Persefone – Aathma

Nuestra Nota


10 / 10

Ficha técnica

Publicado el 24 de febrero de 2017
Discográfica: Vicisolum Solutions
 
Componentes:
Miguel "Moe" Espinosa - Voz, teclados
Marc Martins - Voz
Carlos Lozano - Guitarra
Filipe Baldaia - Guitarra
Toni Mestre - Bajo
Sergi "Bobby" Verdeguer - Batería

Temas

1. An Infinitesimal Spark (1:50)
2. One of Many… (1:27)
3. Prison Skin (6:21)
4. Spirals Within Thy Being (7:16)
5. Cosmic Walkers (3:22)
6. No Faced Mindless (5:52)
7. Living Waves (5:54)
8. Vacuum (2:13)
9. Stillness Is Timeless (9:36)
10. Aathma (20:00)
Part I. Universal Oneness (6:36)
Part II. Spiritual Bliss (4:06)
Part III. One with the Light (5:23)
Part IV. …Many of One (3:58)

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Con la presencia de Persefone y de, en menor medida, Nami, Andorra es, seguro, el país con mayor número de bandas molonas de death metal progresivo per cápita del mundo. Y es que lo de este sexteto pirenaico es un caso digno de estudio. Qué hace una banda como Persefone en un sitio como éste? Andorra es un país precioso, pero quizás no es el enclave del que tiendes a pensar que va a salir una de las bandas más virtuosas, emotivas y clarividentes del panorama extremo contemporáneo. Porque aunque muchos aún no lo sepáis, Persefone es una banda realmente especial y su música es, sencillamente, un lujo. Cada uno de sus discos, desde Core (2006) hasta este Aathma pasando por los celebradísimos Shin-Ken (2009) y Spiritual Migration (2013) son, fácil y claramente, obras maestras a la altura de los mejores discos del estilo que se hayan publicado durante estos años.

Cuando descubrí a la banda hace ya unos años (poco antes de que saliera Spiritual Migration), el parecido más obvio que me vino a la cabeza fueron los americanos Between the Buried and Me, pero si bien es verdad que en algunos pasajes más agresivos y en la luminosidad de algunas de sus progresiones es innegable que tienen una retirada, creo que la música de los andorranos abarca un espectro mucho más amplio y goza de mucha mayor sensibilidad, ofreciendo en consecuencia algo completamente único. Antes de este disco hemos visto como tanto Jordi Gorgues como Marc Mas, miembros de la banda desde hace ya muchos años, dejaban su sitio a la guitarra y a la batería a, precisamente, Filipe Baldaia y Sergi Verdeguer, ambos en el line-up de sus compatriotas Nami. Estos cambios no han afectado para nada la impresionante proficiencia instrumental que siempre ha caracterizado a Persefone y que en este disco se despliega en todo su esplendor a través composiciones emotivas, super técnicas y cuidadas hasta el último detalle sin resultar pedantes en ningún momento, acompañadas de la mejor producción de su carrera.

Me resulta muy interesante ver como a lo largo del tiempo las reacciones del público en sus vídeos de YouTube, en sus redes sociales o en foros en inglés son unánimes y entusiastas, colocando desde hace ya años al grupo como uno de los más interesantes e innovadores en la escena progresiva extrema a nivel internacional, con cantidad de gente de todos los rincones del mundo expresando una devoción incondicional y totalmente entregada a su propuesta y su calidad musical, debatiendo apasionadamente sobre sus discos favoritos, sus obras más brillantes o sus giros estilísticos con respeto y reverencia absoluta. Es evidente que el death metal progresivo no es un género de masas, y menos aquí, pero ante la brutal pasión que generan más allá de los Pirineos me sorprende el relativo ninguneo que reciben del público metalero autóctono. Es posible que me lo esté mirando con ojos inocentemente optimistas y esperanzadores, pero me da la sensación que quizás con este nuevo disco detecto algo más de expectación entre el público y la prensa, así que a lo mejor este será el álbum que les abrirá las puertas a un merecido reconocimiento más general.

Y la verdad es que qué mejor disco para abrirles las puertas, ya que Aathma es absolutamente delicioso. Tal y como Persefone ya nos tienen acostumbrados, el disco funciona como una sola unidad, con prácticamente todas las canciones enlazadas, estudiados altos y bajos y alternancia de momentos intensos y tranquilos, agresivos y melancólicos. También temáticamente sigue la línea de Spiritual Migration para continuar ahondando en temas espirituales. No cuesta de comprender el porqué los andorranos han tardado casi cuatro años a dar por terminada su nueva obra, ya que aquí todo está cuidadísimo hasta el último detalle, y son necesarias muchas escuchas (muchas más del alrededor de la docena que le he dado yo) para ser capaz de apreciar la magnitud de este trabajo en toda su extensión. A cada vuelta hay nuevos detalles que apreciar, nuevos matices de los que no te habías dado cuenta antes, y nuevos temas que se resistían pero que finalmente clican en tu cabeza para acabar obligándote a rendirte ante el disco al completo. No hay ningun cambio radical en el camino que Persefone toma aquí, y todos los trademarks que los han hecho grandes y que ya estaban presentes en su disco anterior siguen intactos en Aathma. Alternancia de voces abrasivas y diáfanas, obra de Marc Martins y Miguel Espinosa respectivamente, muchas capas, pianos y teclados para intensificar las diferentes atmosferas y emociones, unas guitarras duras y contundentes, siempre enfrascadas en progresiones aparentemente imposibles, solos definidísimos, virtuosos, frenéticos y luminosos, cambios de ritmo y de tercio excitantes e inesperados, ritmos vacilones y motivantes… Lo mejor de cada casa para confirmar que seguirmos estando ante una de las bandas más excitantes del panorama progresivo extremo de hoy en día.

Para dejar totalmente claro de buenas a primeras que no estamos ante un disco al uso, los dos primeros cortes son no una sino dos introducciones más o menos instrumentales, ya que en realidad la primera de ellas no lo es. En «An Infitesimal Spark» todo gira alrededor de la etérea e inquietante voz de Paul Masvidal para crear una atmósfera espacial, opresiva y agónica. El líder de los históricos Cynic, auténticos percusores de esto del death metal progresivo, volverá a tener una presencia destacada unos temas más adelante, en un «Living Waves» que ha sido publicitado como el segundo single de este álbum. La voz alienígena del vocalista americano resulta encajar perfectamente con la música y la compleja ambientación que crea la banda andorrana en este tema. A partir del segundo minuto, cuando ya estamos todos mesmerizados e inmersos en la extraña atmósfera en la que nos han metido Paul y su vocoder, éste se despide inadvertidamente pasando el testigo a los potentes berridos de Marc Martins y a una serie de riffacos realmente disfrutables, dejándonos un poco con ganas de ver algo más de esta interesante colaboración. Siendo objetivamente temazos incontestables, por algún motivo más basado en percepción y subjetividad que en razones argumentables, tanto este «Living Waves» como «Spirals Within Thy Being», me resultan hoy por hoy (soy consciente que esto puede cambiar en cualquier momento) los dos cortes que menos acabo recordando entre tanta maravilla empaquetada en los 63 minutos que dura este álbum.

Porque siendo Aathma un disco fabuloso y tremendamente sólido en su conjunto, para mí hay tres temas (y una suite) que destacan especialmente y que me dejan con la mandíbula (y otras partes de mi cuerpo) en el suelo. En primer lugar está «Prison Skin», tema que supuso el adelanto del disco y que con una sola escucha me convenció plenamente y puso mi hype por las nubes. Un temarral casi-pegadizo con un riff impresionante, un par de solos absurdos y una línea vocal absolutamente épica que me pone la piel de gallina. Dentro de lo que cabe, se trata de uno de los temas más accesibles del disco y sería relativamente fácil de escuchar para alguien que quisiera introducirse en el universo de la banda. En segundo lugar tenemos un «No Faced Mindless» que también me atrapó desde el primer momento y que brilla especialmente gracias a los motivantes contrastes que se despliegan a partir del segundo minuto, con tantísima riqueza y detalles en la instrumentación que nos tenemos que fijar con atención para no perdernos nada importante. El piano que surge a partir del minuto tres y medio es sencillamente impresionante, y a lo que viene a partir de ahí no alcanzo a encontrarle ni un solo pero. Finalmente, el pepinazo absurdo y maravilloso definitivo llega con «Stillness is Timeless», una auténtica obra maestra por la cuál todo vale la pena.

Hay canciones de las que solo hace falta oir el principio para saber que estás delante de algo especial. Y «Stillness Is Mindless» tiene exactamente eso. No sabría definirlo con precisión, pero hay algo en esos primeros segundos que despliega la alfombra roja y nos anuncia con solemnidad la grandeza de lo que está por venir. Y el resto de la canción está totalmente a la altura de las expectativas. Probablemente mi tema favorito (al menos a día de hoy) de este disco, y uno de mis favoritos de toda su carrera, concentra en sus más de nueve minutos todo lo que Persefone son capaces de ofrecer a día de hoy: agresividad lenta, pesada y cruda, velocidad incisiva y descontrolada, épica bombástica y solemne, teclados etéreos, voces desgarradas, riffacos y líneas de guitarra rebuscadas pero inmediatas, interludios ambientales, dulces y evocadores, crescendos dramáticos, multitud de pasajes en total contraste pero brillantemente enlazados, melodías vocales sensibles y hasta pegadizas, e incluso un final repetitvo, hipnótico y memorable que supone uno de los mejores momentos del conjunto del disco. Una maravilla, vamos.

A Persefone (y a muchas bandas progresivas, de hecho) siempre les ha encantado introducir interludios instrumentales que rompieran con el ritmo marcado por sus canciones más agresivas. En este caso, a parte de los dos temas iniciales y quizás el final, que podrían ser considerados también interludios de una forma u otra, podemos disfrutar de la preciosa y moderadamente creciente «Cosmic Walkers» y de la tranquila «Vacuum», formada por guitarras acústicas y teclados pinkfloydianos y evocadores, evocando un pasaje que se me antoja campestre y soleado. Dos temas ligeros y aparentemente sencillos que demuestran la versatilidad de la banda, capaces de facturar los pasajes más bellos y sensibles codo con codo con partes repletas de tralla bruta sin concesiones.

Antes de acabar aún nos queda un último momento de brillantez incontestable, de épica máxima representada por los cuatro actos que configuran el tema título. Tendremos que tomar un respiro antes de enfrentarnos a «Aathma», porque aquí hay de todo, y mucho. El primer acto cuenta con unas voces preciosas y unos contrastes impresionantes para formar un corte épico, dramático y hasta cierto punto accesible. Una voz femenina nos introduce en un segundo acto, un tema muy prog y por momentos casi ambiental que nunca se acaba de ir por derroteros demasiado agresivos. Empieza muy melosamente para ir creciendo poco a poco a medida que la batería va tomando protagonismo y acaba con un piano absolutamente maravilloso. Como si pensaran que era necesario compensar, el tercer acto es el más burro de los tres, y probablemente también el más épico y memorable, alternando momentos veloces e impietosamente agresivos con pasajes más lentos e hipnóticos. Para dar todo el colorido posible a estos cuatro actos, contamos con un par de colaboraciones especiales por parte del guitarrista de Leprous Oystein Landsberg, que aporta un pequeño solo y, más notablemente, de la dulce vocalista Merethe Soldvedt, una chica, también noruega, que yo no conocía de nada pero que lo borda absolutamente en su interpretación en el último acto, un precioso corte acústico a modo de outro que transcurre en un tono y ambientación que me trae a la cabeza la sencilla pero poderosa delicadeza los británicos Anathema y de su vocalista Lee Douglas. Un final fabuloso y emotivo para una suite espectacular y un álbum memorable.

Aún queda mucha leña por cortar y mucho año por delante, pero Persefone se coloca con Aathma en posiciones de privilegio en la carrera para alcanzar el trono al mejor disco de este 2017. El mundo de contrastes por el que son capaces de navegar con total naturalidad es sencillamente admirable, sonando brillantes y totalmente creíbles tanto en los momentos más dulces y melancólicos como cuando se sueltan con el death metal más directo y cafre. Sus capacidades técnicas son, sencillamente, de otro mundo, y me resulta particularmente destacable que sean usadas ni abusadas de forma gratuita, sino que cada truco, cada riff y cada solo tenga su sitio y su razón de ser. Aathma es un disco absolutamente magnífico, adictivo y que no te deja otra opción que levantarte y aplaudir. Y si hay algo que impresiona aún más es que ni tan siquiera estoy seguro que sea el mejor disco de su carrera. Esta banda no es como las demás y tiene algo especial, y por ello se merecen que los cuidemos un poco. Por el momento, los tendremos a principios de abril en Barcelona, Madrid y Murcia para dar el pistoletazo de salida a una gira que les llevará a presentarlo por varios países europeos acompañados de los griegos Poem. Conciertos recomendadísimos para corroborar una vez más que por aquí (considero a Andorra «por aquí») también tenemos bandas a la altura de los más grandes.


Entrada publicada originalmente en Metal Symphony Website.

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Sobre Albert Vila 951 Artículos
Siempre me ha encantado escribir y siempre me ha encantado el rock, el metal y muchos más estilos. De hecho, me gustan tantos estilos y tantas bandas que he llegado a pensar que he perdido completamente el criterio, pero es que hay tanta buena música ahí fuera que es imposible no seguirse sorprendiendo día a día. Tengo una verborrea incontenible y me gusta inventarme palabras. Si habéis llegado hasta aquí, seguro que ya os habéis dado cuenta.