita de un bajo superlativo a nivel de habilidad. Nos ha dado una solvencia y una fiabilidad la cual estoy muy contento y satisfecho. Aparte del sonido que le sacamos, creo que su instrumento ruge. La experiencia fue muy buena, pero ahora estamos en periodo de pruebas con un nuevo músico del cual no puedo relevar todavía su identidad. Estamos trabajando en ello de cara al futuro para poder presentar trabajo en directo. Cuando esté todo atado, ya se hará oficial la noticia. Pero volviendo al tema, Martín nos ayudó a salvar la papeleta en el disco dado que estábamos sin bajista y necesitamos a alguien que nos cubriera el puesto con garantías. Es más que evidente que él, ha actuado en calidad de bajista de sesión y le estamos muy agradecidos por el trabajo tan bueno que hizo.

Eloi, viajemos al pasado. Si te hablo de vuestro primer y homónimo álbum, ataviados con esas características pinturas negras y rojas que portabais por aquel entonces y vuestro furioso black/death, ¿qué recuerdos te vienen a la cabeza?

Pues una mezcla de sensaciones. Recordar esas pinturas me parece en perspectiva una freakada, por eso de pintarse de rojo y negro. Tenía su gracia en aquel entonces. Tenía su gancho, sin embargo, lo hacíamos muy mal. Éramos poco profesionales con ello. Yo lo interpreto como el lado punk que ha tenido Vidres a la Sang en su quehacer. Ya sabes, para ciertos aspectos nos gusta ser muy meticulosos, y para otras somos descuidados. Una de ellas es la imagen, siempre hemos sido un poco campechanos en ese sentido. Del tipo: “venga, a tomar por culo; rojo y negro y a salir al escenario a tocar”.

Los dos primeros elepés siempre los recuerdo como elepés auténticos en el sentido de que éramos muy viscerales. Si retrocediera en el tiempo, haría muchas cosas distintas y una de ellas sería grabar con metrónomo (NDR – ¡bandas, tomar nota!). No lo hacíamos y como comprenderás, había unos desfases temporales de órdago. Supongo que también forma parte también de la inocencia que tenía la banda en dicho momento, íbamos muy a saco. Nos faltaba un punto de madurez en nuestra manera de ejecutar nuestra propuesta en Vidres a la Sang, aunque sí que se podían ver elementos de alguna manera singulares. Gracias a ello, es ahí donde se captó la atención de la gente que dijo “¡hostia!, esta banda me gusta porque los veo auténticos”.

Hablando del pasado. Me gustaría que me describieras o bien con una palabra o pocas, vuestros álbumes:

  • Vidres a la sang (2004): El debut que nadie esperaba, irrumpió con fuerza en la escena de metal extremo nacional por cantar en catalán y por hacer una combinación de géneros que tampoco estaba muy vista por aquel entonces. Es un álbum potente, fuerte y que va directo a la yugular.
  • Endins (2006): La épica de Vidres a la Sang. La misma fiereza que el primero, pero con el añadido de la épica que caracterizará también a toda nuestra carrera en el futuro.
  • Som (2009): La apuesta de riesgo para romper un poco con esa épica y añadir los primeros tintes de lo que hoy llamamos progressive.
  • Set de sang (2018): Una mezcla del tercer y segundo disco, con el añadido de voces limpias que nadie supuestamente se esperaba. Dichos elementos, añadieron más si cabe, más épica a nuestro universo.
  • Fragments de l’esdevenir (2022): El invitado a la fiesta que nadie esperaba. Es decir, ¡es el tío que viene a joder la fiesta! (NDR – ¡Muy buena esa, no me lo esperaba!). ¡Es el vinagre de la ensalada!)

No he tenido la ocasión de escuchar como debidamente se merece los sendos trabajos de White Stones. ¿En qué estado se encuentra dicho proyecto de Martín y para el cual contó con tu colaboración vocal? ¿Habrá un tercer álbum en el horizonte?

Voy a dar la típica respuesta que no mola, pero esa pregunta, deberías hacérsela a Martín en calidad del responsable del proyecto. Hoy por hoy, no le veo muy por la labor. Se tuvo la mala suerte tras fichar por un sello tan potente como Nuclear Blast, que el primer disco se publicó el primer día oficial a nivel mundial, 13 de marzo de 2020. Supuso un mazazo importante. Teníamos una presentación oficial en el Prognosis Fest en Eindhoven (Holanda) junto a Enslaved y Katatonia que no se llegó a producir por la pandemia. Se canceló. A partir de ahí, se desinfló progresivamente el proyecto. Teníamos que aprovechar la inercia, pero simplemente, no se pudo. Hoy en día, si se te presenta una oportunidad o un momento en concreto, tienes que aprovecharlo porque al día siguiente ya nadie se va a acordar de ti. Explica un poco lo que pasó. El segundo disco también se gestó de igual manera y salió publicado aun en plena crisis de pandemia.

¿Moraleja? Se lanzaron dos discos por un reputado sello como Nuclear Blast, uno de los clips superando las 150.000 visualizaciones en YouTube, pero que en resumidas cuentas ha tenido una repercusión final nula, porque no hubo conciertos. Además, Martín vive de Opeth, por lo que no se ha podido aprovechar la salida de White Stones y ver que iba a suceder. Al final ha quedado como un intento de, un proyecto de laboratorio con dos discos. Si Martín tiene o no ganas de un tercero, solo lo puede decir él, pero ya te adelanto que no es algo que hayamos hablado. Acabó un poco quemado con la situación al ver que no salían las cosas como planeábamos por dicha serie de circunstancias. El tiempo lo dirá.

Con toda la situación actual en la que nos encontramos (post-pandemia) y la posición de Jordi viviendo en Alemania, ¿cómo se presentan las posibilidades de presentar esta nueva obra en directo? ¿Es algo que os planteáis o simplemente Vidres a la Sang ha pasado a ser una entidad puramente de «banda de estudio»?

Seguiremos la misma filosofía con Set de sang. Pocos y selectos conciertos. No somos una formación que tenga suficiente reclamo de gente como para iniciar una gira. Tampoco es algo que me apetezca mucho. Haremos un concierto presentación y algún par o tres fechas más en condiciones, en la que nos sintamos a gusto y rodeado de gente de confianza.

Tenemos ya un show confirmado, pero todavía no podemos hacerlo oficial por una cuestión de política de la campaña promocional. Esperaremos a septiembre seguramente para ampliar más esta información, es aún un poco pronto. Ahora mismo es un momento de locura a nivel de ocupación de salas de conciertos y toda esta marea de festivales mainstream, por lo que cuando pase toda esta fiebre, apareceremos nosotros para que alguna noche se antoje como algo especial, como el objetivo que siempre nos hemos fijado cada vez que tocamos en directo.

Eloi, esto ha sido todo (que no poco) por esta vez. Me alegro un montón de volver a coincidir contigo y departir. Mis mejores y mayores éxitos. Unas últimas palabras para terminar esta entrevista, por favor. ¡Abrazos!

Ha sido un auténtico lujo y placer hablar contigo Jonathan. Desearos lo mejor también en todos tus proyectos. La vida sigue. Seguimos con muchas ganas de seguir haciendo sonar nuestras propias voces. Hay que estar agradecido a la vida. Al fin y al cabo, tampoco es tan jodida como la pintamos, hehehehe.

Jonathan Pernía
Sobre Jonathan Pernía 36 Artículos
Ferviente y devoto melómano. Enfermizo coleccionista de CD's, vinilos, K7's y fanzines, ya que siento especial predilección por todas y cada una de las ramas del metal extremo o los géneros más underground. No obstante,como buen amante de la música en general, me considero muy open-minded en ese aspecto.
Otra de mis pasiones es la prensa escrita musical. Con sus luces y con sus propias sombras. Poseo una dilatada experiencia en medios como el extinto Pitchline'Zine (2005-2016) del que fui redactor-jefe o Subterraneo Zine (2017-2019).