Las 5 mejores canciones de Judas Priest según… Science of Noise

Judas Priest es una de las bandas de heavy metal más influyentes de los años 70, al frente de la NWOBHM. Adornados con cuero y cadenas, la banda fusionó el goticismo de Black Sabbath con los riffs y la velocidad de Led Zeppelin, además de agregar un guitarreo contundente por partida doble… y con ello marcaron el ritmo del metal más pesado y popular entre 1975 y 1985, y sentaron las bases para la velocidad y del death metal de los años ochenta.

Aquí, en Science of Noise, somos muy jebis y nos molan las tachuelas, el cuero y las motos.

“Some heads are gonna roll.”


«Diamonds & Rust» by Soraya del Ángel Moreno

Autora: Joan Baez
Álbum: Sin After Sin (1977)

Hay canciones que te llegan, aunque no sean tu estilo o no sepas por qué. Esto me ocurre con «Diamonds & Rust». Judas Priest siempre me ha gustado, creo que aportaron un salto de calidad y originalidad en sus inicios y, por supuesto, son uno de los motivos por los que voy a viajar a Madrid este mes de junio.

«Diamonds & Rust» es una canción creada por la cantante Joan Baez y apareció en el disco Sin After Sin (1977), de Judas Priest.

La presencia de dos guitarras solistas hizo resaltar al quinteto desde el principio. Soy una apasionada de las guitarras eléctricas, así que ahí me ganan. Rob Halford lo borda y armoniza perfectamente su voz utilizando varias capas de la misma durante la canción en algunas de sus actuaciones, que sigue siendo una de las preferidas por su público. «Diamonds & Rust» nos cuenta los altibajos de una relación (diamantes y óxido). Dicha relación fue, en realidad, la historia de la propia Joan Baez y Bob Dylan.

Puro sentimiento y una excelente interpretación por parte de la banda.


«Living After Midnight» by Ray Molinari

Autores: Glenn Tipton, K.K. Downing y Rob Halford
Álbum: British Steel (1980)

Bienvenidos a la la fiesta. Es un puto himno metálico para bailar sin parar. Porque no es el típico tema a toda pastilla. Es con un ritmo para corear el estribillo jugándonos la garganta. Fue el primer sencillo del disco British Steel (1980), al lado de “Metal Gods”, “Breaking the Law” o “Rapid Fire”, con solo de guitarra a cargo de un Glenn Tipton, actualmente fuera de la banda por culpa del Parkinson, al que echamos mucho de menos, y con un ritmo de batería que recuerda al “Do Yoy Love Me” del Destroyer (1978) de Kiss, pero con un sonido más duro. La voz de Halford nos escupe las palabras como si caminara hacia nosotros para ponerse delante nuestro y cantarnos la canción… de cerquita.


«Blood Red Skies» by Xavi Prat

Autores: Glenn Tipton, K.K. Downing y Rob Halford
Álbum: Ram It Down (1988)

Seguramente este tema no saldría en ningún Top 5 del grupo, pues su popularidad queda muy atrás ante temas como «Painkiller», «Living After Midnight» o «Breaking The Law». Y, seguramente, debido a mi vena de ir a contracorriente lo ponga. Bueno, por eso y por algo más…
«Blood Red Skies» es el tema, junto a «Perfect Warrior» de Lost Horizon, que más ganas de luchar en lo que creo me da, y lo hace por todo. Esa intro suavecita pero que no deja lugar a ninguna duda acerca de lo que quiere transmitir, el ritmo machacón y repetitivo (quizá excesivo, en ocasiones), un Halford a pleno rendimiento, el solo de guitarra… lo tiene todo, absolutamente todo, para ponértelo a las siete de la mañana, nada más levantarte, e ir a por el mundo. Y ya sabéis, si alguien no está de acuerdo conmigo… I will stand, I will fight.

Painkiller” by Joan Calderón

Autores: Glenn Tipton, K.K. Downing y Rob Halford
Álbum: Painkiller (1990)

Judas Priest son toda una institución en esto del heavy metal. Los inventores de un sonido. La génesis del metal. Influencia de un porrón de bandas. En el año 1990, se esperaba poco o nada de ellos, pues ya habían pasado los mejores años de su carrera, el éxito de sus discos y sus giras durante la década de los 80 estaba en boca de todo el mundillo. Con Ram It Down (1988) ya se vislumbraba cierto bajón… pero Halford, KK, Tipton, Hill y Travis darían un golpe sobre la mesa y nos demostrarían quienes son los putos amos. Painkiller (1990) es una vuelta de tuerca, una demostración de fuerza, de inspiración y un ejercicio de estilo muy difícil de superar. El single para lanzar el disco, y que da título al disco, es el tema que nos ocupa: “Painkiller”.

Es un trallazo metalero de órdago, que se inicia con un solo de batería, da paso a un riff de guitarra matador y a un Halford en hysterical metalhead mode que te vuela la cabeza. Durante años no he podido quitarme de la cabeza esas guitarras cortantes y esas tonalidades a la voz inalcanzables para cualquier mortal; solo un Metal God puede llegar a esos agudos. Unos solos de guitarra impresionantes. Lo tiene todo. Heavy metal.

Otro himno de los Judas.


«Night Crawler» by Albert Vila

Autores: Glenn Tipton, K.K. Downing y Rob Halford
Álbum: Painkiller (1990)

La verdad es que no me habría costado escoger casi cualquier canción de este imponente Painkiller que los británicos publicaron en 1990. No es nada común que una banda clásica y tan celebrada saque el que para muchos es su mejor disco casi quince años y diez trabajos después de arrancar su carrera. De hecho, de buenas a primeras solo me vienen a la cabeza Machine Head y su brutal The Blackening (2007). Este disco, que supone el flirteo más obvio de Judas con el thrash y el speed metal cuando estos géneros empezaban a estar de capa caída, es una maravilla de principio a fin, y tanto el propio «Painkiller» como «Hell Patrol», «Leather Rebel» o «One Shot At Glory» son temazos icónicos y espectaculares que me impresionaron en su momento y que quemé tanto en cinta como en CD.

La razón por la que finalmente me he decidido por «Night Crawler», un tema relativamente lento y accesible dentro del conjunto del disco y que, mirándolo objetivamente, quizás tampoco es mi favorita, es porque en esos tiempos pretéritos en que tocaba la guitarra habitualmente y de forma mediocre, esta canción era recurrente en mis prácticas y siempre me divertía un montón. Nunca llegué a tocarla con banda o acompañamiento, pero recuerdo practicarla decenas de veces encima de la propia pista y disfrutar como gorrino en lodazal de esos riffs infecciosos, fluidos y algo facilones. Su inicio acústico y oscuro, su insistente palm muting chugga-chugga, sus harmónicos y sus punteos melódicos fueron también una influencia mayúscula en mi propia forma de componer, que por desgracia para los oídos de todos vosotros, fans del metal, casi nunca salió del local de ensayo o de alguna sala mugrienta con asistencia irrisoria.

Sea como sea, Painkiller (1990) es un disco que ha envejecido a la perfección y que, a día de hoy, sigue pateando culos como el primer día. Y aunque Judas Priest tienen un montón de joyas en su discografía, para mí ésta es, en su globalidad, la más brillante de todas ellas.


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