Canciones perfectas: «The Seven Angels» de Avantasia

No hace demasiado decía que, si hablamos de power metal, y teniendo en cuenta mi intrincada visión de lo que debe ser una canción perfecta (aquella que no sólo es música, sino que la trasciende), sólo se me ocurrían un par de canciones que podían entrar: «Imaginations From the Other Side» y “…And Then There Was Silence”, ambas de Blind Guardian. Pero como serán las cosas que, una noche, tuve un sueño (literal, no metafóricamente) en el que escribía este artículo, y al despertar me di cuenta que nuestra protagonista puede y debe estar entre estas escogidas.

Si alguien me ha leído un poco sabrá lo que, en mi juventud y durante años, Tobias Sammet y su obra significaron para mí más allá de la música en sí. Leer sus letras era descubrirme, era comprenderme y entender que había más personas como yo que pensaban de mi misma forma, que tenían las mismas intranquilidades y que, de alguna manera, me apoyaban, igual que yo a ellas (el propio Sammet, en otra canción, nos llamó fallen angels). Todo esto se sublimó con las dos partes del Metal Operas (2001, 2002), los dos primeros discos de Avantasia y dos de los mejores discos del estilo. No (solo) lo digo yo, lo dijo alguien que debe tener un poquito de credibilidad, el señor Kai Hansen (Helloween, Gamma Ray), que los bautizó como los Keeper of the Seven Keys pt. 3.

Es difícil decir más de lo ya mencionado de lo que implicaron estos discos para un servidor, así que pasemos un poco a ver qué nos cuentan estos “The Seven Angels”.

La historia

Las dos partes de esta obra cuentan una historia (claro, por eso se llaman opera, so zopenco), y aunque sea por encima, creo que es necesario explicarla para poner en contexto la canción.

Esta es la historia de Gabriel, un novicio dominicano de Mainz en 1602. En plena caza de brujas, descubre que han secuestrado a Anna, su hermanastra, y que va a ser juzgada. Atónito, lee un libro prohibido y, al ser descubierto, es encarcelado. En prisión conoce al anciano Lugaid Vandroy, quien le guía en el camino de la espiritualidad, fantasía, creatividad… todo aquello que su orden y la época (y, casi, hoy en día) detestan. Esto abre los ojos y nuevos horizontes al protagonista. El trato es que el anciano le ayuda a liberar a Anna si este le ayuda a liberar un lugar misterioso llamado Avantasia.

Mientras tanto, los dominicanos se van hacia Roma para hablar con el Papa sobre ese libro misterioso y prohibido, una de siete partes de un sello que haría que el lector se iluminase si los lleva a la Torre central de este país de las maravillas.

Ya en Avantasia, Gabriel descubre que hay una guerra entre esa dimensión y el Papa. Este quiere destruir ese mundo para que los humanos, diciéndolo en plata, sigan siendo unos borregos. El protagonista se las apaña para robar el libro prohibido y llevarlo a la Torre. Pero esto desata a los siete ángeles (nuestros protagonistas de hoy) y empiezan a destruir el mundo. Horrorizado por el error, Gabriel intenta deshacer el entuerto y lo consigue llevando el sello a esa parte central de Avantasia.

Pero el ex novicio quiere saber más, y entre varios personajes, es guiado a través del (auto) conocimiento hasta estar, budísticamente hablando, iluminado. También se da cuenta que hay miles de almas humanas atrapadas (literal y metafóricamente hablando) por querer saber más, así que dispuesto a todo, logra liberarlas aunque cuesta alguna que otra muerte. Al final, Anna y Gabriel consiguen huir.

A muy grandes rasgos, esta es la historia que cuenta la opera. Sí, es una historia de fantasía, un cuento, pero como tantos otros, tiene un deje de sapiencia, de sabiduría ancestral encerrado en él. Es algo que, durante muchos discos, guió la obra de Sammet (todo el Theater of Salvation (1999) es buena muestra de ello), pero que paulatinamente fue perdiendo, así como su gran genialidad compositiva, en sus dos proyectos.

Esta historia, ese mensaje, para un joven con la sangre caliente rodeado de personas que pocas cosas se preguntaban sobre la vida y sobre sí mismos, supuso tener nudos en la garganta, el vello erizado y los ojos demasiado hidratados, especialmente con la canción que hoy nos corresponde y, más específicamente, con su final.

La letra

[Creyentes:]

«Fire falling from the sky
Rage of god is coming down
Armaggeddon’s drawing nigh
Sinner cry! Heathen die!
Hear the toll of pain, gloria, gloria
In the fiery rain
Fire falling from the sky
Rage of god is coming down
Armaggeddon’s drawing nigh
Sinner cry! Heathen die!
Hear the toll of pain, gloria, gloria
Now the time has come, the end’s begun
And the only one will come.»

El terror se desata por los siete ángeles liberados. El cielo está en llamas, la gente sufre…

[Gabriel:]

«It has been foretold
By the visions of the old
And the madness in their eyes
Said his angel will arise
That’s what they know: «Holy Lord it’s over, oh God
We have done no wrong
So we go where we belong
To the neverending dream
But for those who lived in sin»
They claim to know: «Holy Lord it’s over, oh God.»

El protagonista empieza a preguntarse si ha hecho bien. Las dudas, ese eterno acompañante del que busca…

[Papa:]

«Hey Angel, can you tell me
Will you lead us to the place
Full of heat, in the fire
For we only brought disgrace.»

El Papa se asombra y (se) pregunta qué pasará, si al final el infierno se desatará.

[Lugaid:]

«He is not the one. If they only knew.»

Preguntas retóricas.

[Obispo:]

«Hey Angel, will you take us
To the judgement of his rage
Hey will we die
For we couldn’t close the gate.»

El mismo asombro y las mismas preguntas que se hace el Papa.

[Lugaid:]

«To the knowledge as they have been told.»

Más preguntas retóricas

[Gabriel:]

«I don’t know how could I prove
Nothing but the cloven hoof
Reigning over them as well
While they keep on fighting hell
Babylon the scarlet whore has come.»

Saliendo de la fantasía, otra vez asombro contra aquellos que luchan contra el “infierno” sin darse cuenta que es el “diablo” quien los guía. Las brumas, prejuicios y demás tonterías que dominan nuestra mente.

«We are the seven, judgement of heaven
Why don’t we know: We are the angels
It’s revelation, soul castigation
Fire will burn us away
We are the seven, judgement of heaven
Why don’t we know: We are the angels
It’s revelation, soul castigation
Fire will burn us away.»

Los ángeles destructores. Nuestra propia mente andando suelta y libremente. El ego dominándonos.

[Papa:]

«Redeemer, devastion
Hope it only has been ment
For the sin of the dreamer
who broke the low you’d sent.»

Aquí vemos al Papa culpando a Gabriel. Podríamos decir que es la habitual, y triste, falta de asumción de responsabilidades.

[Lugaid:]

«He is not the one. If they only knew.»

[Jakob:]

«Hey, don’t know but i wondered:
When we lost the seal again
Maybe stoned by the incense
Do we rise or just descent.»

El maestro de Gabriel empieza a tener dudas… Las dudas, a pesar de lo que nos diga el maestro Yoda, son el principio de todo. Quien no se cuestione, seguirá estancado en la mediocridad.

[Lugaid:]

«He is not the one. If they only knew.»

[Gabriel:]

«I don’t know how could I prove
Nothing but the cloven hoof
Reigning over them as well
While they keep on fighting hell
Babylon the scarlet whore has come
We are the seven, judgement of heaven
Why don’t we know : We are the angels
It’s revelation, soul castigation
Fire will burn us away
We are the seven, judgement of heaven
Why don’t we know : We are the angels
It’s revelation, soul castigation
Fire will burn us away.»

[Torre:]

«Woe to you longing for the wisdom
Woe to you longing for the light
All my sons bring me back what is mine
Or you’ll end burning in this night
Woe to you longing for the wisdom
Woe to you longing for the light
All my sons bring me back what is mine
Or you’ll end burning in this night.»

La Torre, como se ha explicado en el resumen de la historia, reclama de vuelta los libros/sello para acabar con la locura violenta. Todo bajo amenazas. Nada que no ocurra en nuestro día a día, en nuestras interacciones. Incluso dentro de nosotros mismos.

[Gabriel:]

«Once I have been lost in what they told me to believe
Until I felt in burning deep inside to set my spirit free
And I escaped to another world to help the little men
who make me plunge into philosophy – to feel my
mind again… No one left to hold me tight – on the
`real`other side – but her in chains
 I had been alone till the madman come along
With the knowledge and silver long beard
He was the first man ever teaching how I could be free
Helping me to find – oh – the mind and the soul
They’ve been trying to hide away…
And he promised we’d help Anna if I’d help him to go all the way.»

 [Lugaid:]

«Go all the way into the world of minds
Open the gate and do not close behind
Prevent them from hiding the light away
Prevent them from tellin’ us tales
Or the end of all they scare us with will be a million empty brains…»

Gabriel relata como había sido preso de sus pensamientos y creencias hasta que conoció al viejo Lugaid. Entonces empezó su despertar. Después, Lugaid le replica (o le explica, o le guía) en qué hacer. La relación maestro – discípulo es muy fuerte en culturas orientales, y queriendo o no, Sammet la describe perfectamente en estos tres párrafos. El verdadero camino, el concepto de “avantasia”, toma rumbo.

[Gabriel:]

«I could bring you what you told me
The seal they need to close the gate forever
But still I haven’t found a meaning
Anna will we ever be together.»

Interludio que solamente cuenta detallitos de la historia  para dar paso a la gran traca final.

[Regrin:]

«You’ve been fighting for your soul
And sometimes it takes a toll
Hope one day you’ll understand
What it means to hold in hands
What they call a fantasy
It is nothing but a key
To the world that now you’re in
That they call a wicked dream.»

[Elderane:]

«When you’re walking on your own
When you’re broken and alone
You may feel us from inside –
on the other side of life.
Ohohohoh…»

[Gabriel:]

«I’ve been fighting for my soul
And sometimes it takes a toll
Hope one day we’ll understand
What it means to hold in hands
What we call a fantasy
But it’s nothing but a key
To the world that now I’m in
That we call a wicked dream
Oh, walking on my own
When I’m broken and alone
I may feel you from inside
From the other side of life.»

En tres personajes y cuatro párrafos está englobado la mente del Sammet 1998-2006, aprox. Todos son muy parecidos entre sí, la gran variación son los personajes que aparecen. Que si estás solo, que si estás roto y demás, nos puedes encontrar dentro de ti mismo. En otras palabras, la felicidad está dentro de uno mismo, no es algo externo. ¿Cuántas veces, a lo largo de la historia, se ha repetido esta afirmación? Ser (en contraposición del tener ultra consumista occidental), encontrar(te), entender(te).  Puede tener, incluso, un significado más latente si pensamos en alguien que se nos ha ido al otro mundo. ¿No es bonito eso de “puedes sentirme dentro, en la otra parte de la vida”?

No sé si creó la historia con este propósito o no (aunque, leyendo las letras de sus discos anteriores, me juego el cuello que sí), pero no me cabe duda de que Tobias se/nos plantea cuestiones que, en todas las regiones del mundo y desde la antigüedad, el hombre se ha estado preguntando a sí mismo.

La música

La canción es larga, casi 15 minutos, y no se hace pesada. Ese es uno de los grandes méritos que tiene el tema. Los coros del principio (los gritos de los creyentes) son, para varias personas, la mejor parte de del tema. Yo solo los considero una forma tremendamente buena de empezar la canción. En este inicio, la batería (los breaks) son deliciosos, como de hecho lo son durante los discos en los que Alex Holzwarth se luce de forma espectacular. Se nota que le dieron libertad para crear y pensar como un batería.

La explosión en sus últimas frases, unida a la aparición de Gabriel, ponen la música donde tiene que estar: power metal energético, no excesivamente rápido, melódico. La aparición del Papa implica un nuevo inicio, como más la canción propiamente dicha. Los teclados que adornan las melodías, justo por detrás de las voces son maravillosos. Y así llegamos al estribillo, muy marca de la casa. ¿La pega? Que es lo único del tema que tocan en directo, y eso me molesta bastante.

Volvemos a las estrofas estándar con arreglos preciosos. La variedad de cantantes le da una riqueza tremenda. En este segundo bloque de estrofas, de Feis entra como una fiera, dándole una textura poco habitual en la música de Sammet. Kiske suena aterciopelado, como no podía ser de otra forma. Y de nuevo el estribillo.

Llegamos al primer solo. O, más que solo, melodía. De nuevo, y aunque suene extraño, destaco la batería que, desde atrás, empuja. Todo desemboca en un interludio ambiental logrado con los teclados. La suavidad dará paso a la fuerza, esta vez acompañada, ligeramente, por un retumbar de los toms mientras unos murmullos nos distraen. Tensión y suavidad juntas para dar paso a un coro imponente, muy power y épico.Transmite muy bien lo que la Torre quiere decir.

Segundo solo tras otros breaks tremendos. Esta vez es el invitado Tolkki (también la voz de la Torre) quien se lo casca. Nada del otro mundo, pero le va bien.

Unos acordes de piano traen alegría mientras Gabriel nos cuenta su despertar. Allegro ma non troppo, ya que será en la segunda estrofa cuando el resto de instrumentos harán presencia para dar más vida a la canción.

Otro break da paso a lo que, para mí, da sentido a que esta canción esté en esta sección. El final de cuatro minutos me parece apoteósico, emocionante, emocional y, quizá, lo mejor que ha compuesto Sammet en toda su puñetera vida. El tempo baja para jugar con los tres cantantes (Hansen, el malogrado Matos y el propio Sammet) explicando de qué va todo esto (canción, historia, vida…). Recuerdo la primera vez que lo escuché, las voces superponiéndose, los coros grandilocuentes envolviéndolo todo, el mensaje totalmente claro… estaba en casa de mis padres, tumbado en el sofá, Discman enchufado y libreto en mano. Ojos cada vez más hidratados, gallina de piel, como diría el holandés, y un nudo en la garganta. Un “es eso, es que es, precisamente, eso” resonando en mi cabeza, seguido de un “Tobias, cabrón, cómo puedes leer lo que siento y plasmarlo así”. El final perfecto para un tema powermetalmente perfecto. La gran obra del que debería haber recogido el testigo de Hansen y Kürsch. Nunca ha vuelto a componer nada tan jodidamente bueno.

Xavi Prat
Sobre Xavi Prat 383 Artículos
Llevo en esto del heavy más de media vida. Helloween y Rhapsody dieron paso a Whitesnake y Eclipse, pero Kiske sigue siendo Dios. Como no sólo de música vive el hombre, la literatura, Juego de Tronos y los tatuajes cierran el círculo. Algunas personas dicen que soy el puto amo, pero habrá que preguntarles por qué.