Insomnium – Winter’s Gate

Nuestra Nota


9.5 / 10

Ficha técnica

Publicado el 23 de Septiembre de 2016
Discográfica: Century Media Records
 
Componentes:
Niilo Sevänen - Voz, bajo
Ville Friman - Guitarra
Markus Vanhala - Guitarra
Markus Hirvonen- Batería

Temas

1. Winter’s Gate, Pt. 1 (6:14)
2. Winter’s Gate, Pt. 2 (6:38)
3. Winter’s Gate, Pt. 3 (5:52)
4. Winter’s Gate, Pt. 4 (5:26)
5. Winter’s Gate, Pt. 5 (4:21)
6. Winter’s Gate, Pt. 6 (5:13)
7. Winter’s Gate, Pt. 7 (6:18)

Multimedia





Escucha y compra

Este disco en Amazon: Insomnium – Winter’s Gate
Todos los discos de Insomnium en Amazon


La verdad sea dicha: a pesar de gustarme Insomnium, nunca les había prestado la atención especial que probablemente se merecen entre la pléyade de excelentes bandas de death metal melódico surgidas en los últimos años de la fértil Finlandia. Que me apedreen los fans, pero en mi mundo, y hasta ahora, siempre habían sido un grupo más de canciones sueltas en playlists que de discos enteros. Aún sabiendo que probablemente es la banda más popular de la escena death metalera finlandesa (si exceptuamos a los más veteranos Children of Bodom o Amorphis, que tienen un sonido muy distinto del que caracteriza a Insomnium y demás bandas de su generación), por algún motivo u otro siempre me dio por introducirme más en las discografías de Omnium Gatherum o Before the Dawn antes que en la suya. Así que, a pesar de conocer más o menos algunos álbumes y de disfrutar de muchas de sus canciones, no me considero en absoluto un experto en su carrera.

De ahí que al escuchar este Winter’s Gate me haya quedado literalmente flipando. ¿Pero qué maravilla es ésta? ¿Y esta gente siempre ha hecho discos así? Con solo unas pocas escuchas el álbum ya me atrapó sin remedio, pero después de empaparme de él y acabar apasionadamente enamorado, no pude evitar correr a revisar discos anteriores con más detalle para ver si es cierto que me estaba perdiendo algo tan gordo. Por suerte o por desgracia, me parece que no: los otros álbumes de Insomnium están bien, están incluso muy bien en algunos casos (su début In the Halls of Awaiting (2002), por ejemplo, que he descubierto estos días, es maravilloso), pero este Winter’s Gate, en mi opinión, juega en otra liga.

Parece ser que se han juntado dos factores principales que han confluido en la creación de un disco tan particular como éste, una obra conceptual con un único y épico tema de 40 minutos de duración, que se divide en siete actos para evitar la ruina en plataformas digitales y de streaming. Según explican ellos mismos, una noche estaban ensayando en su casa en medio del bosque, y durante un descanso, entre vino y vino, alguien puso de fondo el Crimson de Edge of Sanity. Hacía tiempo que corría por su cabeza la idea de hacer algo diferente a los discos convencionales que habían ido publicando hasta ahora, así que esta azarosa escucha de la opera magna de los suecos actuó como una revelación e hizo que se encendiera la bombilla: «¿Y por qué nosotros no hacemos también algo así?». Por otro lado, y para acabar de darles alas, se da la casualidad que el vocalista Niilo Sevänen hacía años había escrito una corta historia, premiada en varios certámenes literarios, sobre el épico viaje de una flota vikinga hacia lo desconocido. Nunca habían sabido como adaptarla a la música de Insomnium, pero desde el primer momento les pareció claro que podría ser el hilo conductor ideal para esta nueva aventura.

Es cierto que no son la primera banda de doom / death que se embarca en un proyecto de estas características, pero no creo que esto le quite ni un gramo de valor a este nuevo trabajo de Insomnium. Para que una idea como esta acabe convirtiéndose en una obra artística creíble (y éste Winter’s Gate va mucho más allá de ser creíble: es sencillamente espectacular), hace falta una solidez compositiva y una claridad de ideas que no está al alcance de todo el mundo, ya que el peligro de sonar repetitivo, inconexo o sencillamente aburrido es muy grande. Pero no solo salen airosos de este desafío sino que los finlandeses han subido decididamente el listón de su ambición musical. Insomnium llevan años perfeccionando su particular visión del melodeath añadiendo toques doom con mucha melancolía y sensibilidad, y en este disco podemos encontrar exactamente eso multiplicado por diez, incorporando una gran cantidad de matices al servicio de la historia que pretenden contar y de la atmósfera musical que quieren transmitir en cada momento, dando rienda suelta a una capacitad creativa desconocida hasta ahora. No me atrevo a decir que las canciones son obviamente mejores que en discos anteriores, pero es innegable que el conjunto que forma Winter’s Gate, con sus subidas y sus bajadas, sus momentos luminosos y sus partes más depresivas y sombrías, es capaz de emocionarme y lanzarme de la tristeza a la esperanza y del miedo a la felicidad como ningún otro trabajo del grupo ha logrado ni remotamente, y como pocos discos lo han conseguido en los últimos años.

El núcleo de la banda se ha mantenido estable desde su incepción en 1997, con la única excepción que supone la incorporación de Markus Vanhala, guitarrista y miembro fundador de sus compatriotas Omnium Gatherum, que desde 2011 dobla en ambos grupos, demostrando que la escena finlandesa, además de sana, prolífica y dinámica, es también colaborativa y existe una estrecha relación entre sus miembros. Está claro que entre Insomium, Omnium Gatherum, Before the Dawn, Swallow the Sun, Ghost Brigade o Mors Principium Est hay diferencias y matices evidentes, pero nadie podrá negar que en su aproximación musical hay también muchos puntos en común, haciendo de Finlandia uno de los puntos más calientes, interesantes y reconocibles del panorama metalero contemporáneo.

Producido como siempre por el omnipresente Dan Swano, curiosamente el líder de los Edge of Sanity que inspiraron la creación de este disco en un primer momento, Winter’s Gate tiene un sonido algo menos explícito y directo que los últimos trabajos de Insomnium, con muchas capas y matices que se preocupan más de aportar solidez y criterio a la experiencia global que del éxito de canciones concretas. De la misma manera, cada uno de los siete actos que forman esta obra carece de una estructura convencional, y si bien podríamos decir que todos ellos tienen una cierta vida y personalidad por sí mismos, con un principio y un final bastante marcados, acaban cediendo generosamente el protagonismo y muchos de sus pasajes al interés general, dándose el caso que muchos riffs o ideas se van repitiendo cíclicamente a lo largo del disco, tomando aproximaciones distintas para ilustrar las emociones que se buscan en cada momento.

El disco empieza tranquilamente, con una melodía ligera y evocadora que va subiendo de volumen poco a poco para acabar dando paso a una batería y guitarras veloces pero melancólicas. En seguida aparece un precioso segundo punteo melódico que eleva el tono hasta mutar en un tema más convencional de death metal melódico poderoso y agresivo, sin que en ningún momento esas guitarras ambientales dejen de juguetear con el post y el shoegaze. La atmósfera está perfectamente conseguida, y la verdad es que me cuesta no imaginarme caminando por parajes fríos, áridos y ventosos. Un inicio espectacular que no hace sino prepararnos para lo que está por venir.

En el momento en que la dureza y el desgarro del estribillo del primer acto da paso a unas guitarras acústicas y una voz recitada y profunda es cuando empieza el segundo episodio, que tan pronto recupera la distorsión suena muy evidentemente y durante un rato a los mejores Opeth. Al cabo de poco entra un riff de guitarra muy vikingo, muy motivante y muy pegadizo, entrelazado con partes más folkies que recuerdan a algún tipo de híbrido entre los primeros In Flames y el doom ochentero. Un corte especialmente épico y poderoso en el que encontramos un poco de todo. La intensidad vuelve a bajar y el tercer acto empieza de nuevo acústico y tranquilo, con un ritmo asincopado y un solo reminiscente de bandas progresivas más modernas. Un tema muy atmosférico, con una susurrante voz recitada y muchas capas que parecen querer transmitir una cierta cautela. Tiene por momentos un aire a Anathema, tanto en el feeling general como en la sonoridad de algunas guitarras, ya sea en las partes más tranquilas como cuando entra el ritmo pesado y martilleante. Como por arte de magia, finalmente desembocamos de nuevo en el riff principal que dominaba el primer acto, y que al cabo de unos compases se echa un poco al lado para que unos teclados se entrelacen con las guitarras consiguiendo generar una sensación épica y emocionante. Precioso.

Las guitarras acústicas son de nuevo las encargadas de acompañarnos a cruzar el ecuador del disco y de introducirnos en el cuarto acto, donde se revisitan, desde diferentes puntos de vista, melodías y voces que ya habíamos visto unos minutos atrás, y donde de nuevo se intercalan con gran efectismo partes muy agresivas con otras más atmosféricas, sin dejar atrás en ningún momento la capa de emotividad omnipresente en cada recoveco del disco. Confieso que no me he leído la historia que se está contando aquí, y no soy capaz de descifrarla a partir de los guturales de Niilo, pero el sentimiento que yo percibo en la mayor parte del álbum es más de emoción y esperanza que de tristeza y angustia.

Como ya nos hemos acostumbrado, el quinto acto vuelve a empezar de forma acústica y melancólica, esta vez con un piano como protagonista. Enseguida se hace acompañar de otros arreglos ambientales y acaba pasándole el testigo a una guitarra que se apropia y hace suya la misma progresión de acordes. Hay algo solemne en la evolución y las melodías de este tema que me evoca una lenta salida del sol que deja paulatinamente al descubierto las secuelas de una cruenta batalla. Si tratáramos este disco como un conjunto de temas individuales al uso, es posible que éste resultara ser el menos memorable de todos, pero como parte dentro de un todo es absolutamente perfecto, aportando un contrapunto de majestad y pausa a la acción sin cuartel que habíamos vivido hasta ahora.

El sexto y penúltimo acto coge de nuevo algunas melodías que ya habíamos escuchado antes para readaptarlas a esta parte de la historia, lenta, épica y poderosa, en la que nos enfrentamos con determinación a la adversidad y decidimos continuar nuestra marcha ambiciosamente. El mismo riff se repite durante más de la mitad del tema mientras va incorporando paulatinamente capas y capas de sonidos, efectos y coros, dando énfasis a un momento clave argumentalmente. De forma muy natural, esa densidad opresiva acaba explotando y evaporándose para transformarse en una parte mucho más ligera y melódica, dominada por unas guitarras acústicas y finalmente liderada por un precioso y sensible solo progresivo que nos irá guiando a través de aguas más tumultuosas hasta el apoteósico final.

El último acto toma como referencia el mismo riff con el que empezábamos el disco, pero lejos de repetirse, lo enfoca desde una perspectiva totalmente distinta, con capas que van desde un black metal frenético y lleno de blast beats hasta una curiosa y melódica NWOBHM que revisita partes vocales de momentos anteriores. Es el tema más intenso, caótico, tumultuoso y destructivo del disco, un grand finale para esta historia que no parece presagiar nada bueno, y donde da la sensación que el desenlace está lejos de ser feliz. Después de la tormenta y el caos, como no, llega la calma en forma de unos últimos minutos atmosféricos y acústicos, con un bonito punteo de guitarra, un breve piano melancólico y, finalmente, dejando que el viento corra y se acabe llevando hasta la última nota, dejándonos solo con un vago recuerdo de lo que ha ocurrido.

40 minutos se me antojan una duración perfecta para una obra de este tipo, y me alegra que hayan decidido no alargarla más allá. Dejando de lado la brillantez evidente de las canciones en sí y de cada uno de los pasajes que las conforman, lo que me parece verdaderamente destacable es la cohesión y la fuerza que tiene el conjunto, formando una obra tremendamente agradable, conmovedora y dinámica, capaz de hacerme visualizar y emocionar por una historia de la que no tengo ni idea. Reforzando el concepto de que estamos ante un todo indivisible, para este disco no se ha publicado ningún single de adelanto ni se ha grabado ningún vídeo promocional. Lo que sería bonito, quizás, es que rodaran algún tipo de mini-película que siguiera la línea argumental contada por la música. Creo que, de hacerse bien, el resultado podría ser precioso, aunque por desgracia no le acabo de ver ningún tipo de salida comercial.

La última vez que Insomnium se pasaron por aquí, si no recuerdo mal, fue abriendo para los portugueses Moonspell en 2013. A principios del año que viene tienen programada una gira europea para presentar este disco (me pregunto si van a tocarlo entero…) que, tristemente, no va a bajar de Austria. Lo cierto es que los finlandeses no son aún demasiado conocidos por estos lares y no sé si tienen la enjundia suficiente para encabezar su propia gira aquí y conseguir llenar aforos decentes, así que posiblemente tendremos que esperar a que este Winter’s Gate lo pete inesperadamente (y mira que se lo merece!) o que, en su defecto, algún festival de verano tenga a bien contratarlos.


Artículo publicado originalmente en Metal Symphony Website:
http://www.metalsymphony.com/insomnium-winters-gate-century-media/

Fotografía: Jussi Ratilainen
Avatar
Sobre Albert Vila 951 Artículos
Siempre me ha encantado escribir y siempre me ha encantado el rock, el metal y muchos más estilos. De hecho, me gustan tantos estilos y tantas bandas que he llegado a pensar que he perdido completamente el criterio, pero es que hay tanta buena música ahí fuera que es imposible no seguirse sorprendiendo día a día. Tengo una verborrea incontenible y me gusta inventarme palabras. Si habéis llegado hasta aquí, seguro que ya os habéis dado cuenta.