Canciones perfectas: «Daniel» de Elton John

La madrugada del último día de enero de 1968 las fuerzas comunistas de Vietnam del Norte iniciaron la ofensiva de Tet, la campaña militar que marcó el punto de inflexión de la Guerra de Vietnam y que toma su nombre de la celebración del año lunar vietnamita. Fue una operación ejecutada por el ejército de este territorio y el Vietcong contra las fuerzas aliadas lideradas por Estados Unidos.

El ataque fue un fracaso de los comunistas, pero tuvo un fuerte efecto en el gobierno de la Casa Blanca a raíz de la conmoción que generó entre la población estadounidense, a la que habían hecho creer que los norvietnamitas estaban siendo derrotados y que no tenían capacidad para emprender tan ambiciosa ofensiva militar. Fruto de esta situación, el apoyo de los ciudadanos de Estados Unidos a la guerra empezó a menguar y el gobierno de Richard Nixon tuvo que empezar las negociaciones para ponerle fin.

«Daniel», el concepto antibelicista

Es en este contexto cuando en enero de 1973 aparece “Daniel”, una canción grabada en junio del año anterior, que relata la historia de un veterano de esta guerra que vuelve a casa con el único deseo de olvidar las atrocidades vividas durante su participación en el campo de batalla. Su necesidad de borrar de la memoria esa traumática experiencia le lleva a dejar de lado todos los homenajes y centrarse en recuperar una existencia tranquila. La letra de “Daniel” fue escrita por Bernie Taupin, colaborador habitual de Elton John y autor de la mayoría de las letras de los grandes temas del cantante británico.

Taupin había quedado impactado por un artículo que había leído en la revista Time sobre la ofensiva de Tet. El reportaje incluía la historia de los soldados que volvían de Vietnam avergonzados por la adulación y los honores con los que eran recibidos, cuando la mayoría de ellos lo que querían era sólo recuperar la normalidad de sus vidas. A Taupin le pareció un tema muy interesante sobre el que escribir y así fue como concibió la letra de “Daniel”.

Cuando Elton John compuso su música consideró que la canción era demasiado larga. así que recortó el último verso donde se explicaba que el protagonista era veterinario y que, al no poder deshacerse de los fantasmas de la guerra una vez instalado de nuevo en su granja, decidía abandonar Estados Unidos para irse a España (país que se menciona al final de la segunda frase de la canción, después de: “Daniel is traveling tonight on a plane” o, lo que es lo mismo, “Daniel viaja esta noche en un avión”.

Taupin explicó años después que perder el contexto de esta última parte del texto no fue un gran problema, pero cuando salió a la luz que se había hecho este recorte se generó la sensación entre los fans de Elton John que el fragmento eliminado era lo que realmente explicaba el significado del tema. El letrista lo negó siempre, pero sus palabras se interpretaron como un intento por esconder un secreto que no quería que se supiera.

A partir de ahí, surgieron las típicas y tópicas leyendas urbanas sobre el sentido real de “Daniel” las cuales generaron todo tipo de especulaciones que iban desde que Elton John estuviera cantándole a un amante llamado Daniel que había conocido en España, aunque en su letra se dice que él todavía no había estado nunca: “They say Spain is pretty though I’ve never been” (“Dicen que España es bonita aunque yo nunca he estado allí”), hasta que el tal Daniel fuera un colega (también español) que le ayudó a liberarse de su dependencia del alcohol.

Para engordar la ya ingente lista de deducciones, basta con hacer una pequeña búsqueda por internet donde una vez más se podrá comprobar que la desbordante imaginación de la gente, que para estas cosas no tiene límite, hizo el resto…

Conclusión

Pero… ¿por qué España? Fácil, señoras y señores; niños y niñas. Taupin eligió a España (Spain), simple y llanamente porque rima a la perfección con la palabra “avión” (plane) y ésta y no otra cosa extraña más, es la razón por la cual España forma parte de la letra de “Daniel”; así que, de especulaciones, las justas. Dispongámonos pues a escuchar una vez más esta maravilla y dejémonos atrapar de nuevo por su magia.