Metallica – …And Justice for All (Especial 30º Aniversario)

Ficha técnica

Publicado el 25 de agosto de 1988
Discográfica: Elektra Records / Vertigo Records
 
Componentes:
James Hetfield - Voz, guitarra
Kirk Hammett - Guitarra
Jason Newsted - Bajo
Lars Ulrich - Batería

Temas

1. Blackened (6:41)
2. …And Justice for All (9:47)
3. Eye of the Beholder (6:30)
4. One (7:27)
5. The Shortest Straw (6:36)
6. Harvester of Sorrow (5:46)
7. The Frayed Ends of Sanity (7:44)
8. To Live Is to Die (9:49)
9. Dyers Eve (5:13)

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Año 1988, a Metallica le acaban de suceder dos cosas en relativamente poco tiempo: 1) Perder a uno de sus miembros más carismáticos, el bajista Cliff Burton, en un trágico accidente de su autobús de gira en Suecia y 2) Firmar por una multi después de tres obras maestras: Kill ‘Em All (1983), Ride The Lightning (1984) y Master of Puppets (1986). Seguramente, no es el mejor momento para estrenarse como nuevo miembro de la banda sustituyendo al bueno de Cliff, pero Jason Newsted, procedente de Flotsam & Jetsam, lo haría con ganas y energía. Tampoco es el mejor momento para estrenar (bueno, ya se habían estrenado con The $5.98 E.P.: Garage Days Re-Revisited (1987), pero ahora iba en serio) relación contractual con una major de la solera de Elektra. Pero ahí están, los cuatro hombres de negro, ante un destino que me cuesta creer que imaginaran. Es el paso previo a ser la banda de metal más grande del planeta. Para algunos fans, el principio del fin. Para otros, el inicio de la popularización de un género denostado y la génesis de una de las bandas universales, no solo de metal, sino del mundo del rock. Este año cumplimos el 30º Aniversario de la obra que aquí nos ocupa. Poca broma.

El concepto del disco es conservador… y me explico. Optaron por la estructura clásica de los LP’s de Metallica hasta ese momento. Trallazo inicial, pieza que da título al disco, balada, pieza instrumental, etcétera. Un calco al Ride the Lightning y al Master of Puppets. Pero todo ello anabolizado: más minutos, más desarrollo, más progresivo. Lo que ya habían mostrado y demostrado en sus dos anteriores discos, pero a lo bestia. En esencia, Metallica en estado puro, pero con todos los medios que procura una multinacional. Inicialmente, el escogido para producir el disco fue Mike Clink (sí, sí, el mismo de Appetite for Destruction (1987) de Guns N’ Roses), pero a las tres semanas fue despedido, optando, finalmente, por Flemming Rasmussen (más Hetfield y Ulrich). La producción de este disco también fue (es) polémica debido a un sonido de batería extrañísimo y a un bajo… oh wait! ¿Qué bajo? Exacto, querido o querida lectora: no se oye el bajo.

Se abren las hostilidades con «Blackened», como lo hicieran en su momento «Fight Fire With Fire» o «Battery». Con un desarrollo progresivo que nos marca el camino de por dónde van a ir los tiros durante todo el disco. Sigue con «…And Justice for All», el tema más largo grabado por Metallica hasta esa fecha. Una suerte de tema clásico de Metallica muy progresivo y muy largo. Una colección de riffs bien hilvanados y quizá uno de los temas más comprometidos políticamente en la historia de la banda, denunciando la corrupción en el mundo judicial. Gran trabajo del pequeño danés a las baquetas. El solo de Hammett a la altura de un tema mastodóntico. Una sucesión de progresiones, punteos, cambios de ritmo coherentes que dibujan un tema complejo y largo, pero con mucho punch. «Eye of the Beholder», seguimos con el progresivo made in Metallica. Frenan en el primer tercio del tema llevándote progresivamente a un estribillo. No está mal. Hetfield canta con una especie de procesado de la voz.

Llegamos al que es uno de los clásicos indiscutibles que no suele faltar en sus actuaciones en directo: «One». Himno antibelicista, inspirado en la novela Johnny Got His Gun (1939), es un medio tiempo/balada del estilo de «Fade To Black» o «Welcome Home (Sanitarium)». Introducción sonora de una batalla. Punteo. In crescendo que acaba progresivamente en una burrada, con un solo made in Hammett, punteo de guitarras dobladas y un final maravilloso. Clásico instantáneo. Infalible en directo. Fueron nominados al Grammy por este tema en la categoría de mejor interpretación de metal… premio que se llevó Jethro Tull, en una troleada épica de la academia de música yankee.

La segunda mitad del disco empieza con «The Shortest Straw», más thrash, mucho feeling y un gran trabajo grupal. Luego, «Harvester of Sorrow», que es uno de mis temas preferidos de Metallica de todos los tiempos. Una suerte de «For Whom the Bell Tolls» con mucho ritmo. Machacona. Metallica 100%. Y que dura 5:45, cosa que te da un respiro. Con ese ritmo de batería casi tribal (bueno, ya sé que Lars no es el batería más virtuoso que existe, pero en el 88 aún tenía su mojo), guitarras poderosas. Otra maravilla. «The Frayed Ends of Sanity», un inicio con unos coros de ultratumba que nos conducen a un riff marca de la casa Hetfield. Compleja, oscura, riffs muy trabajados, batería impresionante, y el bajo… pues nada, sigue sin oírse. «To Live Is to Die», la instrumental del disco. Una salvajada, sin llegar a la majestuosidad de «Orion» ni a la épica de «The Call of Ktulu», pero emocionante: compuesta sobre unos riffs que había dejado escritos Cliff Burton antes de morir. Un homenaje más que merecido. Cliff, aún te echamos de menos. James recita en la parte final del tema algo que había dejado escrito Burton:

«Cannot the kingdom of salvation take me home?»

Y acabamos con «Dyers Eve», trallazo marca de la casa, al estilo de «Damage Inc.» o de «Metal Militia». Desenfreno thrasher para acabar, con un doble bombo marca de la casa y unas guitarras que te apuñalan. Rápida. Afilada. Dura. Final.

Con el paso del tiempo, …And Justice for All se ha convertido en una referencia del thrash, a pesar de su lastre (su producción) el tour de force compositivo de Metallica fue de los que hacen época. Con este disco, creo, se cerró una etapa en la banda, dejando un póquer (Kill ’Em All, Ride the Lightning, Master of Puppets y …And Justice for All) difícil de igualar por cualquier otra banda de este planeta a nivel thrash y metálico. Después llegaría el asalto a los cielos del rock con el Black Album (1991), pero esa… esa ya es otra historia…

Joan Calderon
Sobre Joan Calderon 169 Artículos

Sant Boi-Barcelona-Arenys de Mar. Padre y Metalhead. Desbordado por tanta música que escuchar y poco tiempo para disfrutarla. En el Universo solo hay dos cosas claras: In vino veritas y Metallica es la banda más grande de todos los tiempos (quizás solo una sea cierta, y no tenga que ver con la verdad). Death, black, doom, sludge, hardcore, thrash… a menudo: pop, rock, indie, electrónica, hip hop...  en resumen, la música es mi pasión