Damn Yankees – Don’t Tread: 30 años del final del supergrupo americano de hard rock

Ficha técnica

Publicado el 11 de agosto de 1992
Discográfica: Warner Records
 
Componentes:
Tommy Shaw – Guitarra, voz
Ted Nugent – Guitarra, voz
Jack Blades – Bajo, voz
Michael Cartellone – Batería

Temas

1. Don’t Tread on Me (5:08)
2. Fifteen Minutes of Fame (4:51)
3. Where You Goin’ Now (4:40)
4. Dirty Dog (4:54)
5. Mister Please (4:20)
6. This Side of Hell (5:03)
7. Silence Is Broken (4:57)
8. Firefly (4:57)
9. Someone to Believe (4:01)
10. Double Coyote (4:44)
11. Uprising (5:31)

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Se suele decir que los supergrupos son algo que no suele funcionar, hecho por el cual la mayoría de estas agrupaciones de grandes músicos huyen de la etiqueta. Pero en 1990 Tommy Shaw de Styx y don Ted Nugent no huyeron precisamente del término, y bien cómodos se les veía como tal. Habían unido fuerzas con Jack Blades, bajista y vocalista de Night Ranger y con Michael Cartellone, baterista desconocido que luego terminó en Lynyrd Skynyrd. Y no les fue nada mal… consiguiendo un Doble Platino en ventas con su homónimo primer disco.

Pero ya en 1992 las reglas de juego habían cambiado, y los Damn Yankees se enfrentaban a una reválida en la que sólo los más grandes del hard rock aguantarían el auge del grunge y el metal alternativo. Si Aerosmith y Guns N’ Roses no se veían afectados por las modas, ¿por qué había de sucumbir una superbanda como aquella? Desgraciadamente, Don’t Tread (1992) no aguantó el envite y perecieron a pesar de tener ventas destacables y de mantener un buen nivel en el material del disco.

El disco

“Don’t Tread on Me” es un gran single con cambios de cantante, muchísimos coros y estribillo machacón, además de un salvaje solazo de The Nudge. Suena como tiene que sonar, con la pulcra producción de Ron Nevison y con una canción continuista y orientada a la radiofórmula. El grupo estaba concebido para triunfar, y hay algo de excesivo ya en esa primera canción. Sólo hay que escuchar ese final abigarrado y decibélico.

Personalmente la balada “Where You Goin’ Now” es lo que más me gusta del disco, siendo muy cercana al material de Styx y con aires AOR cargados de acústicas. Un gran tema muy melódico con voces armonizadas en el puente y estribillo. Balada lacrimógena de las que ablandan el corazoncito metálico con esos arpegios con cuerdas de acero y la precisa pegada de Cartellone. Hay mucha clase en las voces de Shaw y Blades y un teclado que “orquesta”.

En “Dirty Dog” suenan festivos y metálicos, especialmente por la guitarra de Nugent en un gran tema, vacilón y perfectamente ejecutado, con esos vientos repuntando los estribillos. Pegadiza a más no poder y con mucho groove, con ese final en el que se queda solo Cartellone a la batería. En “Fifteen Minutes of Fame” hay tratamiento de directo al inicio, y cumple, pero poco más, a pesar de que es un tema que solía caer en sus directos de la época.

En “Mister Please” hay un precioso ejercicio de dobles voces en un medio tiempo cercano a Led Zeppelin del III, algo valiente, que se electrifica luego con muy buenos resultados, pero sin llegar a ser nada recordable. La otra gran canción del disco es “Silence Is Broken”, con aires oníricos y con la nebulosa de los coros en otro ejercicio totalmente AOR de preciosa factura. Lástima que los tiempos ya habían cambiado, pues la canción merecía mucho la pena. A nivel instrumental hay mucha virguería preciosista con orquestaciones sobre acústicas y muchos aires de Styx.

Cancha para Ted Nugent en “Firefly”, muy en su terreno y muy apropiada para que se luzca. Cabalgada energética en la que el resto del grupo participa en los coros. Festín de guitarras en “Someone to Believe”, en una composición muy lograda y luminosa, que sorprende con ese final a acústicas y armónica después de un derroche instrumental rotundo. Más rock ‘n’ rollera y directa es “The Side of Hell”, con unos dejes absolutamente a los Aerosmith del disco Pump (1989) (tiene una onda muy “Love in an Elevator”). Sin ser de lo más notable del disco, complementa bien el todo final.

En “Double Coyote” hay ciertos aromas del desierto y la parte instrumental está basada en una especie de pique instrumental. Mezclan una base ZZ Top y momentos más libres y divertidos, especialmente en los juguetones coros. Una de las canciones más entretenidas de todo el disco. Y cierran con “Uprising”, el tema más extenso de la obra, pero sin demasiadas florituras ni nada especial a subrayar.

Veredicto

Don’t Tread no cumplió con las expectativas y la principal baza, que era Ted Nugent, vio el panorama post 1991 y decidió volver a reemprender su carrera en solitario. Blades y Shaw eran los más afectados por aquello, pues Michael Cartellone entraría con los Skynyrd, así que decidieron grabar material para un tercer disco que nunca se editaría. Es más, parte de todo ese material acabaría entrando en discos en solitario de ambos.

Curiosamente el grupo se volvió a juntar para un unplugged en 2004 y en 2010 en la feria NAMM quedando todo como una agradable sorpresa y poco más. Don’t Tread fue un bonito final que llegó hasta el Disco de Oro, especialmente por la gran balada “Where You Goin’ Now”, llegando hasta el número 22 de ventas en Estados Unidos. Era un producto muy pensado para el mercado norteamericano, por lo que en Europa e Inglaterra apenas llegó a tener repercusión. Si te gusta el hard rock americano, sus dos discos valen muchísimo la pena.

Jordi Tàrrega
Sobre Jordi Tàrrega 1356 Artículos
Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.