Bloodhunter – The End of Faith

Nuestra Nota


8 / 10

Ficha técnica

Publicado el 16 de octubre de 2017
Discográfica: Xtreem Music
 
Componentes:
Diva Satanica- Voz
Fenris - Guitarra
Éadrom - Bajo
Marcelo Aires - Batería

Temas

1. The Forbidden Zone (01:50)
2. The End of Faith (04:03)
3. Eyes Wide Open (02:56)
4. Still Standing Up (03:44)
5. Death & Rebirth (04:54)
6. The Queen Beast (04:01)
7. All These Souls Shall Serve Forever (03:49)
8. Spirits of Sin (03:33)
9. Let the Storm Come (05:12)
10. Possessed by Myself (06:29)
11. Crystal Mountain (Death cover) (4:50)

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Con Bloodhunter y con The End of Faith me ha pasado una cosa curiosa. Tenía la reseña prácticamente esbozada y la basaba en gran parte en el convencimiento de que estábamos ante una banda cuya música bebe, y mucho, de los suecos Arch Enemy. ¡Si hasta su vocalista se llama Diva Satanica, por Tutatis! En ésas que tuve la oportunidad de entrevistarles, y al plentearles mis apreciaciones en ese sentido se mostraron casi sorprendidos ante una comparación que a mí, entonces, me parecía evidente. Confuso, no me quedó otra que concederles el beneficio de la duda, reconsiderar la situación y resetear mis opiniones sobre qué es lo que constituye la música de esta banda.

Y bien, analizándolo un poco más, sigue siendo cierto que hay cosas de Arch Enemy, tanto en temas como (por ejemplo) «Still Standing Up» o «All These Souls Shall Serve Forever», en arreglos y progresiones concretas, en el timbre de voz de Diva, que me recuerda bastante (ahí sí) al de Angela Gossow, o en su habilidad para aunar tralla burra con mucha melodía, pero sí que debo darles la razón y reconocer humildemente lo equivocado que estaba. Es curioso esto de las primeras impresiones, porque al volvérmelo a escuchar con orejas y mente fresca y abierta no solo he encontrado muchos más matices de los que vi al principio, sino que incluso me he sorprendido de mi veredicto original. Ya dicen que el tiempo siempre acaba por poner las cosas a sitio.

A los mandos de Bloodhunter encontramos al guitarrista Fenris, amo y señor de las intrincadas y feroces melodías que constituyen la base sobre la que gira la música de la banda. La cara más visible le corresponde a Diva Satanica, vocalista extrema de vozarrón atemorizante que tuvo sus minutos de popularidad en el mainstream gracias a su participación en la versión española de La Voz. Este tipo de concesiones «al enemigo» podrían hacer levantar la ceja a los sectores más trve del metalerismo, pero como ella misma nos reveló en esa entrevista que comentábamos, su principal motivación para participar fue precisamente el dar visibilidad a una escena que nos quejamos de que está marginada a ojos del público más generalista, pero donde a la vez miramos con sospecha cualquier intento de que deje de estarlo. Una reflexión que me parecio ciertamente interesante. Una más dentro de una entrevista que, en serio, y no es porque sea nuestra, os recomiendo leer, ya que estos chicos tienen las cabezas muy bien amuebladas y muy claro lo que quieren.

The End of Faith es su segundo disco, y en él han dado un decidido paso adelante, tanto en sonido como en composiciones. El nivel técnico es elevadísimo, tanto en las guitarras como en la batería. Ya hemos visto que Fenris es una bestia en lo suyo, pero al irme a enterar de quién es ese buen mozo que se esconde tras los parches, vi que se trataba del portugués Marcelo Aires, al que hemos podido ver un par de veces en los últimos meses marcando el ritmo de The Ominous Circle (teloneros de Mayhem en octubre) y de Norunda (teloneros de The Haunted en febrero). En ese segundo concierto ya me percaté en que Marcelo es todo un animal con las baquetas en la mano, y aunque no consta como miembro oficial de la banda, su actuación en este disco no hace más que confirmarlo.

La cosa empieza con una intro locuela que ya viene a darnos alguna pista de los derroteros que va a tomar este disco. «The End of Faith» continua con ese caos controlado, siempre basado en el cóctel de melodías y ritmos enloquecidos, punteos coreables, solos épicos, bajo poderosísimo y vozarrón abrasador. «Eyes Wide Open» tiene algo más de Death, una referencia clara que, ésta sí, y como veremos más adelante, está clara y explícitamente entre sus influencias favoritas, mientras que «Still Standing Up» recuerda a Arch Enemy, sí, pero también a bandas más «progresivas» como Machine Head o Gojira.

«Death and Rebirth» es un tema instrumental que, a priori, no tiene nada de pinta de que vaya a ser instrumental. Normalmente, los temas instrumentales suelen tomar un cariz distinto al resto de canciones que la rodean, pero en este caso, básicamente, encontramos exactamente todos los elementos que enumeramos antes a excepción del vozarrón abrasador. Durante cinco minutos se pasa por un riff melódico, rítmico y pegadizo a una parte acústica y atmosférica a lo Testament, a unas melodías de guitarra dobladas y épicas, para acabar con una parte thrashera y revienta cuellos. Si alguien esperaba que un tema instrumental supusiera algun tipo de respiro, lo lleva claro.

«The Queen Beast» es trallota de la más bestia. Death metal histérico y ultra técnico con instrumentaciones cercanas al black y una velocidad endiablada que combinan con un estribillo más que épico. Hablando de estribillos, el de «All These Souls Shall Serve» sí que es 100% Arch Enemy, con ese toque dramático y de melodía pegadiza de guitarra tan característico de los suecos. Quizás ésta sea la canción que más se les parece, y quizás por aquí vino mi prejuicioso convencimiento inicial de que Bloodhunter se inspiraban muy descaradamente en ellos.

«Spirits of Sin», en cambio, tiene un principio rollo «Rust in Peace» de Megadeth, con un bajo thrashero muy protagonista. El tema es algo más calmado y melódico que los que le acompañan, conteniendo el desparrame que hemos ido viendo a lo largo del disco. Ojo que esto no quiere decir que sea especialmente tranquila, pero sí que baja un poco el pie del acelerador, sin escatimar, eso sí, en demostraciones de técnica y solos abracadabrantes.

Gritos histéricos proclamando la muerte de Dios y el reino de Satán tomando el mando dan paso a «Let the Storm Come», un tema con algunos toques algo más modernos y la vuelta a pleno gas de la complejidad histérica. La guinda del pastel la pone «Possessed By Myself», uno de los cortes más fácilmente escuchables de todo el álbum y que nos muestra que no necesitan tirar de velocidad endiablada y de hacerse nudos constantes en los dedos para brillar con total exhuberancia: un poco de épica casi cercana al power metal, riffs de death melódico de esos de cuando In Flames aún molaban, partes atmosféricas cercanas al black / doom, grooves thrasheros, un estribillo pegadizo que no te puedes sacar de la cabeza y un final absolutamente memorable. Temazo.

Y bueno, qué decir del pequeño bonus que supone «Crystal Mountain». Si ya me tenían bastante convencido hasta ahora, aquí ya me acaban de ganar del todo. Ya hemos ido viendo que a medida que pasaban los temas se iba demostrando que Death son toda una referencia para Bloodhunter, tanto en la vertiente más death como en la más progresiva, y con esta versión lo ponen totalmente de manifiesto. La banda del malogrado Chuck Schuldiner es una de mis favoritas de siempre, y «Crystal Mountain» es uno de sus temas estrella. Y aunque no es tarea fácil salir airoso de ello, Bloodhunter lo bordan con una versión muy potente y muy fiel llevada a su terreno. Me han gustado tanto la elección y la ejecución que hasta les perdono esos harmónicos exagerados que me chirriaban de primeras pero que con las escuchas he aprendido a apreciar.

Que con The End of Faith Bloodhunter se han hecho un sitio dentro de la primera fila del panorama extremo español nadie puede ponerlo en duda, y por ello este verano estarán en los carteles del Resurrection Fest, del Leyendas del Rock, del Otero Brutal Fest, del Metal Lorca y de no sé cuántos más. Si continúan trabajando con tanto convencimiento y en directo son capaces de reflejar con fidelidad la bacanal de técnica y tralla que vemos en este disco, no hago sino augurarles un futuro realmente prometedor.

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Sobre Albert Vila 952 Artículos
Siempre me ha encantado escribir y siempre me ha encantado el rock, el metal y muchos más estilos. De hecho, me gustan tantos estilos y tantas bandas que he llegado a pensar que he perdido completamente el criterio, pero es que hay tanta buena música ahí fuera que es imposible no seguirse sorprendiendo día a día. Tengo una verborrea incontenible y me gusta inventarme palabras. Si habéis llegado hasta aquí, seguro que ya os habéis dado cuenta.