Crónica y fotos del concierto de We Exist Even Dead + Against the Inspiration + Astray Valley - Sala Nau B1 (Granollers), 16 de junio de 2018

We Exist Even Dead lideran una contundente invasión de metalcore en Granollers

Datos del Concierto

Bandas:
We Exist Even Dead + Against the Inspiration + Astray Valley
 
Fecha: 16 de junio de 2018
Lugar: Sala Nau B1 (Granollers)
Promotora: ASGRAM / Musik'n'viu
Asistencia aproximada: 60 personas

Fotos

Fotos por Albert Vila

Dentro del contexto del festival Musik’N’Viu, y dando el contrapunto a la anual «Nit de Llops» que tiene lugar cada diciembre, los chicos de la ASGRAM de Granollers se animaron a volver a llenar la capital vallesana de metalcore y metal moderno. Si hace unos seis meses habíamos podido ver a Arcanus, Last Dissonance y Red Raw en un conciertazo que me dejó verdaderamente impresionado, en esta ocasión los encargados de intentar congregar a la metalada más jovenzuela de la ciudad fueron tres jóvenes bandas catalanas pujantes dentro del estilo: We Exist Even Dead, Against the Inspiration y Astray Valley.

Ya aviso de buenas a primeras que ni el metalcore ni el deathcore, sobreotodo en sus versiones más modernas, no son ni muchísimo menos mis estilos de referencia, y quizás por mi condición de casi (para algunos, totalmente) puretilla, no acabo de conectar con el género más allá de bandas muy concretas como Parkway Drive, As I Lay Dying, August Burns Red o Architects. Así pues, la razón principal de mi asistencia viene más motivada por mis ganas de apoyar este tipo de eventos que ocurren en mi ciudad (y más después de que me tuviera que saltar los dos últimos bolazos que tuvieron lugar en Campanar de Canovelles) que no a ninguna pasión desmedida por las bandas que copaban el cartel de hoy. Aún así, por supuesto, me acerqué a la inmensa Nau B1 con todas las ganas de disfrutar y de que estas tres bandas me abrieran los ojos a las bondades del estilo.

Por cierto, que los granollerenses nos solemos quejar que en nuestra comarca el rock y los conciertos en general brillan por su ausencia. Pues bien, hoy nos tenemos que tragar esas palabras con patatas, ya que este evento tuvo que competir en el calendario con otras dos propuestas más que interesantes a menos de diez kilómetros de distancia: el Vallès es Crema en Montornès del Vallès, con el gran reclamo de Vitamin X en la carismática masia de Can Masferrer, y el Cornucopia Fest, festival de death metal que tiene lugar cada año en Parets del Vallès, y que en esta ocasión tenía a los germanos Cytotoxin y Korpse como cabezas de cartel. Quizás por este motivo, y aunque a lo mejor no se trate de estilos que se solapen del todo entre los gustos de cada subfauna metalera, la granollerense Nau B1 (que ya de por sí se vé desangelada si no está llena) presentó un aspecto algo más pobre de lo esperado a pesar de tratarse de un evento gratuito, agrupando una sesentena de personas en su mejor momento.

Astray Valley

No sé si os pasa a vosotros, pero en mi caso, lo más normal es que cuanto más cerca esté de un sitio, más tarde llegue. Y así como rara es la ocasión en que al bajar a un concierto a Barcelona no esté ahí como un clavo diez minutos antes de que empiecen los primeros teloneros, hoy llegué cuando los colomenses Astray Valley ya habían interpretado sus dos o tres primeras canciones. Por ello, creo que me perdí (de hecho no lo verifiqué) algun tipo de performance o mascarada con unos voluminosos cuernos de ciervo que posaban a los pies de la feroz y activa vocalista Clau Violette.

Personalmente, conocí a esta banda cuando les tocó abrir el Rock Fest del año pasado, y aunque ese día lo dieron todo y no me desagradaron para nada, el gigantesco escenario de Can Zam se les quedó un poco grande. Hoy, sin embargo, consiguieron llenar el también generoso espacio que les ofreció la B1 sin demasiados problemas, gracias en gran parte a la personalidad arrolladora y la larguísima pelambrera pelirroja de su cantante, pero también a la contudente presencia escénica de su sección instrumental. Una pena que esa contundencia no se acabara de reflejar en el sonido que salía por los altavoces, que en su caso fue un pelín más hueco de lo que me hubiera gustado.

La banda venía a presentar su primer disco, titulado Unneth y publicado precisamente el día antes, del que sonaron temas como la trallera «Singularity» o el buen single «Constellations», canciones que, a parte de tener el mismo título que sendos temas de precisamente Architects y August Burns Red, parecieron convencer a un público que se los miraba con atención e interés pero que, en su mayor parte, se seguía manteniendo en la distancia viéndolas venir. Después de unos cortos 35 minutos (de los que yo no ví más que veinte), Astray Valley se bajaron del escenario y me dejaron con una cierta sensación de coitus interruptus que no tardó en desvanecerse ante la presencia de las demás bandas de la noche.

Against the Inspiration

Las tres bandas que formaban el cartel de hoy eran muy jóvenes (como bandas y como personas) y se caracterizan por practicar un estilo muy moderno que no suele gozar del favor de las generaciones de metaleros más veteranas. Por ello, tenía curiosidad por ver cuál iba a ser la respuesta de hoy entre esas generaciones, teniendo en cuenta además que se trataba de un concierto gratuito. Y, efectivamente, salvo honrosas excepciones, el público que consiguieron congregar también era muy joven. Otra curiosidad es que también había más fotógrafos de los que recuerdo haber visto antes en esta sala, incluso más que en conciertos de más enjundia y con muchisimo más público como son ’77 o Obeses. Y eso que las luces fueron bastante peores para los fotógrafos de lo que estamos acostumbrados.

Los segundos en subir al escenario fueron los sabadellenses Against the Inspiration. Podría hacerlo, pero tampoco me parece necesario adornarlo demasiado: su música no me gusta. Ni sobre el papel ni tampoco en directo. No es culpa suya, ojo, ellos hacen lo que creen de forma perfectamente honesta, técnicamente son impecables y tienen una puesta en escena potente y rebosante de energía, pero la inmensa mayoría de trucos del metalcore y deathcore que usan para desarrollar su propuesta me resultan genéricos y, en definitiva, no me entran en absoluto.

Quizás molan, no os digo que no, pero no son para mí. La gente los vió un paso más adelante y con algo más de actividad que sus predecesores (wall of death voluntarioso pero un poco pírrico incluido), así que entiendo que lo hicieron bien, pero ni tan siquiera la versión de Architects con la que se atrevieron en la recta final consiguió que conectara con ellos. No os toméis esto como una crítica negativa, sino más bien como un NS/NC.

We Exist Even Dead

Aunque siguen abanderando el mismo estilo, la verdad es que lo de We Exist Even Dead es harina de otro costal. Con solo dos años de vida y una calidad técnica impecable, una actitud brutal y una energía contagiosa, los de Rubí se marcaron un concierto verdaderamente imponente. Aunque musicalmente siguieran sin volverme loco, no me costó tanto conectar con el torbellino sin control que pudimos ver sobre el escenario. De la misma manera, la gente no dudó en dar dos pasos más para colocarse justo en frente del escenario y poder gozar con los berridos y los guitarrazos del quinteto vallesano.

A parte de Arthur en su papel de poderoso vocalista que no escatimó una gota de sudor para desgañitarse tema tras tema, la presencia de Guille al bajo y a las voces limpias resultó especialmente protagonista y magnética, tanto encima del escenario como, tal y como ocurrió en la canción que sirvió como bis, desde enmedio de la pista, rodeado por unos pocos fans entregados y enloquecidos a la tralla sin cuartel que estaba soltando una banda absolutamente convencida con lo que hace.

Para un puretilla como yo, casi al borde de los cuarenta, esos bailoteos llenos de remolinos y de movimientos de brazos espasmódicos típicos del deathcore (creo que tienen un nombre que no alcanzo a recordar) me resultan prácticamente tan alienos como el twerking que emociona a otros sectores de la juventud con bastante menos criterio musical, pero pese a ello, celebro encarecidamente su existencia. Al igual que celebro que haya bandas, como éstas, que se dediquen a explorar nuevas vertientes dentro del metal y el rock extremo y que a nosotros, hijos de los noventa, nos cueste entenderlas. Así ha sido siempre, y así debe de seguir siendo.

Sea como fuere, We Exist Even Dead (conocidos también como Weed – que quiere decir «hierba») fueron desgranando canciones pertenecientes al compacto y potente Eventide, el único larga duración que han editado hasta la fecha. Lo hicieron de forma concisa, precisa y brutal, mientras entre tema y tema el batería Moshmann se dedicaba a dejarse ir con ritmos bailables y desenfadados que generaron un contraste brutal y que fueron recibidos con sonrisas por parte del público y también de sus compañeros.

La banda catalana, además, ha acabado resultando ganadora del prestigioso y competitivo Band Contest del Resurrection Fest junto a Ella la Rabia y River Crow, y la verdad es que, visto lo visto hoy, y a pesar de no haberme conseguido convertir a la religión del metalcore, veo clarísimo que no desentonarán para nada sobre uno de los escenarios de Viveiro, en el que compartirán cartel con un montón de bandas del underground catalán como Malämmar, Ósserp o Ánteros, demostrando de nuevo el buen momento que vivimos. ¡Muchas felicidades y disfrutad de la experiencia! Yo, mientras tanto, esperaré a la próxima Nit de Llops para ver si poco a poco consigo mirarme el género con mejores ojos.

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Sobre Albert Vila 951 Artículos
Siempre me ha encantado escribir y siempre me ha encantado el rock, el metal y muchos más estilos. De hecho, me gustan tantos estilos y tantas bandas que he llegado a pensar que he perdido completamente el criterio, pero es que hay tanta buena música ahí fuera que es imposible no seguirse sorprendiendo día a día. Tengo una verborrea incontenible y me gusta inventarme palabras. Si habéis llegado hasta aquí, seguro que ya os habéis dado cuenta.