¿Qué ha significado Pink Floyd para los músicos progresivos de aquí? (II)

Entre los años 1965 a 1994 (y un poco más allá), Pink Floyd (en todas sus formas y tamaños) era el epítome de las psicodelia y del rock progresivo. Unos maestros de todo lo que cosechaban y sembraban. A modo de resumen práctico: una banda grandiosa que fue arrancada de alguna máquina del tiempo, que les llevó más allá de su época creando y dándole un nuevo sonido y significado a la música rock.

Ayer os adelantamos la primera parte de este reportaje, y con esta segunda entrega completamos nuestro tributo a los británicos. Una treintena de bandas progresivas de nuestra escena nos hablan de la influencia (o no) de los grandes Pink Floyd en su música.

“The child is grown, the dream is gone.”


Pink Floyd ha ejercido en mí una influencia más a nivel conceptual que en términos musicales propiamente dichos, y lo digo en el sentido de intentar buscar un estilo personal, original, libre, sin seguir unas normas preestablecidas, con una actitud de riesgo donde prevalecen las ideas por encima de la técnica y sin ningún miedo a experimentar con la música. Podríamos decir que han sido una banda importante para abrir y expandir mis límites mentales o romper ciertas barreras y tabús musicales previamente adquiridos.

¿Álbum? Wish You Were Here (1975) porque me parecen el álbum donde conviven mejor las dos almas de Pink Floyd. Por un lado mantiene el punto experimental más típico de sus primeros trabajos, pero sin perder de vista una cierta accesibilidad musical que se haría mucho más patente en obras posteriores. Es un álbum consistente y coherente que contiene unas canciones redondas, no es excesivamente largo y suena progresivo, pero sin caer en la pretenciosidad… no se me ocurre otra frase mejor para definirlo que «Everything in its right place», parafraseando a Radiohead. «Shine On You Crazy Diamond» porque es una canción que emocionalmente me llena mucho, me transmite un halo de melancolía que deja aflorar en mí unas sensaciones agridulces, pero a la vez placenteras para mis oídos… aunque a una pieza como «Echoes» tampoco le haría ascos.

Xavi Orga (dCoded)


Creo que la enseñanza más fascinante de Pink Floyd es comprobar como en su música consiguen, a partir de elementos muy sencillos, desarrollar un discurso muy sólido, con una tensión que no decae aunque se prolongue durante minutos y minutos, y con muchísima emoción. Creo que la palabra que mejor los define es musicalidad. ¡Identificar todo esto en la música de Pink Floyd es bastante fácil, llevarlo a la práctica ya no tanto!

Hay muchos temas muy interesantes de épocas diferentes de Pink Floyd, muchos de ellos con razones muy poderosas para ser destacados. A mí personalmente me fascinan mucho aquellos tiempos del rock psicodélico de finales de los 60, así que voy a elegir el disco A Saucerful Of Secrets (1968), y el segundo tema de ese mismo disco «Remember A Day», del cual me parece todo maravilloso, la batería, la guitarra, la melodía, el color de las voces, los arpegios… ¡y tiene una dinámica que me vuelve loco! Y si se puede hacer un poco de trampa y hablar de cosas en directo, también destacaría la mitad en directo de Ummagumma (1969) y la película Live At Pompeii (1972), entran hasta el fondo de tu cerebro.

Ricardo Castro (Amoeba Split)


Pink Floyd tuvo una gran influencia a la hora de desarrollar improvisaciones con El Tubo Elástico, sobre todo en su aspecto más innovador y psicodélico.

Sin duda, The Dark Side Of The Moon (1973) y Wish You Were Here (1975) son referencias muy importantes, pero su directo en Pompeya, Live At Pompeii (1972), con el tema «Echoes» es algo que todos llevamos dentro, muy dentro nuestro.

Daniel González (El Tubo Elástico)

 


En Beagle hacemos más jazz fusión y rock, incluso yo personalmente soy bastante metal. Pero se ha de reconocer que Pink Floyd ha hecho llegar a la gente piezas con grandes fragmentos instrumentales. Varias generaciones han visto como natural que haya minutos de música sin ninguna voz presente y eso, las bandas que hacemos música instrumental, se lo tenemos que agradecer.

Como pieza, destacaría «Money», ya que conseguir que la gente cante un 7/4 sin saber que lo está haciendo, y además hacerlo de una manera tan natural, tiene mucho mérito.

Jose Perciba (Beagle)


Mi primer contacto con Pink Floyd fue cuando se publicó The Dark Side Of The Moon, en 1973. Creo que no había cumplido diez años, pero ya me encantaba el progresivo. Me cautivó de entrada la portada hecha por el colectivo Hipgnosis, los pósters y pegatinas… Después, la creatividad en los enfoques tan diversos de las canciones y la estructura semi conceptual. Cuando salió Wish You Were Here (1975) se confirmaron todas mis expectativas. Un primo mío tenía las cintas de Ummagumma (1969) y allí empezó mi viaje hacia atrás. Pink Floyd tiene unas etapas tan diferentes en el modo de abordar la creación musical que tenemos la suerte de disfrutar casi de media docena de grupos diferentes. Las influencias musicales directas creo que son bastantes y tengo que pensarlas porque están muy interiorizadas. La larga intro de «Shine On You Crazy Diamond» me mostró como aunar música electrónica a lo Berlin School con rock, blues y hasta una cierta comercialidad. Casi nada, ¡qué fenómenos! Después, pensando ya en la música de Rivendel, las estructuras de improvisación llena de progresión de las primeras épocas de Pink Floyd sirvieron como modelos sobre las que probar nuestra propia capacidad creativa. También los conceptos: la forma de estructurar discos, las imaginerías tan sugerentes…

Mi disco favorito es Wish You Were Here (1975) porque es para mí el paradigma de disco perfecto. Aparte de las canciones, me encanta la estructura, la producción, el sonido, el equilibrio WatersGilmourWright en la escritura… todo. Mi canción favorita sin embargo es «Echoes». Tengo la sensación de que está en el centro geográfico de la obra de Pink Floyd. Y a pesar de la experimentación es increíblemente cálida y orgánica. Yendo más lejos hasta diría que mi «Echoes» favorito es el de Live At Pompeii (1972). Y más que mi «Echoes» favorito, el de Pompeya sería hasta mi Floyd favorito.

Óscar Belío (Rivendel)


Es inevitable, teniendo una banda de rock progresivo en este siglo, no haber mamado del legado de Pink Floyd, así como otras bandas del progresivo de los 60 o 70. Es más, hoy día, en conciertos de Mártires del Compás, hacemos guiños de algún tema de ellos, como «Wish You Were Here». Con Malabriega hay acordes que te pueden transportar a recordarlos, pero intentamos no hacer algo que te pueda comparar con nadie. Por mi edad me tocó vivir los 70 intensamente, y tras la muerte del dictador, se abrió culturalmente España, dando paso a la música anglosajona, y Pink Floyd llevaban el cetro de todo lo que llegaba de allí…

Como álbum, me quedo con Animals (1977), quizá porque fue el que me llevó a amar el progresivo, aunque depende del álbum; me transporta a una etapa de mi vida. Como canción me quedo con «The Great Gig In The Sky», que me parece la canción más hermosa del mundo. Además, es un tema que está compuesto sobre la marcha. En un principio no había coros; esta historia está en Youtube. La recomiendo, ahí vemos cómo trabajaba el grupo y su forma de componer y de escribir las canciones.

Manuel Soto «Noly» (Malabriega, Mártires del Compás)


La influencia de una banda como Pink Floyd en Amoeba Split puede parecer muy distante, pero es mucho más cercana de lo que se piensa. Su espacialidad y melancolía, la elección del acorde preciso, esperar al momento conveniente para desarrollar el discurso musical, etc. Todas esas cosas han sido siempre fundacionales para nosotros desde el principio, son como los Diez Mandamientos. De hecho, siempre he creído que en el prog los Floyd son (junto a King Crimson) nuestros Beatles, así que poco hay más que añadir. En cuanto a la influencia en mi persona, por ser bajista está claro que Roger Waters es una referencia. Aún pareciéndome limitado en un primer momento, me ha enseñado con el tiempo a decir más con menos, lo cual es complicadísimo de interiorizar.

Siempre me han apasionado los temas largos de Pink Floyd («Atom Heart Mother», «Echoes»), pero pertenecen a discos no demasiado homogéneos o no del todo cohesionados. Por tanto, aunque parezca una decisión muy obvia, me quedo finalmente con el disco The Dark Side Of The Moon (1973), para mí, sin duda, su obra más completa y acabada (de hecho, pocos discos existen tan sólidos de principio a fin, independientemente de estilos o épocas). Como mejor canción, también dentro de ese disco, mi elección es «Us And Them», un tema que siempre me ha impactado, entre otras cosas, por representar la síntesis perfecta de la colaboración de todos los miembros de la banda en su mejor momento.

Alberto Villarroya (Amoeba Split)


En mí ha sido una gran influencia, ya que admiro su forma de sonar como grupo y que es un grupo cuyos miembros no pueden ser reemplazados.

Me quedo con The Wall (1979), pues es un disco que describe una realidad y está muy bien representado. En cuanto a canción, mi elección es «Echoes» que, en mi opinión, representa un punto de inflexión compositiva en el grupo.

Iván Tachella (The Third Grade)

 


Pink Floyd supone uno de los pilares fundamentales en los que se sustentan las bases de la música que se hace en el género actualmente (quitando las vertientes más metálicas y técnicas). A mí, personalmente, su componente psicodélico me influenció bastante en mis primeras etapas como guitarrista. La influencia no parte por ellos solo, sino que además otros grupos que a su vez se vieron influenciados por ellos, también me han influenciado. Tal como dijo Steven Wilson «el secreto que hace grandes a Pink Floyd sobre otras bandas del género es el hecho de la simpleza de sus canciones», así como el hablar del comportamiento humano en lugar de optar por la ciencia ficción, dos elementos que les permitieron llegar a todo el mundo y que sus canciones se sigan escuchando actualmente. Pienso que en Malabriega son dos premisas que tienen nuestras canciones, aunque elaboremos los temas, el resultado final acaban siendo temas fácilmente escuchables y en los que la gente de a pie se puede ver reflejada.

Quizá mi disco y tema favoritos sean The Wall (1979) y «Another Brick In The Wall, Pt. 2». Tal como está estructurado el álbum (y los solos y arreglos) es magnífico, una auténtica obra de arte de principio a fin. Soy una persona más de música que de letras y la elaboración que tiene el álbum pero que a la vez sea tan sencillo me encanta. Se termina de rematar con esos solos en los que no hace falta correr y en los que cada nota vale por mil. He escogido «Another Brick In The Wall, Pt. 2» por la combinación que tiene de esa guitarra con tintes funkies, la conjunción de las partes con el coro de niños, los arreglos y ese solo magistral con el que finaliza, que la hacen, a mis oídos, una obra maestra de la música.

Joaquín Sainz (Malabriega)


Siempre hay por ahí algo de Pink Floyd revoloteando sobre la música que hace Dry River. Un claro ejemplo es el tema “Al Otro Lado” donde, además de tenerlos muy presentes en lo musical, también les hacemos un pequeño guiño en la letra del tema. Carlos Álvarez es especialmente fan de la banda, hasta el punto de haberse comprado The Endless River (2014)… jajaja. Aunque prácticamente todos los miembros de Dry River han estado fascinados por algún tema de ellos en algún momento. Mención aparte para David Gilmour que, tanto para Matías Orero como para Carlos Álvarez, es uno de sus guitarristas de cabecera.

En nuestra última reunión gastronómico-festiva estuvimos debatiendo sobre ello y parece ser que el trofeo a la mejor canción de Pink Floyd estaría entre “Shine On You Crazy Diamond” y “Comfortably Numb”. Y respecto a su mejor álbum, es cierto que es un poco extraño escoger algo que no forme parte de sus discos míticos con la formación clásica (Gilmour, Waters, Mason y Wright), pero por lo que sea el directo P·U·L·S·E (1995) nos alucina a todos por la colección de temas que tiene y por cómo están interpretados.

Dry River


Posiblemente, donde veo más influencia en nosotros, sea a través de sus titánicas producciones, que comienzan en el concepto sobre el que se sustentan sus álbumes y terminan con una puesta en escena espectacular. Obviamente cada cual lleva estas cosas a término en la medida de sus posibilidades, pero sin duda es en esto donde más nos han influido. La atención al detalle, la profunda carga conceptual y emocional detrás de cada tema, el cambio constante fruto de la exploración musical y el cuidado por el diseño son elementos característicos de la filosofía Pink Floyd con los que no nos podríamos sentir más identificados.

Si he de elegir un álbum, me quedo con Animals (1977) sin duda alguna; me enamoró desde el principio por su opresiva atmósfera y su potente mensaje político, que aún hoy día Roger Waters pasea por escenarios de todo el mundo sin haber tenido que actualizar demasiado. En cuanto a elegir una sola canción… ya me resulta más complicado, pero ahora mismo me quedaría con «Mother». Para mí es uno de los momentos cumbres de The Wall (1979), a todos los niveles, y siempre la espero pacientemente cuando escucho ese disco.

Ojete Mordaza II (Obsidian Kingdom)


Pink Floyd, posiblemente, sea la banda más influyente en la historia del rock para muchos de nosotros. Tanto en Viaje A 800 como en Atavismo ha sido y es un pilar muy importante a la hora de ver nuestra música. Es muy palpable en canciones como «Luto», «Dios Astrónomo» o «Volarás». Desde los quince o dieciséis años que vi por primera vez Live At Pompeii (1972) pude ver como el modo de hacer música no se rige a ninguna pauta, debe ser libre como se ve en ese video… aún a veces me pregunto si exista algo mejor que eso.

A día de hoy me quedaría con Meddle (1971) creo que es el punto más álgido de ellos y canciones diría dos: «Astronomy Domine» y «Echoes», pues cada una tiene lo suyo, y tanto Syd como Gilmour dejan claro su gran talento en cada una de ellas.

Jose «Pot» Moreno (Atavismo, Viaje A 800)


Para mí, el teclista sorprende mucho por su capacidad de rellenar espacios y crear atmósferas. Me gusta el batería ya que, aunque lleve un ritmo simple, las clava.

Animals (1977) es un disco que, para la época en la que se lanza es muy innovador. Me gusta que sea un disco conceptual que compara las acciones humanas con animales de granja. Como siempre, te hacen darte cuenta de la realidad de la vida. En cuanto a canción, me quedo con «Keep Talking», por su atmósfera, letra y por la energía que transmiten, que son incomparables.

Javi Masiá (The Third Grade)


Aunque me gusta mucho Pink Floyd, su estética está muy lejos de la de mi lenguaje musical y el de Kotebel. Así que en realidad, no han tenido influencia.

Mi álbum favorito es, como no, The Dark Side Of The Moon (1973), pero como muchos dirán eso, te diré que me encanta Wish You Were Here (1975) y la pieza “Shine On You Crazy Diamond”. La razón es que Pink Floyd son expertos en construir temas intensos con poquísimos recursos y esta pieza es una de las más representativas. Pocos acordes, un ritmo básico, una melodía simple y, sin embargo, consiguen una obra que proyecta mucha intensidad.

Carlos Plaza (Kotebel)


Para mí, Pink Floyd ha sido la puerta de entrada a otras muchas cosas, sobre todo al conocimiento del concepto de desarrollo largo de los temas, de la especulación de los sonidos y de lo conceptual. Personalmente ha sido una banda de referencia en un momento inicial, en realidad dejando aparte «Atom Heart Mother» sus composiciones son muy elementales pero no por ello de peor calidad. Han trabajado mucho la belleza de lo simple, alga también complicado de hacer. Para nosotros (Frutería Toñi) como banda no ha significado una influencia palpable realmente, pues nos basamos más en otras cosas, y la mayoría de ellas nada tienen que ver con el progresivo… clásica/barroca, jazz, folclore, etc. Por ejemplo a nuestro bajista, Curro García no les molan mucho dice que son el Hacendado del progresivo… jajajaja… ¡qué cabrón!

Lo del álbum es muy complicado de responder. Me encanta el primer álbum, porque amo a Syd Barret. Tenía una gracia y una magia especial. Pero más que con un álbum me quedo con Live At Pompeii (1972), que es un momento maravilloso de la banda dónde sacan oro de la formación de cuatro, sin ayudantes ni parafernalia alguna, nada más que imaginación. ¡Es maravilloso! Mis canciones favoritas son «Julia Dream» y «Echoes». Me encantan Gilmour y Wright cantando esa letra tan inspirada, con esa melodía tan maravillosa. ¡Es muy puro!

Salva Marina (Frutería Toñi, Tabletom)


Descubrí a Pink Floyd a mediados de los 90 cuando mi tío me dijo: «Escucha esto, pero hazlo con auriculares y las luces apagadas», entregándome The Wall (1979). Lo hice tal cuál y fue una experiencia totalmente diferente a la que sentí escuchando otros discos, fue como «ver» una película. Cuando te dejas atrapar por sus quince álbumes de estudio es muy difícil quedarse con una sola canción, pero «Comfortably Numb» es quizá la que más me emociona. De hecho, con Inner Side decidimos incluirla en alguno de nuestros directos y en nuestras composiciones siempre hemos tratado de acercarnos a esos pasajes tan melódicos e hipnóticos con los que David Gilmour y Roger Waters saben jugar perfectamente. Pink Floyd han sabido adaptar su estilo musical conforme al paso del tiempo. Desde la música psicodélica, hasta el rock sinfónico y progresivo. Son, entre otras cosas, conocidos por sus atmosféricas composiciones y elaboradas obras conceptuales de mediados de los 70, que han influenciado a una gran cantidad de músicos y bandas de todo el mundo como David Bowie, Dream Theater, Ayreon, Genesis o Yes, inspirando así un gran respeto por los músicos más reconocidos. Sin duda alguna, hablar de Pink Floyd es hablar de una banda que es una leyenda…

Álbum, The Wall (1979). Tema, «Comfortably Numb».

Chris Romero (Inner Side)


Siendo Pink Floyd uno de los grupos precursores del progresivo como tal, diría que cualquier banda que tienda a crear atmósferas tranquilas tiene influencia de este grupo, aunque sea de manera indirecta. Las bandas que influencian a Lemniscata son muy variadas dentro del género, pero todas ellas tienen una pizca de los Floyd. Personalmente, cuando creo algunas líneas de bajo intento buscar dibujos sencillos pero que suenen potentes y a veces me acuerdo de las de Roger Waters en este sentido.

Mi álbum favorito de Pink Floyd desde siempre ha sido Wish You Were Here (1975), porque en mi opinión recoge la esencia de lo que es el grupo. Desde canciones típicas del progresivo como «Shine On You Crazy Diamond» hasta otras con más caña como «Have A Cigar» hay psicodelia, melancolía, composiciones largas y rock de buen gusto. «Shine On You Crazy Diamond» es mi canción favorita de ellos, pero la sigue muy de cerca «Echoes Pt. I», la versión que sale en Live At Pompeii (1972).

María de los Reyes Prieto (Lemniscata)


En la banda todos somos muy admiradores de Pink Floyd… ¡como debe ser! Es más, en partes como el principio de nuestra «Memory Of The Waters», del primer disco, se ve claramente el homenaje-influencia-copia de Pink Floyd… jajaja. Evidentemente, como músicos y como seres humanos, nos ha influido su música. Poca gente de este lado no-comercial de la música puede decir hoy en día que no se haya visto influenciada por Pink Floyd en un modo u otro, como tocar pop y ser influenciado por los Beatles. A nivel personal, David Gilmour es una de mis mayores influencias como guitarrista. Sus solos comedidos, emotivos, sin una nota de más ni una de menos, su feeling, su sonido… Ese estilo de guitarra es el más cercano a mi corazón, y es en el que baso mi propio estilo y muchas de mis composiciones.

The Dark Side Of The Moon (1973), la opción evidente supongo… jajaja. Porque es uno de los mejores álbumes que se han hecho nunca. Todo en este álbum es absolutamente perfecto: la composición, la producción, el concepto, la portada icónica, la profundidad y relevancia de las maravillosas letras de Waters, la innovación, la experimentación… Todo envuelto además en un halo atemporal y de una redondez que solo consiguen los discos que acaban siendo un clásico de la historia de la música, como el A Night At The Opera (1975) de Queen o el Made In Japan (1972) de Deep Purple. Y la canción, pues para mi es fácil: «Shine On You Crazy Diamond». Adoro cada segundo de sus dos partes, es la cara de Pink Floyd con la que más me siento identificado como músico, y desde luego la que más me emociona. La versión en directo del P·U·L·S·E (1995) es una M-A-R-A-V-I-L-L-A. Llena de buen gusto, de atmósfera, con todos los instrumentos haciendo lo justo y necesario y nada más. Y un estribillo que se te queda para siempre en la memoria.

Dante “The Samurai” (Pervy Perkin)


Todo empezó con quince años, cuando escuche por primera vez a los Pink Floyd, y fue cuando a partir de ese momento siempre tuve presente el progresivo, hasta que acabé haciendo este tipo de música. Personalmente fue David Gilmour el que me influenció por la manera y el gusto en sus solos.

Wish You Were Here (1995) y la pieza que le da nombre al disco, el porqué… pues fue este álbum el que escuché primero y todavía me sigue impactando mucho.

Juan Antonio Ponce (The White Chameleon)


Personalmente, ha supuesto una gran influencia, principalmente por la manera de tocar Gilmour. En The Third Grade ha influenciado a la hora de componer, ya que enseñan cómo conseguir mucho con muy poco… y mucho gusto.

The Dark Side Of The Moon (1973) es mi disco preferido de ellos porque supone un álbum perfecto, globalmente hablando, desde principio a fin; hay que escucharlo y disfrutarlo. Y mi canción preferida es «Comfortably Numb», porque supone la mezcla perfecta de todos los elementos de Pink Floyd.

Jose Masiá (The Third Grade)


Pink Floyd forman parte de la banda sonora de mi propia vida y de mis viajes interiores por la imaginación. Como músico, su influencia es total, sobre todo la del Sr. Gilmour como músico y como compositor. Y por tanto en mi forma de tocar y componer.

Me gusta mucho un tema como «Dogs», pero me quedo con todo el disco Animals (1977), que es puro rhythm and blues para mí… pero en plan, digamos sinfónico.

Toño Cruz (Rivendel)


La verdad es que nunca había escuchado Pink Floyd hasta que me regalaron una entrada para ver el directo de Roger Waters (The Wall) y después de quedarme alucinado en mi cabeza se despertaron un montón de ideas para componer y tratar de poder hacer algún día una obra escénica como las que hacen. En Poire, sobre todo, ha influenciado a nivel vocal en canciones como «R.E.B» y el crear obras conceptuales y pasajes más atmosféricos para poder narrar una historia.

The Wall (1979) sería el disco, ya que fueron las primeras canciones que escuché y me pareció una obra fascinante, y como canción a destacar la cual estuve durante mucho tiempo escuchando «Corporal Clegg» del A Saucerful Of Secrets (1968). Sé que no es una canción como «Money» o «Run Like Hell» (que me encantan) pero tiene algo especial…

Pere Miralles (Poire)


La música de Pink Floyd me acompaña desde que era un crío, por lo que su influencia en mi música es absoluta y claramente inevitable. Su música ha sido (y todavía es capaz) de hacer que mi mente se transporte a otra dimensión.

Álbum, Wish You Were Here (1975). Tema, «Shine On You Crazy Diamond».

Chema Segoviano (Cloudmap)

 


En cuanto a banda se refiere, las líneas de bajo que grabé en el primer disco Atlantis (2015) y los solos del disco Polybius (2017). Personalmente, la inmersión completa en el mundo del disco conceptual, una película para los oídos.

Wish You Were Here (1975) es mi álbum preferido… y también es mi canción preferida, por el doble significado del deseo que personas que se fueron demasiado pronto todavía estuviesen aquí y por lo que me une a varias personas.

 

Àlex Miralles (Poire, Outside The Wall (Pink Floyd Tribute), El Gordo de Minnesota)


Sobre todo me han influido como músico a la hora de no tener miedo a las estructuras abiertas y en el hecho de huir de lo convencional.

Un álbum sería para mí The Wall (1979) por el tema conceptual, y como tema no puedo quedarme con uno, así que escojo «Shine On You Crazy Diamond» o «Echoes».

David Montón (Poire)

 


Entropía

Como banda, Pink Floyd nos ha influenciado, podríamos decir, casi más que cualquier otra banda. Sobre todo su idea de buscar nuevos sonidos y la creación de atmósferas sonoras. En ese sentido debemos agradecer a la banda inglesa todo el potencial que tuvo, no solo en los álbumes de estudio sino en sus increíbles espectáculos en directo. Por supuesto, es imposible no destacar la imaginativa de sus ideas a la hora de crear álbumes completamente conceptuales en sentido, música y aspecto. Cada disco tiene detrás un trabajo de imaginación, experimentación sonora y técnica compositiva absolutamente enorme.

De la primera época de Pink Floyd aprendimos a apreciar las incursiones de nuevos sonidos y la experimentación con diversos matices sonoros, con la loca cabeza de Syd Barrett al frente de las composiciones. De la segunda época, quisiéramos remarcar el uso de la guitarra en los solos de David Gilmour y el apoyo de los teclados y sintetizadores que usaron en pos de la creación de sus atmósferas tan propias. Todo disco de Pink Floyd es venerable por la facilidad con la que que engancha, te lleva a su terreno y te hace gozar con sonoridades que nunca habías imaginado antes pero que llevabas toda una vida soñando.

Jon Bellido (vocalista y teclista)

Mi tema sería «Interestellar Overdrive», porque simboliza la etapa de Syd Barrett, llena de experimentación en la que nos reflejamos en Entropía. Un sonido, adelantado al de su época, en pleno año de la explosión de la psicodelia. La estructura, llena de mayores y menores tensiones en un largo viaje, siempre me ha inspirado en el sentido creativo.

De manera análoga, el álbum que destacaría sería A Saucerful Of Secrets (1968). Es un disco de la transición que supusieron el Atom Heart Mother (1970) y el Meddle (1971) en el sonido de la banda. Por eso me parece que es un trabajo al que no se le ha hecho mucho caso, pero que toma en cierta manera el camino abierto en el The Piper At The Gates Of Down (1967) con temas muy bien estructurados y la experimentación del tema que da el nombre al disco. Un álbum con mucha delicadeza y el gran aporte innovador de David Gilmour.

Lasto (bajo)

Mi álbum a destacar sería The Dark Side Of The Moon (1973), sin duda el más conocido y probablemente enigmático. Siempre descubres algo nuevo a cada escucha del Dark Side.

De dicho álbum destacaría «Money». El compás de la canción y su uso de los sonidos de caja registradora siempre quedarán en mi mente, por el impacto que tienen en la primera escucha y porque aún a día de hoy tengo grabado el riff. Siendo imposible no remarcar el saxofón en la versión en directo, «Money» es el tema que cuando crees que The Dark Side Of The Moon (1973) no puede ir a más, lo lleva a otro nivel.

Andoni Penela (batería)

Mi álbum a destacar sería el Animals (1977). Para mí el álbum más terrenal y tangible de Pink Floyd. No es el que más me gusta porque soy incapaz de comparar sus álbumes en términos de calidad… Es sabido que todos son de una calidad impresionante. Aun así, me parece que Animals llegó en un momento perfecto, tanto cuando se lanzó allá por 1977, después de los muchos problemas que superó la banda con la grabación de Wish You Were Here (1975), como para mí personalmente cuando lo descubrí.

De manera contraria, el tema que me gustaría destacar sería «High Hopes», del último álbum The Division Bell (1994). Si antes hablaba del álbum más «terrenal» y «tangible», esté último disco me parece el más etéreo y volátil. Es un álbum con poca fuerza comparado con los demás pero de una belleza inigualable. El último tema, «High Hopes», me parece un broche perfecto para una carrera musical más que memorable. Este tema siempre me transporta a otras dimensiones… Con su tono melancólico e incluso algo de miedo, crea un sentimiento tan peculiar que desconocía hasta que lo escuché.

Rubén de Haro
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Tipo peculiar y entrañable criado a medio camino entre Seattle, Sunset Boulevard y las zonas más húmedas de Louisiana. Si coges un mapa, y si cuentas con ciertos conocimientos matemáticos, verás que el resultado es una zona indeterminada entre los estados de Wyoming, South Dakota y Nebraska. Una zona que, por cierto, no he visitado jamás en la vida. No soy nada de fiar y, aunque me gusta “casi todo lo rock/metal”, prefiero las Vans antes que las J'hayber.