Crónica y fotos del Primavera Sound - Parc del Fòrum (Barcelona), 9 de junio de 2018

Y de como Arctic Monkeys devoran el Primavera Sound 2018 a su antojo con el permiso de Watain

Datos del Concierto

Primavera Sound

Bandas:
Arctic Monkeys + Watain + Sumac + Lift to Experience + Dead Cross y más
 
Fecha: 9 de junio de 2018
Lugar: Parc del Fòrum (Barcelona)
Promotora: Primavera Sound
Asistencia aproximada: Muchas personas

Fotos

Fotos por Kashyyyk (Science of Noise) + Paco Amate, Sergio Albert, Garbiñe Irízar (Primavera Sound)

Nuestra Previa

Arctic Monkeys – Tranquility Base Hotel & Casino

Arctic Monkeys perfeccionaron el sonido indie con Whatever People Say I Am, That’s What I’m Not, su debut de 2006, asentaron su sonido y ocuparon rápidamente el trono un año más tarde con Favourite Worst Nightmare. Años más tarde vieron

Entrevista a Jordi Subidas, bajista de La Banda Trapera del Río: ‘Las etiquetas son letales, te encorsetan e impiden que fluya la creatividad’

La Banda Trapera del Río goce del reconocimiento que merece. Pioneros absolutos del punk de aquí, una carrera algo irregular y tormentosa ha hecho que sus canciones y su figura no hayan alcanzado el estátus de otras bandas con menos

Anna Von Hausswolff – Dead Magic

No os culpéis si el nombre de Anna Von Hausswolff no os suena de nada pues su clara tendencia e intención inmediata es la de salir del anonimato para copar la cúspide del sub estilo dark ambient o dark wave

Watain – Trident Wolf Eclipse

El sexto álbum de los suecos Watain es una gran declaración de intenciones. Tras los dos últimos álbumes menos acertados y sobretodo distanciándose del polémico The Wild Hunt (2013), la banda de black metal da un puñetazo sobre la mesa

Desgranando el cartel del Primavera Sound

Primavera Sound presume de reunir en sus carteles las últimas propuestas musicales del ámbito independiente junto a artistas de contrastada trayectoria, abarcando cualquier estilo o género, buscando la calidad y apostando esencialmente por el pop, el rock y las tendencias más

La última jornada del Primavera Sound 2018 traía a algunos de los platos más fuertes de todo el cartel. Capitaneado por Alex Turner y sus Arctic Monkeys y secundado por el glamour de Lorde y la palabrería trapera de A$ap Rocky, la jornada final también contaba con una buena dosis de metal de la mano de Dead Cross, Sumac y Watain.

Arrancando en mainstage con la ternura de la madrileña Christina Rosenvinge, el sol de Junio hacía acto de presencia en la gran explanada donde las sombras estaban caras. Poca afluencia de público en parte por el horario y en parte porqué los extranjeros no acostumbran a ir a ver artistas nacionales. En tres cuartos de hora la artista nos deleitó con sus melódicos temas, ya fuera tras las cuerdas de su guitarra o interpretando en el piano. Christina acaba de publicar nuevo trabajo, titulado Un hombre rubio y nos presentó algunos de sus nuevos temas en un delicado concierto ideal para introducir al primero de los artistas más esperados del sábado.

Ni más ni menos que Will Toledo al mando de unos Car Seat Headrest que están en boca de todos por su nuevo trabajo, el impecable Twin Fantasy que se está colocando y afirmando como uno de los candidatos a ocupar el podio de los mejores discos de 2018. Arrancando un show marcado por el calor insoportable y con los artistas cara al sol, «Crosseyed and Painless», una versión del tema de Talking Heads hizo enloquecer al público, una locura que no decayó a lo largo de unos 45 minutos de exquisitez indie. Su anterior disco Teens of Denial fue el vencedor de la tarde, pues cuatro de sus temas fueron soltados por Will Toledo sin ni siquiera despeinarse. Gran show de los americanos que dejaron un gran sabor de boca.

Momentos para desplazarnos al pequeño recinto cerrado de la Warehouse dónde Liminal, el proyecto sonoro de Jónsi (lider de Sigur Rós), Alex Somers y Paul Corley cogia forma por segundo día consecutivo. Liminal es un viaje por los paisajes musicales de Sigur Rós y otras maravillas de la naturaleza en busca de sus elementos más ambientales e hipnóticos. El espectáculo Soundbath combina voces e instrumentación en directo, efectos especiales y manipulación de cintas, ecos lejanos y presencias cercanas. Antes por eso de entrar, una larga larga cola de interesados esperaba su turno para degustar tal fusión y la verdad es que, pese al minimalismo de la propuesta, valía mucho la pena. En una casi total oscuridad (solo se intuían siluetas) con el público sentado en la sala, la capacidad de abrir nuevos horizontes es un constante en las intenciones del islandés Jónsi. Solo la paciencia era tu peor enemigo y más sabiendo que en Apple Stage estaban arrasando Lift to Experience.

Los tejanos, con sólo un álbum grabado hace mas de 15 años, son una de las influencias más grandes del post-rock americano. Su trabajo de 90 minutos de música conceptual es una delicia y su directo fue toda una sorpresa pues estuvo enrome pese a solo llegar a tiempo de degustar la mitad del show. Guitarra y bajo rasgados con pasión, batería atronadora y unas voces impecables dejaron el sabor de ser una de las bandas sorpresa de esta edición del festival.

Bajando al Ray-Ban stage aparecía en escena el personaje Ariel Pink, vestido con una camiseta de Call of Duty realmente parecía que venia de viciarse un rato al juego antes de subir al escenario. Loco como él solo, el Frank Zappa del siglo XXI deleitó a un público dispuesto a gozar con su estilo único donde la psicodelia, folk, funk y post-punk se entremezclan en un pupurri difícil de cuajar pero representado fielmente por el americano.

El dream pop de Slowdive aparecía por fin en escena en el que seguramente sería uno de los mejores shows del sábado, sobretodo teniendo como referencia el show que hicieron los británicos hace unos meses en la Sala Apolo. Y vaya si fue uno de los mejores shows del sábado, la calidad de más de 20 años en la cima de un estilo como el shoegaze se nota sobre las tablas y la comunión entre artistas y artista vs. Público se hace más que evidente. Pese a tener a los fans con el corazon en un puño por problemas con el viaje desde Londres, la presencia de Slowdive en el cartel es un valor seguro de calidad, en la hora programada interpretaron hasta cuatro temas de su último trabajo, el homónimo Slowdive, y nos hicieron viajar al pasado honrando con tres temas de Souvlaki sin olvidarse de los discos Pygmalion y Just for a Day. Y como siempre, el juego de luces fue sublime. Increíble el show de los británicos que calentaban bien el ambiente de cara a lo que venia más tarde.

Pero solapados con el shoegaze de Slowdive, en adidas Originals se preparaban para recibir a los anticristos. Watain actuaban en el festival en el pequeño escenario frente al mar. El motivo de la visita de los blackers era la presentación de su último trabajo, el notable Trident Wolf Eclipse. Poca asistencia entre la que los metaleros y algunos que otros curiosos se apilaban en las primeras filas para poder ver de cerca la destrucción que nos tienen acostumbrados los suecos. Poco tiempo era el que tenian el cuarteto pero suficiente para regalarnos un show equilibrado y potente, con litros de sangre y moshpits entre el público. «Nuclear Alchemy» encandiló al público mientras que las más antiguas «Devil’s Blood» y la brutal «Malfeitor» hicieron gozar de lo lindo a los verdaderos fans de la banda reunidos en un atípico emplazamiento.

Momentos ya de pensar en como aposentarse frente a mainstage esperando el arranque de los Arctic Monkeys casi una hora más tarde, pero la experiencia en el festival hace que si quieres ver a una banda como Arctic Monkeys en condiciones es necesario sacrificar una hora de festival, en este caso la damnificada fue Lorde. Tras la larga espera llegaba el turno de Alex Turner, los nervios se notaban en una muchedumbre que cada vez apretaba más y más y el nivel de agobio ya empezaba a notarse varios minutos antes de que empezara el espectáculo. Y puntualmente entraban los de Sheffield con las notas de «Four out of Five», el temazo de su último disco Tranquility Base Hotel & Casino. La maquinaria parecía engrasada, el sonido aún mejorable, parecía bueno, las luces y el escenario muy minimalista (los Arctic Monkeys han madurado y de qué manera) y Alex Turner convertido ya en el rockstar del siglo XXI. Pese que poca gente apoya el cambio de rumbo de su nuevo disco es curioso como todo el mundo canta sus temas a pulmón, pues hasta cinco cortes rascaron de dicho disco: «Batphone», «One Point Perspective», «She Looks Like Fun», la homónima «Tranquility Base» y la citada apertura «Four out of Five». Tras el inmejorable arranque, la loca y rápida «Brainstorm» y «I bet you look good on the Dancefloor» hicieron enloquecer al público y la avalancha humana dirección escenario fue una realidad. Tras poder escapar de la muchedumbre y ya en un sitio relativamente más tranquilo, los temas míticos del disco AM fueron pasando sin tregua por los instrumentos de unos Arctic algo estáticos pero con un Turner estelar tras la guitarra, tras el piano y tras los micros. «Arabela» enamoró y «Do I Wanna Know?» , convertida ya en el himno de la banda, remató un impecable show no apto para haters. Tras un breve parón llegó el turno del esperado bis con «Batphone», «The View from the Afternoon» y el cierre con «R U Mine?» También del disco AM. Sonora despedida de unos fans enloquecidos que acababan de ver como esa gran banda adolescente ya es adulta y sus conciertos mezclan el sabor de la juventud de sus primeros temas con clase y la pasión de los dos últimos discos con una harmonía sobrecogedora.

La única pega del concierto de los Monkeys sería el terrible y doloroso solape con los Dead Cross de Mike Patton y Dave Lombardo… La recta final del Primavera Sound empezaba ya con la sensación de que el festival ya había cumplido con creces lo que un servidor esperaba de él. A partir de aquí ya todo sería de regalo.

Y el regalo nos lo hizo Sumac. Los mitad canadienses mitad norteamericanos arrasaron en el adidas Stage con un sludge impecable y absorbente. El trío es poco conocido en Europa pero gozan en su país natal de una popularidad increíble. Sus dos discos son un puñetazo en la cara con riffs acojonantes y su directo impecable a base de notas alargadas hasta el infinito (por momentos Sunn o))) parecía impregnar el ambiente) . Capitaneados por Aaron Tuner y secundado por Brain Cook en el magistral bajo y Nick Yacyshyn en la batería, la banda de Vashon se creció en el adidas Stage pese a la poca afluencia de un público que empezaba a posicionarse entre la electrónica de la zona Bacardi, el dream pop de unos pujantes Beach House y el irse a casa y cerrar ya el festival.

Nuestra última parada fue para degustar a Beach House, banda que nos absorbió en la edición de 2016 y que haría lo mismo este año. Su nuevo e impecable álbum “7” es una muestra de que la creatividad de la banda no conoce límites y se postulan como una de las mejores bandas de 2018. Su directo, apasionado, bello y perfectamente interpretado cuajó como el mejor cierre posible de festival. Basaron la mitad del show presentado temas nuevos y la otra mitad recuperando sus mejores clásicos, sobretodo del disco Bloom, para muchos su obra magna y uno de los mejores discos de dream pop de la historia.

Y momento ya de cerrar esta etapa en el Primavera Sound, una edición que se antojaba poco atractiva y que ha resultado ser una grata sorpresa. Con la consagración de artistas como Arctic Monkeys o Nick Cave o las sorpresas como Sumac, Haim, Mogwai o Zeal and Ardor, suma de bandas que ha logrado equilibrar un festival cada vez más mainstream y orientado hacia el público foráneo. Con mejoras en tema sonido y servicios pero con la sensación habitual que el recinto del Forum no esta pensado para tanto escenario y tantas distancias entre ellos. También relevante el tema de los solapes, algunos muy dolorosos teniendo en cuenta la proximidad entre bandas solapadas como fue el momento The National vs Mogwai. Dicho esto, nos despedimos de un Primavera Sound que aprueba con nota esta edición y anuncia ya las fechas para la edición 2019.

Beto Lagarda
Sobre Beto Lagarda 927 Artículos
Rock en todas sus extensiones